Capítulo tres.- Problemas y soluciones.
Misaki. ¡Misaki! .- Genzo trataba de llamar la atención de su amigo.
¿Eh? ¿Qué ocurre?.- Taro aun tenía la mirada clavada en el corredor por donde se había ido Lara.
¿Qué rayos te pasa? Saliste como loco del departamento, vienes aquí y te metes en problemas con medio cuerpo policíaco francés. ¿Qué fue lo que hiciste?
Nada...
Ajá. No esperarás que te crea que nomás viniste porque te preocupa mucho el robo de obras de arte.- dijo Genzo, con sorna.
¡Déjame en paz!.- gritó Misaki, exasperado.
Wakabayashi se dio cuenta de que algo serio le estaba ocurriendo a su amigo, dado que él nunca estallaba en esa forma.
Ey, amigo, lo lamento. ¿Puedo ayudarte en algo?
Pues... .- Taro miró dubitativamente a Genzo unos segundos antes de decidirse.- Regresemos al departamento, allá te diré qué es lo que me tiene así...
Realmente, Taro no quería decirle a Genzo lo que había pasado, pero dado que él no podía pensar bien por sí mismo, debía buscarse un poco de ayuda, y nadie mejor que Genzo Wakabayashi para guardar un secreto.
Al llegar al departamento, Taro condujo a Genzo a su habitación y le mostró la obra de arte robada. Wakabayashi la miró con incredulidad unos instantes.
¿Pero qué...? ¿Qué hace eso aquí?.- preguntó Genzo, muy sorprendido.
No tengo ni la más mínima ni remota idea. Solo sé que anoche soñé que robaba la pintura y hoy apareció a un lado de mi cama. Así de simple.- respondió Taro, más tranquilo de lo que se esperaba.
¿Por eso saliste corriendo al museo? ¿Querías ver si en verdad era ésta la pintura que faltaba?
Exactamente. Se me vino el alma a los pies cuando descubrí que sí.
¿Y qué tal si es una imitación?
Pues... Lo mismo pensé yo, que era una imitación que había hecho mi padre pero... ¿No crees que sería demasiada coincidencia? Sería muy raro que se robaran una pintura y casualmente apareciera una copia de la misma aquí.
En eso tienes razón...
Bueno, pues hay una manera de comprobar si ésta es la original o no.- anunció Taro.
¿Ah, sí?
Sí. Los restauradores y coleccionistas marcan las obras originales con un marcador especial hecho a base de una solución anticorrosiva de alcohol que solo puede detectarse con luz ultravioleta. Si ésta es la original, debe de estar marcada con una tinta así.
Fabuloso. ¿En dónde conseguiremos una lámpara de luz ultravioleta?.- preguntó Genzo.
Uhm... Buena pregunta.
Creo saber en donde... .- comentó Genzo, al cabo de unos instantes.- Pero no te agradará ir a pedirle una...
¿Cómo? ¿De qué hablas?
Me parece que tu amiga, la detective Del Valle podría conseguirte una de esas lámparas...
¿Bromeas?.- Taro se sorprendió.
No. Los policías usan ese tipo de luz para detectar sangre en las escenas del crimen.
¿Y tú como sabes eso?
¿Y tú como supiste lo del marcador?
Bueno, como sea... Tal vez no haya otra opción... Tendremos que regresar al Louvre y pedirle a la detective Lara que nos preste su lámpara.
¡Ja! Quiero ver cómo logras convencerla de que lo haga sin que te quiera meter a la cárcel y condenarte por robo de material policíaco.- se burló Genzo.
Pues no tengo muchas opciones.- replicó Taro, algo exasperado.
Bueno... Podría pedirle a su hermana que nos ayude...
¿Para qué involucrar a más gente en esto?
¿Y qué explicación piensas darle a la detective de para qué quieres la lámpara, eh?
Le diré que no sé como es que llegó el Monet a mi cuarto y que solo deseo saber si es la pintura original para devolverla...
¿Estás loco? ¡No puedes decirle que tú tienes la pintura robada!
¿Por qué no? No la robé a propósito, quizás lo hice durante un episodio de sonambulismo.
Sigue soñando. Si te quisieron arrestar únicamente por querer acercarte a la escena del crimen, no sé que te harán si descubren que tú tomaste la pintura...
Taro ya no respondió; sabía que Genzo tenía razón. Debían pensar en otra cosa...
Así que nuevamente se dirigían hacia el museo; Wakabayashi formulaba mil y una teorías de el por qué estaría el Monet robado en posesión de Misaki.
Oye, ¿y si el ladrón entró a tu casa y dejó la pintura allí?.- cuestionó Genzo.
Podría ser... ¿Pero para qué lo haría?.- Taro dudó.
Tal vez para inculparte a ti y hacer quedar mal a tu padre.
No se me había ocurrido...
Era una teoría aceptable. Como director general de uno de los museos más famosos del mundo, Ichiro Misaki podría tener muchos enemigos entre los conservadores europeos que no quisieran tener a un japonés en el Louvre. ¿Cómo no se le había ocurrido eso antes?
Taro y Genzo entraron sin problemas al museo, aunque los guardias no dejaban de lanzarles miradas de sospecha, cosa que no era de sorprender dado el numerito que la detective Del Valle había armado dos horas atrás.
¿Quién de los dos distraerá a Del Valle y quién robará la lámpara?.- preguntó Genzo.
Uhm, no la vamos a robar, solo la tomaremos prestada... .- protestó Taro.
Da igual. ¿Quién de los dos hará qué?
Pues... Tal vez yo debería tomar la lámpara. Después de todo, ya robé anoche una pintura...
Ni siquiera estamos seguros de que realmente hayas sido tú. Y me parece que sería mejor que yo tomara la lámpara, yo no soy sospechoso de nada aún.
Pero no quiero que te metas en líos por mi culpa...
Tú eres más que culpable para la detective Del Valle y si te ve hurgando entre sus cosas te va a dejar caer encima a toda la INTERPOL. A mí ni me hará caso, mejor ve y distráela y yo me ocupo del resto.
Oye.- Taro se detuvo.
¿Qué pasa?
En verdad no quiero que te metas en problemas por mí. Estaría en juego tu carrera.
Eso es verdad, pero uno de mis amigos está en problemas y no puedo dejarlo solo.- dijo Genzo, con determinación.
Muchas gracias.- Misaki sonrió.- Te voy a deber una muy grande.
Ya me la pagarás no invitándome a las fiestas de las amigas de Azumi.
Uhm...
Así que Misaki y Wakabayashi fueron a la escena del crimen; estaban 100 seguros de que allí encontrarían a Lara Del Valle. Y efectivamente, la detective miraba el marco vacío de la pintura de Monet tratando de encontrar alguna pista que la guiara hacia el verdadero culpable.
Eh... Disculpe, detective Del Valle.- habló Misaki, con cierta timidez. Genzo se quedó unos pasos atrás.
¿Qué se le ofrece?.- inquirió Lara, con cara de pocos amigos.
Si me permite decírselo, no le vendría mal sonreír de vez en cuando...
¿Ah, sí? ¿Y a usted qué le importa?
Se lo digo porque alguien con un rostro tan bello se iluminaría aun más con una sonrisa... .- dijo Taro, suavemente.
Este simple comentario hizo que Lara se ruborizara. Misaki estaba sorprendido de sus propias palabras. Había sido sincero, ¿pero por qué le dijo eso?
Ah... Bue... Bueno, lamento ser tan descortés pero es que me concentro tanto en mi trabajo que me olvido de todo lo demás.- tartamudeó Lara, muy ofuscada. Nunca nadie le había dicho que era bella.
Me doy cuenta.- continuó Taro.- Se ve que es una persona que le pone mucha pasión a su trabajo.
Wakabayashi había aprovechado para acercarse sigilosamente hasta el maletín de la policía, tomar la lámpara y esconderla entre su chamarra. Al oír las palabras de Misaki no pudo evitar sonreír para sus adentros. "Algo me dice que no soy el único interesado en una Del Valle", pensó Genzo.
Lara seguía algo turbada, pero pronto recobró el dominio de sí misma.
¿Puedo preguntarle qué es lo que se le ofrece?.- interrogó a Misaki, con un tono muy policiaco.
Vine a ver si podíamos ayudarle en algo, usted sabe, mi padre y yo.- contestó Misaki.- Somos los que más conocemos este museo...
Sí, ya lo sé. Su padre ya se ofreció a darnos todo su apoyo, aunque me gustaría interrogarlo a usted también, dado que viene de visita al museo muy seguido.- dijo Lara.- Solo que ahora no tengo tiempo, primero debo encontrar todas las pistas posibles y después interrogar a los sospechosos.
O sea que me sigue considerando un sospechoso...
Uno de los principales. Después de todo, es una de las personas que mejor conocen este museo, usted mismo lo dijo.
¿Y qué me dice de su hermana?.- terció Wakabayashi, al tiempo que le hacía una señal a Misaki para avisarle que ya tenía la lámpara.- Nos dijeron que ella también es visitante asidua de este sitio.
No meta a Lily en esto.- respondió Lara, con esa mirada de fiereza que Taro ya había visto una vez en sus ojos.- Si me disculpan, debo volver a mi trabajo, ya me pondré en contacto con ustedes.
Y dándoles la espalda, continuó con su búsqueda de huellas incriminatorias.
Buena la hiciste.- Taro miró a Genzo con reproche.- Apenas que ya estaba empezando a aceptarme...
¿Y por qué estás tan interesado en que te acepte?.- preguntó Genzo, con tono de complicidad.
¿Tienes la lámpara?.- preguntó Misaki, para cambiar el tema.
¿Tú que crees?
Dámela, los guardias no me inspeccionarán a mí.
Wakabayashi le dio la lámpara a Misaki. Ambos salieron del museo tratando de aparentar inocencia, algo que no les fue del todo fácil, cuando alguien comenzó a llamarlos a grandes voces.
¡Señor Misaki! ¡Señor Wakabayashi! ¡Esperen un segundo por favor!
Ambos hombres se detuvieron. Wakabayashi sonrió al ver que Lily era la persona que los estaba llamando.
¿En qué podemos ayudarla, señorita?.- preguntó Genzo, con mucha cordialidad. Taro enarcó las cejas en un gesto de sorpresa.
Solo... Solo quería ofrecerles una disculpa.- respondió Lily, haciendo una graciosa reverencia.- Por el comportamiento de mi hermana...
No tiene que hacer eso, señorita.- dijo Genzo.
No, de verdad que no.- terció Taro.- Su hermana solo hacía su trabajo.
Eso lo sé, pero aún así fue muy grosera con ustedes.- dijo Lily.- Ella no tiene mucha paciencia y tiende a desconfiar mucho de las personas, sobre todo si se trata de hombres...
¿Y eso a qué se debe?.- inquirió Taro, sorprendido.
Pues... Creo que yo tengo la culpa de eso... .- susurró Lily. Sus ojos negros habían adquirido un aire de profunda tristeza.
No se aflija usted por eso.- dijo Genzo, tratando de animarla.- En verdad que por nosotros no hay problema.
¿Seguro? Usted le dijo que la demandaría por violación de derechos humanos.- dijo Lily, mirando a Genzo a los ojos con aire de desamparo.
Eh... .- Wakabayashi no supo momentáneamente que responder.- Solo lo dije para que dejara de maltratar a mi amigo.
Bueno... En ese caso... Espero que podamos al menos llevarnos bien. No puedo prometerles que Lara se porte bien con ustedes siempre, pero les aseguro que para mí serán un placer el poder llegar a conocerlos mejor.
En ese caso... Empecemos por el principio.- Genzo extendió una mano hacia Lily.- Genzo Wakabayashi, mucho gusto.
Lily Del Valle. Es todo un honor.- Lily tomó la mano de Genzo y le sonrió de una manera muy dulce. Taro notó el brillo en los ojos de la chica y no pudo evitar reírse.
Taro Misaki, es un placer.- dijo Taro, una vez que Lily por fin soltó a Genzo.
Bueno, y pues ya conocieron a mi hermana. Ella se llama Lara, pero no le gusta que la llamen por su nombre, así que les aconsejo que si no quieren hacerla enojar la llamen "detective Del Valle".- Lily hizo un mohín de disgusto.- A mí me desagradan las formalidades, pueden llamarme Lily, simplemente.
En ese caso... A mí llámame Genzo.- dijo Wakabayashi, tuteando a la muchacha.
Misaki se dio cuenta que su amigo estaba más que interesado en la hermana menor de la detective Del Valle, cosa que no le hubiera molestado de no ser porque llevaba escondida en su chamarra una lámpara robada y tenía en su departamento el Monet desaparecido.
Wakabayashi... Creo que mejor nos vamos ya.- dijo Misaki, con cara de: "Luego-coqueteas-tenemos-asuntos-pendientes".
Uhm... Sí, será lo mejor.- Genzo captó el mensaje de Taro.- Hasta pronto, Lily.
Cuídense mucho. Hasta pronto, un placer conocerlos.- Lily sonrió.
Hasta pronto.- se despidió Taro.
Rumbo al departamento, Taro no pudo evitar hacer un comentario sobre lo que acababa de ocurrir.
Oye, Wakabayashi, no sé si lo habrás notado pero me parece que Lily está interesada en ti... .- le comentó.- Y no sé por qué siento que a ti no te desagrada en absoluto.
Uhm.- Genzo hizo un gesto de autosuficiencia.- Creo que yo no soy el único que está interesado en una chica Del Valle, ¿cierto, amigo?
¿De qué hablas?
No finjas demencia. Vi cómo te le acercaste a la "detective" Del Valle. ¿Te gusta o no?
Misaki no respondió. La pregunta lo había tomado completamente por sorpresa.
