Capítulo diez. El Artista de la Noche.

Miró hacia ambos lados: estaba completamente solo. Todos los policías se distrajeron con el supuesto movimiento que vieron en la sala opuesta a donde se encontraba. Perfecto. Él sonrió, al tiempo que sacaba al "Hombre de Vitrubio" de su marco, desconectando hábilmente la alarma. "Le daremos gusto a esa detective tan linda", murmuró "Si quiere que me lleve al Hombre de Vitrubio, pues me llevo al Hombre de Vitrubio". Ahora el problema sería conseguir el dichoso marcador para dejarle un mensaje a Lara. "O tal vez lo mejor será decirle mi mensaje en persona", pensó el Artista de la Noche, "No sería mala idea hablar con ese bombón...". "¡NI SIQUIERA LO PIENSES!", le gritó Taro a su parte delincuente, "¡NI SE TE OCURRA ACERCARTE A ELLA!". "Tranquilo", le respondió el Artista de la Noche, "No la lastimaría, a mí también me gusta... Además, soy un ladrón, no un asesino".

Caminó, más bien, se escurrió sigilosamente entre la penumbra, como la sombra en la que se había convertido. Misaki luchaba con todas sus fuerzas para detener a su alter ego, pero éste se había vuelto más fuerte que las veces anteriores. Sin embargo, lo que más angustiaba a Taro no era eso... "Si llega a hacerle algo a Lara...".

El Artista de la Noche no era tan tonto como para buscar una confrontación directa. Se dirigió hacia la sala en donde se encontraba "La Virgen de las Rocas", otra obra de Leonardo Da Vinci, e intencionalmente le dio un tirón al cuadro. Los sensores que la pintura tenía activaron la alarma.

Lara escuchó el ruido e inmediatamente pensó en Misaki. "¡No! ¡Lo dejé solo, a merced del ladrón!", pensó con angustia. Corrió lo más rápido que pudo hacia el lugar en donde se había activado la alarma, rogando que pudiese llegar a tiempo.

El Artista de la Noche esperaba con tranquilidad a Lara; sabía que ella sería la primera en llegar, no tenía dudas. Era una completa coincidencia, pero alguien había olvidado un marcador especial en la sala. Llevaba mucho tiempo allí, dado la cantidad de polvo que lo cubría; sin embargo, aún servía. Él ya le había dejado un mensaje escrito en la pared a Lara, pero de todas formas deseaba verla en persona, ya que solo la había visto a través de los recuerdos de Misaki. "Es una mujer fascinante. Será maravilloso verla directamente", pensaba.

Misaki seguía luchando para tratar de controlar al Artista de la Noche. De ninguna manera permitiría que se acercara a Lara. "No la tocarás, no las lastimarás, porque si lo haces te juro que te arrepentirás", le repetía una y otra vez a su otro yo.

De pronto, se comenzaron a escuchar los pasos de alguien que se acercaba por el pasillo. El Artista de la Noche volvió a sonreír: había llegado su invitada. Cuando estuvo seguro de que ella ya sabía de dónde provenía el ruido, se dirigió hacia la Virgen de las rocas y desactivó los sensores. El museo se sumió en el silencio.

Lara se sorprendió al sentir el súbito silencio golpeando sus oídos. Alguien había desconectado la alarma y eso la desconcertó. "Es demasiado pronto para que alguien haya llegado ya al sistema principal. Y si el ladrón la desconectó, ¿por qué tardó tanto en hacerlo? Delató su posición...". Sin embargo, la intuición femenina de Lara le dio la respuesta: "Quiere que vayas por él...". Lara sacó su arma y entró con cautela a la sala, la cual estaba sumida en la completa oscuridad.

El Artista de la Noche y Taro Misaki la vieron entrar. El ladrón se le acercó a la muchacha sigilosamente por detrás. Lara sintió su presencia e inmediatamente se dio la vuelta.

¿Taro?.- preguntó ella, con la esperanza reflejada en la voz.

Al escuchar su nombre, Taro Misaki volvió a tener el control de la situación. Afortunadamente, ella no podía verlo bien y él no llevaba en sus manos la pintura robada, la cual estaba escondida detrás de la Virgen de las Rocas. Taro aprovechó la oportunidad y salió corriendo de la sala lo más rápido que pudo. Lara salió tras él, pero Misaki era más rápido y tenía la ventaja de conocer el lugar mejor que ella, así que pronto le sacó mucha diferencia. Tomó varios atajos y consiguió llegar al despacho de su padre sin que Lara lo siguiera; por suerte llevaba consigo la llave de repuesto que su padre le dio, entró al cuarto y trató de recuperar el aliento. Había estado muy cerca...

De pronto, cayó en la cuenta de que fue la voz de Lara lo que hizo a Taro recuperar el control...

Varios minutos después se escucharon pasos que se acercaban al despacho y alguien comenzó a aporrear la puerta.

¡Taro, Taro!.- gritaba Lara, con desesperación.- ¿Estás ahí? ¡Abre la puerta, por favor!

Misaki ya estaba relajado; con toda tranquilidad se dirigió hacia la puerta y la abrió. Lara le echó los brazos al cuello.

¡Estás bien! ¡Estás a salvo!.- ella comenzó a llorar en su pecho.

Eh... Calma, estoy bien... .- Taro, muy sorprendido y un tanto enternecido, abrazó con suavidad a la chica.

Por un momento pensé... Que el ladrón podría tenerte como rehén...

Pues ya viste que no. Después de que te fuiste me vine directamente para acá a esperar.- Taro se sentía mal por mentirle a Lara, más porque ella estaba llorando de felicidad al saber que él estaba a salvo.

Cuando escuché la alarma... Pensé... Pensé que él podría estar contigo, pensé que podría matarte... No sabes lo angustiada que me sentí...

Joven Misaki.- dijo en ese momento el capitán Sauniére.- ¿Se encuentra usted bien...?

El capitán se detuvo al ver la escena y sonrió; Lara inmediatamente soltó a Misaki y se alejó cuanto pudo.

Eh... Yo... Solo quería ver si se encontraba bien...

Estoy perfectamente bien, estuve aquí todo el tiempo.- dijo Taro, quien se había puesto algo colorado.

Nos da gusto saber que está bien.- contestó el capitán. Taro volvió a sentir remordimiento de conciencia.

Iré a investigar qué mensaje nos dejó esta vez el Artista de la Noche.- dijo Lara, más tranquila.- Le pediré a los guardias que revisen todo el museo para ver qué obra de arte se robó esta vez. Desgraciadamente, el ladrón se volvió a escapar...

Lara salió del despacho, seguida por el capitán Sauniére. Misaki tenía muchos deseos de decirles que la obra robada estaba escondida detrás de otra, pero obviamente no podía. Sin embargo, eso no era del todo necesario, ya que el Artista de la Noche dejó un mensaje bastante claro que Lara podía descifrar con facilidad: "Si la pintura robada deseas encontrar, detrás de Leonardo deberás buscar".

El resto de la noche transcurrió en un completo caos, ya que toda la INTERPOL buscaba al ladrón y a la pintura robada por todo el museo y los alrededores. Taro sabía mejor que nadie que solamente perdían su tiempo... Sin embargo, había estado en lo correcto: Lara no tardó en descubrir que el Hombre de Vitrubio estaba detrás de la Virgen de las Rocas. Taro alabó su inteligencia, y la chica le contestó, un tanto ruborizada, que en realidad no era tan difícil de descubrir, dado que el ladrón la estuvo esperando en la sala en donde se encontraba la Virgen de las Rocas y había sido ésta la pintura que usó para activar la alarma.

Es obvio que ese sujeto desea tener una confrontación conmigo.- le dijo Lara a Taro.- Es un completo cínico.

Por alguna razón, desea que vayas tras él... .- Taro sabía mejor que nadie que el Artista de la Noche deseaba enfrentarse a Lara porque se había enamorado de ella.

"Miren qué suerte la mía", pensó Taro, con amargura, "Tanto mi otro yo como yo mismo estamos enamorados de la misma mujer... Y para qué seguirlo negando, estoy enamorado de Lara...".

Al amanecer, Taro se ofreció a acompañar a Lara a su departamento. Ella se lo agradeció con el alma, ya que estaba tan cansada que apenas y sabía cómo se llamaba. Ambos caminaron despacio, contando los pasos para disfrutar del bello día que estaba comenzando, platicando, riendo y charlando como dos grandes amigos. Taro juró que algún día, cuando todo se resolviera, le pediría a Lara que fuese su novia; realmente lo deseaba tanto...

Al llegar a su hogar, Lara invitó a Misaki a entrar.

Te caerá bien una taza de café.- le dijo, con una sonrisa pícara.- A mí eso siempre me reanima.

Me encantaría.- respondió Taro, devolviéndole la sonrisa.

El apartamento que la chica compartía con su hermana era pequeño, pero estaba decorado con muy buen gusto. Era evidente que ahí vivían dos personas con caracteres y gustos muy diferentes, por todas partes se hacía evidente cuál zona era de Lily y cuál era la de Lara.

Voy a ver si Lily ya está despierta. Tengo que hablar con ella, no puedo esperar más tiempo.- dijo Lara.

Uhm, entonces me voy, necesitan platicar a solas.- comentó Misaki.

¡Ah, no! Espera a que te dé el café, ya luego te corro.

Muy bien.

Lara tocó varias veces a la puerta de Lily, y como no hubo respuesta la muchacha abrió la puerta y entró.

Lily, perdón por despertarte pero necesitamos ha... ¡AHHHHHHHH!

¿Qué ocurre?.- preguntó Taro, acercándose inmediatamente al escuchar el grito de Lara.

Éste se dio cuenta de que la joven se había quedado en estado de shock a la entrada de la habitación de Lily. Se asomó a través de su hombro para ver al interior y él también se quedó sin poder creer lo que veía.

Lily dormía plácidamente; esto no hubiese tenido nada de extraordinario si no hubiera sido porque lo hacía entre los brazos de Genzo. La ropa de ambos estaba desperdigada por el suelo y sus cuerpos desnudos estaban cubiertos por las sábanas y las mantas.

¡¿PERO QUÉ DEMONIOS ESTÁ PASANDO AQUÍ?!.- gritó Lara.

Lily despertó y se zafó con suavidad del abrazo de Wakabayashi, se incorporó, cubriéndose con la cobija, y al notar que su hermana y Misaki los observaban acabó de despertar por completo.

¡Ay, no! Ya nos cayó el chahuistle.- murmuró ella, en español.

¿Qué ocurre, mi amor?.- preguntó Genzo, aun adormilado.

¿CÓMO QUE QUÉ OCURRE? ¡MALDITO PERVERTIDO, DEPRAVADO! ¡VIOLASTE A MI HERMANA!

Lara tomó un cojín que estaba al alcance de su mano y comenzó a golpear a Genzo con él. Éste inmediatamente despertó y se paró de un brinco de la cama, envolviéndose con las sábanas ya que Lily había agarrado la cobija.

Misaki observaba todo desde la puerta, muy divertido. "De verdad que no pierdes el tiempo, ¿eh?", pensó para sus adentros.

¡Lara, por favor! ¡No es lo que crees!.- gritaba una angustiada Lily.

Dime qué te hizo este desgraciado.- le contestó Lara.- No, mejor no me digas nada a mí, cuéntaselo todo al Ministerio Público, iremos a levantar una denuncia por violación.

Yo no he violado a nadie.- reclamó Genzo, molesto.

Lara, creo que deberías tomarte las cosas con más calma... .- sugirió Taro.

De pronto, la chica se volvió con furia hacia los hombres; se acercó a Genzo y le dio una bofetada, para después hacer lo propio con Taro. Wakabayashi sí se lo esperaba, pero Misaki estaba completamente sorprendido.

¿Por qué lo hiciste?.- preguntó Taro, al tiempo que se frotaba la mejilla adolorida.

¡Eres igual a todos los hombres! ¡Ya sabía yo que era demasiado bueno para ser cierto!.- contestó Lara, tratando de contener las lágrimas.- ¡Me engatusaste para que tu amigo pudiese abusar de mi hermana! ¡Igual que Ricardo!

Lily, Genzo y Taro miraron a la chica con asombro y tristeza.

No, Lara, no es eso, de verdad que no.- dijo Lily, abrazando a su hermana.

Claro que sí lo es, no trates de negarlo para hacerme sentir mejor. Por mi culpa este desgraciado infeliz te puso las manos encima. Y yo que juré que nunca permitiría que esto volviera a ocurrir... .- Lara lloraba a mares.- Ya se me hacía que era algo maravilloso el por fin haberme encontrado a un hombre bueno que me comprendiera...

Misaki se dio cuenta, con todo el dolor de su corazón, de que Lara se estaba refiriendo a él.

Yo nunca te haría algo así, Lara.- le dijo suavemente.

¡Mentiroso!.- gritó ella.

Lara, por favor, escúchame.- pidió Lily.- Tienes que creer en lo que te digo: Genzo no me obligó a hacer nada. Todo pasó con mi consentimiento...

¿Cómo?.- Lara dejó de llorar para ver a su hermana a los ojos.

Sí. Porque yo lo amo.- afirmó Lily.- Y él me ama a mí.

Yo nunca lastimaría a Lily ni permitiría que alguien más le hiciera daño.- aseguró Genzo.- Jamás, nunca lo haría, preferiría morir antes que eso.

Entonces... ¿Tú estás enamorada de él?.- inquirió Lara, un tanto sorprendida.

Sí. Ya te lo había dado a entender, pero tan ocupada estabas que ni cuenta te dabas.- respondió Lily.- Tienes que darte cuenta de que no puedo seguir huyendo para siempre de una relación solo porque tuve una mala experiencia. La vida nos da oportunidades y hay que tomarlas. Y eso es algo que tú también deberías de entender, debes superar ese trauma, no tiene por qué volver a repetirse jamás. Ya lo pasado, pasado. Además.- la voz de Lily se convirtió en un susurro que solo Lara pudo oír.- Yo creo que Misaki es el hombre que ha estado esperando por ti. No lo dejes ir...

Lara miró a su hermana menor por unos instantes e hizo un gesto afirmativo con la cabeza, al tiempo que sonreía. Después volteó a mirar a los dos hombres con la culpabilidad reflejada en el rostro.

Discúlpenme por mi mal comportamiento.- dijo, al tiempo que sonreía con cierta vergüenza.- Es solo que creí que...

Está bien, puedo entenderlo.- respondió Wakabayashi.- Únicamente tratabas de proteger a tu hermana.

¿Y tú, Tarito? ¿Podrás perdonarme alguna vez por haber dudado de ti?.- inquirió Lara, al tiempo que se acercaba con timidez al joven.

Misaki tuvo el fuerte impulso de contarle toda la verdad en ese instante. No quería perder a Lara...

No tengo nada qué perdonarte.- contestó Taro, con cierta tristeza.- Todo lo contrario...

Lara lo miró sin comprender.

Notas:

El decir que "ya me cayó el chahuistle" es igual que decir: "Nos atraparon con las manos en la masa" xD.