Eliza bajo el miscrocopio
Eliza fue educada en casa básicamente desde que nació. Su madre le enseñó a leer y obviamente sus primeras palabras fueron los nombres científicos de los animales que se encontraban en el camino:
-Phyllobates terribilis.
- Lilobates terribis.
- ¡Muy bien Manzanita!- Nigel alzó los puños celebrando y asustó a la rana dardo que estaba sobre una roca y que Marianne grababa.
Contaba zebras, dientes de cocodrilo, aprendió a sumar y restar con los dedos de las manos; le enviaban por correo a su madre las materias que debía estudiar y le compraban libros en inglés y uno que otro en el idioma local. Debbie le explicaba los temas que a ella se le facilitaban (sorpresivamente era muy buena en Literatura), ella siguió los pasos de su madre y entró a la facultad de Cine. Cuando iba a terminar la preparatoria Eliza sabía que quería seguir haciendo lo que sus padres hacían: viajar y proteger a los animales.
Le era fácil hacer amigos, incluso humanos, pues sabía que probablemente no los volvería a ver. En muchos pueblos la gente no tenía luz, menos teléfono para llamadas internacionales o internet. No sabe cómo están ellos ahora. Era muy intuitiva y aplicada para sus clases, pero tenía cero capacidades para mantener amistades a largo plazo, generar relaciones profundas, hablar de otra cosa además de la clase pasada o el clima.
Eliza quedó en segundo lugar en su examen de ingreso en la Universidad de Oxford, no sabe si a pesar o gracias a que fue educada en casa. La verdad es que pasó muchas noches estudiando, pues sabía que no sólo vendrían preguntas de zoología, y que no podía preguntarles a sus animales. Tuvo que repasar matemáticas, que siempre la dejaban con sueño, inglés y otras materias.
Esa mañana la despertó la luz que entraba por la ventana en su cuarto en el campus. Después de pisar sus lentes varias veces, sentarse encima, rayarlos, que Doni se los robara y una infinidad de otros accidentes, llegó a la conclusión que debajo de la cama era el lugar más seguro para ellos. Pero no podía encontrarlos esta vez.
- ¿Te quedas, Eliza?- su roomie le preguntó desde la puerta. Bay estaba en quinto semestre de Historia del Arte.
- Voy - Okay, unas horas que salga sin sus lentes no pueden ser tan malas. Se puso sus tenis y su chamarra, agarró sus llaves y salió.
Iban caminando tranquilamente cuando una voz llamó su atención. Entrecerró los ojos tratando de enfocar a la persona que se venía acercando. A 20 metros solo distinguía un mancha roja y gris moviéndose.
- ¡Prima! Qué gusto verte, ¿cómo están el tío Nigel y la tía Marianne?
- Tyler.
- En vivo y a todo color. Entré a Ingeniería en Informática y Telecomunicación. Suena a genio ¿verdad?
- Sí, felicidades primo.
- Parece que nos vamos a ver seguido por aquí. La facultad de Ingeniería y la de Ciencias están muy cerca una de la otra.
Eliza no se portó muy conversadora. Su primo siempre le pareció un poco… alzado. No tenía tiempo ni energía en ese momento para estarlo escuchando en ese momento.
- Sí, te llamaré para salir uno de estos días. Salúdame a mis tíos también.
- Tu primo es gracioso. Te veo en la noche, que tengas buen día- Bay se adelantó a saludar a una amiga suya y desapareció entre el mar de gente.
Eliza llegó 20 minutos antes que cualquiera de sus compañeros en su primer día. No quería arriesgarse a perder el transporte, no encontrar su salón, que le cerraran la puerta en la cara o sufrir algún tipo de percance. Escogió una mesa en la esquina derecha de hasta adelante. Sacó su cuaderno y su pluma y se quedó en silencio esperando.
En un rato llegaron dos muchachos: uno moreno y la chica con pelo negro hasta los hombros y puntas verdes con sus mochilas al hombro.
- Hola - le sonrió la chica.
Eliza solo alcanzó a hacer un ruido incómodo con la garganta.
- ¿Microbiología?
- Eh, sí…Eso dice mi horario. En la puerta está anotado el nombre de la materia y coinciden.
- Claro, gracias. ¿Estás en primer semestre? Nosotros vamos en tercero y no te recordamos.
- Soy bastante olvidable…- eso no era necesario.- Sí, voy en primero.
- A ver tu horario.
7:00 a.m. Microbiología
9:00 a.m. Química inorgánica
11:00 a.m. Matemáticas
1:00 p.m. Optativa
- Qué suerte tienen los de nuevo ingreso con el horario corrido.
- ¿Cómo que suerte? No llevo ni una materia relacionada con zoología.
- Es obvio, chica. ¿Pensabas que aquí te enseñarían a hablar con animales?- el chico cruzó las piernas en forma de mariposa sobre su silla.
- No, cómo crees- Eliza dio un largo y ruidoso sorbo a su malteada.
- Mira - la muchacha se le acercó -. La carrera se va de simple a lo complejo, de lo chiquito a lo grande. No puedes de entrada a manipular leones en tu primer día. Además de fauna silvestre llevamos botánica, micología...
- Sí, lo sé - tranquilízate Eliza, no necesitas asustar a tus compañeros justo el día que te conocen.
- ¿De dónde es tu acento? - el muchacho cambió de tema.
Eliza se quedó unos segundos analizando si debía limitarse a decir que su madre es estadounidense y su padre británico, si debería mencionar el último país donde estuvo, Marruecos, o sería mejor inventarse una vida totalmente nueva, como que era huérfana, una princesa, una espía…
- Buen día, jóvenes - entró un señor con pelo grisaceo y un maletín en la mano izquierda -. ¿Cómo están?
El salón ya se había llenado para entonces. Eliza no había notado el murmullo de los que serían sus compañeros por el resto del año.
- Después podrás contarnos - el otro muchacho le susurró y tomó una silla del fondo.
Se quitó los lentes, les sopló para que se empañaran y los limpió con un trapo que llevaba en el bolsillo. No estaban realmente sucios, pero sentía la necesidad de tener las manos ocupadas.
- En la práctica de hoy haremos cultivo y tinción de Bacterias Grahm. Organícense por equipos de 3 para pedir en el almacén cajas Petri, un mechero. Todos traen sus batas lavadas ¿verdad?
- Sí- contestaron sus compañeros. Eliza abrió su mochila, pero sabía que era en vano.
- Profesor, mi bata se quedó lavando en mi casa. Sabía que no podíamos presentarnos sucios y decidí lavarla ayer en la tarde, parece que no se alcanzó a sec…
- No me interesan las excusas, señorita.
- Pero…
- Puedes salir a pedir prestada una bata, tienes 10 minutos antes de que nos abran el laboratorio.
Eliza salió corriendo como gallina sin cabeza. No conocía a nadie. ¡Y no veía nada!
- Oye, oye… ¿te perdiste?- una voz divertida la asustó.
Un muchacho con braquets la miraba divertido. De hecho Eliza no podía ver sus braquets, ni sus ojos, ni nada...
- Tú! ¿de casualidad tienes una bata que me prestes?
- De hecho sí. Acompáñame a mi salón y te la doy.
- ¡Muchas gracias! - Eliza empezó a caminar a su derecha, pero sintió como una mano la detenía.
- Es por acá. ¿Estás bien?
- ¿Parezco mal? Claro, sólo un poco ansiosa porque no quiero perder mi primera práctica, mis compañeros deben estar organizándose y terminaré trabajando sola si no me apuro.
- ¿Con quién es tu clase?
- Payson.
- Él te dejará pasar aunque llegues tarde pero te pondrá falta. Al final de mes si tienes asistencia perfecta te regala un punto sobre tu examen parcial. Llegamos.
- Eliza se quedó afuera esperando a que el muchacho borroso le pasara su bata. Alumnos pasaban en frente de ella. La lógica le decía que no le estaban poniendo atención, que estaban concentrados en sus propios asuntos, pero a la vez sentía que no debía estar ahí.
- Me la puedes dar cuando quieras antes del jueves. No es necesario que la laves.
- Te debo una coca.
- Mejor una chela.
- No… no tomo- la pelirroja miró sus zapatos con vergüenza.
- Obvio que no te la vas a tomar, es para mi.
- Haha. Bueno, veré como te lo pago - se dio la vuelta y empezó a caminar. Se detuvo un segundo y regresó.
- ¿Me recuerdas tu nombre?
- Toby.
- Mucho gusto - otra vez se dio la vuelta y rebobinó. - Yo me llamo Eliza.
- Un placer. Que tengas buen día.
Eliza regresó y la puerta del laboratorio estaba abierta. Los muchachos que la saludaron más temprano le hicieron una seña para que se acercara.
- Haz equipo con nosotros, pareces lista.
- No estoy segura si esa es la mejor palabra para describirme- ahí va su síndrome de impostora otra vez- Sí, muchas gracias. ¿Cómo van?
- No tengo idea. Ya tomé micro pero esta práctica me dormí ese día y no la recuerdo.
- Disculpe profesor, ¿podría explicarnos este punto?
- Está bastante claro en la hoja que les di, señorita… Thornberry.
Eliza se dio la vuelta avergonzada.
- ¿Tu padre es Nigel Thornberry?
- Es… sí.
- ¡Qué afortunada coincidencia!- Eliza dio un saltito en su asiento del susto- Fui su profesor. Uno de esos alumnos que no olvidas, a veces creo que el me enseñaba a mí. Salúdalo de mi parte.
- Con gusto.
- Wow, la prima ya empezó a tener favoritismo, no me sorprende - Eliza escuchó a Tyler dentro de su cabeza, trató de encogerse en su silla y que no se notara el calor que subía de su cuello a sus cachetes.
