Capítulo 15

-El resto ya lo conoces...- Fue lo último que dijo Nic mirándose el brazo metálico.
El tiempo había pasado veloz en el transcurso de aquella trágica historia, las palabras sonaron solas, una tras otra, sin interrupción, sólo Tete-chin no conocía la historia, era completamente distinta a como se la había contado con anterioridad, había permanecido con la cabeza baja, quería mirarle, pero no podía, normalmente, cuando alguien le contaba algo íntimo, atendía con todos sus sentidos, le comentaba algo, le animaba si era algo difícil de superar, intentaba ayudar en todo lo que estuviese en su mano, pero aquello era demasiado para ella, no era la primera vez que alguien la engañaba, pero a eso nunca se había podido acostumbrar, así que se mantuvo un rato callada, miró la hora, era muy tarde, no había cenado, aunque en ese momento no tenía ganas de nada, ni siquiera tenía valor para mirar a nadie a la cara, volvía a sentir en su garganta aquel ahogo, no quería pensar en ello, su cabeza andaba sola recalcando una y otra vez los puntos claves de la historia, se puso en pie, Nic la miró, pero ella no le devolvió la mirada, se giró, quería irse, salir de aquella habitación.
-¡Espera...!- Nic le cogió el brazo a Tete-chin.
Pero al intentar levantarse notó el dolor de sus magulladuras y tuvo que volver a sentarse, Sonyc le ayudó a volver a su sitio a pesar de que Nic insistía en ir con Tete-chin.
-Tete-chin...- Susurró. -No te enfades conmigo.
Ella seguía de espaldas, sin decir nada, continuó caminando hacia la puerta.
-Por favor...- La voz de Nic sonó como una plegaria, dulce a la vez. -dime algo.
-...- Tete-chin ya tenía la mano en el picaporte. -Mañana he de estar en pie a las 6, hablaremos cuando vuelva del trabajo.
Tras decir eso, salió por la puerta, se quedó un momento fuera, notaba el aire fresco de la noche, en cierta forma agradable, como si la atravesase, entrando en ella hasta sus huesos, saliendo como si fuese una simple tela, cogió aire, abriendo la puerta de la sala, una mano se posó sobre la suya, volviendo a cerrar la puerta.
-¿Estás bien?- Sonó la voz de Sonic floja, como un susurro, cerca de su oreja.
-Déjame.- La voz de la muchacha era un gimoteo nervioso.
Quizás fue algo brusca, pero en ese momento Tete-chin no quería compañía, le había dado un manotazo para quitarse de encima esa mano que tantas veces había buscado con cariño, aún así se quedó en el sitio, su propia alma le gritaba que se quedase con él, quizás fuesen sus sentimientos de fan por su héroe, la necesidad de que la reconfortase como había hecho tantas otras veces.
-Debí traerme a Amy... ella sabe mejor cómo tratar estas cosas...- Bromeó un poco Sonic.
Tete-chin rió un poco dentro de su propio gimoteo.
-No debió mentirme... todo este tiempo...- Gimoteó más fuerte Tete-chin.
Sonic le acarició la cabeza, ella se echó a llorar, poniendo sus manos delante de su cara, Sonic dio un resoplido, no le gustaba ver a nadie llorar, la abrazó por detrás, apoyando su mejilla en la cabeza de ella, meciéndola un poco, recordaba que en otra ocasión fue Amy quien hizo eso con él mismo, no quería recordarlo, él era el héroe, tenía que ser fuerte, pero aquella vez no pudo aguantar, tan alegre como era, tan lleno de vida, ahora se avergonzaba de lo que pasó, estuvo un tiempo sin ser capaz de mirar a Amy a la cara, porque ella había visto una faceta de él que nadie más había visto.
-Escucha,- Sonic le dio la vuelta a Tete-chin. -todos tenemos algo que no queremos que los demás sepan, ni siquiera la gente que más queremos, si lo ocultamos es para que la gente que nos importa no sufra por ello... Nic no quería decírtelo porque te conoce, que te dan mucha rabia estas cosas.
-Pero... no vale...- Tete-chin apoyó la cabeza en el hombro de Sonic.
Lloró de nuevo, Sonic la abrazó fuerte, le daba la sensación de que Tete-chin había entendido lo que quería decir.
-Sonic...- Comenzó a decir Tete-chin ya sólo con un leve gimoteo.
-¿Sí? Dime.- Dijo dulce Sonic.
-Me estás apretando muy fuerte y no puedo respirar.
Sonic se echó a reír, se separaron, Tete-chin intentó sonreír también, se sentía mejor, le dio un beso en la mejilla dándole las gracias y las buenas noches, no quería llorar más, sabía que eso le dejaría los ojos hinchados, así que se lavó la cara y se fue a dormir.

Toda la noche y toda la mañana de trabajo la uso para encajar aquella historia en su cabeza, empezaba a entenderlo, quizás a entender más de lo que el propio Nic había entendido. Cuando llegó con el Sonikku-chikitín a casa, en la puerta estaba Nic, con aire melancólico, le veía como a sus gatos, esperando siempre su vuelta del trabajo con la esperanza de que les llevase algo extra, pero cuando bajó del coche, ni le saludó, sólo le miró un momento, aparcó el coche y se puso a acariciar a su gata, se quedó agachada con la mano estirada, dejando que la gata se rozase con ella ronroneando, vio a Nic acercarse, pero no se movió, quería irse, aún no estaba segura de poder enfrentarse a él y sus mentiras, sin embargo sus sentimientos la retenían ahí, notando a Nic cada vez más cerca.
-Eh... Tete-chin... yo...- Comenzó a decir Nic ya a su lado.
-¿Estás mejor?- Le cortó Tete-chin poniéndose en pie.
Le miraba con una mezcla de curiosidad, serenidad, y quizás aún un poco enfadada, Nic calló un poco, sus miradas estaban cruzadas y se sentía intimidado, agachó un poco la cabeza, encogiéndose de hombros, pensó que quizás no había sido buena idea ir tan directo a ella, él no tenía esa fuerza.
-¿Estás enfadada?- Preguntó con un hilillo de voz Nic.
-¿Tú qué crees?- Tete-chin se apoyó de espaldas al coche, ahora sin mirarle.
-Sabía que te enfadarías si descubrías que el Evil Sonic que destruyó mi mundo fui yo mismo...- Nic no se movió.
-¿Uh? ¿eres tonto?- Tete-chin vio la cara de confusión de Nic. -No estoy enfadada por lo que sea que fueses, estoy enfadada porque me mentiste, a mí no hacía falta, no era necesario meterme esa bola que me contaste.
-¡Pero era un Evil! me divertía buscando pelea, robando en los centros comerciales, todo lo que hiciese falta por ser lo contrario a mi hermano.
-Eso fue hace tiempo... es como lo del yin y el yan, mostraste tu cara oscura ocultando tu punto de luz... lo importante es que ahora no haces eso.
-¿Y de qué me sirve?- Nic puso sus manos de golpe en el coche, una a cada lado del cuerpo de Tete-chin, acercándose mucho.
-Pues por ejemplo para seguir adelante...- Intentó conservar la calma Tete-chin. -Cualquier razón sirve.
-Una razón...- Nic bajó la cabeza un poco. -Perdí todas mis razones hace mucho, cuando perdí a mi gente en aquel planeta devorado por el vacío... y encima tú no quieres volver conmigo.
-¡Nic! eso ya lo hemos hablado, no voy a volver con aquellos que me hicieron la vida imposible allá arriba, no confían en mí...- Tete-chin intentó apartarse un poco de él, se le estaba acercando mucho.
-Pero...- Nic seguía con la cabeza baja, la subió un poco para mirarla a la cara. -ahora mismo tú eres la única razón para seguir.
Tete-chin sintió como un corto-circuito, aquello no lo entendía bien, se suponía que eran muy buenos amigos, pero nada más, él debía estar con Amy, no con ella, "¿es esto una declaración? no puede ser..." pensó Tete-chin.
-No digas eso... tú quieres a Amy, no la has olvidado, me lo confesaste una vez... ¿también me mentiste en eso?- Tete-chin giró la cara.
-No, tú me enseñaste a no olvidar, pero también a seguir adelante, ¿acaso tú no te buscaste a tu novio porque habías tenido un desengaño amoroso? hace mucho que perdí la esperanza de volver a ver a mi Amy...- Nic fijó su mirada en ella.
-¡Cállate!- Tete-chin se cubrió la cabeza con los brazos. -Todo eso ya pasó, yo le quiero, me enamoré de él, da igual cómo empezó todo... ¡eres un hipócrita! de nuevo me mentiste, dijiste que aún tenías esperanzas.
-¡Tú eres la hipócrita! ¿cómo puedes decir que no importa el cómo empezó?
-Porque es así, las cosas son como son, aunque empezasen mal, no pasa nada porque ahora están bien...-Tete-chin bajó sus brazos, diciendo en tono más bajo. -No te me acerques tanto, te quiero, pero como amigo.
-¿Sabes?- Nic se separó un poco. -Eso es lo peor que le puedes decir a alguien que te quiere.
-Ya vale, Nic, tú no me quieres, no de la manera que crees, no igual que a Amy.
-¡Pero Amy está muerta! ¡¡No voy a volver a verla nunca!!- Nic notaba las lágrimas en sus ojos, contenidas con toda su fuerza. -Cuando luché contra Shon, sentí a Tails y a Knuckles ayudarme, sus voces, sus ánimos, a pesar de que murieron por mi culpa, estaban ahí, pero a Amy nunca la oigo, está enfadada conmigo por lo que pasó, su espíritu no estará nunca en paz porque cometí el crimen que ella más odiaba, hice daño a mucha gente... nunca me perdonará... no entiende que sin sus palabras no puedo vencer... porque aún...- Nic calló.
-Aún la quieres, te lo he dicho, intentas refugiarte en nuestra relación porque no puedes soportar el dolor de perderla...- Esta vez fue Tete-chin quien se acercó a él, le abrazó. -Tienes que ser más positivo, todo no es blanco o negro, tú no eres malo, tu hermano creo que tampoco, en el fondo todo el mundo tiene algo de bueno... y no creo que Amy esté enfadada contigo.
-Tete-chin...- Nic le devolvió el abrazo. -quisiera creerte, quisiera poder creerte... pero ahora te necesito, quiero estar contigo, ¿por qué no quieres tú? siempre me ha dado la sensación de que sentías algo por mí... no quiero abandonar, quiero tener esperanza en esto.
-No más, Nic, no más...- Le cortó Tete-chin. -Las cosas no son nunca lo que parecen.- Estuvo un momento en silencio, luego recitó como hizo una vez su maestro. -"La gente tiene que estar junta porque se quiere, no porque se necesita..."

Continuará...