Este fic no me costó mucho escribirlo, simplemente lo tenía en la cabeza y surgió. Espero que os guste. Dejad reviews, así me inspiro más XD. Ciao!
Antes de empezar a leer: imaginaos la escena por un momento... a Utena se le han muerto los padres y no tiene a nadie que se cuide de ella... Quién será ese extraño que quiere quedarse con ella?
... - diálogo
( ...) - Pensamientos
Este fic contiene escenas de sexo explícitas, si no teneis la edad suficiente o no os gusta este tipo de fics, no lo leais, si lo haceis, es vuestra responsabilidad, no acepto críticas al respeto. Ciao.
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UTENA: AAahhh! No... para por favor...
Hideo empezó a mover los dedos dentro de ella hasta que empezó a notar su humedad. Cuando notó que ya no podía más, se abrió los pantalones y se sacó el miembro...
UTENA: Qué vas a hacer? Nooo!
HIDEO: Así que soy el primero en entrar en esta zona... jeje
Pero antes no pudiera llevar a cabo su acto de violación sobre la chica, que estaba cada vez más muerta de miedo, notó que algo le golpeaba la cabeza con fuerza y cayó sobre el pecho de Utena insconsciente.
Utena abrió los ojos en notar ese peso sobre su pecho, y se quedó de piedra en ver quién la había salvado. Sus ojos empezaron a derramar miles y miles de lágrimas de alegría hacia él.
UTENA: Gracias...
Esas palabras habían salido de la garganta de una Utena medio inconsciente. Notaba como alguien la levantaba del suelo frío y la tapaba con algo. No sabía quién era, pero notaba ese perfume... el perfume de su tio Kouro... ¿Era él? Quería abrir los ojos y mirarle, pero se sentía sin fueras y, lo peor de todo, estaba muy avergonzada de todo. Finalmente no pudo más y se desmayó en brazos de su salvador.
Esa misma noche, a altas horas de la mañana, se despertó con un fuerte dolor general de cuerpo. Lo que más le dolía era la entrepierna, y entonces empezó a recordar: Hideo y la cita, el parque y el asalto del chico... Aún podía sentir los dedos de este recorrer todo su cuerpo, entrar en ella del mismo modo... Pero se sintió peor aún cuando se dio cuenta de donde estaba entonces.
Se encontraba en una habitación que conocía poco. Era muy grande y estaba poco decorada, tan sólo unas cortinas, una mesa de despacho llena de papeles y un montón de fotos en las paredes. Estaba estirada en una cama de matrimonio muy comfortable... y a su lado, medio dormido y con los ojos cerrados, encarado hacia ella, estaba su tio Kouro. Al notar que la chica se movía, abrió los ojos y se incorporó.
KOURO: Utena...
Utena se puso a llorar alarmadamente. Tenía asco de sí misma, vergüenza... Su tio la abrazó muy fuerte, sin decir nada.
UTENA: Lo siento... Lo siento... mu... mucho... sniff... yo no... no quería... pero él...
KOURO: Ssshhht... traquila, ya ha pasado todo... Ahora estás en casa... No tienes por qué temer nada. Y no pidas disculpas, no tienes la culpa...
UTENA: Pero he sido una.. sniff... ingénua... sniff...
Kouro notó como las manos de Utena se le aferraron más a su camisa y, después de unos minutos, la chica volvió a desmayarse, quedándose en su pecho quieta.
KOURO: Utena... No te preocupes, yo estoy aquí para protegerte. Mi inocente Utena...
...-FLAIXBACK FUERA-...
UTENA: ( Desde... desde ese día Kouro-kun no ha vuelto a hablar demasiado más conmigo... Cuando me rescató de las manos de Hideo... sentí como mi corazón latía muy rapido en sentirme protegida por él... Pero él es mi "tio", sólo eso. Nunca podré enamorarme de él.)
YOKO: Utena! Hola?
UTENA: Ay, qué decís?
YOKO: Jo chica, te habías quedado medio embobada. Estábamos hablando de salir esta noche de fiesta.
UTENA: Fiesta?
KAORI: Realmente no nos escucha... No recuerdas?
UTENA: AAhh! Ya sé! Esta noche inauguran esa discoteca...
YOKO: Buff... Bueno, a lo que íbamos, vas a venir?
UTENA: No sé, tendré que preguntárselo a Kouro...
KAZUMI: Vamos, si ya tienes 16 años casi! Cómo puedes seguir preguntándole por salir?
UTENA: No sé... creo que debo hacerlo...
YOKO: Está bien, usa mi móvil.
UTENA: Gracias.
Utena marcó el número de casa que ya se sabía de memoria. Sonó unas cuantas veces el timbre, pero nadie lo cogió hasta que salió el contestador de voz. "Tio Kouro... Esto... esta noche mis amigas me han dicho para salir con ellas a una discoteca... Sólo llamaba para avisar que llegaría tarde y no podría hacer la cena... Nada más, adiós." Ese era el mensaje.
Sin que Utena lo supiera, su tio Kouro había corrido hacia el teléfono tan rápido como había podido, pero no había llegado a tiempo y ahora se maldecía por ello.
YOKO: Qué, te deja?
UTENA: No estaba, le he dejado un mensaje en el contestador... Supongo que lo oirá.
YOKO: Bueno, pues nos vamos, no?
KAZUMI: Uuuteeeenaaaaa!
UTENA: Q... qué¿
KAZUMI: Me prometiste que me dejarías que te vistiera y te maquillara!
UTENA: YO dije eso...?
KAZUMI: Síiiii!
UTENA: Está bien está bien... pero no te pases eh!
KAZUMI: Jejejee Bueno, será mejor que vayamos pasando... tenemos mucho trabajo jejej
YOKO: Os acompaño, así me ayudas a mi también. Hasta luego chicas!
KAORI: Adios!
Utena y sus dos compañeras se fueron a casa de Kazumi. Tenía una casa algo más pequeña que Utena, pero con el toque femenino que la suya no tenía. Se notaba que tenía madre y hermanas. Entraron a la habitación de la chica y se acomodaron en la mesilla que había al centro. Cuando llevaban un rato hablando, entró una de las hermanas, la mayor, a traerles algo para beber.
Era una chica muy guapa: el pelo liso verde, unos ojos pequeños y alargados negros, y un cuerpo perfecto. Les sonrió y se quedó con ellas un rato.
KAGUMI: Os puedo ayudar?
KAZUMI: Si hermana, podrías ir lavándole el pelo a Utena?
KAGUMI: Muy bien. Vamos guapa.
Kagumi se la llevó al labavo a lavarle el pelo. Una vez secado un poco, se lo envolvió con una toalla y esperó a que no degotara más.
KAGUMI: Eres muy bonita, seguro que un montón de chicas te van detrás.
UTENA: Gracias, pero yo lo veo más como una molestia...
KAGUMI: Estoy convencida que muchas chicas te tienen envidia... Incluso diría que hasta mi hermana...
UTENA: Kazumi también es guapa!
Kagumi sonrió y se llevó de vuelta a Utena a la habitación. Yoko ya casi estaba lista, tan sólo le quedaba vestirse, pero lo dejaban para antes de irse. Yoko estaba muy sexy, como siempre. Como no tenía complejos ni problemas con su cuerpo, siempre estaba espléndida, atractiva. Nada de "mona" o de "bonita", ella era atractiva.
Utena se sentó en un tamburete bajo y se dispuso a que le hicieran lo que querían. Cerró los ojos y notó las manos de su amiga en el pelo. Se lo peinó con cuidado, desenredando y dejándolo liso. Luego se lo secó, y se lo recogió un poco, para que no le quedase en la cara.
KAZUMI: Buff... Me ha costado mucho secarte todo ese pelo que tienes. A ver, qué hora és?
KAGUMI: Las... ocho y media, más o menos...
KAZUMI: Waah! Pues me voy a peinar en un momento. Chicas, de mientras, mi hermana os pasará al armario para que os vistais. Hasta ahora!
YOKO: Siiii.
KAGUMI: Bueno, vamos allá. A ver que os deje bien guapas.
Kagumi guió a las chicas hasta el gran guardarropa que tenían las tres hermanas. Parecía una habitación más y no un armario. Empezó a coger conjuntos y vestidos y a dejarlos encima de la cama. Cuando los tuvo todos, empezó a mirarse a las chicas.
KAGUMI: A ver, Yoko, tú pruébateeste. Y tú Utena, este otro. A ver como os sienta.
Yoko se puso el vestido granate que le tendía Kagumi. Le quedaba muy bien, todo apretado al cuerpo marcándole sus formas, la falda hasta media pierna; el escote era bastante marcado, dejándole ver algo; la espalda la tenía toda al aire, con muchas tiras repartidas de tirantes. El de Utena también era muy bonito. Era otro vestido, este más corto, de color verde manzana. Le llegaba la falda hasta encima de la rodilla, con un pequeño cortecito en cada lado, sin que se le viera nada; no tenía tirantes, pero una cadenita de plata lo sujetaba al cuello, con toda la espalda y los ombros al aire.
KAGUMI: Waaaw!Estais moníssimas! Esta noche rompeis, ya ves que sí.
UTENA: Rompee...r...?
YOKO: Jaja
KAZUMI: Ah, ya estais listas! Qué bien las has dejado hermana, vísteme a mi también!
KAGUMI: Está bien, está bien...
El vestido que escogió para su hermana también le sentaba estupendamente. Era un vestido de dos piezas, la parte de arriba un top de tirantes blanco, y una falda negra hasta el suelo, con un corte espectacular al lado.
Cuando estuvieron listas, se terminaron de maquillar, se pusieron los zapatos, cogieron sus bolsos y se fueron de marcha. Eran las diez de la noche cuando salieron.
Cenaron en el restaurante de un hotel muy lujoso, donde unos chicos las habían invitado gracias a lo abierta que era Kagumi. Se fueron con ellos a la discoteca, que estaba llena de gente, pero toda gente rica.
YOKO: Esto si que es un buen sitio...
UTENA: Ua... esto marea un poco...
KAGUMI: Es el humo del tabaco y el humo del escenario, dentro de un rato te acostumbrarás. Bueno, nos vemos luego!
UTENA: Qué!
KAGUMI: Claro, estos chicos tan guapos querrán bailar con nosotras, verdad?
CHICOS: Claro!
Kagumi se fue con uno de los chicos al centro de la pista. Yoko se fue con otro a la barra del bar a tomar unas copas. Y Utena se quedó ahí parada con el que le "tocó". El chico era muy guapo. Tenía el pelo bastante largo, que le caía encima de los ojos, unos ojos que le recordaron a...
UTENA: (Hideo... no, no puede ser que él... Pero se le parece mucho... No, no creo que sea él...)
CHICO: Hey, quieres que bailemos?
UTENA: Vale.
UTENA: Cuál es tu nombre? Creo que no me lo has dicho...
CHICO: Me llamo Amon. Vamos a la misma academia, pero creo que no te has fijado en mi.
UTENA: Ahí va mucha gente, no les conozco a todos...
AMON: No pasa nada. Oye, bailas muy bien. Vienes mucho por estos sitios?
UTENA: Es la primera vez que vengo a uno de este ambiente...
AMON: Si? Yo conozco al dueño de este. Vamos, te invito a tomar algo.
UTENA: Está... bien.
Amon se llevó a Utena a la barra, donde había estado antes Yoko. Le sirvió algo que la chica no supo distinguir, pero era muy fuerte. Se lo bebió despacio, pues le quemaba la garganta. Cuando se dio cuenta, ya llevaba bebidos dos de eso, y seguía en augmento.
UTENA: Oye no... no quiero beber más... No me va a sentar bien...
AMON: Vamos mujer, si eso no es nada! Vayamos a bailar!
La volvió a arrastrar hasta la pista. Utena se sentía bastante mareada, pero no dijo nada. Tenía miedo de que si abria la boca, todo el alcohol que se había tomado saliera por ella.
Llevaban un buen rato cuando Utena finalmente no pudo más y sus piernas perdieron fuerzas. Como estaba sujeta a él, no se cayó, pero se agarró más fuerte.
AMON: Oye, estás bien?
UTENA: No, la verdad... Todo me da vueltas...
AMON: Está bien, vayamos a fuera a que tomes el aire.
Amon la arrastró de nuevo, a la calle. La sentó en el banco de una placita de delante, donde pudo respirar por fin. No había nadie, todos estaban dentro. Estuvieron allí un buen rato, en silencio.
AMON: Se te pasa?
UTENA: Un poco...
AMON: Si quieres te puedo llevar a casa... Tengo el coche aquí.
UTENA: Te lo agradecería, pero tengo que avisar a mis amigas...
AMON: No te preocupes, yo llamo luego a mis amigos y se lo dicen. Ahora vamos, te ayudo.
UTENA: Si, gracias.
La ayudó a sentarse en un precioso coche negro, muy amplio por dentro, y muy limpio. Utena recostó la cabeza en el respaldo, cerrando los ojos para no marearse más. El viage se le hizo muy corto, enseguida notó como el coche se paraba.
UTENA: Ya hemos llegado...?
AMON: Sí. Vamos, te ayudo a bajar.
UTENA: No tranquilo, ya estoy mejor. Entraré rápido y me pondré a dormir.
AMON: Está bien. Ha sido un placer.
Utena entró en casa despacio para no despertar a su tio Kouro. Se sacó los zapatos y empezó a andar por el pasillo. La casa estaba muy silenciosa, daba un poco de miedo, y no había ninguna luz, así que aún iba más despacio para no caerse con algo.
KOURO: Llegas muy tarde...
UTENA: Ah! Eres tú tio... perdona...
KOURO: Vamos, hazme algo de comer, tengo hambre.
UTENA: Si... (Me ha estado esperando hasta ahora? Pero si ya son más de las dos... No le entiendo, se ha preocupado por mi? )
Kouro se fue a ducharse de mientras Utena iba a hacer la cena.
UTENA: Dónde está el arroz...? Aquí arriba... Necesito un taburete...
Utena se subió a uno de los taburetes de la cocina. Con el mareo temblaba un poco, a punto para caerse. Notó a alguien detrás, una mano que le pasaba por el lado y cogía lo que quería y un susurro en su oido...
KOURO: Cuidado, te puedes caer...
UTENA: (... Noto su aliento en mi oreja... Su piel medio mojada aún encima de mi espalda descubierta... No, no puedo pensar claro... el alcohol... )
Utena se resbaló de donde estaba, cayendo hasta toparse con él, el cual la cogió como pudo para que no se hiciese daño. Con una mano sujetó una pierna, y con la otra, que le resbaló, le cogió sin querer el pecho y el lado...
CONTINUARÁ!
