Capitulo 5:

"Esto es demasiado… no aguanto más… ya… no… me que…dan fuer…zas… por dios… ¿es es…to el final… de… mis días?..."

"A pesar de las evasivas que Kim me ofrecía a mis preguntas, seguí insistiendo para ver que era lo que pasaba con Yosuke en ese momento. "PERO DIME WEON DIME, QUE PASA CON YOSUKE!" le grité a la cara, a lo que solo recibí un tirón de orejas por parte de Tgth, que me dijo "Déjalo ser, si no te quiere contar, cosa de él". Seguí su consejo, pero quede inquieto por lo que pasaba. Refugiado en mi vaso de cerveza, comencé a beberlo despacio, mientras pensaba en que hacer ahora. Recordando mi último sueño, promoví una ida hacia los campos del Norte de Prontera, para así ver si encontrábamos a Yosuke en alguna parte. Además, había escuchado que por esos lares habían monstruos mas difíciles y que daban mayor pelea, y por ende, mayor experiencia de batalla. Refugiado en aquellas palabras, logre convencer a Tgth a que me acompañara. Estaba muy entusiasmado con la idea, no tanto por buscar a Yosuke, sino más por la ganancia que tendría en términos de experiencia. Lamentablemente Kim no quiso acompañarnos, puesto que estaba ya cansado de caminar con nosotros, que éramos fuente de problemas, que era mejor separarnos por ahora, y muchas otras razones que, por mí parte, encontré como lloriqueos de guagua chica. Sin mas preámbulos, y despidiéndonos de Kim, partimos una vez más en busca de aventuras a los lugares místicos del mundo de Rune Midgar. Nuestro nuevo destino… Norte de Prontera.

El valle del Monte Mjolnir, el cual, según las lenguas que me contaron de aquel lugar, contiene miles de criaturas diversas, en su mayoría insectos y derivados de la familia, era el destino de este nuevo viaje. Para llegar a aquel lugar, debíamos cruzar los castillos que estaban destinados para las Guild Wars. No podía creer que gigantes eran aquellos castillos. En las entradas de cada uno veíamos el mismo logo. "Esta guild debe ser poderosa… pero nosotros todavía estamos preparándonos… así que no hay que preocuparse: Ya habrá un día en el cual tendremos estos castillos para nosotros, ya vendrá el día en que NMIN será reconocido en todo el largo y ancho del mundo de Rune Midgard" grite a los cielos. Obviamente Tgth, siendo la voz de la racionalidad, me dijo "No sueñes tanto, que nos queda mucho camino por delante. Por ahora, dediquémonos a entrenar mas, para pronto ser Wizards. Lo que mas quiero en esta vida es lograr ser un Wizard que sea reconocido en Rune, y se que ese es tu sueño también, mi amigo Enchanter. Así que, sigamos en nuestro camino", En el momento que iba a seguir caminando, vi como se sentó en el suelo y observó el estandarte. "Pero igual tengo las mismas ambiciones que tú. Sé que un día NMIN será una guild decente, y que tendrá una bandera acá en Prontera.".

Dejando atrás la ciudad de Prontera, y sus grandes castillos, nos encontramos con un campo gigantesco, poblado de árboles, y con varias criaturas rebotando libremente. "Este no puede ser el lugar del cual me hablaron" les dije a mis compañeros que estaban a punto de agarrarme por mi cuello y quebrarlo en 1000 pedazos. Por suerte para mí, en ese momento, una cara familiar se nos acercó y nos saludo. Era Angie, el acolito que nos había comentado de las GW y de los requerimientos para participar en ella. Aproveche de preguntarle si el conocía de un lugar que estaba poblado de enemigos mas fuertes, y la respuesta que recibí de su parte me reconfortó: "Si, esta mas adelante, si quieren los puedo guiar hacia allá" dijo el amable acolito, que de inmediato profeso las palabras "Agi Up!". Inmediatamente, mi equipo pareció más liviano, mis pies se sintieron más rápidos, y mi velocidad aumento drásticamente. Después de que todos estábamos bajo el efecto de esta bendición, seguimos nuestro camino en dirección al monte mismo.

Angie nos contaba de los monstruos que podíamos encontrar allá: Arañas de tamaño considerablemente grande, cuyas telarañas son tan poderosas que pueden inmovilizar a su presa. Los típicos Porings, que rondan todos los campos que bordean las ciudades. Enormes ciempiés llamados Argiopes, que daban el nombre al lugar: Argiopelandia. Y el enemigo más conmemorativo del lugar: un Poring alado, cuya apariencia esconde muchos secretos, y muchas sorpresas deparan a quien se atreva a enfrentarlo. Sus palabras no lograban mellar mis intenciones de llegar a aquel lugar y buscar a Yosuke. Estaba convencido que ahí debía estar, puesto que, si es que mis sueños estaban en lo correcto, no podría haber llegado mas allá de los montes, sobretodo si es que en ese lugar existían monstruos tan poderosos como los que describió Angie.

Cuando por fin llegamos a Argiopelandia, nos encontramos de frente con una de aquellas cuncunas. Pensé rápidamente en lanzarle uno de mis poderes de fuego, pero el grito de Angie me desconcentró. "¡¡¡CORRE, NO PUEDES ENFRENTARLO DE FRENTE!" dijo el temeroso acolito, y emprendió la huida junto con Tgth. Yo, después de todas las experiencias que he vivido con mi soberbia, y ya habiendo aprendido la lección, los seguí a paso apresurado, gracias a la bendición que estaba todavía vigente en mí. Ya lejos del peligro, y en un lugar que parecía pacifico, Angie siguió hablando: "No los enfrenten cara a cara, ustedes son muy débiles como para hacer un duelo 1v1. Dedíquense por ahora a enfrentarlos desde altura. Son criaturas muy apegadas a la tierra, y con suerte pueden divisar algo que esté a más de 2 metros de altura del sitio donde se encuentran. Miren, les doy un ejemplo". Nos llevo al borde de un acantilado, el cual parecía peligroso. "No se preocupen, solo manténganse a cierta distancia del borde, y estarán a salvo. Esperen aquí, que yo ya vengo" dijo nuestro acompañante. Después de dicho eso, procedió a decir las palabras "Teleport", y desaparecer de nuestra vista por arte de magia. Así que nos sentamos a conversar mientras esperábamos que Angie "apareciera" y nos dijera que hacer. Seguimos conversando de nuestras aspiraciones como magos, que es lo que queríamos hacer a futuro, que seria de NMIN, que estaría haciendo el cobarde de Kim en estos momentos, etc. Estuvimos casi media hora hablando de variados temas, cuando de repente escuchamos un grito desde el fondo del acantilado. "Oigan, acá les traigo monstruos, mátenlos desde arriba" dijo la voz, débil y difusa por la diferencia de altura que había entre nosotros. Después vimos como se desaparecía mágicamente, y como los monstruos quedaban desorientados y no podían vernos. Aprovechando la situación y el consejo, los atacamos desde donde estábamos. Los confundidos Argiopes no podían hacer más que recibir nuestras habilidades mágicas en todo su esplendor, y morir bajo el doloroso y agudo sentir de las agujas ígneas y eléctricas que hacíamos caer encima de sus caparazones. Felices con aquel descubrimiento y agradecidos con Angie, le pedimos que nos acompañara en nuestros viajes, pero lamentablemente nos dijo que era imposible hacerlo, puesto que tenia otras cosas que hacer en otros lados. No importando la negativa de Angie, hicimos como si nada hubiera pasado, y ahí nos quedamos disfrutando de lo lindo las nuevas formas que encontrábamos para matar y ganar experiencia. Pero yo aun seguía buscando de reojo a Yosuke, porque sabia que el debía estar aquí, en algún lugar, en algún matorral de por ahí… pero no podía desconcentrarme, uno nunca sabe que es lo que le depara el destino, ni que es lo que puede venir al voltear la esquina.

Estuvimos varios días en Argiopelandia, matando Argiopes por docenas. Poco a poco iba amaestrando mis habilidades con el fuego, hasta el límite de ser capaz de hacer crecer fuego desde las entrañas de la tierra, y formar una barrera "impenetrable" para la mayoría de los enemigos. Gracias a esta habilidad, era capaz de aguantar a los Argiopes y arañas, mientras emprendía mi huida. Bien útil me había salido el nuevo encantamiento aprendido, y como todo niño con su juguete nuevo, aprovechaba de usarlo cuando la ocasión lo ameritaba, e incluso cuando no. Varias veces veía un inocente Poring saltando por la pradera, y de pura "maldad", hacia salir llamas del suelo bajo de el, quemándolo y aniquilándolo al instante. Tal desplante de maldad no era habitual en mi, pero a veces estaba tan tenso y aburrido de estar matando Argiopes, que un Poring reventado es un relajo a la vista y los sentidos. Pero, ¿quien iba a saber que tal forma de relajo podría traerme tales consecuencias?

Mire hacia atrás, y vi como un grupo de Porings de varios tamaños y colores, e incluso algunos con gorros navideños, saltaban en mi dirección, con caras de enojos en sus caras de múltiples colores, obviamente enojados por la matanza indiscriminada que hacia en contra de ellos. Ya sabiendo que estos pobres monstruos no eran rivales para mí, solo hice salir llamas del suelo frente a mí, y vi como golpeaban y caían uno a uno como moscas frente a un repelente. Me reí de sus esfuerzos por atacarme, cuando de repente, sentí como una fuerza espectral golpeaba mi alma. Lo único que escuche después fue un grito de Tgth que decía "CORRE WEON, ES UN PORING CON ALAS… ES… ES ANGELING!". Sin detenerme a pensar, solo corrí como endemoniado en dirección a Tgth, escapándonos ambos de Angeling. Corrimos y corrimos, hasta que logramos perderlo entre los árboles. Aliviado, pero cansado, me senté inmediatamente para recuperar mi aliento, mientras recibía otra reprimenda mas por parte de Tgth. "Como puedes ser tan calamitoso, bazofia humana. Siempre me metes en problemas, y siempre tengo que estar salvándote el trasero inmundo animal. Deberías aprender a ser mas cuidadoso y…". En medio de su discurso, vi como un conjunto más o menos grande de Argiopes, Porings y Arañas se acercaban hacia donde estábamos. "Tgth, ¿estas cansado de salvarme el trasero? Porque parece que esta vez me toca a mi hacerlo" le dije al desprevenido mago, e inmediatamente grite "FIRE WALL" e hice salir llamas de la tierra, de tal forma que hicieran una triangulación perfecta para que no pudieran acercarse a nuestro lugar. Temerosos frente a la abismante cantidad de enemigos frente a nosotros, me puse a observar por una salida viable. Por suerte logre percatarme de una abertura que había entre todos los monstruos, la suficientemente amplia para poder escapar sin recibir tanto daño. Así que, sin dejar pasar un segundo mas, y viendo que las paredes de fuego estaban desapareciendo, pasé a través de los monstruos, y seguí corriendo para alejarme de ahí, sin preocuparme por Tgth, ya que asumí inmediatamente que me seguiría. Después de todo, ya llevábamos harto tiempo en las mismas aventuras, y nuestros instintos eran casi siempre los mismos. En el momento que pensé que estaba a salvo, sentí un dolor agudo en mi pantorrilla, y vi como difusamente se iba todo a negro. Lo ultimo que escuche fue un "Thunderstorm", y después un silencio abrumador…"