¡¡Hola!!
Cocojajas: Aquí tienes, wapísima. La trama a partir de ahora da otra vuelta de tuerca, a ver qué te parece (es en estos momentos cuando la historia ha tomado el control sobre mí volviéndose tan complicada que apenas puedo manejarla... ¡¡socorrooooo!!)
Lucumbus: cómo controlará sus poderes... buena pregunta. ¿O serán sus poderes los que le controlarán a él? ¿A que soy una persona perversa metiéndote ideas peregrinas que quizá no lleven a ninguna parte, pero que sin duda te rayarán (aunque sólo sea un poquito)? Cuantas preguntas, ¿verdad? Muahahahaha...
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Capítulo 18: Mueven blancas
-¡Ataque mortífago sobre la residencia de los Perry en Dover! – exclamó una fría voz femenina en mitad de la relativa calma que reinaba siempre en el Cuartel General de Aurores en la planta dos del Ministerio de Magia.
Todos sin excepción pegaron un respingo, pero en seguida se pusieron en movimiento. Todos estaban muy bien entrenados para reaccionar eficientemente ante un aviso semejante.
-¿Quién está más cerca?- preguntó una voz potente desde la puerta abierta de un despacho adyacente a la gran sala dividida en cubículos.
-La escuadra de Olivia Hess está de camino, señor Carlton. Esperan órdenes.
-Prioridad 1. Informe en dos horas.- dijo escuetamente el Jefe de división Ralph Carlton.- Llamad a los Desmemorizadores y a los del Departamento de Catástrofes Mágicas. Se querrán unir a la fiesta.
-Sí, señor.
Apenas habían pasado 10 minutos cuando la fría voz femenina volvió a hablar:
-¡Ataque mortífago en la tienda de artículos mágicos de Barry Trenton en Cardiff!
Nuevamente otra escuadra se encargó del caso.
-¡Ataque mortífago sobre la residencia Rainfield en Derby!
-¡Por Merlín! ¡Se han vuelto locos! – exclamó un auror que no paraba de llamar a sus compañeros para coordinarlos con el resto de los que estaban movilizados.
-¡Ataque mortífago en el centro de Liverpool!
-¡Santo cielo! ¿También lugares muggles? – exclamó otra voz.
-¡Movilizad a todo el Ministerio!- rugió la voz de Carlton.- ¡Estamos ante un ataque masivo!
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Harry aquel día no fue a clase.
Hermione, Ron y él habían estado, desde el mismo momento en que les llegó la primera noticia por medio del recién incorporado Jason Henrich, desplegando todos los medios que tenían para poder ayudar a las sobrecargadas fuerzas ministeriales.
Habían puesto en movimiento a una parte de los Brujos Desterrados dividiéndolos en pequeños grupos que se encargaran de dar apoyo funcional a las escuadras movilizadas. Actuarían, no obstante, bajo el más estricto secreto. Su función principal sería la de recogida de información y sólo si la situación lo permitiera, ayudar abiertamente a los aurores del Ministerio.
El resto de los Brujos Desterrados se habían apostado en los lugares más importantes del Mundo Mágico que se habían quedado peligrosamente desnudas de protección al estar todos los magos del ministerio en al menos 15 lugares en toda Gran Bretaña.
15 lugares atacados por mortífagos, 9 de ellos, residencias familiares. 9 Familias habían sido asesinadas esparciendo el terror por todo el país. Además habían atacado el centro de la populosa ciudad de Liverpool asesinando a decenas de personas en una gigantesca explosión. La marca tenebrosa había brillado sobre cada uno de los 15 escenarios.
-Esto tiene que tener algún sentido.- decía Ron devanándose los sesos.
-¿Cómo puede tenerlo, Ron? – preguntaba Harry viendo las noticias que iban apareciendo en Internet.- Los muertos en Liverpool se elevan a 57 y más de 150 heridos... Dios, lo están relacionando con el atentado del Lightening.
-Acaba de llegar un e-mail de Leonard Pane.- anunció Hermione.- Dice que han muerto 10 magos, 8 brujas y 7 niños. De las familias atacadas sólo han sobrevivido Clarice Gellar, de 26 años, malherida y de camino a San Mungo, Michael Mathews, de 41, prácticamente intacto y activo en Derby. Está ayudando a los aurores. Y finalmente Richard Lewis, de tan sólo dos años. Sufre algunas quemaduras, pero ya está en San Mungo y vivirá. Toda su familia ha muerto.- se le quebró la voz un poco, pero continuó.- Los aurores están buscando indicios de la actuación de mortífagos en particular, de alguno que ya tengan fichado. Dice Pane que pretenden pillar por lo menos a los que ya tienen en el punto de mira.
-Eso es una estupidez.- dijo Ron.- ¿De qué serviría? Ya sabemos quienes son. Lo que hace falta saber es dónde están.
-Y es en eso en lo que están trabajando los Desterrados, Ron.- dijo Hermione.- Pane dice que, por lo menos en Cardiff, Dover, Birmingham, Ely y Leeds tienen pistas muy fiables y están en la brecha. Pronto nos enviarán más datos.
-Y nosotros mientras aquí encerrados.- dijo Harry.
-Dumbledore lo ha dejado muy claro, Harry.- dijo Hermione severamente.- Aunque no te guste.
-Pero es que...
-Pero es que nada, Harry.- dijo Hermione muy firmemente.- Ya estamos haciendo mucho desde aquí.
Entonces un teléfono empezó a sonar. Hermione rebuscó en el bolso y sacó el móvil.
-¡Hola! ¿Dónde estás?... Sí, lo sabemos... No, no está completamente desprotegido. Hemos mandado a algunas personas para allá... ¿Cuántos sois?... Vale... ¿Alguna sospecha en particular?... Ya, todas, claro... Pero, ¿estás seguro?... Bueno, vale, tranquilo, tampoco hay que perder los nervios... No, no podemos ir... "rdenes de Dumbledore... Tiene sus razones... Sí, en un momento así incluso más.- Harry miró a su amiga con los ojos entrecerrados, pero ella le devolvió exactamente la misma mirada mientras seguía hablando.- Vale, se lo diré. Adiós, Viktor y tened cuidado, por favor.
-¿Viktor?- preguntó de repente Ron con una ceja levantada.- ¿Pero no se había ido a Alemania?
-Sí, a buscar refuerzos.- dijo Hermione.- Harry, dice que son un grupo de 30 aurores fieles a la Orden. Están a las órdenes de Viktor y Viktor se ha puesto a las tuyas. Dice que sospecha que todos estos ataques sean una maniobra de distracción y que planeen atacar algún lugar importante como San Mungo, el Ministerio, el Callejón Diagon, Hogsmeade o incluso Hogwarts.
-No creo que se atrevan con Hogwarts, pero tiene razón. Ya había pensado en ello.- asintió Harry.- ¿Dónde están?
-Aquí, en Londres. Acaban de llegar.
-Sugiero que se queden aquí.- dijo Ron.- Al fin y al cabo es en Londres donde más objetivos hay. Que se unan a los hombres de Pane en San Mungo y el Ministerio y que otro equipo de no más de 2 o 3 vaya al Calejón Diagon. Allí están mis hermanos, Lee, Katie, Neville y Dean.
-¿Y Hogwarts?- preguntó Hermione.
-Habrá que llamar al resto el ED.- dijo Harry.- Justin, Angelina y Hanna de momento. Allí están los profesores, Lupin y por supuesto, Dumbledore. Creo que es más que suficiente.
En seguida se pusieron a ello y en menos de 10 minutos ya lo habían coordinado todo. Ahora sólo faltaba esperar noticias nuevas.
Al cabo de un rato en silencio en que se habían concentrado en mirar las fotos imágenes que iban saliendo en Internet sobre la explosión en el centro de Liverpool, Ron se iba convenciendo más de una idea que le había estado rondando la cabeza desde el atentado del centro comercial. Pero aún no las tenía todas consigo.
-Ron, busca las noticias sobre política interior y exterior del último mes.
La chica le miró extrañado, pero obedeció. Unos clicks y la información apareció ante sus ojos.
Ron leía veloz el empeoramiento del ambiente político dentro de Gran Bretaña por la incertidumbre sobre la autoría del atentado. Y más después de la bomba en la iglesia. Los ojos que se habían vuelto hacia el terrorismo internacional ahora se enfocaban a fundamentalismos religiosos. Pero nadie sabía precisar más. Nada en las explosiones daba pista alguna sobre quién había sido. Todos se echaban las culpas a todos y la gente estaba cada vez más nerviosa. Se sentía insegura. Habían dejado de salir y apenas utilizaban los transportes públicos. Las protestas sociales se habían cada vez más violentas pidiendo responsabilidades al gobierno que se veía incapaz de dar respuestas.
Las noticias surgidas desde hacía unas pocas horas, tras los primeros ataques, como había dicho Harry, eran relacionadas con el atentado del Centro Comercial. Los periodistas muggles habían querido encontrar semejanzas entre las dos masacres que estaban aterrorizando al país hasta el límite de la revuelta civil.
Ronasintió para sí. Para desgracia de todos ellos, todo parecía encajar.
-¿Y bien?- preguntó Harry mirándole.- ¿En qué piensas?
-¿No lo veis?- preguntó el pelirrojo. Sus dos amigos le miraron perplejos.- Venga, chicos. Vosotros erais los listos del grupo.
-Cariño, te estás ganando una colleja.- dijo Hermione con dulzura forzada.
-Vale, vale... ¿Qué busca Quien Vosotros Sabéis?
-¿Poder?- sugirió Hermione.
-¿Inmortalidad? – dijo Harry.
-¿Matar a todos los sangre-sucia y muggles del Universo? – volvió a decir Hermione.
-¿Y de paso a todos los magos que no estén con él?- apuntó Harry.
-Muy bien, chicos, seguís siendo los listos.- dijo Ron esquivando una bola de papel que Hermione le había lanzado en represalia.- Ahora, teniendo eso en cuenta retrocedamos hasta el día 12 de diciembre, día del atentado del Lightening. El más grave de Gran Bretaña, casi 500 muertos, miles de heridos e incontables más damnificados. El país entero se pone en pie y los gobernantes se echan las manos a la cabeza porque no saben quién ha sido. Nadie sabe quién ha sido. Nadie reclama la matanza y la gente quiere respuestas... que nunca llegan.
"Unas semanas después, a principios de enero, hace tan sólo una semana y media, estalla otra bomba en una iglesia cercana al río. Nadie sale herido, pero el ataque contra el templo empieza a excitar la imaginación de la gente. Empiezan a pensar que ambos actos explosivos están relacionados, pero la falta de pruebas en ambos casos es tan desconcertante que no saben por dónde tirar. La población entra en lo que se podría llamar "histeria colectiva".
"Y ahora tenemos una nueva masacre en el centro de una ciudad tan importante como Liverpool, un día de diario, en la zona más poblada, en el centro de la ciudad, donde se encuentra el grueso de oficinas, tiendas y bancos. A las 11 de la mañana, hora de la explosión, esa zona está llena de gente. Y estalla.
"Pero esta vez un bonito espectáculo de fuegos artificiales decora el lugar. La marca tenebrosa. Por supuesto los magos sabemos qué significa, pero los muggles no, o por lo menos, no la inmensa mayoría. Por fin los muggles ven que alguien reclama la barbarie, pero aunque pueden darle un símbolo no les puede dar un nombre. La sorpresa se transforma en pánico en las ciudades donde se ven las marcas tenebrosas encima de las casas atacadas, nada más y nada menos, que 14 ciudades en toda Gran Bretaña además de Liverpool.
"¿Lo pilláis ahora o tengo que explicar más?
-A ver, recopilemos.- dijo Hermione.- Según lo que has dicho podemos deducir que los objetivos son lugares muy concurridos para causar el mayor número de bajas, ¿verdad?
-Si.
-Lo que no entiendo es por qué no dejaron la marca el día del Lightening.
-Por que no les interesaba darse a conocer tan pronto.- dijo Harry.- Tío, creo que lo entiendo.
-Felicidades.
-¡Bueno, pues que alguien me lo explique!- exclamó Hermione. No le gustaba la sensación de ser la última en comprender algo. No era normal y le inquietaba.
-Todo es una estrategia de publicidad basada en el terror, Hermione.- dijo Harry.- En el Lightening no se mostraron porque lo único que querían hacer era una masacre lo suficientemente memorable como para aterrorizar al mundo mágico y al muggle. La bomba en la iglesia... ahora todo encaja... La bomba en la iglesia era de facturación muggle. ¿Desde cuándo un mago utiliza un reloj como temporizador? Ante los muggles quieren hacerse parecer terroristas muggles con capacidad de actuar en cualquier momento y así aterrorizar más a la gente.
-Y ahora en Liverpool han mostrado la marca.- continuó Ron.- Avisando explícitamente a los magos y a los muggles que nos conocen de que son ellos y que están en todas partes haciendo mucho daño. Y mientras, el gobierno muggle pendiente de un hilo y la gente al borde de la revuelta.
Hermione abrió los ojos comprendiendo al fin.
-Oh, Dios mío.- dijo en un susurro.- Pretende hacerse con el control de Gran Bretaña entera dándose a conocer. ¡Expondrá al mundo mágico a los muggles!
-Exacto.- asintió el pelirrojo.- Con todo lo que supondría.
-Claro...- dijo Hermione.- Ya tienen chivo expiatorio para los atentados.
-La caza de brujas del siglo XXI.- comentó sarcástico Harry.- Pero elevado a la enésima potencia.
-Los muggles detrás de los magos y los mortífagos detrás de los dos, hasta ponerse encima y dominarlos a todos.- terminó Ron recostándose en la incómoda silla y estirándose.- Hay que reconocer que es un plan retorcido, pero inteligente.
-Y eso sin contar que Voldemort tiene en su poder la Caja de Krotiev.- dijo Harry.
-La cosa está chunga, chicos.- comentó Ron.- Pero que muy chunga.
