Don't leave me alone

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son propiedad de la Warner Brothers. Además, no gano nada con éste fic. Espero que si los representantes de la Warner Brothers, dan con éste fic, que no me lo tengan en cuenta, porque tan sólo lo hago para pasar el tiempo, no quiero que piensen que estoy jugando con sus deliciosas creaciones.

Advertency: Esto es un fic slash (relación chico/chico). Si no te gusta el género, mejor no sigas leyendo, aunque no sé qué estás haciendo en ésta web... Otras: Maltrato psicológico. En un futuro (capítulo 5) habrá Non-Con.

Autora: Uialwen

Rating: NC-17

Paring: Lionel/Clark ; Lex/Clark (al final)

Category: Angst, romance

Summary: Las cosas se le complican a Lex, está en una isla desierta y encuentra a un loco. Clark no está en su mejor momento, las advertencias de Lionel surten un efecto mínimamente esperado. Lex y Joseph se adentran a la isla.

Notas de la autora: Quiero dedicarle este capítulo a mi niña, Anny, porque ha sido la que más me ha ayudado con el capítulo. Si no hubiera sido por ella no lo habría sacado adelante. ¡Muchas gracias mi niña, eres un sol! También dedicarlo a Di Malfoy, que es mi betareader y hace un gran trabajo, además de tener que aguantar mis paranoias... Jijiji. ¡Gracias guapa, no sé qué haría sin ti!

Respuestas a los reviews:

Amazona Verde: ¡Hola!

Jijiji, y más que se va a poner... ¿Se nota que me gusta? Jajaja... Es que mi nene tenía que salir de alguna forma así... algo perverso, ¿no? Ya, pero es que ése ya no sería Lex, mira que intento que sea lo más parecido al Lex de Smallville... Pero tranquila, ya tendrá tiempo de achuchar a su Clarki. Sip, es muy lindo suspiro

En fin, siento la tardanza, pero estuve una semanita por Mallorca y no tuve ordenador hasta hoy.

Muchos besitos y sigue leyendo que ésto se pone cada vez mejor. Por cierto, en 2 capis viene el plato fuerte del fic... ¡¡Violan a Clark!! Jujuju, me encanta hacerle sufrir, el pobreshito... Muajaja.

Sigue leyendo...

dulce-vg: ¡Hola!

Capítulo 1: Jajaja, ¡pero si aún no has visto lo peor! Chica, que no quiero que te mueras en el primer capítulo, espera a llegar por lo menos al 5...

Capítulo 2: Jijiji. ¿Ya te da miedo? Y lo que te quda por ver. Además, ya verás como todo acabará bien.

Muchos besitos y sigue leyendo, pero procura no comer ni beber nada cuando lo leas, no quiero disgustos luego.

Partes: 3/16 Epílogo.

Chapter 3: Totally unknown heir?

Sentía un fuerte dolor por todo el cuerpo. Sabía que estaba empapado, lo podía sentir, pero era noche cerrada y verdaderamente, no podía moverse, su cuerpo estaba totalmente adolorido. ¿Qué había pasado? No lo sabía, pero tampoco le importaba.

Apoyado en sus manos, se incorporó un poco. Sentía las olas que le mojaban medio cuerpo, pero, ¿qué importaba ya, realmente? Ahí no estaba Clark para salvarle. Estaba, aparentemente solo, en medio de una isla desconocida, con el único consuelo de poder encontrar a aquella zorra de Helen Bruce y matarla con sus propias manos. Por suerte, la muy imbécil había dejado ir la pistola antes de saltar y él la había recogido. Sólo esperaba que no la hubieran ido a buscar aún.

Acabó de incorporarse. Se tambaleó un momento, la pierna derecha le dolía horrores, pero tenía que alejarse del agua o acabaría congelándose. ¿Irónico? Tal vez...

Se sentó unos metros más allá, se sentía agotado, probablemente hubiera estado flotando desde aquella mañana, si es que había pasado sólo un día, ¿quién podía saberlo?

Se acurrucó, cogiéndose las piernas. Tenía frío y a la vez el hambre lo estaba asediando. La sed también hacía mella en su magullado cuerpo. Pero de momento no podía hacer nada para poner remedio a su situación, no quería sorpresas nocturnas, mucho menos encontrarse desprevenido con Helen.

El cansancio comenzaba a adormilarle, así que se recostó, con las piernas cerca de su cuerpo, para intentar coger algo de calidez corporal, a pesar de que todo él estaba helado.

Poco a poco se fue quedando dormido. Intentaba no hacerlo, pero no lo podía evitar, se sentía agotado, de cuerpo y mente. El sueño acabó cayendo sobre él y los ojos se le cerraron solos. Pero no estaba solo, alguien entre los árboles había estado observando cada uno de sus movimientos...

Estaba sentado en uno de sus lujosos cuartos de estar, con una copa de Brandy en la mano, con el sillón hacia el gran ventanal, observando la ciudad aparentemente durmiente de Metrópolis. Era tarde, las 9 de la noche, para ser exáctos y la oscuridad estaba totalmente cernida sobre ésta.

Verdaderamente, hacía media hora que había recibido la noticia de Morgan Edge de que el avión en el que Alexander Luthor y Helen Bruce viajaban, se había estrellado en el mar. No se sabía qué de cerca habían caído, pero lo único que le importaba era que: se había desecho de su hijo y ahora sólo le hacía falta inculpar única y exclusivamente a Helen para quitarse a aquella molesta mujer de encima.

¿El móvil de aquél asesinato? El dinero que heredaría de Lex si éste moría. Era un plan perfecto, salvo que Lex realmente no hubiera muerto... Bah, era imposible salir de un accidente de aquellas características... ¿o no?

Dejó la copa sobre el brazo del sillón y pasó su mano por la cara, masajeándose momentáneamente las sienes en un gesto de desesperada frustración. Realmente, no le hacía bien el alcohol. Se levantó, cogió el vaso y abriendo la ventana lo vació. Observó un rato las luces que se iban apagando poco a poco en los edificios contiguos. Sonrió, Metrópolis era una ciudad llena de fábricas y edificios dedicados plenamente al comercio. La LuthorCorp era uno de los más grandes y extensos de éstos y las fábricas estaban distribuidas a lo largo y ancho de aquela hermosa ciudad, a la par que por todas partes del mundo...

Se sentía orgulloso de su legado y en verdad, adoraba todo aquello que había construido de la nada. La LexCorp no tenía punto de comparación con la suya, pero ya la haría subir de rango, con el tiempo y los empresarios y trabajadores adecuados lograría que llegara, quizá, al mismo nivel al que estaba la LuthorCorp.

Se fue hasta el escritorio y pulsó el botón del interfón de una de sus secretarias.

-¿Si, señor? -oyó que respondía.

-No me pase llamadas ésta noche, voy a estar indispuesto, recoja todos los mensajes que le dejen.

-Sí, señor. Así lo haré.

-Muchas gracias, señorita Jones.

-A mandar -fue la respuesta de la chica antes de que la conexión se cortara. Debía ir a hacerle una nueva visita al Joven Kent y no deseaba ser interrumpido.

Marcó el número de su chófer.

-Maxuell, tenga listo el coche en 2 minutos.

-En seguida, señor -fue la respuesta de éste.

Cogió su gabardina negra y se dirigió a la puerta.

Bajó las escaleras (se sentía bastante bien, así que decidió no coger el ascensor) y al llegar al vestíbulo, el mayordomo le abrió la puerta, dándole las buenas noches. Al salir, se encontó a Maxuell con el coche listo para partir.

Se sentía muy solo. No podía evitarlo. Siempre estaba pensando en el porqué no le dijo todo a Lex desde un buen principio, aún recordaba las palabras frías e inexpresivas que le dedicó aquel lejano día y le dolía en el alma, porque lo amaba, en silencio, desde que lo había salvado por primera vez en aquel accidente.

No sabía cuanto tiempo llevaba ahí, tampoco qué estaría pasando fuera... Pero, ¿verdaderamente podría soportar lo que pasaba fuera? Tan siquiera soportaba lo que dentro de aquel maldito lugar podía pasar... Se sentía desprotegido, desamparado, sin sus poderes se sentía frágil, tanto como si hubiera sido congelado con su propio poder. El desasosiego que sentía en el alma no se lo podía quitar de la cabeza, y eso le apenaba.

Atado, desvalido, sin poderse mover ni un milímetro. Tenía todo el cuerpo flácido, a causa de la falta normal de poder, lo que le hacía un chico jovial, un chico saludable... Lo que le hacía pensar que jamás pensó que llegaría a añorar sus poderes. En cambio, ahora, la situación era desesperante. Las lágrimas se le habían secado ya hacía tiempo, tan siquiera tenía fuerzas ni ganas para eso.

No sabía tan siquiera que había sido de Lex, no sabía qué estaría haciendo su padre o Chloe... ¿Estarían preocupados? ¿Lo estarían buscando? Seguramente, sí. Sólo esperaba que ese bastardo de Lionel Luthor no les tocara un mísero pelo, porque después no tendría piedad con él, en cuanto consiguiera liberarse lo mataría con sus propias manos.

-"Quiero irme a casa... -pensó apenado. Las lágrimas, incapaces de salir, ya no más.

Cerró los ojos en un nuevo intento de pensar que tan sólo estaba en una pesadilla, que despertaría en su cuarto de Metrópolis, en donde había ido a estudiar a la universidad de periodismo... Pero al abrir nuevamente los ojos, volvió a encontrarse en aquella fría habitación, con el ruído de las máquinas a su alrededor.

¡Cómo odiaba aquello!

--- Soldedad ---

--- Miedo ---

--- Terror ---

--- Tristeza ---

--- Depresión ---

--- Rendición ---

--- Desconcierto ---

--- Desorientado ---

--- Perdido ---

--- Rabia ---

--- Desasosiego ---

Todo eso y más era lo que poblaba el alma de Clark Kent cada segundo, cada minuto, cada hora, cada vez que se encontraba solo en medio de aquel abismo de larga oscuridad en el cual parecía estar atrapado, sin salida... Sabía que no aguantaría mucho más, pero iba a luchar, hasta el final, lo haría por Lex, por su padre, por Chloe, por su madre, por Pete y Lana y sobretodo para no darle el gusto de verle rendirse sin luchar a Lionel.

¿Irónico? ¿Era irónico el hecho de haber sido atrapado por el enemigo jurado de la familia Kent? Quizá sí, pero no iba a rendirse tan fácilmente como Lionel se esperaba, no, no lo haría, aún guardaba un poco de su dignidad y la preservaría el tiempo que hiciera falta, porque no quería que nada le ocurriera a Lex o a su padre, tan siquiera a Chloe.

Escuchó la puerta abrirse y cerró los ojos, sólo con oír los pasos sabía que quien había accedido a la habitación no era más que Lionel Luthor. Su sola presencia encendía la llama del odio, el rencor y el pánico, el pánico a lo desconocido, el pánico de saberse tan vulnerable ante aquél hombre.

La última vez que Lionel volvió a entrar, recibió tales descargas de kriptonita que aún le dolía el cuerpo. Y estaba seguro que su suerte, esta vez, no iba a ir menos lejos que la última vez, quizá aún más lejos y todo...

-"Buenas noches, Clark -oyó que le decía Lionel."

Clark permaneció en silencio. Sabía que si le decía todo el reparto de insultos que en esos momentos estaban en su mente, la cosa iría peor para él...

-"Veo que aún sigues con esa actitud... ¿Crees que te hace bien? Mi querido muchacho, no hay más que decir que te rindes y te llevaré a otra parte, a una parte mejor y más cómoda. Estoy seguro que tu cuerpo lo agradecería, pero, por supuesto, tu necedad no es tan fácil de corromper... ¿Cierto? Bien... tú mismo, Clark, verdaderamente, diría que estás haciendo ésto a propósito.

-"Sólo déjame en paz de una buena vez -fue la seca contestación de Clark.

Grave error de su parte.

-"Hmm... ¿Por qué iba a hacer yo eso? Además, el otro día ya te expuse mis motivos. Soy ambicioso y sólo queiro para mí lo mejor de todo, además, ¿qué hay mejor que el hombre de hacero? -dijo entre risotadas.

Clark sintió en su interior, innumerables arcadas. Estar cerca de Lionel Luthor era como experimentar la enfermedad. A pesar de no haber estado enfermo en su vida, ahora comprendía lo que era tenir arcadas, ganas de vomitar, ganas de sólo dormir y que te dejen solo, ganas de dormirte y no despertar jamás para no sentir el dolor.

La luz de la mañana, sorprendió a un dormido Lex Luthor, acurrucado en la arena, mortalmente frío. Sus labios estaban resecos, cortados y en parte cubiertos de arena.

El sol le dio en los ojos, dañándole. Eso le hizo recordar la blanca sonrisa de Clark, aquella que deslumbraba a cualquiera que supiera apreciarla. No sabía cuánto lo había extrañado y ahora que se podía permitir pensar, le añoraba, había sido injusto con él y sólo ahora se daba verdadera cuenta de lo que le había pasado.

-"Fuiste un idiota -oyó muy cerca de su oído."

Abrió abruptamente los ojos. ¿Eran alucinaciones o realmente había alguien a su lado? Giró la cabeza, encontrándose a un muchacho.

-"¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?"

Estaba lleno de pánico, a pesar de que su voz no lo dejaba ver. ¿Qué hacía allí aquél extraño? No tenía idea...

-"Tranquilo. No te asustes. Sólo estoy aquí para hacerte ver que fuiste un completo estúpido. Mira que creer en aquella perra... De veras, fuiste un imbécil -le dijo aquel hombre."

-"No contestáste a la primera pregunta -dijo fría y cansadamente. No se sentía ni con fuerzas de mantener una discusión, lo que quería era comer algo y a poder ser darse un pequeño baño."

-"Mi nombre es Joseph Shardman. Ven, voy a llevarte hasta el río. Necesitarás bañarte y ahí hay peces en abundancia. Por cierto, también recomendaría que cogieras leña, te hará falta para una hoguera. Más que nada para no tener que comer los peces crudos, son asquerosos."

¿Cómo sabía lo que estaba pensando? ¿Estaba realmente sorprendido y asustado?

Se levantó. La pierna aún lo estaba matando, el golpe con el agua había sido duro y aún se resentía por el dolor, además, estar tanto tiempo en la misma postura le había entumecido los huesos. Joseph se levantó a la par de Lex, pero no hizo ademán de ayudarle.

El frío calaba sus huesos y no era bueno quedarse más tiempo del necesario quieto. Pero, no sabía si realmente debía confiar en aquel extraño hombre, su apariencia ajada era extravagante y no sabía qué pensar realmente de él. Parecía un loco. Pero después de todo era una isla desierta, ¿no? Tampoco era tan extraño...

Al mirar hacia el mar, pensó en lo que podría estar haciendo Clark y sintió un estremecimiento.

Hacía casi media hora que Lionel Luthor lo había vuelto a dejar solo. No sin antes de haberle administrado una pequeña dosis de una extraña droga, probablemente contenía algo de kriptonita, porque el dolor que había sentido después fue atroz.

Su instinto le decía que algo le pasaba a Lex... No sabía bien por qué, pero le daba mala espina todo aquello, sobretodo porque, Lionel, no se atrevería a actuar de aquella forma con su hijo cerca, aunque aún recordaba que Lex estaría camino a su Luna de Miel y eso lo estaba volviendo loco, y le dolía recordarlo. Él había sido el que dio el discurso en la boda, desgarrándose por dentro al hacerlo, y eso ocurrió antes de que su amistad "terminara".

Un estremecimiento recorrió su espina dorsal, sin saber realmente el por qué.

La soledad, lo estaba destrozando, nuevamente. Nunca le gustó la soledad y ahora la tenía como única compañera. Oía voces sin saber de dónde le venían... Y una de ellas le recordaba irremediablemente a Lex...

Le susurraba, y a la vez le gritaba. Diciéndole, recordándole lo que no había dicho, lo que no había hecho o dado por aquella amistad... Y cada una de aquellas palabras, de aquellas frases, se le clavaba una y otra vez en su corazón.

Le había perdido, lo sabía y eso le dolía, porque para él aún seguía siendo su amigo, su más fiel compañero y al que más amaba.

Chloe se encontraba en El Talón. No sabía ya qué hacer. Verdaderamente, la preocupacón le crispaba los nervios. Sus uñas estaban todas rojas de comérselas.

Ya había estado en dos granjas. Estaba pensando en si ir o no a la granja de los Craff. Era verdad que en las otras no había sacado gran cosa, pero se estaba jugando la vida de Clark y era la persona que más le importaba. Ya había perdido a Pete y a Lana, no quería perder también a Clark.

Dio un golpe a la mesa en la que se encontraba sentada. Hacía media hora que había cerrado el local y aún tenía que pasar por las oficinas de la LuthorCorp... Lionel la estaba presionando de sobremanera.

Chloe Sullivan cogió su auto para dirigirse a la granja vecina de los Kent, en busca de algún posible testigo de algún hecho extraño, algo que no fuera normal...

La carretera hacía bastante que no era reasfaltada, pero eso no le iba a impedir que llegara a su destino. Necesitaba investigar, sobretodo si quería encontrar a Clark.

No tardó en llegar a su destino, la granja de los Craff. El dueño de ella, como tenía entendido era Elias Craff y sabía que tenía una gran extensión de tierras y que normalmente llegaba a altas horas de la noche.

Entró a la granja, estacionando el auto justo cerca de la entrada de la casa. Bajó y tocó la puerta. Era la hora de comer y estaba segura que el señor Craff estaría en la casa.

Esperó pacientemente a que le abrieran la puerta. Fue recibida por la señorita Kathlin Craff, la hija mayor de la familia.

-"Buenos días, ¿está el señor Craff? -dijo educadamente, con una sonrisa.

-"¿Quién pregunta? -dijo a su vez educada la muchacha."

-"Soy Chloe Sullivan. Estoy investigando la desaparición de mi amigo, Clark Kent."

-"Un momento, por favor."

La chica entró a la casa y se fue en busca de su padre. Un par de minutos más tarde el señor Craff salió, cerrando la puerta tras de sí.

-"Buenas tardes -dijo éste."

-"Buenas tardes, señor Craff. No le voy a robar mucho tiempo, traigo un poco de prisa."

-"Usted dirá -dijo con una sonrisa preocupada el viejo hombre."

-"Verá, Clark, mi amigo, desapareció el día 4 de éste mes. ¿A qué hora volvió el 4 de Julio? -preguntó Chloe sacando una pequeña libreta y un lápiz de su bolso."

-"En el mediodía a eso de las 12pm y por la noche volví a las 6pm."

Chloe comenzó a hacer anotaciones en la libreta.

-"¿Alguna de las dos veces vio o oyó algo extraño? ¿Algo fuera de lo normal y cootidiano?"

-"Sí, recuerdo que la rueda de mi bicicleta se pinchó y tuve que ir a pie. En un momento dado, vi pasar a toda velocidad, un vehículo con el logotipo de las industrias LuthorCorp... Esos malditos ricachones, se creen que porque tienen dinero todo les pertenece... -se quejó el hombre con el ceño fruncido."

-"¿Un auto de la LuthorCorp? -preguntó extrañada Chloe."

-"Sí, era inconfundible. Pasó a toda velocidad, en dirección a Metrópolis."

-"Hmm... ¿La LuthorCorp a las 6pm? ... interesante -murmuró Chloe pensativamente."

-"¿Decía algo, señorita? -preguntó el señor Craff."

-"Oh, no... Ha sido de mucha ayuda. Muchas gracias y disculpe las molestias."

-"No fue nada, si he podido ayudarla en algo, me alegra, el joven Kent es una muy buena persona. Espero que le encuentren pronto."

-"Muchas gracias -dijo Chloe con una sonrisa. Guardó la libreta y cogió las llaves del auto.

-"Esa pobre familia... Ha sufrido mucho, señorita... Primero la muerte de la señora Kent y ahora la desaparición del joven Clark... es como si el destino y la suerte les estuvieran de espaldas... Sólo espero que todo se aclare y que el joven Kent pueda volver sano y salvo a casa... -dijo en un tono aflijido Elias Craff."

-"Eso espero, señor Craff, eso espero... -dijo Chloe en un suspiro-. Buenas tardes."

Chloe se dio la vuelta y se fue hasta el auto. Abrió y al entrar, dejó el bolso en el asiento del acompañante y puso el motor en marcha. El señor Craff la despidió con la mano y volvió dentro de la casa para acabar el almuerzo e irse a trabajar.

Salió de la granja y se dirigió hacia Metrópolis, puesto que aún tenía que ir a recoger los papeles que la secretaria de Lionel Luthor le había encomendado.

Realmente, últimamente estaba muy presionada por parte de Lionel... Ya estaba por llegar al colapso de trabajo. Entre el Talón y las investigaciones que le mandaba hacer Lionel sobre la lluvia de meteoritos... No daba abasto.

Puso la radio para oír las noticias y casi se va a la cuneta cuando oyó una de las últimas noticias. Se paró en el arcén y subió el volumen del aparato.

-"Al parecer, el avión privado en el que el bimillonario Lex Luthor, hijo de Lionel Luthor y propietario de la LexCorp, y su esposa; la doctora Bruce viajaban, se ha estrellado cerca del lugar de destino, perdiéndose en el Atlántico. Se cree que no hay supervivientes, a pesar que se ha dicho que un petrolero recogió el cuerpo desmayado de uno de los pasajeros que iban en el avión. No se sabe aún quién es, pero les mantendremos informados de los sucesos que ocurran en días venideros."

-"¡Eso era el avión de la doctora Bruce y Lex! -exclamó Chloe, alarmada.

Volvió a ponerse en marcha a toda prisa, debía llegar a la LuthorCorp. No quería retrasarse más, después estaba más rato del que desearía con los malditos papeles de las investigaciones. Verdaderamente, no sabía por qué al señor Luthor le interesaban tanto los archivos de las personas que fueron afectadas por la lluvia de meteroritos. Tal vez, intentaba encontrar algún indicio de que Lex se pudiera curar o simplemente, se había obsesionado por lo que le ocurrió a su hijo.

Pocos minutos después, aparcaba en su lugar reservado en el parking subterráneo y subía con el ascensor hasta el despacho de Lionel, en donde la secretaria de éste le hizo entrega de los nuevos casos archivados de los casos de afectados por la lluvia de meteorítos.

Recogió las carpetas y folios y volvió a su auto para irse a casa a preparar el articulo que le tendría que entregar la mañana siguiente a su jefe. Pero antes de llegar al coche, escuchó en una de las salas de reuniones más apartadas la voz de Lionel Luthor hablando con alguien que no reconoció.

-"Sí, tengo que avisar a los laboratorios para que fabriquen más de ese suero de kriptonita. No queda mucho ya allí y verdaderamente, si quiero lograr mi objetivo, lo necesitaré."

-"Muy bien, yo por mientras, voy a ir a revisar los últimos preparativos para que comiencen cuanto antes a prepararlo todo para su llegada -contestó la otra voz, era la de otro hombre, y le resultaba algo familiar... Pero no sabía de qué.

En ese momento, sintió que el picaporte se giraba y salió a la rápidamente de ahí, como de una emergencia se tratase.

-"Uff... Casi te cogen, Chloe Sullivan. Menos mal que tuviste reflejos -dijo con una sonrisa."

Abrió el auto al llegar a él y dejó los documentos en la guantera.

-"¿Suero de kriptonita? ¿Para qué querrá Lionel Luthor suero de kriptonita? -dijo extrañada poniendo las llaves en el contacto y apoyando las manos en el volante-. Es extraño, muy extraño... Voy a llegar hasta los laboratorios de la LuthorCorp para investigar. Ahí está Joel McBeal y podrá ayudarme..."

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¡Hola!

¿Qué tal estáis? Espero que muy bien. Yo estoy de maravilla. ¡Wow, el 3er chapter ya! Jajaja, suena totalmente increíble, ¿cierto? En cambio, aquí estoy, con el 3º ya y definitivamente, uno de los mejorcitos diría yo.

Sólo advertiros que a partir de ahora sí, ya es puro Angst. La verdad es que éste me ha dado especiales dolores de cabeza. Me quedé atascada casi al principio y no supe cómo seguirlo, pero gracias a Anny Pervert Snape lo logré continuar. ¡Gracias, hijita!

Pues bien, espero que os lo hayáis pasado bien en éste Año Nuevo y aquí está mi regalo para vosotras de Reyes, y muchos besotes a todos.

¡Las respuestas a sus comentarios donde las dejaron!

Besos,

Uialwen