Capítulo 6-Conociendo el Pasado
El despacho en el que tanta gente había reunida había conocido tiempos mejores, tiempos de mayor alegría. Hoy en el despacho en que tantos directores de Hogwarts habían realizado sus funciones solo había un silencio tenso que nadie se atrevía a romper. Era normal esa situación, nunca en toda la larga historia de Hogwarts la desgracia y la muerte se había cebado tanto con el colegio. El mundo mágico no estaba preparado para esa situación, no estaba preparado para comprender que aquel al que habían aclamado como héroe y salvador se había vuelto en su contra. No podían comprender como Harry Potter había hecho tal atrocidad, como en un ataque a Hogwarts había acabado con la vida de tres alumnos en un mero instante. Eran niños, jóvenes estudiantes, ninguno de los tres superaba los trece años, y ahora sus padres recibirían una fría carta diciendo que sus hijos habían muerto por estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Draco estaba sentado en una silla cercana a la puerta mientras miraba con aire perdido como Snape respondía sin parar las continuas preguntas de los nerviosos aurores. Tenían miedo, ¿les podía culpar por ello?. No, no podía hacerlo mientras ese mismo miedo invadía todo su cuerpo. Le gustaría poder levantarse y decir a todo el mundo que desconfío de él, os lo dije, la oscuridad había regresado, pero no podía hacerlo. Ahora mismo en el despacho de Snape había dos aurores cuyos rostros mostraban una seria preocupación. Eran hombres maduros, todos ellos de más de cuarenta años, pero ninguno sabía que hacer, todos dudaban, no tenían un líder que los guiará, no estaban preparados para otra guerra. Se habían acostumbrado a sus vidas sosegadas y sin sobresaltos durante estos cuatro años, realmente pocos eran los aurores que estaban preparados para lo que se avecinaba. Uno de esos pocos estaba ahora investigando los terrenos de Hogwarts en busca de alguna pista, cualquiera que fuera sobre el asaltante de Hogwarts, sobre el carnicero que era responsable de todo este miedo. Neville Longbottom se había ofrecido a hacer ese reconocimiento del terreno sin que nadie se lo pidiera, y nadie puso objeción alguna, tenían demasiado miedo de que todavía hubiera peligro. Draco sonrió sin poder evitarlo, aquel muchacho antaño torpe e inseguro, a pesar de tener un espíritu noble, era ahora seguramente el mejor auror que había. Era una pena que el carácter desagradable y a veces violento de Neville, lo hiciera en ocasiones tan semejante de aquellos a los que quería capturar. Neville perdió su alegría el mismo día que la hermana de Ron murió a manos de Voldemort, al parecer estaba enamorado en secreto de ella. Ojalá no hubiera pasado, ojalá no hubieran pasado tantas cosas. Pero el pasado no se podía cambiar, había que luchar en el presente por salvaguardar el futuro.
-¿Draco?. ¿Draco? ¿Te importaría volver a este mundo?. Estamos tratando temas importantes.-Dijo Snape intentando mostrar un enojo que no sentía por el despiste de su compañero, de su amigo. Tenía que mostrarse severo y autoritario ante los aurores ya que necesitaría que confiaran en él, tanto como antaño confiaron en Dumbledore. Sabía que era una tarea prácticamente imposible, pero había que intentarlo, era posible que de ellos dependieran gran cantidad de vidas inocentes.
-Perdóname, Severus, estaba pensando en otras cosas.-Dijo Draco intentando recobrar la compostura a la vez que sentía como sus mejillas ardían por la embarazosa situación. Todo los aurores lo miraban ahora con desconfianza y desdén. Seguramente pensarían que no le importaba nada lo que había pasado en el colegio, al fin y al cabo solo era un Malfoy. Odiaba esa situación, odiaba esa mirada, y odiaba que no fueran capaces de mirar detrás de su apellido.-¿De que estaban hablando?
-Estábamos intentando reunir toda la información sobre el presunto atacante. Ya que usted señor Malfoy, ha estudiado tan de cerca al presunto autor nos gustaría conocer su punto de vista.-Susurro suavemente un auror de pelo castaño y poco pelo, calvo por la coronilla, que lo miraba con sus apagados ojos marrones de arriba abajo, demostrando con su sonrisa tensa que no apreciaba mucho lo que divisaba. Llevaba la misma túnica gris que tantas veces le había visto llevar a Ron, pero la de este auror estaba más limpia y parecía más elegante, lo cual demostraba que no había tenido el mismo trabajo que su amigo.
-¿Presunto autor?. Mas de una decena de personas ha visto el rostro de Harry Potter en el del asesino que atacó Hogwarts,¿ y usted , McHeler , todavía dice presunto? ¿Qué necesitan para creer en lo que ha pasado? ¿Necesitan que Harry Potter se aparezca en este despacho y maté a alguien delante suyo? ¿O incluso en ese momento dudarían y hablarían de presuntos asesinos?-Gritó Draco sin poder controlar sus nervios, la ineptitud de esa gente le sacaba de quicio, no merecía la pena discutir con ellos, y no entendía como Snape era capaz de mantenerse sereno ante tanta estupidez.-Debería haberse quedado Neville, él al menos tiene algo de cerebro en la cabeza.
-Draco, cálmate por favor, o me veré obligado a pedirte que salgas del despacho.-Reprendió firmemente Snape a su antiguo alumno.
-Lo siento, estoy muy nervioso con todo lo que ha pasado. Azkaban ha sido atacada, y ahora Hogwarts, empiezo a pensar que ya no hay un lugar seguro dentro del mundo mágico.-Dijo Draco pasándose la mano por el rostro, e intentando serenarse por dentro. La verdad es que estaba preocupado, más de lo que quería demostrar, había visto impotente desde la ventana del cuarto en el que había estado descansando el poder que Harry demostró. Era increíble, un poder que no había visto en ningún mago hasta ahora.¿Como lo iban a poder detener?. Sobre todo ahora que parecía tener más seguidores que nunca. Antes que estaba solo, el poder de Harry ya lo asustaba, ahora con aliados de su parte, simplemente no quería pensar en lo que se avecinaba. Lo peor de todo es que aún no sabían que era lo que buscaba, no sabían porque hacia todo esto.
-Y bien, ¿Sabe algo que nos pueda interesar?.-Preguntó un auror moreno, el cual se acariciaba su corta barba de manera inconsciente.
-Lo que yo sabía, ahora todo el mundo lo sabe. Sabía quien estaba detrás de todo, pero no lo que busca donde se esconde, parte de la culpa la tiene el hecho de ser mirado de manera amenazadora cada vez que insinuaba alguna de mis sospechas. Es muy difícil investigar algo cuando tu investigación es en contra del héroe del mundo mágico.-Intentó defenderse Draco cuando vio las miradas de decepción de los aurores al comprobar que él tampoco sabía nada de utilidad.
-Bueno, Severus, nosotros tenemos que ir al Ministerio a presentar nuestro informe. Dejaremos en Hogwarts a Longbottom por si sucede algo más. Nos mantendremos informados para organizar los cursos de acción pertinentes. Siento realmente todo lo que ha pasado aquí, ojalá se pudiera haber evitado esta desgracia.-Dijo McHeler a la vez que ofrecía su mano a modo de despedida a Snape, el cual la estrechó fuertemente. Tras estas breves palabras los aurores se marcharon por las escaleras fuera del despacho.
-Ojalá hubieran podido evitar esta desgracia. Si me hubieran escuchado en su momento en vez de desconfiar de mí, tal vez se hubiera podido evitar esta desgracia. Son unos malditos hipócritas.-Gruño Draco cuando ya se habían marchado los dos aurores.
-Tranquilízate Draco, por lo menos ahora ya saben a que atenerse, aunque ya sea demasiado tarde, por lo menos ahora la comunidad mágica esta enterada del peligro.-Dijo Snape avanzando hacia el enojado joven que tenía delante suyo, y apretando con su mano su hombro derecho.
-Eso es lo peor de todo Severus, no creo que todos vayan a creer lo que ha pasado. Ahora mismo hemos tenido un claro ejemplo de ello. Han oído el informe de los profesores, saben que es verdad, pero aún así se niegan a aceptarlo. Ha muerto gente y aún así no se atreven a señalar al culpable.-Murmuró Draco entre dientes a la vez que empezaba a caminar por el despacho para poder calmar ligeramente su intranquilidad.
-Ahora tal vez sea el momento adecuado para que vayas a buscar a nuestra invitada, y traerla hasta aquí para averiguar, quien es y que hace aquí.-Dijo Snape mirando con la ceja arqueada a Draco que estaba disgustado por lo que le había pedido.-Así de paso te tranquilizaras un poco, estas empezando a ponerme francamente nervioso.
-Esta bien, esta bien, haré lo que me has dicho, después de tanto tiempo siendo utilizado en las más peligrosas misiones, y ahora soy utilizado de mensajero. ¿A esto he llegado?.-Preguntó Draco moviendo airadamente sus brazos.
-No seas tan dramático, y no tardes, quiero acabar con esto cuanto antes.-Dijo Snape con una sonrisa en los labios al oír el último gruñido de Draco antes de salir por la puerta de su despacho.
Draco bajo las escaleras a grandes pasos y de manera tan apresurada que casi se tropieza en uno de los escalones. Estaba realmente molesto por la conversación que habían tenido con esos dos necios que se hacían llamar aurores. Había sido una completa perdida de tiempo, estaban llenos de miedo, y peor, de desconfianza. No habían querido creer ni una sola palabra que habían dicho los profesores. Estaban demasiado cómodos en sus aburridas vidas, como para concebir que un asesino les volviese a amenazar de nuevo. Tenía ganas de golpear algo o a alguien, seguramente por eso Severus le había pedido que se marchase a buscar a esa chica que había aparecido de la nada y de la cual nadie sabía nada. No se encontraba por suerte demasiado lejos, la habían dejado en un solitario cuarto abandonado, ya que en la enfermería se encontraban los cadáveres que Harry había dejado a su paso. La joven llevaba inconsciente desde que se había enfrentado a Harry cuando huía. Había sido muy valiente, tenía que admitirlo, pero también muy estúpida. Casi sin darse cuenta llegó a su destino, y abrió la puerta con cuidado. La chica seguía profundamente dormida, el golpe de Harry seguramente le afectó más de lo que parecía. Estaba boca abajo, y su largo pelo negro no dejaba ver su rostro. Uno de sus brazos caía por un lateral de la cama, si podía dormir de esa forma entonces no estaba tan mal, pensó Draco a la vez que esbozaba una ligera sonrisa y se acercaba para despertarla. Todo sucedió en un momento, la chica se movió a una velocidad vertiginosa, sorprendiendo a Draco que en un momento sintió su cuello agarrado por un fuerte brazo, y una varita le pinchaba en el pecho.
-No te muevas ni para respirar, y así no tendré que matarte.-Dijo la morena muchacha en un leve susurro en el oído de Draco que pudo sentir su cálido aliento, tan distinto al frío tono de sus palabras.
-¿Crees que es buena idea tomarme de rehén en un castillo lleno de gente y aurores? No queremos hacerte ningún daño.-Dijo Draco con la voz ahogada por culpa de la presa de su cuello. Era incómodo moverse de esa forma, él era más alto que su agresora, y sus piernas tenían que estar arqueadas para compensar esa diferencia.
-Creo haberte dicho que no te muevas. Ahora me vas a indicar por donde se sale.-Dijo la chica a la vez que con dificultad salía con su presa por la puerta del cuarto. Dio dos pasos hasta que sintió que un tacto frío en su cuello.
-¿Te vas tan pronto? ¿Acaso no te gusta nuestra hospitalidad? En verdad lo entiendo, las camas pueden ser algo incómodas en este colegio. Pero no es para ponerse así. Ahora podrías hacer el favor de soltar a Draco. Me ha costado mucho confiar en él y he empezado a valorar su amistad. Y no intentes ninguna tontería, no me temblará la mano te lo puedo asegurar.-Dijo una voz que Draco conocía a la perfección, la voz de Neville Longbottom.
-Si me haces algo, mataré a tu amigo, así que déjame en paz.-Siseó entre dientes la chica a la vez que empezó a dar un nuevo paso, pero notó como la varita apretaba más su cuello, a la vez que un calor proveniente de la punta le quemaba en el cuello.
-¿Quién ha dicho que sea mi amigo?. He dicho que confío en él, nada más, me molestaría perderlo, pero me repondría, te lo aseguro. Además me obligarías a matarte, y hoy no eres la persona a la que deseo matar.-Dijo Neville con un tono de voz imperturbable, a la vez que mantenía la presión de su varita. Hubo un silencio incómodo, hasta que por fin la muchacha soltó a Draco.-Así me gusta ahora, ¿podrías darle a mi amigo tu varita?
-Esto no cambia nada, tarde o temprano escaparé, no lo entiendes, tengo que detenerlo.-Empezó a decir enfadada la muchacha a la vez que entregaba con recelo su varita a Draco, que se pasaba la mano por su dolorido cuello.
-Si, si, si. Yo también tengo que hacer muchas cosas, pero no voy secuestrando a personas para conseguirlo.-Dijo cansadamente Neville a la vez que guardaba su varita, y ofrecía su mano a la desconocida.-Neville Longbottom, encantado, o lo estaría si no quisiera matar usted a mis amigos.
-¿Por qué guardas tu varita? ¿Por qué me tratas amablemente?. Podría atacarte ahora mismo y escapar.-Dijo la muchacha con las cejas enarcadas a la vez que miraba intrigada la mano extendida de Neville.
-Simple, si intentarás escapar, te mataría antes de que dieses el primer paso. Yo creo poder hacerlo, pero si tienes dudas, puedes intentarlo, pero no te quejes por el resultado.-Comentó simplemente Neville a la vez que mostraba una sonrisa exagerada.
-Catherine a secas, por ahora valdrá con eso.-Masculló Catherine a la vez que estrechaba con fuerza la firme mano de Neville.-Una de dos o eres una persona extremadamente buena en lo que haces, o eres el tonto más grande que he conocido.
-Por suerte para nosotros es lo primero, pero en ocasiones me desconcierta. Me gusta ver lo que valoras mi vida Neville.-Dijo Draco con voz enfadado y asegurándose de mostrar que él no guardaba su varita.
-No te enfades conmigo, Draco, ya sabes que no hablaba en serio, valoró esa engominada cabeza más de lo que te crees.-Dijo divertido Neville a la vez que pasaba el brazo por los hombros del antiguo Slytherin y con una de sus manos lo despeinaba.
-¿Así que te estabas marcando un farol?. No puedo creer que haya sido tan estúpida como para caer.-Susurró Catherine dejando caer sus hombros abatida.
-No, no era un farol. No te hubiera dejado marchar, aunque hubieras matado a Draco, lo único es que me importaba más de los que tu creías.-Dijo Neville con un tono frío distinto al tono jovial que había estado utilizando hasta ahora. Ese tono hizo que sufriese un súbito escalofrío, y supo con seguridad que no mentía, no se hubiera echado atrás aunque por ello la vida de su amigo se perdiera.
-No sé si habrá sido una buena idea el haberme quedado con vosotros.-Dijo Catherine resignada a la vez que caminaba con los brazos cruzados y mirando al frente sin posar su vista en ningún lugar en particular.
-Ten en cuenta cual hubiera sido la alternativa y tal vez no encuentres nuestra presencia tan desagradable.-Dijo Draco con gesto de nerviosismo sin perder ninguno de los movimientos de su agresora.
Durante el resto del trayecto no hubo más palabras, no hacían falta, Draco seguía tenso por culpa del ataque que había recibido, pero se tranquilizó cuando observó que Neville, a pesar de parecer tranquilo, no perdía ninguno de los movimientos de Catherine. La joven caminaba resignada sabiendo que no podía hacer nada para evitar la situación en la que se encontraba. En pocos minutos empezaron a subir por las escaleras que les llevarían al despacho de Snape. Cuando por fin entraron Snape hizo un gesto a los recién llegados pidiéndoles que se sentaran, a la vez que hacía caso omiso de la mirada desdeñosa del Neville, el cual bufó al ver a su antaño odiado profesor. Podrían estar del mismo lado pero eso no hacía que el antiguo Gryfindor olvidase las humillaciones que había sufrido a manos de esa persona. Pero por mucho que le molestase su presencia, más le disgustaba saber que un asesino andaba suelto por el mundo mágico, haciendo que el temor y la muerte regresará. Lo peor de todo es que ese asesino era Harry Potter, un muchacho al que había llamado amigo en más de una ocasión, una persona a la que debería matar para que todo acabase. Aún recordaba lo amable que había sido siempre Harry con él durante su vida de estudiantes, pero no le temblaría la mano cuando se enfrentará a él. Lo mataría sin dudarlo un segundo, o fallecería en el intento, de todas formas el encuentro sería decisivo. No tenía sentido preocuparse por ello.
-¿Quién eres y que haces aquí?.-Preguntó Snape taladrando con sus ojos a la inexpresiva muchacha que pareció no prestarle ninguna atención. Estuvo a punto de formular de nuevo la pregunta, cuando pudo ver los ojos asustados de la muchacha, y sus palabras murieron en sus resecos labios.
-Ya he dicho quien soy a tus lacayos, y la razón por al que estoy aquí es porque me has hecho llamar. ¿Y cómo podría yo rechazar semejante invitación?.-Respondió Catherine de manera irónica a la vez que esbozaba una sonrisa extraña.
-Sabes perfectamente que no me refería a eso, y deja pronto esa arrogante actitud. Es mucho lo que hay en juego. ¿De que conoces a Harry Potter?.-Preguntó nuevamente Snape arrastrando las palabras.
-No vuelvas a pronunciar ese nombre en mi presencia, o te arrancaré la lengua.-Gruño Catherine levantándose bruscamente de su silla, agarró el borde de la mesa tras la cual estaba sentado Snape con tal fuerza que sus dedos se quedaron blancos por la falta de sangre. Parecía estar a punto de echarse encima de Snape, cuando el frío tacto de la varita de Neville en su nuca la calmó. Echó una mirada virulenta al auror, que le respondió con una simple sonrisa. Mascullando palabras que Snape no entendió se volvió a sentar.
-Pronunciaré ese nombre tantas veces como desee, y tu no serás quien me lo impida jovencita. ¿De que conoces a ese asesino?.-Preguntó Snape cuidándose de pronunciar el nombre que tanto había exaltado a Catherine.
-Tengo una deuda con él, una deuda que se saldará cuando pueda ver como da su ultimo suspiro.-Dijo con voz ronca Catherine a la vez que sentía como sus ojos empezaban mostrar unas lágrimas que no deseaba.
-Entonces me parece que estamos del mismo lado.-Dijo alegremente Neville ignorando el gesto iracundo de la muchacha morena.- ¿Podrías contarnos que paso? Tal vez de esa forma, conociendo su pasado, logremos que no tenga un futuro.
Catherine miró enfadada al impasible auror, y después de unos segundos asintió. Era el comienzo de una alianza, una que tal vez ayudase a acabar con el nuevo Señor Tenebroso, a acabar con Harry Potter.
