Capítulo nueve. Dudas y más dudas.

Vaya que era una sorpresa. Y un alivio... Despertar y no encontrarse otra obra de arte robada al lado de tu cama... Pero, ¿qué era lo que había mantenido a raya al Artista de la Noche? ¿Había sido que Misaki estaba muy cansado? ¿O era el hecho de que el día anterior no vio nada que le recordara al arte? Quien sabe, pero Taro recordó de pronto que, la noche anterior, el Artista de la Noche no especificó que obra de arte sería la robada. Tal vez y por eso no hurtó nada, no tenía ningún plan preconcebido...

Andaba tan de buen humor que salió a la cocina con todas las intenciones de preparar un omelette. Se sorprendió al ver que Wakabayashi no estaba allí, comiendo cereal chocolatado, como era su costumbre, así que fue y aporreó la puerta del cuarto de huéspedes. Wakabayashi no tardó en abrir, despeinado y sin camisa.

Buenos días, ¿te desperté?.- saludó Misaki, muy sonriente.

Genzo lo miró con cara de franco odio.

No, para nada... Tengo esta cara de dormido porque quería que me preguntaras... .- contestó un enfurruñado Wakabayashi.

Vamos, tú no eres así de flojo, sal a desayunar, que prepararé un omelette.

¿Y de cuando a acá eres tan hogareño?.- preguntó Genzo, con sorna.

Éste sí es el Wakabayashi que yo conozco...

Para ahorrarse la peinada, Genzo se puso encima su inseparable gorra. Misaki le hizo el comentario burlón de que ahora ya entendía por qué siempre la traía puesta: así se ahorraba mucho dinero en peines xD.

¿Por qué andas de tan buen humor?.- preguntó Genzo.

Pues porque anoche no robé nada.- contestó Taro.

No me digas... ¿Al fin hablaste con tu padre?

No, eso es lo más raro de todo...

Uhm...

Nada que ver.- dijo Taro, de pronto.- Pero en vista de que yo voy a preparar la comida, tú deberías de encargarte de la bebida...

Uhm...

Jugo de naranja estaría bien para mí.

Felicidades.

Wakabayashi se levantó de la silla en la que estaba sentado, se dirigió al refrigerador, sacó un envase de jugo y sirvió una generosa cantidad en dos vasos.

Uhm... Me refería a jugo natural... .- protestó Misaki.

Felicidades.- replicó Wakabayashi.

Por cierto.- comentó Taro, una vez que se sentaron a comer.- ¿En dónde andabas ayer?

Uhm, no sabía que te habías convertido en mi tutor...

Solo es curiosidad, llegué pasadas las 12 de la noche y tú no estabas...

Ah, ¿y en donde andabas tú?

Eh... Bueno, pues por ahí...

En compañía de una Del Valle...

¡Ja! Apuesto a que no era el único...

Uhm...

Lara se te va a dejar ir encima cuando sepa que andas con su hermana...

Pues para eso estás tú, para detenerla.

Bueno...

Tocaron a la puerta justo cuando terminaron de comer. Misaki abrió, un tanto extrañado, y se topó con Louis Lacouture, coleccionista de obras de arte y gran amigo de su padre.

Buenos días.- saludó el señor.- Espero no haberte despertado, Taro.

Buenos días.- respondió Taro.- No se preocupe, no me despertó, pero lamento decirle que mi padre ya se fue al museo.

¡Oh! Está bien, en realidad quería hablar contigo.

¿Conmigo?

Sí. Sobre los robos en el Louvre. Tu padre no ha querido decirnos nada y unos amigos conservadores y yo estamos realmente preocupados por la desaparición de obras de arte tan famosas...

Bueno, puedo decirle que se está haciendo todo lo posible por atrapar al ladrón...

Ajá... ¿Y no ha habido más robos el día de hoy?

No.

¿Cómo es que estás tan seguro?.- Louis Lacouture estaba sorprendido.

¡Ah! Pues... .- Taro se quedó sin saber qué decir por unos instantes.- Nos habríamos enterado inmediatamente si así hubiera sido. Mi padre es la primera persona a quien le llaman...

Ya veo. En fin... .- el señor Lacouture sacó una pipa y comenzó a fumar.- ¿Cuándo vendrás de nuevo para las sesiones de terapia?

Eh... No sé... ¿Cuándo me necesita usted?.- dijo Taro, al tiempo que tosía por el humo.

Pues me gustaría que vinieras a mi casa esta misma tarde, si es posible, a la hora de siempre.

Allí estaré.

Muy bien. Salúdame a tu padre de mi parte, por favor.- Louis Lacouture se despidió con ademán de cabeza.

Cuando Misaki cerró la puerta, descubrió que Wakabayashi lo miraba de una forma muy extraña.

¿Sesiones de terapia?.- le preguntó Genzo.

Ni es terapia como tal.- replicó Taro.- Ese señor se cree psicoanalista y está haciendo un estudio sobre el efecto de la hipnosis en pacientes jóvenes y me pidió que lo ayudara con la parte inicial del experimento.

Uhm... Podrías pedirle que te ayude con tu problemita...

¿Estás loco? ¿Qué no viste la actitud que tiene con respecto a los robos? ¡Me colgará si se entera de que soy yo el culpable!

Pues entonces estás en graves problemas. Si te hipnotiza empezarás a contar todo lo que sabes y lo que has hecho...

Ah... Bueno, eso no es problema...

¿Ah, no? ¿Y eso por qué?

Pues porque siempre finjo estar hipnotizado cuando en realidad estoy bien dormido...

Misaki seguía sin entender por qué no asaltó el museo la noche anterior. Sanae, al igual que Wakabayashi, también opinaba que sería una buena opción el que Taro le pidiera ayuda al señor Lacouture.

No pierdes nada con intentarlo.- comentó Sanae.- Es amigo de tu padre y dudo mucho que te delate. Yo te recomiendo que lo intentes, la hipnosis hace maravillas.

Bueno, pues ya qué, si no hay de otra... .- respondió Taro, apesadumbrado.- Lo intentaré, pero si le entran ganas de acusarme con la policía diré que todo era una broma.

Y por cierto, ¿ya supiste de dónde salió el apodo de "El Artista de la Noche"?

Nop, no tengo ni idea. Ha de ser alguna jalada que se me ocurrió de momento.

Sin embargo, en algún recóndito lugar de la mente de Misaki, ese alias seguía encendiendo una lucecita de alarma. Él sabía que recordar en dónde había escuchado ese mote antes lo ayudaría a resolver el misterio de por qué estaba asaltando el museo.

En el Louvre las cosas seguían igual. No había ninguna pista que condujera a descubrir la identidad del ladrón y el cuerpo de policías ya comenzaba a desesperarse.

La prensa nos toma por idiotas.- comentó el capitán Sauniére.- Las últimas tres noches el ladrón ha entrado como Pedro por su casa y se ha llevado la obra que desea sin ninguna dificultad, incluso con nuestros mejores policías aquí.

El problema es que este sitio tiene demasiados corredores y recovecos en donde esconderse.- apuntó Lara.- Es algo complicado mantener vigilada toda la zona, incluso con el cuerpo policíaco y las cámaras de vigilancia.

¿Qué sugieres?

Llamar a alguien que conozca bien todas las entradas y salidas del museo para que nos ayude con la vigilancia.

¿Alguien como Lily?

Yo más bien estaba pensando en otra persona... .- Lara desvió la mirada.

Sigue enojada contigo, ¿cierto?

No es para menos, recuerde que la acusé de ser una ladrona...

Como sea... .- el capitán Sauniére movió la cabeza, apesadumbrado.- ¿Por qué no habrá venido el ladrón anoche? ¿Qué lo habrá detenido?

No se preocupe, capitán.- dijo Lara.- Se lo preguntaré cuando lo atrape.

Horas más tarde, Misaki se dirigía a la casa de Louis Lacouture. El coleccionista vivía en una lujosa y elegante residencia ubicada en una de las zonas más exclusivas de París. "La crema y nata de la comunidad parisiense", pensaba Taro cada vez que iba a ese lugar.

Pase por favor, señor Misaki.- le dijo el mayordomo cuando abrió la puerta.- El señor Lacouture lo espera en la sala.

"Vamos, Taro, inténtalo", le dijo una vocecilla interior, "Pídele ayuda, no pierdes nada...". "Solo mi libertad", pensó Taro, con cierta tristeza, "Y a Lara...".

Bienvenido, Taro, siéntate por favor.- lo saludó el señor Lacouture.- Ya sabes cómo es el procedimiento.

Misaki asintió con la cabeza al tiempo que se recostaba en un diván y se colocaba unos audífonos que emitían una música muy extraña y que siempre hacía que él se durmiera. Supuestamente, ésa era una nueva forma de hipnosis que el señor Lacouture estaba probando en Taro para comprobar su eficacia, y supuestamente la cosa funcionaba de maravilla, aunque Taro jamás se sintió estar en trance o algo similar, y de hecho, cuando el señor Lacouture comenzaba a interrogarlo, supuestamente bajo hipnosis, Taro respondía a todo en un perfecto estado de conciencia total. Era una total farsa, pero Misaki jamás dijo nada porque él sabía que ese supuesto trabajo de investigación era una forma que usaba el señor Lacouture para perder el tiempo. Y nuevamente, no tardó en quedarse dormido, igual que las otras ocasiones, aunque esta vez hubo algo diferente: comenzó a soñar con Lara...

Cuando el señor Lacouture supuso que Taro ya estaba bajo los efectos de la "hipnosis", comenzó a interrogar al muchacho de una manera muy insistente acerca de los atracos al Louvre. Fue tanta la insistencia que Taro optó por no decirle que él era el culpable, estaba seguro de que Lacouture lo entregaría sin tardancia a las autoridades si llegaba a enterarse.

Horas más tarde, cuando Misaki salió de la casa del señor Lacouture, Lara se comunicó con él y pidió verlo en el museo. Se oía un tanto seria por teléfono, aunque Taro alcanzó a notar una leve nota de alegría en su voz.

Buenas tardes, detective Del Valle, capitán Sauniére.- saludó Taro, cuando llegó.- ¿En qué los puedo servir?

Buenas tardes, señor Misaki.- respondió Lara, con mucha formalidad.- Nuevamente necesitamos de su ayuda.

Buenas tardes, joven. Esperamos que todavía tenga deseos de colaborar con nosotros.- apuntó el capitán Sauniére.

Por supuesto.- contestó Misaki.- ¿Qué tipo de ayuda necesitan?

Verá, necesitamos que alguien que conozca bien el museo nos ayude esta noche con la vigilancia.- explicó Lara.- Este sitio es muy grande y queremos que usted nos diga los lugares por donde pudo haber entrado el Artista de la Noche las noches pasadas.

"Me lleva...", pensó Misaki.

Eh... ¿Realmente creen que yo soy la persona más indicada para esto?.- preguntó Misaki, tratando de conservar la calma.

¿Por qué lo dices?.- preguntó Lara, un tanto extrañada.- Me dijiste que estabas más que dispuesto a colaborar con nosotros...

Pues porque tenía entendido que yo soy uno de los sospechosos principales...

¡Ah!.- Lara se ruborizó.

Por favor, le suplicamos que nos ayude, señor Misaki.- suplicó el capitán Sauniére.- Realmente hemos llegado a un callejón sin salida.

A Taro no le quedó más remedio que aceptar... Sin embargo, el quedarse de guardia en el Louvre tenía sus ventajas: pasaría toda la noche en compañía de Lara. Y a pesar de lo reservada que era ésta, se notaba que no le desagradaba la idea para nada...

¿Aún sigues molesta con Lily?.- le preguntó Taro, mientras se paseaban, vigilantes, por los corredores.

Mejor deberías de preguntarme si Lily sigue enojada conmigo.- respondió Lara, un tanto triste.- No me dirige la palabra desde ayer...

Lo siento mucho. ¿Ya has intentado hablar con ella?

No, la verdad es que no he tenido tiempo, además de que es muy orgullosa y tiene un carácter muy difícil cuando se enoja... Cuesta trabajo hacer que te perdone si la llegas a ofender...

Y mira que se ve tan inocente y dulce...

Nadie es lo que aparenta ser.- Lara rió.

¿Tú tampoco?.- preguntó Misaki, atrapando la ocasión al vuelo.

Lara se detuvo bruscamente y se puso muy seria.

Yo no soy la que finge, Misaki.- dijo, llamándolo por su apellido.

O sea que crees que yo sí.

Sé que me ocultas algo, lo presiento... Solo espero que no resultes ser igual al resto de los hombres que he conocido... Eso sí que me dolería...

Lara desvió su mirada hacia la pintura que estaba más cerca de ella, "El hombre de Vitrubio", pintada por Leonardo Da Vinci.

La verdad era que yo creí que sería esta pintura la que el ladrón se llevaría.- comentó Lara.

¿Y por qué?.- inquirió Misaki, sorprendido.

No sé, una corazonada, tal vez. Pero me falló por completo...

En ese momento, el radio de Lara comenzó a sonar.

Detective Del Valle, nos pareció haber visto movimientos en los corredores que llevan a la sala Sully.- habló el capitán Sauniére.

Voy inmediatamente para allá.- respondió Lara.- Cambio y fuera. Bueno, discúlpame pero debo irme.

Lara le hizo una señal de despedida a Taro y se alejó corriendo por los corredores. Misaki se dedicó a contemplar la pintura con detenimiento, y de pronto, se produjo el cambio: dejó de ser Taro Misaki para convertirse nuevamente en el Artista de la Noche...

Notas:

No estoy segura de si "El hombre de Vitrubio" se encuentra o no en el Louvre. Si no es así, discúlpenme por el error.