Capitulo 1:

"Mis recuerdos, aun cuando era un simple Novicio de este mundo, fueron el seguir la senda de aquellos sabios, que con el simple de los murmullos, podía congelar en el acto a cualquier enemigo que osara enfrentarse a ellos. Aun a aquellos caballeros fornidos montados en sus fieles Peco-Pecos, que con un simple agitar de sus muñecas, podían descuartizar hordas de enemigos. Aun a aquellos ágiles Maestros de la Muerte, los cuales tenían la cualidad de poder darle fin a una vida enemiga, sin que esta se diera cuenta de que es lo que ocurrió. Aun a aquellos firmes arqueros de Rune, que, con una de sus flechas, podían acertarle a una manzana puesta en la cima de las montañas Mjolnir. Esa era mi meta, lograr ser alguien que pudiera manejar los poderes de la naturaleza a destajo. Por eso, seguí la senda de entrenamiento, estudie y estudie prolijamente las artes del control de los elementos, practique y practique, estuve noches enteras preparándome para la prueba en la Academia de Magos de Geffen.

Acercándose el día de la prueba, yo, emocionadísimo, me quede despierto varias noches imaginándome que es lo que podrían preguntar. Acaso seria que elemento es más efectivo contra los Zombis, o tal vez que habilidad es la más poderosa para un mago de Fuego, o tal vez... Ideas inundaron mi cabeza, pensando 1000 y 1001 posibilidades de preguntas y pruebas que podrían hacer. Llegue a la Cámara de los Magos, en donde nos darían las instrucciones para la prueba, y al sentarme, vi escrito en frente de mi pupitre, la tarea a realizar. Decía, en un pergamino personalizado "Recolección de Elementos para hacer una Poción de Prueba: Los elementos son...". No le vi una mayor dificultad, y prácticamente me sentía yá un mago, así que salí confiado de poder conseguir los elementos.

En la lista aparecía primero "3 Jellopys". Por suerte, ya tenía guardados varios de estos "diamantes de vidrio", como los llamaba yo, en mi bolso de viaje. El segundo ítem decía "2 Hojas Rojas", las cuales no tenia a mano, y tuve que hacer una excursión a las remotas tierras de Morroc, en donde sabia que habían monstruos que botaban estas valiosas hojas necesarias para mi prueba. Después de muchos días buscando en el desierto, logré obtener las 2 hojas requeridas. Confiado ya, como tenia 2 ítems ya listos, y solo faltaba uno mas, me sentí aliviado... solo hasta leer el ultimo ingrediente: "1 vaso de Solución A-107". Me sentí desconcertado al principio, puesto que no sabia donde conseguir esa solución, pero luego me acordé de que esa solución, según decía el Libro "Castee magia como si estuviera en Primero", era hecha en la ciudad de los Arqueros, Payon.

Hartas veces había escuchado a algunos diciendo que el camino a Payon estaba infestado por monstruos agresivos, y que con dificultad se podía llegar a allá a pie. Yo pensé seriamente en desistir de ser mago, y volver a intentarlo el año siguiente, pero mi orgullo y las ganas de ser tan poderoso como aquel mago que aniquilo a 1000 enemigos con solo unas palabras, me impulsaron finalmente a emprender mi camino a esa ciudad adentrada en los bosques. Después de muchas lunas caminando desde Morroc, llegue finalmente a los bosques de Payon, cuando me encuentro frente a un árbol demoníaco y con cara de pocos amigos. Saque mi fiel arma, una espada forjada por antiguos BS, y un regalo personal, para darle fin a su existencia, cuando de pronto, de un zarpazo, la parte en 2. En ese momento donde pensé encontrar la muerte, saltó por mi espalda una figura humana, y le pegó directo en la cabeza, dejándolo aturdido por unos segundos. Al ver que yo no reaccionaba, la figura gritó "CORRE Y SIGUEME", y posteriormente procedió a perderse entre los árboles. Yo le seguí de cerca, dando todo de mí para alejarme de aquel enemigo. Después de mucho correr, me encontré con aquel héroe, el cual resulto ser otro de los postulantes a mago, llamado Tgth. Supuestamente, el también tenia que ir a buscar la solución A-107 a Payon, y se encontraba perdido desde hace días, en los cuales consiguió una carta, que mágicamente daba la habilidad de dejar a los enemigos aturdidos.

Luego de una larga interacción social, seguimos nuestro camino, llegamos a Payon y obtuvimos la solución. Volvimos a Geffen usando la ayuda de aquellas damiselas que siempre están dispuestas a ayudar a los viajeros, esas damiselas llamadas Kafra. Después de aquella aventura, el resto de las pruebas fueron pan comido. Ya convertido en Mago, ya me sentía un paso mas cerca de la meta, y mas aun, de cumplir mi sueño de ser un Excelente mago, pero poco yo sabia de lo que me deparaba el futuro..."