DIARIO PARA TINO
CAPÍTULO TRECE: Partidas y acercamientos
La noche cae sobre París. La reunión ha sido larga y es el momento de despedirse nuevamente. En la terminal de ómnibus Taro, Tsubasa, Azumi y Sanae se despiden de Genzo.
-Bueno, siento tener que irme así, pero mañana tengo entrenamiento y no avisé de que me iba y no tengo ganas de que me manden a buscar...
-Claro que no, sé fue un gran esfuerzo para todos venir. Gracias. –responde Misaki.
El micro llega al andén, es la hora de marcharse.
-Entonces... ahora sí. Misaki, tu sabes que no soy de ser demasiado expresivo en mis sentimientos pero me dio gusto volver a verlos a los dos. Hasta luego Misaki, sabes que te aprecio, y piensa en lo que te dije, por favor...
-De acuerdo, te lo prometo.
-Buena suerte Azumi; y cuídate mucho.
-Lo haré. Y salúdame a esa novia misteriosa, a ver si algún día la conocemos. Anda Tino, vamos a saludar al tío Genzo... –le dice Azumi a su niño mientras agita su mano.
-Anego, cuida a Tsubasa, y a ver cuando compran un bebé de una buena vez. –se despide subiendo antes de que el colectivo comienza a andar. –¡Ah, Tsubasa! ¡Eso de los repollos intergalácticos es mentira!
-Ya me parecía raro que no me dijera Anego... –refunfuña Sanae entrecerrando los ojos; lo que provoca una risa generalizada que alivia la pena de la partida. -...pero Wakabayashi no está del todo mal en su observación... –dice dirigiendo su mirada incisiva hacia Tsubasa.
-Eh... mi amor... ¿Por qué no discutimos mejor esto en casa? Ahora tenemos que despedirnos de nuestros amigos... –comienzan a caminar a la salida -¿Y Misaki, nos veremos en la Champions League, verdad?
-Eso espero, Tsubasa. –responde Taro. –Eso espero...
-Qué pena que no puedan quedarse más. –se lamenta Azumi- Paris es hermosa en esta época del año y hay muchos lugares interesantes para visitar.
-Es que debemos volver hoy mismo y queremos tomar el vuelo de las 10. –explica Tsubasa. –Aún estamos en medio de las fechas, quizás más adelante.
-Ojalá puedan venir a España pronto. Así traes a Tino de visita ¿eh? –propone Sanae.
-Bueno... quizás el año entrante podamos ir de paseo, ¿por qué no? –sonríe la otra chica.
-Ahí viene un taxi. Mejor tómenlo, no quiero que pierdan su vuelo. –sugiere Taro.
-Misaki, Azumi, buena suerte y pueden contar con nosotros. –dice Tsubasa.
-¡Muchas gracias por invitarnos! –agrega su esposa.
Tsubasa y Taro se despiden con un abrazo. Sanae le da un beso a Tino y un abrazo a su madre y luego los Oozora se marchan en el taxi hasta que se pierde en la oscuridad.
-¿Sabes qué, Azumi? Me siento extraño...
-¿Y por qué? –pregunta ella con intriga.
-Es que he estado miles de veces en las terminales de ómnibus y los aeropuertos... pero nunca fue despidiendo gente. Se siente raro... como vacío...
-Pues, eso es lo que pasa cuando estás siempre en el mismo lugar. –suspira- Para el que se va siempre es mas fácil, pero para el que se queda...
-Supongo que tienes razón. Al menos me quedan ustedes...
-Pues claro. Tino no se irá a ningún lado, y yo tampoco así que no te apures. ¿Verdad Tino? –le pregunta Azumi al niño, pero él no le contesta; está profundamente dormido en brazos de su madre. –Hum, tanta fiesta lo dejó agotado. –bosteza. –Y a mi también por lo visto...
-Sí, ha sido un día largo. Mejor buscamos un taxi también nosotros...
-¿Y Sanae? ¿Qué piensas? –le pregunta Tsubasa a su esposa mientras la abraza.
-Azumi tiene miedo de que la carroza se le convierta en calabaza de vuelta y es un miedo bastante justificable. Quizás ni ella misma se de cuenta, pero pese a todos los esfuerzos de Taro, creo que hay una parte de su corazón que aún no lo perdona por dejarla.
-Pero a mi me pareció que se llevaban muy bien...
-Y lo hacen, pero como padres de Tino y cómo amigos también. Claro que sienten algo más, pero eso no significa que tengan una relación...
-¿Y Misaki? Hablé con él y lo encontré muy cambiado, ¿qué crees tú?
-Taro tiene un buen corazón, pero también se siente culpable y actúa conforme a esa actitud. Por eso prefiere mirar de lejos lo que dejó pasar en vez de ir e intentar recuperarlo...
-Quizás con lo que le dijimos entre Wakabayashi y yo cambie de opinión...
-Ojalá. No es tan tarde, pero si Taro no hace algo pronto llegará un momento que lo será... –se recuesta sobre el hombro de su esposo mientras cierra los ojos. -Tsubasa...
-¿Sí?
-¿Por qué a veces la gente buena no es feliz? Es injusto...
-No todos tienen nuestra suerte Sanae. Tenemos que estar agradecidos por lo que tenemos.
-Así es... sólo nos faltaría un bebé... –contesta mientras cierra un ojo.
-Ya me parecía que no ibas a olvidarte tan fácil de eso... –dice Tsubasa mientras respira hondo; es un largo viaje hasta Barcelona...
El río Sena atraviesa toda la ciudad de Paris. El sonido de las tranquilas aguas invitan a muchas cosas, pensar, relajarse, enamorarse según el gusto de cada uno. Es uno de los paseos más famosos del mundo y se puede recorrer tanto en barco como a pie, por uno de los antiquísimos 23 puentes que conectan una parte de la ciudad con la otra. Sobre uno de ellos, el Lena, pasea Taro con el pequeño Tino. Hasta ellos llega Azumi corriendo (casi saltando) muy emocionada.
-¡Taro! ¡Tino! ¡No saben lo que me pasó! ¡Había una inscripción para una pasantía en una revista de deportes en la universidad y les mandé un artículo mío! Yo no estaba segura de hacerlo, pero madame Millicic me insistió y al final lo hice y me llamaron para que fuera esta mañana!
-¿Y cómo te fue? –pregunta Misaki mientras comienzan a caminar
-Bueno, dijeron que les gustó mi artículo y que si me interesaría ser corresponsal en la temporada de verano. Es una revista que recién empieza y no pagan mucho, pero la profesora dice que me servirá para conseguir futuros trabajos... ¿Qué te parece?
-Pues... me parece una gran noticia. Felicitaciones. –sonríe. -Yo también tengo novedades.
-¿Si? ¿Cuáles?
Ya sentados en un banco a la orilla derecha del Sena, Taro le entrega un paquete y una carta.
-Ayer me llamó mi madre para avisarme que llegaría esto. La carta llena de dibujitos y corazoncitos es para Tino, la escribió Yoshiko. Parece que con esto de que es tía y todo eso se le han subido los humos y se da mucho aire de importancia con sus amigas...
-¡Ja! Supongo que sí. ¿Y el paquete?
-Ah, es un juego de sábanas de cuna y unas mantitas. Son para el invierno, las tejió mi mamá perdona que lo haya abierto, pero quería saber si había llegado todo en orden porque tenía que avisarle a mi mamá... Dice que quiere conocerlos y que vayamos a verla parece que no está muy bien con su marido, por eso puede venir hasta Francia en estos momentos... tal vez se separe de nuevo pero aún no sabe... cuando estábamos conversando de eso llegó mi hermana y ya no pudimos hablar más...
-Pero te dejó pensando, pensando en ella, ¿verdad?
-¿Eh? ¿Cómo sabes?
-Porque cuando pones esa cara de pena es porque piensas en ella. Es lo único que realmente te pone triste. No en vano te conozco hace tantos años, Taro...
-No es lo único que me pone triste... pero sí estuve pensado mucho en mi mamá.
-¿Quieres contarme?
-Cuando tenía doce años reapareció después de mucho tiempo y quiso cuidarme reaccioné con mucho enojo. Ella... ella abandonó a mi papá cuando más la necesitaba, y yo estaba de su lado; consideraba que me había abandonado a mí también. No pude perdonárselo. Creo que de algún modo le reprochaba el que no se hubiera quedado hasta el último minuto, que no hubiera tratado de salvar su matrimonio, que simplemente se marchara y hubiera comenzado una nueva vida dejado atrás lo que le estorbaba de su pasado...
-Mira, yo sólo sé lo que me cuentas tú, pero no creo que le haya sido así tan fácil... No sé como será separarse de un hijo pero creo que debe ser algo terrible. Yo, por ejemplo, nunca podría...
-Sí, lo sé. Ahora que tuve que vivir una situación parecida, me doy cuenta de que la juzgué con mucha dureza y que debió haber sufrido mucho por mi culpa. Muchas veces también deseé verla pero no quería lastimar los sentimientos de mi papá preguntando por ella. Eso y un poco de rencor infantil me lo impidieron... Cuando de grande me reencontré con ella ya no fue igual. No es que no la quiera, pero ya no la necesito... Por eso quiero que Tino tenga todo lo que yo no tuve. No es mi intención ocupar tu lugar en su corazón, entiendo que los hijos sean primero de las madres y luego de los padres. Es triste, pero debe ser así.
-Taro...
-Sin embargo, quisiera que sepa que me tiene a mi también, que realmente puede contar conmigo más allá de cualquier cosa que pudiera pasar entre nosotros... sólo eso...
-Taro... yo sé que te debo una disculpa. No debí ocultarte lo de Tino... cuando viniste a verme al departamento y vi como lo recibiste sin siquiera conocerlo, me di cuenta de que sin querer le estaba haciendo daño porque le estaba quitando la posibilidad de tener a su padre. Pero también te hacía daño a ti, y como te dije una vez, nunca traté de vengarme o algo así... espero que puedas perdonarme por eso.
-No tienes que decirme eso Azumi. Por suerte... todavía tiene arreglo.
-Tino es tan tuyo como mío, y siempre será así. Puedes contar con ello.
-Gracias, no sabes lo tranquilo que me hace sentir eso. –responde sonriendo. -Cambiando de tema... dentro de poco el equipo y yo jugaremos con el Burdeaux. Será el partido más importante de la temporada. ¿Vendrán a verme?
-Claro que sí. ¿Cómo podríamos faltar?
20 de enero de 2005
Tengo dos noticias: una buena y una mala.
La buena: "Diario para Tino"cumple dos meses desde su primer capítulo! Les digo que estos des meses han sido de los más entretenidos, aunque lamento no poder escribir más que un fic por mes (Lily, ¿cómo le haces para escribir tanto?) Estamos llegando a los últimos capítulos, no se pierdan el desenlace, los sorprenderá.
Ahora la mala: el 22 de enero del 2005, debido-al-fic-de-la-otra-vez tengo mi cuenta de inutilizada para postear allí (no sé por cuanto tiempo) Así que este fic se seguirá publicando ahora sólo en "Wakabayashi's friends" y en el foro de cuando mi cuenta vuelva a la normalidad, les prometo que pondré todos los capítulos que faltan allí, les pido disculpas pero esto no fue decisión mía
Espero que les gusten mis descripciones de Paris, debo decirles que yo no conozco nada de lo que les cuento jamás fui a Francia pero me encantaría hacerlo algún día. Mi mamá es descendiente de franceses y siempre me interesó este lugar en particular, así que eso me ayudó bastante para este fic, aunque algunas cosas las tuve que buscar y otras inventar
Saludos a Cristal Darling que me doy cuenta que es a la única que no le he dedicado ni un mísero saludo (a ti Alisse sí te saludé, ¿ verdad? Estoy vaga para ir a fijarme) Besos a todos.
