9. El segundo castigo.

No me había costado nada dormirme, pero levantarme había sido todo un reto. Desde que sabía la fecha de nuestro segundo y último castigo, contaba las horas, minutos y segundos, quizás segundos no, para que finalizase, aunque sin ninguna duda eso me ponía mucho más nerviosa, pero no podía evitarlo. El día había sido tranquilo ya que, tanto Lily como yo, intentábamos alejarnos de los merodeadores lo máximo posible porque toda una tarde con ellos era más que suficiente. Habíamos quedado con los cuatro chicos en la sala común para que pudiésemos ir todos juntos al castigo, pero se estaban retrasando y nosotras ya estábamos desesperadas.

- Serán cobardes-dije enfadada- Se han rajado.

Se oyeron pasos en las escaleras y segundos después aparecieron en la sala común.

-Los merodeadores seremos lo que quieras, pero nunca cobardes-dijo James-

Le mire con el entrecejo fruncido para después mirar a Peter en señal de replica pero no dijeron nada al respecto.

-¿Vamos ya?-preguntó Lily-

-Si-asentí-Tengo ganas de que acabe.

Salimos de la torre Griffindor y nos dirigimos a las mazmorras, donde supuestamente nos esperaban Snape y Tank, el profesor de pociones. La puerta que daba al aula de pociones estaba abierta así que entramos con paso decidido. El profesor estaba sentado en su escritorio leyendo un libro, pero al oírnos, levantó la cabeza y cerró el libro de golpe.

- No os bastó con no asistir a mi clase, sino que también llegáis tarde al castigo-recibimos como saludo-

-Profesor...-comenzó Lily-

-¿Le he dado permiso para hablar señorita Evans?-preguntó el profesor-No,¿verdad?¡Pues cállese!

Lily asintió con la cabeza avergonzada. Tanto los merodeadores como yo estábamos furioso por el trato del profesor hacía la prefecta, pero ninguno se atrevió a intervenir ya que podían ser peor las consecuencias que un simple castigo.

-Bueno, no nos retrasemos más que tenéis trabajo-dijo con una sonrisa maliciosa- Mucho trabajo.

El profesor Tank había impartida la asignatura de pociones desde nuestro segundo año ya que el antiguo profesor de la materia se había jubilado nada más terminar nuestro primer curso. A diferencia de nuestro primer profesor, este disfrutaba haciendo sufrir a los alumnos pero en especial a los cuatro merodeadores, por lo que siempre buscaba el mínimo fallo de parte de ellos para reñirles.

-Ahora seguidme-ordenó Tank-

-Pero profesor ¿No esperamos a Snape?-pregunté temiéndome la respuesta-

-No-contestó el aludido-

-Pero si el también está castigado-recordó Sirius-

-El no lo estaría si vosotros no le hubieses obligado a retrasarse-explicó el profesor- Por lo que no hará el castigo.

Todos nos miremos sorprendido e insatisfechos." Como odio a este profesor"pensé."Se nota que es el jefe de la casa Slytherin". Tank nos llevó hasta el final del aula donde, oculta, había una puerta que con un movimiento de su varita hizo aparecer.

-Entrad-ordeno tras abrir la puerta-

No nos fiábamos mucho de él, pero al ser un profesor debíamos cumplir sus órdenes y no nos quedó más remedio que entrar. Era una habitación pequeña, llena de estanterías viejas y sucias por donde mirases. En cada una de ellas, había colocados pequeños frascos, también llenos de polvo, con líquido dentro. Tras observar la pequeña habitación con detenimiento, miramos al profesor esperando sus instrucciones para comenzar el castigo.

-En esta habitación se guardan pociones muy antiguas y peligrosas por lo que hay que tener extremo cuidado-explicó el profesor Tank- Vuestro castigo consiste en limpiar la habitación y cada uno de los frascos de manera muggle.

-¿Cómo de peligrosas son estas pociones?-preguntó curioso Sirius-

-Podrían tener consecuencias irreversibles si alguien las bebiese-contesto el profesor-

Sirius al oír aquellos sonrió con malicia. Sin ninguna duda, estaba pensando en las consecuencias de las pociones en Snape, pero llegó a la conclusión, que peor que ahora el slytherin no podía ser.

-Aunque algunas no son tan peligrosas, pero aun así las guardamos aquí-aclaró el profesor con otra de sus sonrisas- Venga, ¡comenzad!

El profesor salio de la habitación y del aula de pociones cerrando la puerta de esta tras de si. Todos nos miremos para después suspirar resignados.

-A trabajar-dijo Lily en un murmullo-

Sirius volvió a hacer el mismo movimiento con su varita y, tras decir las mismas palabras que el primer castigo, aparecieron de nuevo las cosas necesarias para limpiar. Comenzamos a limpiar mientras hablábamos entre nosotros, o mejor dicho, entre nosotras y entre ellos.

(La conversación de las chicas la pondré en cursiva y la de los chicos en negrita, hasta que ya hablen todos y pondré la letra normal)

-La verdad es que Fox no es mal chico-dije-Deberías darle una oportunidad.

-No es mal chico-corroboró Lily-Pero yo todavía no quiero tener novio.

-Yo tampoco-dije convencida- Soy demasiado joven para ya estar tan atada a alguien.

-Eres única-dijo sonriendo la prefecta-

-No me puedo creer que el idiota de Quejicus se haya librado del castigo-dijo Sirius molesto-

-Ya sabes de que Snape es el favorito de Tank-explicó James-

-Pues esto no se va a quedar así-afirmó Sirius-

-¿En que estas pensando Canuto?-preguntó James con una sonrisa maliciosa-

-En una "pequeña"venganza-contestó Sirius-Que se vaya preparando Quejicus.

-Nos estamos jugando otro castigo y el cuello-intervino Remus razonablemente-

-Oh vamos, el riesgo es lo divertido-dijo James con cara angelical-¿Verdad que sí, Peter?

-Si-asintió aunque no muy convencido-

-No es mala idea-asintió Lily-

-¡Pues claro que no!-dije entusiasmada-A mi madre no le importara, eres como una hija para ella, y además viviremos las tres juntas.

-Y así me librare de una vez de Petunia y esa versión de cerdo que tiene como novio-dijo Lily-

-Si y podremos hacer muchas cosas juntas como muggles-dije entusiasmada-

-Pero hasta que acabemos Hogwarts queda mucho-recordó la prefecta triste-

-Pues vente a pasar el verano en mi casa-propuse-

-No se...-dijo dudosa la pelirroja-

-Y bien James ¿Qué le vas ha hacer esta vez a Evans?-pregunto Sirius con su típica sonrisa pícara-

-¿A que te refieres?-dijo sin comprender el aludido-

-En el otro castigo le tocaste el culo ¿no?-contestó Sirius- ¿Qué tienes pensado para hoy? ¿Un beso, quizás?

-Ya os he dicho que fue sin querer ¿Por qué no me creéis?-preguntó James molesto-

-¿Por que te gusta esa chica y esperabas una oportunidad como esa desde hacia tiempo?-recordó Sirius burlón-

- Lo del castigo fue sin querer -dijo James-Y a mi no me gusta Evans.

-No, que va-dijo Remus sarcástico-

-James, si le das un beso a Evans...Remus es tu esclavo durante todo lo que queda de semana-apostó Sirius-

-¿Por que yo?-preguntó Remus molesto-

-Bueno, que sea Peter-accedió Sirius-Y te doy 50 knuts.

-No es buena idea-intervino Remus-

-Lunático tiene razón-corroboró James-No lo es.

-No será que no te atreves ¿verdad? –retó Sirius-

-Trato hecho-dije estrechando la mano de Sirius-

-Esto no va a acabar bien-opinó Remus-

-Cuando me case, me gustaría que tú fueses la madrina-dijo Lily-

-Para mi seria todo un honor-respondí con una sonrisa-

-Y también me gustaría que el camino hacia el altar este lleno pétalos de rosas blancas-confesó-Es un sueño que tengo desde niña.

-Me parece buena idea ¿Pero no quedan más bonito pétalos de rosas rojas?-propuso James-

-¿Y a ti que te importa lo que halla o deje de haber en mi boda?-contestó Lily sonrojada-

-Mujer, el novio tiene derecho a opinar-dijo James-

-¿El novio?-pregunte con una sonrisa-

-¿Qué has querido decir con eso?-preguntó Lily amenazante-

-Pues eso, tu, yo, nuestra boda-contestó James-Ya me entiendes.

-Creo que no-respondió la prefecta-

-Parad ya y sigamos limpiando-dije-Que aún nos queda mucho.

-Katrina...quiero decir, Turner, tiene razón-apoyo Remus-

La prefecta y yo nos giramos para continuar limpiando frascos y para seguir con nuestro tema de conversación.

-Pues eso, tú la madrina-recordó Lily-

-Y si yo me caso, cosa que dudo, lo mismo-dije con una sonrisa-

-Yo también dudo que consigas casarte, más bien porque no creo que haya alguien que te aguante-intervino Sirius-

-Estas graciosillo hoy ¿verdad?-dije sarcástica-

-En verdad todos los días-respondió Sirius con una sonrisa-

-Tan gracioso como idiota ¿no?-dije molesta-

-Turner, sabes perfectamente que es una broma-dijo Sirius- Nuestra relación funciona así.

-¿Qué relación?-pregunte incrédula-

-Oye Lily-comenzó James acercándose a la prefecta- Sirius podía ser el padrino ¿Qué te parece?

-En primer lugar, no me llames Lily, para ti soy Evans y como segundo, Sirius no será el padrino de mi boda, en la tuya quizás, pero en la mía no-replicó la pelirroja-

-Esta conversación es realmente estúpida-dije molesta-

-¿Hemos tenido alguna conversación que no lo sea?-preguntó Remus-

-No-contestamos al unísono todos los presentes-

Tras esto reino el silencio. Sirius, que no se le había olvidado de la apuesta, hizo una señal a James para que lo cumpliese. Este estaba nervioso. Sabía que no era correcto lo que iba a hacer, pero no podía quedar mal ante sus amigos y la verdad, es que el si que quería besar a la prefecta, pero con su consentimiento.

-Evans-llamo James-

-¿Qué?-preguntó la prefecta de mala gana-

El griffindor se acercó a la joven, que lo miraba cada vez más extrañada, y la agarró por los brazos para después comenzar a acercarse a la joven e intentar juntar sus labios con los de ella. El resto observaban sorprendidos. Lily al reaccionar, se aparto rápidamente de James para después pegarle una bofetada que este esquivo.

-¡¿Pero que te crees que estas haciendo?!-grito la prefecta-

-Sal conmigo-contestó James-

-Ni borracha-respondió la pelirroja-

Mire a James y pude ver en el rostro del griffindor arrepentimiento, pero eso no quitaba importancia a lo ocurrido.

-Primero le tocas el culo, ahora intentas darle un beso... ¿que será lo siguiente?-pregunté-

-¿Estas celosa?-me preguntó Sirius pícaramente-Por que si es eso, yo puedo solucionarlo.

Ahora si que estaba enfadada, y yo no era la única, Lily estaba enfurecida. La prefecta y James comenzaron a discutir, al igual que Sirius y conmigo, mientras Remus intervenía intentando arreglar la situación. Como los cinco estábamos muy ocupados peleándonos, no nos dimos cuenta de que Peter, al ver una pequeña araña que rondaba por la botellita que estaba limpiando, había soltado la botella y había caído al suelo rompiéndose, desprendiendo un humo azulado y de muy mal olor.

-¿Qué es esto?-pregunté-

-No lo se-respondió Remus-

Intentemos no respirar y salir de la pequeña habitación cuanto antes, pero ya era tarde. Comenzamos a ver todo borroso y un sudor frió recorrió nuestras espaldas. Nos agarremos a la persona más cercan para no caer, pero fue inútil, uno a uno lleguemos al suelo desmayados.

Continuara...

Hola, aquí esta el capitulo nueve de mi historia, espero que os guste porque la verdad es que estoy a falta de inspiración y no me ha quedado como yo esperaba, pero bueno, mientras que os guste a vosotras yo soy feliz jeje. Muchos besos y asta el siguiente.