Mi amiga se quedó conmigo un momento para darme ánimos, para evitar que volviera a llorar, mientras estuvo conmigo me dijo muchas cosas bonitas, estaba tan absorta en lo que ella me decía que no me percataba de que me estabas mirando.
Ella se tuvo que retirar, tenía que ayudar al Monje Miroku, me despedí de ella obsequiándole una sonrisa un poco falsa, me era imposible estar contenta en ese momento, todavía no me recuperaba del todo.
Me puse a observar el cielo y a reflexionar lo que mi amiga me dijo, en eso... apareciste tú.
Te pusiste a un lado mío, evité hablarte por miedo a tus palabras. De pronto, no se como fue que sucedió, pero me encontraba en tus brazos, un abrazo... mas no un abrazo cualquiera... un abrazo cálido que transmitía mucho sentimiento, me sentí segura entre tus brazos, no quería separarme de ti. El tiempo pasaba y no me soltabas, en un instante te separaste de mí, tomaste mi rostro entre tus manos para que te viera a los ojos, tus ojos mostraban cierta ternura, una terna que nunca había visto; me miraste a los ojos y me pediste que nunca volviera a llorar. Yo te dije que, que lo intentaría, pero tu no estabas conforme con mi respuesta.
Me lo volviste a pedir, pero esta vez no sabía que contestar, me dijiste que te habías preocupado mucho cuando me marché de aquel lugar sin decir nada, que tu angustia había aumentado cuando viste que salí llorando. Me quedé algo sorprendida por lo que me habías dicho, rara era la ocasión en que notabas mi presencia cuando ella estaba contigo, ¿cómo era posible que notaras que estaba ahí si ella acaparaba toda tu atención?
Me dijiste que me querías más que a ella, mis ojos volvieron a nublarse al escuchar eso, quise llorar, unas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, mas no pudieron recorrer mi rostro, tus manos las habían secado y me volviste a decir que ya no llorara, quise decirte que eso iba a ser imposible, pero cuando comencé a hablar algo selló mis labios... fue u beso... un tierno beso me diste para callar mis palabras, no sabía que hacer en ese momento, solo atiné a contestar aquella caricia que tus labios le habían dado a los míos. Cortaste el beso y me pediste que... por favor... no volviera a llorar.
No supe que hacer en ese instante, solo dije que lo intentaría, luego besaste mi mejilla, te despediste y te alejaste del lugar. Todavía no podía creerlo, no podía creer que me habías besado.
En mi casa... meditaba lo que había ocurrido, esperando que lo que me habías asegurado, que me querías más que a ella, fuera cierto.
Al día siguiente me sentía un tanto mejor, pero no me había recuperado del todo. Decidí ir a pasear para despejar un poco mi mente, me hacías mucha falta, además... quería ver si te encontraba en los alrededores del templo, pero algo me decía que era mala idea.
Fui a la la aldea, sin que mi madre se diera cuenta, y en las cercanías del poso estaba Sango, mi amiga, me acerqué para platicar con ella, me preguntó como seguía, yo no le podía mentir, así que le dije que me encontraba un poco mejor que el día anterior; se alegró por mi respuesta y nos dispusimos a platicar y no notamos cuanto tiempo había pasado. Mi amiga se retiró y me dejó pensando en muchas cosas, así que intenté despejar mi mente para no volver a llorar. Me levanté y me retiré a mi casa, sin saber que algo me estaba esperando.
Continuará...
Hola a todos!!!! Jejeje, bueno, lo renové lo más rápido que pude para que me digan como me está quedando -. Muchas gracias a las personas que se han dedicado a leer mi Fan fiction y me han dejado algún Review. Bueno, espero que hayan disfrutado de este segundo capítulo y también espero que me dejen un Review, acepto comentarios, quejas, regaños y de todo XDD
Bueno, me despido y nos vemos luego
Sayonara!!!!
