Capítulo dieciséis. Escogiendo tu amor.
Misaki y Lara se miraban el uno a la otra. Ella tenía los ojos llenos de lágrimas; él tenía el remordimiento pintado en su mirada.
De todos los posibles sospechosos, nunca llegué a creer que en verdad tú eras el ladrón.- susurró ella.- Y yo que llegué a pensar que mi propia hermana era la culpable... ¡Qué ciega fui!
Lara, te lo puedo explicar... .- Misaki intentaba hacer que ella lo escuchara.
¿Explicarme qué cosa¿El por qué jugaste conmigo todo este tiempo?.- increpó Lara, furiosa.¿Explicarme por qué has estado robando el museo mientras que fingías estar interesado en mí?
¡Yo no he fingido nunca, Lara!.- protestó Taro.- Lo que siento por ti es real...
Claro. Tan real como el amor que tenía por ti... Pero esto no se quedará así... Quedas bajo arresto. Tienes derecho a guardar silencio y a un abogado. Si no puedes pagar uno, se te conseguirá quien te defienda...
Lara le apuntaba fijamente con el arma con una mano, al tiempo que con la otra sacaba su radiocomunicador para intentar llamar al capitán Sauniére.
¿Capitán Sauniére?.- llamó Lara, pero no obtuvo respuesta.¡Capitán, responda¡Tengo al ladrón justo enfrente de mí!
Misaki recordó que el cableado que había en la sala dificultaba la recepción de cualquier aparato de comunicación; si Lara quería llamar a sus compañeros tendría que salir al pasillo. Ésta se dio cuenta pronto de la situación y miró a Misaki por unos segundos.
Ni creas que te voy a dejar solo.- le dijo.- Me esperaré a que alguien regrese.
Lara, por favor, escúchame.- Taro dio un paso hacia ella.- Yo nunca quise que esto sucediera...
¡Aléjate!.- gritó ella, aferrándose a su revólver.- O disparo.
Yo sé que tú no me lastimarías.él se acercó todavía más.- Entre tú y yo hay una conexión muy especial... Sé que también la sientes...
¡No¡Estás muy equivocado, lo único que yo siento hacia ti es repulsión!.- Lara comenzó a titubear y Taro no desperdició la oportunidad.
Por favor, escúchame.- susurró él.- Tienes que creer que esto no es lo que parece... Hay una explicación muy lógica para todo esto...
¡No¡No permitiré que me engañes de nuevo!
Lara liberó el cargador de su arma y la apuntó hacia el pecho de Misaki con determinación.
Si te acercas un paso más, te dispararé.- le dijo.- Quédate en donde estás si quieres seguir con vida.
Muy bien, házlo.- le dijo Taro.- Dispara.
¿Q... qué?.- tartamudeó Lara.
Que ya no me importa si me disparas o no. Me da lo mismo. Ya no me interesa continuar viviendo así, cargando dentro de mí el peso de esta pesadilla...
Lara se dio cuenta de que Taro hablaba en serio. En los ojos cafés de él se reflejó la desesperación.
No puedo seguir así.- continuó Misaki.- Viviendo dos vidas distintas (válgase la redundancia), futbolista de día, ladrón de noche... Con doble personalidad... Y además, la mujer de la que estoy enamorado no va a creer en mis palabras... Qué más da, dispárame ya...
Misaki se acercó más a Lara, hasta quedar apenas a unos centímetros del cañón del arma. Las manos de Lara comenzaron a temblar y sus ojos se llenaron de lágrimas, las cuales no tardaron por escurrir por sus mejillas. Al poco rato, ella bajó el revólver.
No puedo hacerlo.- murmuró.
Él la miró con curiosidad.
¡No puedo hacerlo!.- gritó Lara.¡No puedo hacerte daño, Taro Misaki¡Eres un completo idiota¿Por qué demonios te dejas vencer de esta manera?
Lara... .- Taro intentó abrazarla.
¡Vete!.- ordenó ella, al tiempo que lo rechazaba.
¿Qué?
¡Vete¡Lárgate de una buena vez, antes de que les diga a todos que tú eres el Artista de la Noche!
Misaki la miró unos instantes sin comprender, creía que era otra trampa, pero Lara estaba hablando en serio.
¡Vete ya, que el capitán Sauniére no tardará en regresar!.- dijo ella.- Pero daré la voz de alarma en cinco minutos, tu sabrás si sales o no del museo antes de ese tiempo.
Lara...
¡VETE!
Misaki no perdió más tiempo y salió a toda prisa de la sala, corrió por los pasillos hasta llegar al despacho de su padre y salió a través del pasaje secreto, pensando en que tendría que irse de París esa misma noche...
Ahora ya no sabía qué hacer. Había traicionado a sus amigos, desilusionaría a su padre y, lo peor de todo, había perdido a Lara...
Taro llegó a su departamento en medio de la confusión total. Efectivamente, cinco minutos después de que dejó a Lara, se dio la voz de alarma y todos los agentes intentaron infructuosamente dar con él, pero esos cinco minutos que Lara le regaló le dieron a Misaki una ventaja enorme. Mientras corría por las calles de París, vio como cientos de autos patrulla pasaban a toda velocidad a su lado, en dirección al Louvre, con el fin de atraparlo, pero si querían dar con él tendrían que ir a su casa... No pasaría mucho rato antes de que esos mismos autos patrulla dieran la media vuelta y se dirigieran a su departamento...
Sus amigos aun dormían por el efecto del sedante. Misaki quería despertarlos para avisarles que todo había acabado y pedirles que se pusieran a salvo para que no se los llevaran a ellos también. Pero un profundo cansancio lo invadió de pronto. Se recostó en el único sillón que quedaba libre, echó la cabeza hacia atrás y se sumió en un sueño profundo...
Muchas horas más tarde, cuando Taro despertó, el sol entraba a raudales a través de las ventanas del departamento, el cual aparentemente se encontraba solo. Misaki se levantó, preguntándose si durante su largo sueño la policía habría ido a llevarse a sus amigos... Pero en todo caso, se lo hubieran llevado a él también.
¿Papá?.- aventuró Taro, al tiempo que entraba a la habitación de su padre. Pero ésta se encontraba vacía.¿Tsubasa¿Wakabayashi¿Sanae?.- Taro inspeccionó el resto del apartamento, pero también se encontraba vacío.
"¿En dónde andarán todos?", se preguntó. "¿Acaso todo fue un sueño?"
Nota de la autora: Jajajaja, todos me colgarían si esto terminara por ser un sueño¿no? XD
Pero en el armario del cuarto de Misaki aun estaban las obras de arte que había robado en las ocasiones anteriores: el Monet, las hachas dobles de las sacerdotisas del templo de Delfos y el Nacimiento de Venus. "Bueno, al menos no me imaginé todo esto...", pensó, con amargura.
En esos momentos, alguien tocó el timbre. Misaki se apresuró a abrir la puerta. Era Wakabayashi.
¿Qué sucedió?.- le preguntó inmediatamente al verlo.¿En dónde están Tsubasa y Sanae?
Tranquilízate, ellos están bien.- le respondió Wakabayashi.- No los ha atrapado la policía si eso es lo que te preocupa. En estos momentos están descansando en su hotel.
¿Pero que están haciendo todavía en París?.- gritó Misaki.¿Y tú que estás haciendo aquí también¡Deben irse cuanto antes, la policía no tardará en venir por ustedes!
Cálmate, amigo.- Genzo suspiró.- Hay algo que debes saber...
¡No¡Hay algo que tú debes saber¡Lara ya se enteró de que yo soy el Artista de la Noche¡No tardará en venir aquí con órdenes de arresto para todos nosotros!
Lara no te delató.- dijo Genzo, cortando de tajo las explicaciones apresuradas de Misaki.
¿QUÉ?.- Taro creyó no haber oído bien.¿Cómo es que tú sabes eso?
Porque acabo de acompañar a Lily a comprar dos boletos de avión rumbo a México. Ambas van a regresar a su país esta misma noche.
¿Qué¿Pero cómo es que...¿Por qué Lara no...¿Qué fue lo que pasó?.- Misaki estaba tan aturdido que no podía ni terminar de formular una frase.
Según lo que Lily me dijo, Lara no tuvo corazón para denunciarte.- le explicó Wakabayashi.- Prefirió renunciar a su carrera antes que delatarte a ti. Les dijo a todos que no pudo ver el rostro del ladrón y que éste volvió a escaparse. Después presentó su renuncia, dijo que ya no le interesaba seguir trabajando en el caso, que lo único que deseaba era volver a México... Y eso es precisamente lo que va a hacer. Se marchará en un par de horas y Lily se va a ir con ella... Dice que no puede dejar sola a su hermana en un momento como éste.
Entonces... ¿Se va?.- murmuró Taro, incrédulo.¿Prefirió renunciar al trabajo que tanto amaba en vez de atraparme?
Así parece.
Misaki agachó la cabeza. Esto era infinitamente peor que todo lo que se esperaba. Hubiera preferido que ella lo delatara, que viniera en persona a esposarle las manos... Pero en vez de eso, prefirió dejarlo en libertad y marcharse del país...
Nunca volveré a verla.- musitó Taro.- Todo es mi culpa...
Deja ya de hacerte la víctima.- le dijo Genzo, un poco fastidiado.¿O en verdad vas a dejar que todo termine así?
¿Y qué puedo hacer? La traicioné, no va a perdonarme nunca.
¿Pero es que aun no te cae el veinte? Ella te ama, de lo contrario no te habría puesto a ti por sobre su carrera y su libertad, pues si la INTERPOL se llega a enterar de que te dejó ir le podría ir muy mal... ¿Cuántas veces tendré que repetirte que vale la pena luchar por esas dos?
Wakabayashi tenía razón: Lara amaba a Taro. Misaki decidió que no dejaría que las cosas terminaran así.
Ya, arriba esos ánimos.- Wakabayashi le dio una palmada en la espalda.- Cambia tu humor, que pronto tendremos que viajar a México.
¿Tendremos?
Sí. ¿O es que pensaste que iba dejar ir a Lily así sin más?
De acuerdo.- Misaki al fin sonrió.- Pero primero tendremos que averiguar quién está controlándome.
¿Cómo dices?
Ayer, mientras mi alter ego intentaba robarse la Mona Lisa, me confesó que hay alguien que nos está manipulando. Tengo que descubrir quién es y por qué lo hace, para de una vez por todas acabar con esta historia.
Wakabayashi iba a decir algo, pero fue interrumpido por el timbre de la puerta. Misaki se levantó a abrir y se sorprendió muchísimo al descubrir a Lily en la entrada, envuelta en un mar de llanto.
¡Misaki!.- gimió ella.¡Tienes que ayudarme!
¿Qué pasa?.- preguntó Taro, aturdido.
¡Lily¿Qué pasó?.- preguntó Wakabayashi, quien se había levantado a ver qué ocurría al escuchar la voz de la chica.
¡Por favor, ayúdenme!.- Lily estaba al borde de la desesperación.
¡Dinos de una vez qué pasa!.- gritó Genzo, exasperado.
¡Es Lara¡Ha desaparecido!
¿Qué?.- gritaron Wakabayashi y Misaki al mismo tiempo.
¡Por favor, ustedes son los únicos que me pueden ayudar!
¿Pero qué fue lo que pasó¿Por qué la policía no está ayudándote?.- preguntó Misaki, angustiado.
Ellos hacen lo que pueden, pero no van a encontrarla.- sollozó Lily.- Tú eres el único que puede ayudarla, Misaki.
¿Por qué estás tan segura?
¡Porque la secuestró el Artista de la Noche!.- gritó ella.
Misaki y Wakabayashi se quedaron con la boca abierta.
