Capítulo trece. Buscando una salida.
Misaki miraba al capitán Sauniére con cierto temor.
Pues verá... Necesito que me acompañe al Louvre nuevamente, por favor.- dijo el capitán.
¿Qué ocurre?.- Taro estaba cada vez más nervioso.
Queremos que nos ayude con una nueva pista.
¿Cómo?.- Taro miró al hombre sin comprender.
Sí. Hemos encontrado la segunda mitad del mensaje de la sala Sully, pero también está en japonés y necesitamos que nos ayude a descifrarlo de nuevo.
¿Qué acaso no... No han encontrado al ladrón?.- preguntó Taro, con un hilo de voz.
No, desgraciadamente aun no tenemos suficientes pistas. Pero si usted nos ayuda, tal vez podamos dar con él esta vez.
Cla... Claro.- tartamudeó Misaki.- Será un placer.
Tsubasa y Sanae creían que era una locura que Misaki regresara al Louvre, pero Wakabayashi decidió acompañarlo. Los otros dos se quedaron por un momento sin saber que hacer, aunque después se animaron a ir con ellos también.
Mientras se dirigían por quien sabe cuanta vez al Louvre, en el automóvil de la policía del capitán Sauniére, Misaki le preguntó al capitán cómo era que habían descubierto el segundo mensaje.
La señorita Del Valle fue quien nos dijo.- le respondió.
¿Lara?.- inquirió Taro.
No, Lily.- contestó Sauniére.
¿Cómo?.- preguntó Genzo, sorprendido.
Así es, aunque más bien deberíamos agradecérselos a ustedes.
¿A nosotros?.- preguntaron Tsubasa, Sanae, Wakabayashi y Misaki, al unísono.
Sí. Lily nos dijo que ustedes le ayudaron a encontrar el mensaje, con la lámpara de luz ultravioleta que la detective Lara perdió la semana pasada y que usted, señor Misaki, encontró cerca del despacho de su padre.
Los cuatro japoneses intercambiaron miradas de sorpresa. ¡Lily no solo no los había delatado, sino que los estaba encubriendo!
De verdad que les estamos muy agradecidos.- añadió el capitán Sauniére.- No solo nos han ayudado con las pistas sino que además encuentran cosas perdidas.
Ya en el museo, todos temían que el Artista de la Noche volviera a hacer acto de presencia al leer el retador mensaje; sin embargo, esta vez estaba Lara presente, así que Misaki creyó que estando ella a su lado su alter ego ladrón no podría salir a la superficie. Y así fue, con la compañía de la mujer que amaba, Misaki pudo leer nuevamente el mensaje sin perder el control. Ella, una vez más, le agradeció su ayuda con una sonrisa. Tsubasa y Sanae se apresuraron a sacar a Misaki cuanto antes de allí, pero Wakabayashi se acercó a la detective para preguntarle por el paradero de su hermana.
Está afuera, en los jardines.- le respondió Lara.- Ojalá y puedas levantarle el ánimo, anda muy triste y no quiere decirme por qué.
Claro.- musitó Wakabayashi, con amargura.- Haré lo que pueda.
Misaki también deseaba hablar con Lily, quería saber por qué ella no lo había delatado. La encontraron sentada en la banca donde se habían besado Genzo y Lily por primera vez, en la banca en donde Taro y Lara platicaron por primera vez...
Lily.- la llamó Genzo. Ella no respondió.
Queremos hablar contigo.- dijo Taro.
Supongo que les interesa saber por qué no los delaté.- dijo ella, con sequedad.
Sí.
No lo hice por ti.- le dijo Lily a Misaki.- Lo hice por Lara. No quiero que su corazón se rompa otra vez. Ella por fin había vuelto a creer en el amor y ahora descubrirá que ese amor está podrido, al igual que el mío.
Tanto Misaki como Wakabayashi estaban sorprendidos por el cambio radical en la forma de hablar de ella, pero fue a Genzo a quien le dolió más el comentario.
Lo que siento por ti es real.- le dijo Genzo.- Tienes que creer que así es.
Ajá, y ahora Misaki también me va a decir que en verdad está enamorado de Lara. No puedo creer que haya gente como ustedes. Yo creía que no podía haber dos hombres más ruines y desgraciados que Ricardo y Marcos, pero desgraciadamente me he dado cuenta de que estaba muy equivocada.
Misaki y Wakabayashi supusieron que Ricardo y Marcos eran los dos muchachos que pretendieron abusar de Lily y Lara.
Tu único error es creer que no te quiero.- le dijo Genzo, algo molesto.- ¿Qué acaso no te lo he demostrado?
Yo solo sé que me demostraste que eres un infeliz desgraciado.- Lily lo miró con mucha frialdad.- Espero que hayas disfrutado la noche que pasamos juntos y no me importa si lo alardeaste con tus amigos. Para mí no significó nada.
Wakabayashi se sintió muy dolido y molesto con el comentario. No podía creer que su dulce Lily se hubiese convertido en una fiera.
Y tú.- continuó Lily, dirigiéndose a Misaki.- Más te vale que te alejes de mi hermana, porque si no lo haces te juro que te arrepentirás.
La muchacha les dio la espalda y se alejó con paso arrogante. Wakabayashi la miró irse con amargura.
Lo lamento mucho, amigo.- musitó Misaki, sintiéndose más ruin que nunca.
No te preocupes.- dijo Genzo, con amargura.- Ya esperaba que esto pasara, aunque nunca me imaginé que ella fuese a reaccionar así... Pensé que actuaría como una niña desconsolada, pero esta actitud de fiera herida me entristece mucho más...
¿Y qué harás ahora?
No voy a darme por vencido. Te dije una vez que bien vale la pena luchar por ella. Hasta que Lily no me diga que no me ama, hasta entonces no dejaré de pedirle que me dé otra oportunidad. Y tú deberías de hacer lo mismo, no dejes de pelear por Lara si es que en verdad la quieres.
No lo haré, no me dejaré vencer.- dijo Taro, con determinación.- No dejaré que el Artista de la Noche domine mi vida.
Así se habla. Ahora, veamos qué es lo que podemos hacer para resolver todo este lío.
Se pasaron el resto de la tarde discutiendo sobre lo que deberían hacer. Misaki aun les insistía a sus amigos para que huyeran cuanto antes, pero los tres se negaron a abandonarlo. Wakabayashi añadió que además tenía otra razón muy importante para quedarse en París: Lily.
Entonces estás decidido a darlo todo por ella.- cuestionó Tsubasa.
Sí.- respondió Genzo.- Es la primera vez que me enamoro en serio. No pienso dejar pasar la oportunidad de experimentar una felicidad diferente a la que me produce el fútbol.
Pues entonces está decidido: nos quedamos todos aquí.- terció Sanae.
Gracias, amigos.- dijo Taro.- Por todo.
Sin embargo, ninguno supo qué hacer con el problema principal: el Artista de la Noche.
Si tan solo pudiera recordar en dónde escuché antes ese alias.- murmuró Misaki.- Estoy seguro de que ésa es la clave para resolver todo esto.
Uhm, pues a ti te apodan el "Artista del Campo", ¿no?.- dijo Sanae.- ¿No derivará ese otro apodo de allí?
Pudiera ser... Pero aun así... Siento que falta algo...
El Artista del Campo. Ya ni siquiera recordaba quién le había puesto ese apodo (en realidad, quien no recuerda quien le puso ese apodo a Misaki es la autora de este fic xD), pero Sanae tenía razón: la mitad del alias de su alter ego había salido del mote que a él le habían puesto en el campo de juego. Pero... ¿Y la otra mitad? ¿De dónde había salido? No sabía por qué, pero algo le decía que quizás su padre tuviera la respuesta. En la mente de Misaki vagaba el recuerdo de una reunión de coleccionistas, celebrada en honor al nombramiento de Ichiro Misaki como nuevo director general del Louvre. Estaba seguro de que alguien había hablado de la carrera de futbolista del joven hijo de Misaki y habían mencionado el apodo del Artista del Campo. Pero en algún momento, la conexión se le perdía. "Eso me pasa por no poner atención a las aburridas charlas de los compañeros de papá", pensó Taro, con desidia.
Al acostarse, Misaki se sentía tan abrumado por el peso de sus pensamientos que decidió poner un poco de música. En su grabadora estaba puesto el disco que Louis Lacouture le había regalado unas semanas atrás, como agradecimiento por su colaboración en su estudio de investigación. Tocaba una música relajante, con sonidos del mar como fondo, así que Taro lo puso para que se apagara automáticamente al terminarse el disco. Se acostó y trató de pensar en Lara y en lo mal que ésta se sentiría cuando supiera la verdad. Porque pronto se enteraría, Taro estaba más que seguro de que Lily no guardaría silencio por mucho tiempo...
Horas más tarde, el Artista de la Noche se levantó y salió sigilosamente del departamento. Estaba más que dispuesto a demostrar que él no era un simple aficionado...
Lara estaba de guardia esa noche; estaba por tomarse su sexta taza de café cuando escuchó activarse la alarma antirrobo. Corrió con rapidez por el pasillo, sosteniendo con fuerza su arma, y llegó hasta el sitio en donde la alarma había sido activada. Sin embargo, ahí no había nada. Ni nadie. Ninguna pintura ni escultura había sido movida de su sitio, simplemente habían movido una escultura de la diosa Isis para que se activaran los sensores. Pero nada más... Lara sabía que todo había sido una trampa. Desconectó la alarma, apagó todas las luces y encendió su lámpara de luz ultravioleta. Justo a un lado de la mencionada escultura había un mensaje en francés para ella: "Lo siento, preciosa, pero tú interrumpes mis planes".
Pronto, todo el cuerpo policiaco se movía con rapidez por el museo, tratando de descubrir al delincuente. El capitán Sauniére creía que el ladrón había vuelto a escapar, pero Lara estaba más que segura de que él seguía allí, esperando dar otro golpe. "El mensaje que dejaron en la sala Sully no lo escribió él", pensó Lara, "Alguien lo retó y él está tratando de demostrar que están equivocados".
Al pasar por el corredor que llevaba a la sala en donde estaba la Virgen de las Rocas (la cual había sido regresada a su lugar por Lily sin que los demás lo supieran), una corazonada hizo a Lara regresar a ese lugar. El ladrón ya la había estado esperando allí una vez, quizá nuevamente volvería a dejar su huella en ese sitio...
Lara entró con cautela, sosteniendo delante de sí su revólver. Pero allí ya no había nadie. Quienquiera que fuera el que hubiese estado allí, tenía pocos segundos de haberse marchado. Todas las luces estaban apagadas y Lara tuvo otra corazonada: encendió la lámpara y dirigió el haz de luz hacia todas partes, encontrando un nuevo mensaje, esta vez en el piso: "Para demostrar que soy el mejor, voy a robar lo que Leonardo hizo mejor. El Artista de la Noche".
Lara apagó su lámpara, bajó su arma y encendió las luces de la sala. El capitán Sauniére entró a los pocos segundos, seguido por varios de sus hombres.
¿Qué ocurrió?.- le preguntó.- ¿Estuvo aquí?
Sí.- contestó ella.- Pero se fue pocos segundos antes de que entrara. Estuve muy cerca de atraparlo. Sin embargo, esta vez sé con seguridad qué obra intentará robar la próxima vez.
¿Cómo lo sabes?
Lara pidió que apagaran las luces nuevamente para que todos pudieran leer el mensaje.
Bien, piensa robar otra obra de Leonardo Da Vinci. ¿Cómo sabes cuál de todas será?.- inquirió el capitán Sauniére.
El mensaje lo dice. Va a robar la que es considerada como la mejor obra de Da Vinci.- replicó Lara.- Es bastante obvio. Va tras la Mona Lisa.
Lara estaría preparada. La próxima vez atraparía al Artista de la Noche, le costara lo que le costara. De eso estaba segura.
