"Corazón de dos"

Por Kuruma Chidori

Capítulo 2 "Recordando"

-Pero qué diferente está todo esto...- Kagome miraba por la ventanilla del auto las calles de su una vez ciudad.- Kouga ¿Qué no en esa cerrajería había un restaurante?

-No desde hace seis años Kagome.- Myoga rió con ganas.

-Pues cuanto tiempo, desde que dejé de vivir aquí no había vuelto... ¿Cuánto ha pasado?- Kagome lucía alegre.

-Déjame pensar... te fuiste justo cuando ingresabas a la secundaria, entonces fueron...- Myoga contaba con los dedos.

-Ya van a hacer nueve años en abril.- Cortó Kouga seriamente.

-Sí que fue mucho...- Myoga suspiró desalentadamente. Un incómodo silencio se hizo presente por un par de segundos.

-¡Pero vamos! Podremos estar como antes, no me pienso ir de aquí en un buen rato.- Kagome sonrió animosamente, regresando la calidez al momento.

-Kouga-kun, dobla en la siguiente esquina, me alojaré en ese hotel...- Indicó Kagome.

-¿Bromeas verdad?- Kouga pasó la calle y siguió de largo.- No me digas que pensabas que dejaría que te quedarás en un lugar de esos...

-Pero si se trata de un muy buen hotel.- Kagome parpadeó confundida.- Si te refieres al dinero, sabes que no hay problema, que...

-Kagome, Kouga no se refiere a lo económico, lo que quiere decirte es que como su futura espo...

-¡Lo que quiero decir...!- Kouga interrumpió con un grito avergonzado al anciano. Su rostro estaba totalmente sonrojado.- Es... que no voy a permitir que te quedes en un hotel cuando mi madre te ha preparado la habitación de huéspedes en nuestro hogar.

-¡Ah! Con que es eso...- Kagome se sonrosó levemente, sentía que eran demasiadas molestias para la familia de Kouga Takumi. –Pero Kouga-kun, no quiero estorbarles...

-¿Estorbar tú?.- Kouga frenó el andar del auto abruptamente logrando que el anciano y la muchacha dejaran escapar un pequeño grito por el susto. –Tú jamás vas a estorbar ¿Entendiste? Además, es una invitación de mi madre, ¿No querrás rechazarla verdad?- Kouga sonrió maliciosamente, lo cual hizo tranquilizar a la mujer.

-Está bien, pero sólo será por unas semanas, después buscaré otro lugar.

-Ya lo veremos.- El chico de piel tostada volvió a poner en marcha el auto.

-¡Kouga Takumi! ¡Jamás vuelvas a hacer eso!- Gritó exaltado el anciano, su mano derecha se encontraba en su pecho.- ¡Qué no recuerdas que estoy malo del corazón!

-Pe-perdone señor...- Kouga sonrió nerviosamente.

-Perdónalo tío, Kouga a veces es muy infantil.- Kagome le sonrió al chico quien le miraba ahora con cara de pocos amigos.

-Sí, eso ya lo he notado.

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-Pero qué cámara tan bonita.- Exclamó sarcásticamente el muchacho de grandes y bellos ojos azules, mientras le arrebataba una cámara fotográfica a su mejor amigo aprovechando ser el más alto.

-¡Miroku, devuelve eso!.-Reclamó Inuyasha recuperando el aparato de un solo movimiento.- Si la rompes te costará caro ¿oíste?

-¡Pero qué agresivo mi estimado Inu!- Miroku sonrió llevándose las manos a la espalda con aire inocente.

-¿Podrían dejar de comportarse como un par de niños los dos?... Debería darte vergüenza Miroku, y a ti también Inuyasha, ¿qué clase de ejemplo le están dando a Shippo?.- Reprochó Sango.

-¡Feh! Shippo no necesita el ejemplo de nadie.- Espetó de mala gana Inuyasha cruzándose de brazos.

-No Inuyasha, mi preciosa Sango tiene razón.- Miroku pasó un brazo por la espalda de la joven de cortos cabellos castaños.- Shippo-chan es tu hermano menor, debes darle un buen ejemplo.

-Pero si tú empezaste.- Inuyasha ahora inspeccionaba su cámara esperando no encontrar ningún daño.

-No pongas excusas Inuyasha.- Miroku apartó rápidamente el brazo que rodeaba a Sango antes de que esta lo golpeara.

-Ya, basta los dos. Es un caso perdido, sus veintidós años no les valen de nada.- Sango suspiró. – Inuyasha, ¿Está bien tu cámara no?

-Sí, todo indica que sí...

-Eres un quejitas Inuyasha.- Rió Miroku.- No le podía pasar nada sólo porque la tomé.

-¡Tú que sabes!

Miroku soltó en una estridente risa mientras que el muchacho de cabellos plateados le seguía reclamando. Inuyasha Shigeru estudiaba fotografía y derecho en la universidad de la ciudad, su familia, al igual que la de Miroku Akibahara y Sango Tanaka, eran adineradas y poseían toda clase de riquezas.

Inuyasha era un chico de veintidós años, de alborotado cabello ligeramente plateado y bellos ojos ambarinos, ocultos tras un par de gafas; gruñón en muchos sentidos, ordenado y con el fuerte deseo de superar a su medio hermano mayor como abogado. Inuyasha era muy cuidadoso en su higiene personal, a diferencia de Miroku que podía estar días con la misma ropa.

Miroku, su mejor amigo era un chico alegre y mujeriego de la misma edad que él, de despeinados cabellos castaños amarrados torpemente en una pequeña coleta, expresiva mirada turquesa, con un arete adornando su oreja izquierda... el cual no le hacía mucha gracia a Sango, lo mismo que aquel tatuaje en el cuello en forma de un pequeño dragón alado; el muchacho solía vestir pantalones vaqueros y chaquetas de colores estridentes y chillones, usando a su vez mucha colonia, lo cual desquiciaba a Inuyasha por completo.

Sango era una estudiante de medicina de veintiún años, alegre, aunque con un carácter explosivo que la hacía poseer alma de líder, lo cual no denotaba ante sus cortos cabellos castaños, los cuales le llegaban poco debajo de las orejas, y su ropa rosa con algunas pocas combinaciones de negro. Apasionada y buena practicante de artes marciales, era la única que podía mantener a raya a Miroku.

Asombrosamente Miroku y Sango llevaban dos meses de novios, aunque a veces el carácter "alegre" del chico se propasaba...

-¡MIROKU!- Una enrojecida Sango le propinó una fuerte bofetada a su novio al sentir como los dedos de este "resbalaban" accidentalmente hacia su trasero.

-Pero... pero Sango... si yo sólo...

-Nada de excusas. Ahora me voy, tengo que ir a casa de Kouga, como mi padre se ausentó desde ayer en la noche para ir a un viaje de negocios, Kohaku y yo nos alojaremos en casa de Kouga. Además, hoy llega su amiga Kagome, tengo muchos deseos de conocerla.- Sango lucía algo nerviosa.

-¿A casa de ese imbécil? ¡Feh!- Resopló Inuyasha de mala gana.

-Pues ese imbécil como lo llamas tú- Le recordó la chica con las manos en la cintura.- es mi primo.

-¡Feh! Jamás me agradó y dudo que lo haga en el futuro.

-¿Kagome?.- Inquirió el ojiazul sobándose la enrojecida mejilla.

-Así es, es la chica con la que se ha carteado durante años. Mi tía dice que cuando ella aún solía vivir en esta ciudad, era la mejor amiga de Kouga, y que a juzgar por las fotografías, es muy hermosa.

-¿En verdad?- Miroku sonrió ilusionado.- Y... ¡Santo Dios! ¡Pero si ya son las tres! Será mejor que te acompañe hasta tu casa y pasemos por Kohaku y luego nos vamos con Kouga.

-Agradezco que nos lleves, aunque sé cuales son tus intenciones.- Sango le miraba con desdén.- Y créeme que no dejaré que te pases de listo... Hace un par de días Kouga me dijo que se había enterado que Kagome y él están comprometidos.

Miroku suspiró desalentado mientras que Inuyasha se mostró más interesado.

-¿Comprometido? Pero tengo entendido que los señores Takumi son muy quisquillosos en ese sentido, dudo que dejen que su hijo se case con una chiquilla cualquiera.

-No es cualquier chiquilla Inuyasha.- Sango lucía un tanto sorprendida.- Creí que con sólo decir el nombre de Kagome ubicarías de quién se trata...

-Pues, a decir verdad no.- Inuyasha sonrió torpemente.

-¿Su nombre es Kagome Higurashi...?- Titubeó Miroku.

-Así es.- Sango jugaba con su cabello.- La familia Higurashi es muy grande, y poseen mucho dinero, como dije... no se trata de cualquier chica, puede que incluso tenga más dinero que nuestras familias.

-Una Higurashi... vaya que no me lo esperaba.- Inuyasha tragó seco.- El mundo es tan pequeño...

-Probablemente se trata de...- Miroku no lo podía creer.

-Sí... la prima de Kikyo...- Inuyasha aún no salía de la sorpresa. Sango no parecía sorprendida, por el contrario, la situación le era sumamente entretenida.

-¡Pero que locura Inu!- Gritó en tono exagerado y chusco Miroku.- La prima de tu novia es la prometida del chico que más detestas.- Que extraño que Kikyo no te halla hablado de ella.

-Ahora que lo recuerdo... sí lo ha hecho.- Inuyasha se llevó una mano a la cabeza.

-Que curioso que en vez de que se quede en casa de su prima y tíos, se quede con los Takumi.

-La madre de Kagome y mi tía son muy buenas amigas desde hace años... además, tengo entendido que la madre de Kikyo no quiere a Kagome en su casa.- Sango trató de recordar.

-¿Y eso?

-La madre de Kikyo y la familia Higurashi jamás se llevaron muy bien que digamos, al grado de que los llegó a odiar ya que ellos no deseaban que su hijo se casara con ella... Los Higurashi quedaron distanciados de los padres de Kikyo, y ya que tanto el padre de ella como el de Kagome fallecieron...

-Entiendo. La madre de Kikyo se rehúsa a recibir a la hija de su cuñado pues aún guarda rencor.- Miroku sonrió.

-Kikyo jamás me ha hablado bien de sus primos, posiblemente a que su madre tiene a los Higurashi en un muy mal concepto...

-En fin, se me hace tarde y debo pasar por Kohaku, yo ya juzgaré a Kagome... aunque si se lleva tan bien con Kouga...- Sango suspiró- Puede que no sea tan amistosa. Vámonos Miroku.

-Nos vemos en la noche Inuyasha, recuerda que iremos a la fiesta de Hoyo esta noche.- Miroku alborotó los cabellos de su amigo aprovechando su estatura mayor.

-Lo sé, lo sé...

-Como vea las cosas, veré si invito a Kagome.- Sango sonrió amistosamente- Nos vemos Inu.

-Nos vemos...

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-Todo sigue tal y como lo recuerdo.- Kagome salió del auto admirando la enorme mansión en donde habitaba Kouga y su familia. Una bella sonrisa iluminaba su blanco rostro el cual mantenía embelesado al joven de piel tostada desde que la vio en la estación de trenes.

-Creo que te había mencionado en una de mis cartas que nada en mi hogar había cambiado.- Le recordó el chico.

-Sí, lo hiciste.- Kagome lo miró con aire inocente e infantil- Es sólo que verlo con mis propios ojos es diferente... me emociona el hecho de estar nuevamente aquí...

-Niños.- Myoga negó con la cabeza suspirando. A pesar de la edad de su sobrina, la chica seguí comportándose como a los doce años.

-No saques las maletas tío, lo haré yo.- Kagome se apresuró a detener al anciano que ya cargaba con el pesado equipaje de la jovencita.

-No Kagome, yo puedo.- Jadeó el viejo.

-¡Al menos déjame ayudarte!

-Hey, ustedes dos.- Kouga miró con mala cara al par.- Dejen que llame a alguien para que recoja el equipaje.

-No... es... necesario.- Kagome se echó una de las maletas a la espalda y se dirigió trabajosamente a la entrada.

-¡Kagome! ¡Te vas a lastimar!- Kouga corrió a quitarle a su amiga aquel "costal de ropa" como solía llamar a las maletas Ayame.

-Es lo mismo desde hace años.- Kagome se llevó las manos a la cintura después de que Kouga le arrebató la valija.- Jamás dejas que yo haga todo por mi propia cuenta...

-Mientras estés conmigo, no permitiré que te esfuerces Kagome-chan.- Kouga sonrió.

Tanto el anciano como la muchacha siguieron a Kouga hasta que entraron a esa bella residencia.

-Bien, pues estamos aquí.- Kouga dejó el bulto en el suelo, un hombre pronto llegó a llevarse el equipaje, probablemente a la habitación de la chica.

-Gra-gracias...- Musitó Kagome al sujeto.

-Bueno, pues yo paso a retirarme. Sólo quería darle la bienvenida a mi sobrina favorita... Nos vemos luego.- Myoga abrazó a la muchacha dándole un beso en la mejilla y despidiéndose de Kouga afectuosamente con una palmada en la espalda.

-Hasta luego tío Myoga.- Kagome sonrió débilmente.

El anciano pronto salió de ahí dejando solos al par de amigos. Pasaron un par de minutos sin que ninguno lograra decir algo, la muchacha miraba a su alrededor recordando, mientras que Kouga, extasiado por la desbordante belleza que Kagome había adquirido al pasar de los años, no hallaba palabras.

-¿Y tus padres?- Preguntó la muchacha para romper el incómodo silencio que se había hecho presente.

-¿Eh?... ¡Ah! No se encuentran Kagome, mi padre se halla de viaje y mi madre regresará por la noche.- Kouga parecía aturdido.

-¿Y qué me dices de Ayame-chan? Todavía vive en esta ciudad ¿Verdad?- Preguntó la muchacha de cabellera azabache, refiriéndose a su más querida amiga de la infancia.

-Sí, aún vive aquí. Pero a decir verdad... hace bastante que no nos vemos. Así que no tengo idea de cómo está, pero tengo su teléfono por si deseas llamarle...

-Te lo agradecería mucho.- La joven talló sus ojos con las manos, era obvio que el viaje le había agotado.

-Kagome... ¿Por qué no vas a descansar un poco a tu habitación y luego vamos a comer?- Invitó el muchacho de mirada esmeralda.

-Me parece una muy beuna idea.- Rió Kagome.- La habitación de huéspedes está en donde recuerdo ¿Cierto?

-Tal y como dejaste esta casa, así que la encontrarás pronto.

-Ya veo... bueno, te veo al rato.- La muchacha se acercó al hombre y besó cariñosamente la mejilla de éste.

-S-sí...- Un tiñe rojo se apoderó inmediatamente del tostado rostro de Kouga. Observó marcharse a la joven... había algo tan diferente...

Kagome se veía tan cambiada... Ya no era la niña que recordaba... Sabía perfectamente que eso podría causar serios problemas; aunque la idea, era absolutamente absurda.

-¿Sentirme atraído por Kagome Higurashi?... ¡Feh! Eso jamás sucederá...- Kouga limpió cualquier rastro de beso que hubiera quedado impregnado en su mejilla con al mano.

Continuará...

Capítulo terminado el 8 de Noviembre del 2004 (11:16 p.m.)

Me llevé una gran sorpresa al ver la aceptación que tuvo el primer capítulo de este fic, y debo agradecerles por haberse tomado la molestia en leerme y dejarme un review ;;!!!

Yo sigo muy insegura con este fic que considero lo deben sentir muy aburrido (vaya autora que soy xD) pero que igual le estoy poniendo mucho empeño para que les agrade n.n sólo espérenme!!!! ToT!

Fic dedicado a mis hermanitas Alex (mi sisi solecito n.n), Gaby-chanis (mi lucesita chibi-onne), Lina (Neko-chan!), Mandy (melly) y Naryu (Gemelis ;;). A mi oka Aio (okaa! ;; te quelo muto), primi Yuzu y tía Chely (que con tanto post ya ni sé si es mi tía aún, wa!)

Ya empiezan a aparecer los demás personajes, y poco a poco saldrán los demás. Agradezco MUCHÍSIMO sus reviews, los cuales maldigo por no poder agradecer uno a uno a falta de internet en mi hogar y que no tengo mucho tiempo en el ciber (maldita economía de mi bolsillo ¬¬... peren... mi bolsillo tiene agujero!! WAAA!!!! TOT! Soy pobre!)

:: Llorando amargamente:: Pero en fin, muchas gracias a todos ;; son muy buenos en leer mis porquerías feas :: Mira a Sayi y Yashi:: O.o ahemm... yo no dije nada jiji. Pero eso sí! Si este fic les llega a ser tedioso o que suceda eso de "epa! Me da flogerita leerme todo el cap, pasemos al final..." díganmelo onegai!! Que es lo que menos quiero que suceda... ya si en caso de que de verdad este fic sea basura como todo lo que hago :: Vuelve a mirar a Yashi y Sayo:: emm... jiji n.nU pues, mejor lo elimino,no quiero molestarlos u.u :: se va al rincón con una caja de pañuelos:: snif, snif ;;

Agradezco nuevamente, esperando que me dejen aunque sea un "no sirves para nada! Bórralo!" xD o mejor si es "sigue, ta pasable" ya si recibo un "excelente!" no me quejo O.o pero manden algo si!!!! :: hacha en mano:: ¬¬... ehhh :: Mira a Naryu:: (si, soy mas inmadura que tú xD) por favor, lo que sea dejen un comentario.

Perdonen mis estupideces xD estoy tan insegura!!

Kuruma Chidori (Iya!)