DIARIO PARA TINO
CAPÍTULO ONCE: Un vestido para la novia
-Ay, ma cherié! Siento mucho no poder ir al registro civil hoy. Es que me toca una mesa de exámenes y hay que estar desde las 8.00 en la universidad...
-No se preocupe madame Millicic. Con su saludo es suficiente... –responde Azumi del otro lado del teléfono mientras le sirve su desayuno a Tino.
-Ayer hablé con Charlotte. Ella me dijo que irá. ¿Es a las nueve, verdad?
-Sí... ¡Ay, no! ¡Le tendría que haber dicho que es a las ocho! Es que siempre llega una hora tarde...
-Pues por una vez en su vida va a tener que ser puntual. Esa muchacha tiene que madurar, así como se comporta parece tu otra hija... –dice la profesora, en tono de broma.
-Ah, sí. Y vaya que da trabajo, tengo que inscribirla en el jardín de infantes –responde Azumi –Aunque parece que quiere cambiar ahora que conoció al tal Jack. Ahora sólo ve por los ojos de él... Jack esto... y Jack lo otro... y así todo el tiempo.
-Espero que siente cabeza pronto, o sino para cuando tenga hijos podrán jugar con los hijos de Tino... Cambiando de tema: ¿ya pensaste en qué te vas a poner para tu casamiento?
-Hum... no, todavía no...
-Pero linda... es tu casamiento. Si me hubieras dicho te conseguía algo...
-Ya encontraré algo por ahí... –responde la joven mientras va revisando el placard, que posee unas pocas prendas, la mayoría regalada: dos pares de jeans comunes, una camisa blanca que usa para lo días de exámenes, unas remeras y camisetas, un par de vestidos de futura mamá, también un enterizo y un abrigo de tela polar. El resto eran viejas prendas que usa solamente para andar en la casa o para cuando limpia, entre ellas aquel vestido con flores rojas que se puso la noche que cenó con Taro. De su calzado, poco también, nada más que zapatillas... y un par de zapatos blanco de tacón nuevos que Charlotte le había regalado en su cúmplenos y que apenas tenían una puesta; no es demasiada la ropa con la que puede combinarlos.. –Aquí está mi camisa blanca, siempre me queda bien... con unos jeans es suficiente...
-Azumi, valoro el hecho de que pongas a tu hijo por encima de todo, pero te concentraste tanto en ser madre que te olvidaste de ser mujer...
-Es de mañana, nadie se va a fijar... Además, no se preocupe tanto. Si es una boda de mentirita...
-Al menos píntate un poco... podrás pensar lo que quieras, pero el juez y los demás no lo saben todos esos detalles. Además Charlotte va a llevar la cámara de fotos.
-¿Y para qué? ¡Qué ideas tiene esta chica! –dice Azumi molesta.
-Pues aunque parezca extraño en mí, me parece que tuvo una buena idea. ¿O no quieres tener una foto para mostrarle a Tino cuando crezca? Bueno linda, ya debo irme y aunque no esté contigo físicamente sabes que estaré pensando en ti...
-Si lo sé Madame. Muchas gracias...
Después de cambiarse (finalmente se decidió por la camisa con los jeans, y los zapatos blancos no quedaban tan mal después de todo, si se lo veía con el maquillaje claro), Azumi viste a su niño con un conjunto de ositos azules (regalo de su abuelo Ichiro) y salen de su departamento. Atraviesan a paso cómodo el parque, aquel dónde Tino va a pasear todos los días, luego algunas de las pequeñas calles que componen Paris, la ciudad dónde las parejas vienen a enamorarse. Finalmente, llegan a un edificio de antiguo diseño pero excelente estado de conservación, que no es otro que la oficina de registro civil de Paris. Es temprano, y las calles están casi vacías. Del edificio sale Taro. Él sonríe al verlos y de inmediato se acerca a darle un beso al bebé.
-Hola, espero no haber llegado tarde –saluda Azumi.
-Para nada. Entré a preguntar y me dijeron que van con una hora de retraso.
-Mejor... olvidé decirle a Charlotte con una hora de anticipación. Es que si no hago eso siempre llega tarde... ¿Invitaste a alguien?
-Pues sí... pero es sorpresa.
-¿Sorpresa? Bueno, como quieras... –mira con detenimiento a Taro, vestido de saco color arena, una camisa vestir blanco inmaculado y pantalón azul con zapatos negros, más guapo que de costumbre. –Te ves muy bien...
-¿Tu crees? –sonríe Misaki.
-Claro... comparada a mi que estoy hecha un desastre... "Madame Millicic tenía razón al final" –se reprocha.
-No te preocupes por eso... Es mucha la espera; vamos a dar un paseo. –dice él mientras agarra el carrito de bebé.
-Pero... ¿no se nos hará tarde?
-No te preocupes. Llegaremos a tiempo.
Azumi, Taro y su hijo recorren algunas cuadras, y finalmente llegan a la zona dónde se encuentra la escuela de periodismo, en la esquina dónde habían coincidido la vez anterior. Nuevamente pasan por la vidriera de "Channel"
-Parece que todavía no cambiaron la vidriera... –dice Misaki como al pasar.
-Sí, es extraño, lo hacen todas las semanas...
-Me parece que es tu talle...
-Pero no mi presupuesto...
-¡Vamos a comprobarlo! –exclama Taro mientras empuja el carrito de bebé.
-¿Qué? ¿Qué haces? –lo toma del brazo para detenerlo- ¡Tenemos que volver al registro civil!
-¡Llegaremos a tiempo si te das prisa! –responde sonriendo al tiempo que los esfuerzos de Azumi para que no entre al negocio se vuelven inútiles.
Ya de vuelta en la oficina del registro civil...
-Qué extraño que la vendedora no haya dicho nada cuando vio que me llevaba el vestido puesto... no es normal en las casas de alta costura que la gente... –se pregunta Azumi. Luego mira a Taro que le responde con esa sonrisa pícara- ¡Oh, no! ¡Todo esto ya lo tenías planeado, eh! ¡Eres increíble, Taro Misaki!
-¿Debo tomar eso como algo bueno o como algo malo?
-¡No te hagas el tonto! ¡Estás haciendo lo mismo que cuando estábamos en la escuela y me hiciste creer que no te acordabas de mi cumpleaños y...!
-¿Y qué?
-Que ya no me acordaba de eso... cuantas cosas vamos olvidando... éramos tan buenos amigos... –dice ella, con un tono de pesar.
-Sí es verdad... supongo que todavía lo somos...
-Nunca fuimos otra cosa ¿eh?
-Azumi, yo tengo algo que decirte...
-¡Misaki! –dicen desde un taxi que va frenando.
-¡Genzo! –responde Misaki al auto que se detiene.
-¿Ey, así que esta era tu sorpresa? –pregunta Azumi.
-Cuando Misaki me dijo que se casaba, tenía que venir a comprobarlo. Y sobre todo porque me dijo que se casaba contigo... Te ves bien Azumi.
-Bueno... es una situación un poco especial... –responde ella tímidamente. –Taro.. yo... –responde incómoda-... nosotros no...
-Está bien. No soy un hombre de andar dando demasiadas explicaciones así que no tienes por qué hacerlo tú. Sin embargo estás muy bonita.. ¿Puedo decirle que está bonita, no Misaki? –dice mientras apoya una mano sobre su hombro para disimuladamente hablarle. –Después del casamiento vos y yo vamos a tener una conversación en la que sí vas a tener que responderme unas cuantas cosas... –susurra.
-Claro. -responde Taro, sin demasiada idea a que parte de lo dicho por Genzo responde exactamente.
-Ah, no... después del embarazo cambié bastante, ya no soy la misma... –dice ella un poco colorada. -¿Y tú? ¿No traes acompañante?
-Bueno... es que... hay alguien, pero todavía es algo muy reciente, no supe que hacer...
-¡Taro, Taro! ¡Aquí! –interrumpe otra voz femenina desde el otro extremo de la vereda.
-¡Sanae! ¡Tsubasa! –exclama Taro.
La pareja se acerca al resto. Azumi no sale de su asombro.
-Mira Azumi. Ella es Sanae, la esposa de Tsubasa. Ella era animadora del equipo Nankatsu.
-Yo te conozco, te veía en la televisión. ¡Ay, no sabes las ganas que tenía de estar en tu lugar en algunos momentos sentía que se iba el aire! Lo mío no es ver las cosas por la tele...
-Yo también te recuerdo, bueno, recuerdo lo que me dijeron sobre ti.
-¿Te hablaron de mí? ¿Te contó Tsubasa? ¿Qué te decía?–dice con los ojos iluminados como cuando era una niña provocando una risa en Misaki y Wakabayashi.
-Parece que está igual que siempre... –murmura Taro.
-Yo diría que peor... –remata Genzo.
-Eh... -vacila Azumi temiendo meter la pata- En realidad... –mira a Tsubasa al que le cae una gota de sudor... –todos me contaron algo, je, je...
-No importa. –se acerca al oído de la otra chica- Cuesta ponerlos en costura, pero al final después no pueden vivir sin nosotras, ¿no Azumi?
-Eh.. supongo... –responde casi totalmente colorada.
-Taro, te prometí que vendría y cumplí... –dice Sanae guiñando un ojo.
-Muchas gracias a todos. ¡Tsubasa! ¡Pudiste venir! ¡Realmente me has sorprendido!
-Bueno... tú eres el que se la pasa moviendo de aquí para allá. Me pareció justo por una vez hacer un cambio...
-Pero... ¿tú no tienes que entrenar hoy?
-Ajá... –sonríe Tsubasa despreocupadamente.
-No entiendo...
-Deja que yo lo explique cariño. –interviene la señora Oozora- Apenas volvió Tsubasa del entrenamiento le conté la buena nueva y...
Flashback Sanae.
-¡Taro se casa!
-¿Qué? ¿Cómo? ¿Con quién?¿Cuándo? –exclama sorprendido.
-¡Mañana! ¡Tenemos que pedir dos boletos a Paris urgente!
-Pero... el entrenador nos quiere a todos, todos los días para la pre-temporada ¿Cómo hago para viajar?
-Ay, eso es un problema... pero a ver, déjame pensar en algo...
Esa misma noche...
-¿Hola? ¿Entrenador Van Saal? Le habla Sane Oozora. Perdone la hora, pero quería pedirle si podía disculpar a Tsubasa de la práctica de mañana. Es que hoy volvió con mucha fiebre, creo que es un golpe de calor...
-¡No llames a nadie Sanae! ¡Estoy perfectamente bien, puedo jugar! –grita mientras su esposa le hace señas para que se corra más lejos del teléfono.
-¡Ay, ya oye lo caprichoso que es! El médico le dijo que no se levantara y el hablando de jugar...
-¡No es nada! ¡Estoy bien!
-Ay, mi esposo es capaz de decir cualquier cosa con tal que lo dejen participar... ¿De verdad? ¡Ay, muchas gracias! Es que si usted no le dice específicamente que no vaya es capaz de escaparse, usted sabe lo maníaco que es cuando se trata de fútbol. Si, sí, muchas gracias. Que tome mucho líquido, sí, se lo diré. Saludos a su esposa...
Fin del flashback
-...y entonces le dieron el día libre. Como nadie sospecharía que Tsubasa faltaría por gusto a una práctica ni siquiera mandaron al médico.
-La coartada perfecta... –opina Wakabayashi- Misaki, siéntete orgulloso. No creo que por otro haría una cosa así...
-Bueno, Misaki, eres uno de mis mejores amigos.
-De verdad muchas gracias a todos, amigos.
-¡Ah, Taro! –exclama Sanae- Aquí está lo que me pediste...
Sanae le entrega a Taro una caja transparente, de dónde saca un bouquet de rosas rojas.
-Gracias. Es para ti Azumi. –dice Misaki mientras Sanae coloca el fino arreglo en la muñeca de la novia.
-Una novia sin flores no es una novia. –agrega Sanae.
-No sé que decir... son muy bonitas... –contesta la otra chica, ruborizada.
-La otra flor es para el varón, para el ojal del saco. –explica la señora Oozora mientras le prende la rosa en el traje a Taro, que la recibe colorado.
-Ah, esperen. –interviene Azumi- Tengo que presentarles a alguien. Amigos, este es Tino. Tino, saluda a todos –dice alzándolo para que lo vean.
-¿Ay, así que este es Tino? –dice Sanae mientras se acerca- ¡Pero que niño tan bonito! ¡Ay... cómo quisiera uno de estos...! –agrega mientras Tsubasa siente que un frío le corre por la espalda...
-Creo que estás hasta las manos... –le murmura Genzo a Tsubasa, conteniendo la risa.
-¡Ya cállate! –responde Tsubasa, molesto.
-¿Qué pasa? –pregunta Azumi.
-Nada, nada... –dice Oozora.
-Ese es el problema... no pasa nada... –agrega Wakabayashi.
-¡Dije que basta!
-Muchachos, ya tenemos que entrar. –interrumpe Taro justo a tiempo porque los ojos de Tsubasa ya lanzaban chispas mientras Genzo lo mira sin esforzarse por ocultar su sonrisa.
-Suerte que dijiste eso Taro –dice Azumi mirando su reloj- ...porque si la ciencia no falla este es el momento en que....
-¡Azumi! ¡Azumi! –se escucha a Charlotte gritar que viene corriendo con la cámara de fotos. –Cof, cof, suerte.. que llegué... cof... a tiempo –dice deteniendo su apresurada marcha.
-...Y la ciencia no se equivoca. Llegas JUSTO a tiempo, Charlotte. –contesta con mirada de reproche. –Amigos, esta es mi irresponsable amiga, Charlotte Poitier. Habla un pésimo inglés y desde ya que no sabe decir más que "arigato"y "sushi" en japonés..
-Ah... así que ella es Char-lo-tte Poi-tier. –dice Tsubasa sonriendo.
-¿Eh? ¿Cómo sabes eso? –pregunta la francesa entendiendo que hablaron de ella. -Azumi, ¿a cuántas personas se lo dijiste?
-Perdona Charlotte, pero se los dije yo. –le contesta Taro- No te enojes por favor...
-Te lo tienes merecido por impuntual... –murmura Azumi.
-Que mala eres... ¡Bah! De todos modos me alegra saber que mi nombre es internacional..
Todos se ríen
-¿Y Charlotte? ¿Nos sacas una foto? –pregunta Taro.
-Claro que sí. Ya vine preparada. –agita la cámara- A ver primero los novios. Pónganse juntos y digan "wisky"...
-¿A nosotros? Bueno...
-A ver Tino, sonríe para la foto –le dice su mamá. -¡Estamos listos!
El flash de la cámara inmortaliza el momento.
14 de enero de 2005
Para quienes no sepan (creo que casi nadie pero nunca se sabe) Genzo Wakabayashi es Benji Price y Tsubasa y Sanae Oozora son Oliver Atom y Patty.
Bueno gente, según lo que han dejado de correo aparentemente lo que más les gusta de esta historia es la historia misma cosa que no les voy a decir que no me deja de sorprender un poco ya que no es el típico fic de Captain Tsubasa, transcurre bastante aparte, aunque siempre está dentro del mundo de esta (sería como un "gaiden" entiendo yo). De todos modos en este ya hubo y en los demás habrá algunas referencias a la historia general pero casi todas desde el punto de vista de Taro. Espero no haberme mandado ninguna macana con las relaciones de personajes y eso... mis conocimientos sobre CT no son perfectos, si hice algo mal disculpen por favor...
