Róbate mi corazón.
Capítulo siete. Desafíos y declaraciones.
Todo había terminado en un completo desastre. Misaki sentía en su interior una gran desazón, aunque después de lo que pasó no era para menos. Cuando Nadia descubrió a Genzo besándose con Lily se armó una trifulca: la chica abofeteó a Lily con fuerza antes de que Wakabayashi pudiera impedirlo. Nadia quería hacer trizas a la pobre de Lily, y con el escándalo que se armó Lara y Taro se enteraron de lo que estaba pasando. Ni tarda ni perezosa, la detective fue a defender a su hermana, quien no atinaba a decir palabra, por cierto. Nadia y Lara se gritaban una a la otra, al tiempo que Wakabayashi sujetaba a la primera de un brazo y Misaki hacía lo mismo con la segunda; Lily, por su parte, solo lloraba sin defenderse. Las cosas llegaron al extremo cuando Nadia gritó que Lily era una "perdida mosca muerta", Lara no dudó en golpear a la muchacha en la cara, mientras que Lily salía corriendo del lugar. Wakabayashi quiso seguirla, pero hubo necesidad de controlar a Nadia para que no se le dejara ir encima a la detective. Lara no tardó en seguir el ejemplo de Lily y salió de la fiesta sin despedirse. Misaki hubiera dado lo que fuera por ir tras ella, pero Azumi no se lo permitió.
¿Qué hay entre tú y ella?.- le cuestionó.
Éste no es momento para hablar sobre estas cosas... .- gruñó Misaki.
¿Ah, no? ¿Entonces cuándo será el momento más oportuno para preguntarte el por qué besaste a esa chica?
Taro se quedó sin saber qué decir. Ni él mismo sabía por qué había besado a Lara, solo sabía que, si se le volvía a presentar la oportunidad, lo haría de nuevo.
Wakabayashi, por su parte, mantuvo una fuerte discusión con Nadia; le dijo que si volvía a acercarse a él la demandaría por acoso. Y que ni se le ocurriera hacerle daño a Lily porque entonces sí que lo lamentaría...
Tsubasa y Sanae observaron todo el alboroto con asombro; ninguno de los dos pensó que en algún momento sus dos amigos pudieran meterse en semejantes líos por dos mujeres.
Justo antes de abandonar la residencia, Taro se sentía tan frustrado que lanzó el vaso de cerveza que tenía en la mano contra la pared, en donde rebotó contra una imitación de "El nacimiento de Venus", de Leonardo Da Vinci; el líquido escurrió a lo largo del cuadro, manchándolo por completo. "Para lo que me importa", pensó.
Al llegar a su departamento, su padre ya se había acostado. Misaki tenía planeado pedirle a Wakabayashi que estuviera al pendiente por si se le ocurría volver a escaparse, pero dado que éste andaba de un humor de perros, optó por no decirle nada. Taro se acostó pensando en que había sido algo mágico besar a Lara, había sido una verdadera pena que las cosas terminaran de ese modo. "Ahora menos va a querer acercarse a mí. Va a pensar que tengo buenas migas con la chica que atacó a su hermana", pensó, justo antes de quedarse dormido. Era curioso, pero ni una vez pensó en el Louvre.
Al poco rato se levantó. Se vistió completamente de negro y salió hacia las oscuras y solitarias calles de París. Se movía con rapidez y muy sigilosamente, entre las sombras. Pero ya no era Taro Misaki, ahora se había convertido en el Artista de la Noche. El Taro de siempre veía todo lo que pasaba como si estuviera observando una película; estaba mucho más conciente de lo que hacía esta vez, mucho más que las ocasiones anteriores, pero no podía detener sus actos. Era como si otra persona se hubiese apoderado de su cuerpo. Sin problemas llegó al Louvre y entró al edificio a través del techo. Taro no tenía ni idea de cómo rayos le estaba haciendo para poder hacer todo el trabajo de un ladrón sin tantas complicaciones. Se paseó por las salas y pasó delante de "El nacimiento de Venus", la obra original pintada por Leonardo Da Vinci. Recordó lo sucedido apenas unas horas antes y sin pensarlo dos veces sacó la pintura de su cuadro y se la llevó. Pero antes, sacó del bolsillo de su chaqueta el marcador especial y dejó otro mensaje que esta vez sí quedo bien grabado en la memoria de Taro: "Por más que lo intentes no darás conmigo, L. Del Valle. El Artista de la Noche". Evidentemente, se trataba de un reto para Lara. Todo parecía indicar que su parte delincuente ansiaba que la detective fuera tras él.
Cuando Taro recobró el dominio de su cuerpo, eran ya las siete de la mañana, y la pintura robada descansaba junto a las otras obras de arte desaparecidas. Eso se estaba volviendo un problema cada vez mayor...
¿Taro, estás despierto?.- el padre de Misaki tocaba a la puerta de su habitación.
"¡Las pinturas! ¡Las hachas! ¡Válgame!"
¡Sí, papá!.- gritó Taro, con algo de pánico en la voz.- Ya estoy despierto.
¿Te encuentras bien? Te oigo algo raro... Tal vez debería entrar...
¡No! No es necesario, papá, estoy bien, en un minuto salgo.
De acuerdo.
Misaki se vistió rápidamente (al tomar una sudadera vio la ropa negra que se había puesto para asaltar el Louvre) y escondió las obras de arte robadas en el clóset. "Debo encontrar un mejor lugar para guardarlas", pensó. Salió a la cocina aun con el cabello revuelto y el pantalón a medio abrochar.
Buenos días, Taro.- lo saludó su padre.
Buenos días, Misaki.- lo saludó Wakabayashi, quien como siempre se veía fresco como una lechuga.
Buenos días.- respondió.- ¿Cómo le haces para verte tan tranquilo y relajado? Yo me siento como si no hubiese dormido en toda la noche... .- le preguntó Taro a Genzo.
Quizás se deba a que yo sí duermo toda la noche... .- Wakabayashi hizo un gesto interrogativo. Misaki asintió con la cabeza.
Muy bien, pues me voy al museo. Espero que no se hayan robado otra cosa anoche.- anunció el señor Misaki.- Quisiera saber cómo es que ese tipo le hace para burlar toda la seguridad del edificio...
Eso es algo que todos nos preguntamos...
Cuando por fin se fue el padre de Misaki, Wakabayashi miró a Taro con fijeza.
Y dime, ¿qué fue esta vez?.- le preguntó.
Leonardo Da Vinci, tal y como lo anuncié en el último mensaje que escribí. Si vas a mi habitación te encontrarás allí al Nacimiento de Venus al lado de las hachas dobles y del Monet.
Uhm...
Esto se pone cada vez peor. Anoche estuve mucho más conciente de lo ocurrido.
¿Cómo dices?
Pues que esta vez sí sabía qué era lo que estaba haciendo, pero me sentía como un títere manejado por alguien más. Mi cuerpo se movía en contra de mi voluntad, por más que lo deseaba no lograba detenerme...
¡Ah! Ya no se trata de sonambulismo...
Yo creo que no...
Lo mejor será que hables con Anego cuanto antes.
Ni hablar. ¿Ya se habrán levantado? Aun es temprano.
Yo creo que sí, ya vez que Tsubasa es muy madrugador, no como otros... .- Genzo le lanzó la indirecta.- Y por cierto, ¿qué tú no entrenas o qué? Desde que llegué no he visto que te pares por las instalaciones de tu equipo.
¡Ah! Estoy de vacaciones. Una pequeña semana de relajación... Aunque con este asunto no sé como demonios voy a relajarme...
Sanae le volvió a aconsejar a Misaki que hablara con su padre. Ella estaba casi segura de que ésa sería la solución al problema. Taro no estaba tan seguro, pero al menos debía intentarlo.
Ya deberíamos de poner nuestras tiendas de campaña en las afueras del Louvre, nos la hemos pasado más tiempo allí que en cualquier otra parte.- comentó Genzo, divertido, mientras se dirigían por quien sabe cuanta vez al museo.
Como si te molestara, bien que sé que solo me acompañas porque es casi seguro que allí te encontrarás con Lily... .- le dijo Taro, con complicidad.
Mira quien habla, me vas a decir que a ti no te encanta ver a la detective Del Valle.
Te mentiría si te dijera que no...
¿Y Azumi?
No lo sé, amigo. Solo sé que me siento muy bien cuando estoy cerca de Lara... Es una sensación que no puedo definir con exactitud...
Sé a lo que te refieres. Me pasa lo mismo con Lily. ¿Qué es lo que tendrán esas mujeres?
Buena pregunta...
Al llegar se toparon con una escena muy sorprendente: Lara y Lily discutían a gritos en las afueras del museo. Lily lloraba a mares y Lara estaba muy próxima a hacerlo.
¿Cómo se te puede ocurrir semejante cosa?.- gritó Lily.
¡Desapareciste toda la noche! ¡La pintura fue robada justo cuando nadie sabía en donde estabas!.- gritó Lara.
¡Ya te dije que me fui a aclarar mi mente a las orillas del Sena!
¡Pero no tienes testigos de eso!
¿No te basta con mi palabra?
Me bastaría sino hubieses sido tú la última persona a quien se le vio cerca del Monet que robaron la primera noche... Las obras de arte que se han llevado son tus favoritas... Siempre me has dicho que sería maravilloso tenerlas en tu propia casa...
No puedo creer que mi propia hermana dude de mí... .- Lily agitó la cabeza con tristeza y salió huyendo.
Wakabayashi inmediatamente fue tras ella; Misaki se quedó a pocos pasos de Lara, dudando acerca de lo que debería de hacer. Sin embargo, cuando ella comenzó a llorar él se acercó y la abrazó con suavidad. Lara le puso los brazos al cuello y terminó por desahogarse...
Genzo no tardó en alcanzar a Lily; ésta estaba sentada en una banca, en la misma en la cual Taro y Lara habían conversado el día anterior. Su brillante cabello se agitaba con cada sollozo que ella soltaba. Wakabayashi se acercó con cautela y se sentó a un lado de ella.
¿Qué fue lo que pasó?.- preguntó, con suavidad.
Na... nada.- balbuceó Lily, levantándose rápidamente y alejándose unos cuantos pasos.
Tranquila, solo quiero ayudarte. Puedes confiar en mí.
Pero tu novia se va a molestar conmigo...
Nadia no es mi novia.- dijo Genzo, con enojo.- Ella se cree mi dueña pero hace muchísimo tiempo que no significa nada para mí. Lamento muchísimo lo que pasó ayer...
Está bien. No importa. Tengo cosas más importantes en las cuales pensar ahora...
Dime por qué discutías con Lara, déjame ayudarte.
¡Es que ella cree que yo robé el museo!.- estalló Lily.- Dice que soy tan sospechosa como Taro Misaki. No puedo creer que piense eso. ¡Yo sería incapaz de hacer algo así! Las pinturas que se robaron son muy especiales para mí... Me traen buenos recuerdos o me hacen sentirme muy bien cada vez que las observo... Jamás le quitaría a los demás el privilegio de experimentar la misma sensación...
Ya veo...
Como el Monet... Es muy especial para mí porque fue frente a esa pintura en donde yo te vi por primera vez... .- Lily habló en voz baja.
Genzo sonrió al notar que Lily no se había dado cuenta de sus palabras.
¿Y por qué cree que tú cometiste esos robos?.- preguntó Genzo, sin hacer más comentarios. Lo cierto era que jamás se le ocurrió que Lara pudiese sospechar de su querida hermana menor.
Pues porque yo me paseo mucho por el museo a deshoras, y porque según ella fui yo la última persona que ha visto las obras de arte robadas antes de que desaparezcan... Lo que pasa es que ya no quiere seguir inculpando a Misaki...
Oye, pero yo estuve contigo la noche en que robaron el Monet, en todo caso fui yo la última persona que estuvo cerca de esa pintura. Yo sería más sospechoso que tú. ¿Por qué no se lo dijiste a tu hermana?
Porque no quiero que te trate como criminal. De por sí no le caes bien por el hecho de que me gustas, y si le cuento que tú estabas conmigo aquella noche se armará un alboroto.
De pronto, Lily enrojeció a todo lo que daba y se cubrió la boca con las manos, pues esta vez sí se dio cuenta de lo que dijo. Y no fue la única que lo notó...
¿Dijiste que te gusto?.- le preguntó Genzo, acercándose a ella.
No... no quise decir eso.- Lily balbuceó y se alejó aun más.- Quise decir que me... me caes muy bien...
Pero Wakabayashi ya lo sabía; sentía como Lily temblaba conforme él se acercaba. La tomó entre sus brazos y le acarició con suavidad el cabello.
Te voy a confesar algo.- Genzo acercó sus labios a los de ella.- Me gustaste desde el primer momento en el que te vi. Por un momento pensé que estaba viendo a un ángel.
Esta vez fue Lily quien besó los labios de Genzo.
4
Lily de Wakabayashi.