DIARIO PARA TINO

CAPÍTULO DIECISIETE: Acepta mi corazón

¿Eh¿Dónde estoy? –pregunta Azumi luego de descubrirse en la cama de un hospital.

¡Azumi¡Despertaste! –exclama Charlotte sentada en la banca junto a la camilla.

¿Qué pasó¿Dónde está Tino?

-Aquí está –responde la profesora Millicic acercándose a ella con Tino en los brazos y entregándoselo a la madre.

-Estábamos en tu departamento y hubo un incendio... ¿Lo recuerdas?

-Ah... sí –a la mente de la chica vuelven las imágenes de ese momento: el fuego, el humo, Charlotte gritando para que no volviera a entrar... y después aquella madera que cayó sobre ella y su amiga. Y Taro, entrando a través del humo... ¡Madame, tuve un sueño¡Soñé con Taro¡Soñé que estaba atrapada en el fuego, entonces venía él y me cargaba en brazos y me sacaba¡Fue como cuando nació Tino y...!

-Azumi... no fue un sueño. –responde madame Millicic -Tú quedaste atrapada por una viga y el edificio estaba en llamas, entonces él entró y te sacó antes de que te asfixiaras...

¿Eh¡No puedo creerlo¡Taro se arriesgó para... para salvarme¡Oh, por Dios¡Y yo que lo traté tan duramente!

-Fue un momento de rabia... –agrega Charlotte- Mira Azumi, sé que comparada a ti soy bastante inmadura y que no tengo idea de lo que realmente es sufrir... pero de lo que sí sé es que este muchacho te ama y que realmente le importas...

¿Dónde está ahora¿Está bien?

-Aquí Azumi, aquí estoy... –dice Taro entrando en la sala.

-Bueno... creo que lo mejor es que los dejemos hablar a solas... –sugiere Madame.

-Sí... yo me llevo a Tino para que descanses. –dice Charlotte mientras sujeta al niño -Aquí está tu bolso Azumi.

-Gracias amigas...

Las mujeres se despiden y se van, entonces Misaki se sienta en la silla al borde de la cama.

-Taro... estás herido... –dice mientras ve que su rostro tiene algunas quemaduras.

-No es nada. Sólo una pequeña chamuscada... se me quitará pronto... ¿Tu como estás?

-Bien... –responde al borde de las lágrimas. ¡Ay Taro pensé que me moría de verdad¡Tuve mucho miedo!

-Lo sé... pero también sabía que resistirías porque te conozco... más de lo que tú crees.

¡Perdóname Taro, te traté tan mal¡Te dije tantas cosas feas... y tu arriesgaste tu vida para salvarme¡Muchas gracias!

¿Por qué? No me costó nada... además no podía dejar que Tino perdiera a su mamá; ¿dónde podría encontrarle mejor madre que tú...?

Azumi sonríe: Taro siempre es tan dulce para decir las cosas...

-Perdóname por favor, por todo lo que te dije. Yo actué sin pensar.. me sentí frustrada y...

-No tienes que disculparte. Todo lo que dijiste era lo que sentías, y me lo tengo bien merecido. Aunque no fue planeado, sé que me porté como un desgraciado...

-Taro...

-No, déjame hablar a mí... por favor. Azumi, hay algo que no te dije... pero por favor no te enojes... Leí el diario; el diario para Tino...

¿El diario? –pregunta sobresaltándose. ¿Cómo.. cómo lo encontraste?

-El día que te desmayaste tuve que buscar entre tus cosas para llamar al médico... lo encontré en tu caja de recuerditos. Sé todo lo que pasó: que me amabas y que te rompí el corazón, y que pasaste momentos muy duros por mi culpa en los que me necesitaste y yo no estuve allí. Todo lo que me dijiste, no fue más que la verdad...

-Ya no tiene importancia, ya todo eso pasó... ya lo habíamos hablado.

-Todavía me falta decirte algo más. Azumi¿recuerdas que te dije que si te ayudaba no era por caridad o algo así?

-Sí... yo entiendo que de verdad quieres a Tino. Nunca dudé de eso...

-No se trata de él, sino de nosotros... Hoy fui al departamento porque iba a pasar a verte... porque quería darte algo...-busca en su bolsillo y saca una cajita- Yo sé que una cosa material no compensa el tiempo perdido ni te devuelve el amor que necesitaste y no te di en ese momento, pero es la única forma que se me ocurre de expresar lo que quiero decirte...

Misaki le entrega la cajita, y cuando Azumi la abre encuentra un anillo de oro y diamante.

-Taro, esto es...

-...aunque haya pasado el tiempo, mis sentimientos no han cambiado. Si me comporte de esa forma la otra noche, es porque no puedo tenerte cerca sin quererte, mucho menos olvidarte. Te amo Azumi, y siempre te he amado... Como ya estamos casados creo que no puedo pedirte que te cases conmigo, pero al menos... acepta este anillo y acéptame a mí también, por favor.

¡Sí, claro que sí, mi amor! Tu sabes que no sé como decirte que no¿cómo podría si eres el único dueño de mi corazón? Pero...

¿Pero qué hermosa?

-Si siempre sentiste que me amabas¿por qué nunca me lo dijiste?

-Bueno... creo que tenía miedo de que me dijeras que no. Con todo lo que pasó, sabía que las probabilidades eran muy pocas y traté de conformarme con lo poco que podía tener, aunque cada vez podía menos... es tan difícil de explicar.

Azumi sonríe; después de todo... ¡cuantas veces ella se había sentido así! Y luego pensó en el consejo de su amiga francesa: el orgullo es un sentimiento fuerte, pero el amor lo es más. Ahora sólo depende de ella que su historia tenga un final feliz.

-No te preocupes Taro, yo lo entiendo todo. De verdad que sí.

¿Entonces, quieres compartir tu vida con la mía?

¡Es lo único que realmente siempre quise, amor mío! –dice ella entre lágrimas.

Entonces Taro coloca el anillo en su mano y la besa suavemente en la mano. Ella sonríe y de pronto recuerda algo.

-Yo también tengo algo para ti. Está aquí. –señala la cartera.

¡Ah, tu bolso! Y.. ¿qué era eso tan importante por lo que volviste?

-Es una cosa, que seguramente te hará muy feliz.

Taro toma el bolso que Azumi le señala y busca en la cartera. Allí hay un sobre. Primero la mira sin entender, entonces ella sonríe y dice...

Ábreloábrelo ahora...

Misaki toma el sobre color madera. Dentro de él hay se encuentran unos documentos, entre ellos uno que dice:

Embajada de Japón –Ministerio de Asuntos Exteriores.

Partida de nacimiento

Apellido: Misaki Nombre: Tino

Hijo de: Misaki Taro y de: Hayakawa Azumi

Nacido el: 15 de mayo de 2000 en Paris, Francia

-Esto es... la partida de nacimiento de Tino... –dice Misaki sin salir de su asombro.

-La nueva partida. Llegó hoy al departamento y pensaba dártelo hoy con un pedido de disculpas pero ya ves, se complicó todo... Yo tampoco pude haber encontrado mejor padre para mi hijo que tú, Taro Misaki.

-No puedo decirte lo feliz que soy en este momento...

-Entonces sino puedes decirme nada, solamente...

Ella no puede terminar de hablar porque sus palabras son interrumpidas por los labios de Taro...

-...bésame...

-Perdón, pero la paciente sufrió una gran conmoción y necesito darle su medicación. –dice la enfermera entrando a la sala.

-Sí.. no se preocupe, ya me voy... –dice Misaki aún aturdido por la emoción del beso. –Creo que mejor te dejo descansar...

-Está bien. Ve tú también con el médico. No quisiera que te pasara nada justo ahora.

-No te preocupes, me quedo aquí afuera con Tino antes de que empieces a decirle al suero y a los camilleros lo mismo que me dijiste a mí. –dice guiñándole un ojo.

Azumi se ríe mientras la enferma va corriendo a Taro disimuladamente.

2 de febrero de 2005

Bueno, ya es el final (Alisse, cómo ves cumplí con mi promesa del final feliz). La verdad en estos últimos capítulo pasaron muchas cosas fuertes. Me alegra mucho que todos hayan seguido esta historia, sé que escapa un poco de lo convencional y temía un poco que no la aceptaran; creo que yo también aprendí un poco sobre mí misma, ahora más que nunca quiero seguir adelante (cuando vi el primer de fic de Lily de 75 pg, pensé¿Cómo se puede escribir tanto? Y resulta que este llegó a las 72)

Minmei, gracias por tu mail y a todos por sus últimos mensajes (todavía me río con lo de Yun Moore ) Realmente lo que más siento es el ya no poder hablar de la misma manera que lo hice hasta ahora con ustedes en estas notas, lo voy a extrañar...

No se pierdan el epílogo de esta historia (Lily, nos influiste a todos )