Margaritas y geranios
-Prométeme que la cuidaras
-...Lo prometo
-Ella te quiere mucho, se que eres algo joven para qué te pregunte esto- sonríe débilmente- pero dime ¿Tu la quieres?
-...Si, si la quiero. Como una hermana
-Se que con el tiempo eso aumentara-sonrie- prométeme que la amaras mucho.
-...
El señor comenzó a sacudirse gravemente sosteniendo la mano del niño que se encontraba a su lado. Aferrándose a ella como si pudiera aferrase a la vida que un llevaba por dentro. La vida que no deseaba abandonar.
-Prometelo Rei-tose mas fuerte- Prometemelo!
Finalmente en un gran, ronco suspiro, la mano que lo apretaba y el dueño de ella dejaron escapar el ultimo aliento y con esto su vida.
Después de esto el pequeño se quedo perplejo pero no soltaba la mano que momentos antes lo sostenía, haciéndole prometer la felicidad de aquella a quien consideraba su mejor amiga.
El llanto de los presentes lleno el silencio en la habitación. Los más ancianos de la aldea rodearon ambos cuerpos y empezaron sus plegarias.
La pequeña pelirosa encontraba consuelo en brazos de uno de los adultos que estaba cerca, el sin embargo seguía absorto con la mirada aquella mano, finalmente un susurro fue dicho, mas para el mismo que para el cadáver. Sostuvo con fuerza su mano.
-No se preocupe, yo la protegeré... "la amare"...lo prometo.
Aun le dolía la cabeza no podía abrir los ojos, solo escuchaba la voz chillona de su amiga a su lado platicándole trivialidades como el clima, el hospital.
No podía ver ni sentir nada, sus músculos estaban adoloridos, si no fuera por el vocablo de Mariah el creería que estaba muerto.
Pero...si así fuera el moriría feliz por que había visto al Kai que el escondía en lo mas profundo de su ser, no completamente pero era algo, y le mostró que podía contar con el. Sin que Kai le hablara, en su mirada veía arrepentimiento mas el profundo que hay podido percibir y claro lo perdonaba. Y lo mostró cuando se enfrento a Brian.
Pero el sentimiento de tristeza aun no desaparecía, ¿Kai le pediría perdón directamente?
Nunca. El es demasiado orgulloso para admitir que se ha equivocado.
Cierra los ojos tratando de dormir un poco por hoy ha sido suficiente en pensar en Kai y lastimarse mas a el mismo.
Por alguna extraña razón sintió que esto ya lo había vivido antes, algo así como una sensación de deja-vú. ¿Será acaso por que era el ahora quien se escondía entre las profundidades de la noche? Ahora que lo pensaba, ¿Por qué hacia esto?¿No tenia que verlo precisamente ahora? ¿O si? Todo fue un impulso, un torrente de emociones que no quiso, ni quería, contener.
Lo vio ahí dormido, sereno, abandonando este mundo, sumergido en su propias fantasías lejos de el. ¿Con quien soñaría? ¿Con su infancia? ¿Con ganar?¿Con el beyblade? Tal vez con su amor con...
Sacudió la cabeza ya sabía al respuesta ¿para que torturarse mas? Era mejor así que estuviera dormido, soñando con quien lo mase, las palabras saldrían sin dificultad sin tener a esas ambarinas gemas torturándoles con su brillo.
Entro como sombra oculta del claro de luna que era mudo testigo de lo que iba hacer, de lo que había que revelar.
Se paró junto a su cama dibujando con sus ojos cada una de sus delicadas facciones tuvo la tentación de recorrerlas con las manos pero así perturbaría su letargo.
Cualquiera que lo viese ahí diría que vigilaba sus sueños como su ángel guardián que permanecería a su lado cuando despertase y durante toda la vida. Pero el estaba ahí para confesarse, para clavar mas el puñal que tenia en el pecho, par torturarse por ultima vez, para despedirse.
-Lo siento...-Soltó sin mas, muy bajito, solo para que el pudiera oír su confesión.
Quería hablarle del amor secreto que el tenia pero le era imposible debido a verlo ahí herido con la mente en un lugar mucho mejor que a lado de las palabras de Kai Hiwatari. Además era lo que venia a pagar. Su orgullo no quiso ceder pero ante ese chico de felinas facciones hasta el sol podría ocultarse para no lastimar sus hermosos ojos.
- No se por que lo hice, perdóname."Lo hice...por que supe...se que nunca te podré tener".
Observo como respiraba lentamente sumergido en un sueño lejos de el.
-No tienes idea de como me sentí al verte siendo apaleado por Brian, creo que debo darle las gracias – sonrió levemente con sarcasmo, pero sus ojos mostraban una profunda tristeza- si no fuera por el yo no podría decirte esto.
El quería decirlo pero no podía, no podía decir esas dos palabras. Tenia miedo de que despertase y lo mirara con profunda lastima...o profundo odio.
Tal vez si se lo demostraba, tenia los labios separados solo era acercarse un poco para degustar su dulce sabor.
Se apoyo con ambos brazos en al cama a sus costados, bajo un poco el rostro, el rítmico aliento chocaba contra su cara solo los separaban unos milímetros se acerco lentamente... y se levanto con velocidad. Se regaño mentalmente ya se había dicho que ese beso no le correspondía a el si no a Mariah
¿Por qué ese afán de lastimarse mas? Ya había venido a disculparse ¿no? Ya lo hizo, bien hora de irse.
-Vine a despedirme, pero no puedo hacerlo como yo quisiera Rei, no puedo...pero tal vez sea mejor así. –dijo en un susurro- siempre seré un maldito cobarde. Y" esta será mi cruz por haberte hecho tanto daño..."
Bien eso es todo- en forma fría, solo para convencerse a si mismo que el estaba bien pero sabia que a partir de ahora un par de ojos ámbar lo torturarían día y noche.- Hasta nunca.
Se dio la vuelta para salir por la ventana, pero sintió como algo lo jalaba hacia adentro. Se paralizo por completo al pensar que...
-Si vas a irte al menos debes esperar una contestación de mi parte.
La mano que lo detenía era del bello durmiente que había abierto los ojos y por deducción supo que escucho todo lo que había dicho.
Giro lentamente la cabeza para encontrase con su rostro hermoso pero levemente lastimado de arañazos. Al verlo supo que ya no tendría escapatoria ya no podría huir más de el, de lo que sentía...
-¿Qué es lo que no puedes decir?
Era hora de afrontar la verdad.
-
¿Cuánto había pasado desde que le pregunto? No sabia, y tampoco sabia que hacer solo quería salir de ahí pero al ver a Rei supo que ya no podría hacerlo. Se había formado un silencio abrumador entre ellos, la pregunta entre ellos seguía en el aire.
La mano de Rei sostenía la suya sin mucha fuerza pero pidiéndole que se quedara con el y el lo haría para siempre si solo no fuera porque había alguien más entre ellos y el no fuera un estúpido miedoso.
Al saber que no huiría, Rei lo soltó suavemente metiendo su mano bajo la cobija porque tenia un poco de frió.
-Pues...yo tengo algo que decirte también Kai.- Se sonrojó levemente, Kai no lo percibió por la penumbra.
-Quiero que los sepas antes de que te vayas.-apretó los puños- "es probable que me odies mas después de esto." Quiero contarte algo.
Kai lo escucho atentamente sin decir nada, Vio como Rei tomaba aire lentamente para luego exhalar y soltar sus palabras.
-Cuando era niño...
RECUERDO
-¡REI! ¡Vuelve aquí, espérame! ¡Rei!
Lo único que inundaba el aire era la risa descontrolada del pequeño crío de ojos tintineantes y los gritos infantiles de quien le llenaba de alegría, corriendo frenéticamente fuera de su alcance en lo que parecía un juego ameno entre dos grandes amigos.
-¡No vas a atraparme! ;P
-¡Eres malo! ¡Lo prometiste Rei!
-¿?
-¡Prometiste que lo harías!
-Ehhh...
-...que me enseñarías a jugar!
-Jejejeje
Se detuvo abruptamente haciendo frente a la chiquilla de cabellos rosados y de mirada risueña que imploraba un poco de atención...mentira, demandaban DEMASIADA atención.
-Esta bien Mariah, te voy a enseñara a jugar beyblade.- sonrió a manera de disculpa.
Mariah sonrió enormemente saltando de júbilo.
-¿Dime Rei estoy haciendo algo mal?
-No, en absoluto solo tienes que practicar más.
-Mmmm ya veo...
-No te preocupes Mariah, yo estaré aquí para ayudarte
-¡Tendrá que cumplir esa promesa o estará en muchos problemas señor!
-Jajajajaja
-Ya es un poco tarde, estuvimos practicando demasiado.
-Es mejor que volvamos a la aldea además ya es hora de cenar.
Emprendieron el camino de regreso hablando amenamente lo que había sido esa tarde. Quien los viera diría que pronto se escucharían campanas de boda. Aludiendo que la pareja de amigos, era más que eso.
-¿Oye Rei...? – susurro en voz suave, bajando la cabeza tímidamente.
-¿Si?
-¿Tu crees que soy bonita- su pequeñín rostro se ruborizo de manera sutil, Rehuyendo de la mirada inquisidora de su amigo, quien la veía de manera tierna mas no amorosa.
-Si Mariah, creo que eres preciosa. – contesto sinceramente acompañando la respuesta con un guiño.
La aludida solo atinó a sonreír tontamente con la cara entre sus manos y teñir de más carmín sus mejillas. Rei solo observaba contento la reacción conmovedora de su compañera.
-...Rei...
- Dime
-¿Siempre seremos amigos?
-¡Claro!
-Y siempre estaremos juntos...¿Verdad?
El pequeño no supo que contestar, su mente procesaba la pregunta una y otra vez y no encontraba sentimiento o respuesta alguna que lo ayudara a contestar.
Pero el que calla otorga.
Su amiga se aparto de lado un momento para recoger unas bonitas flores que solo crecían en esa región de la montaña durante esa época del año.
Eran dos tipos de flores, cada una entablando una batalla silenciosa con sus colores, perfumes y formas para sobresalir de la hierba y que el mundo les contemplara. Y era difícil de decidir a cualquiera que mirase cual de las dos era la mas hermosa pues eran completamente diferentes una arrebataba una sonrisa tierna con solo observarle, pero la otra hechizaba con su misticismo y perfume suave, casi imperceptible comos si quisiera guardarlo en secreto.
Eran margaritas y geranios.
Mariah trato de cortar la mayor cantidad posible pues también le llevaría a su madre.
Rei sabia lo que Mariah sentía por el, ella siempre estuvo a su lado y habían estado creciendo juntos ya sea aprendiendo, llorando, riendo, jugando... simplemente cada vez que echaba una mirada al pasado Mariah invadía gran parte de sus recuerdos y eso le arrancaba una sonrisa tierna del rostro.
Como cuando se observan las margaritas.
En idioma de las flores se pueden encontrar respuestas a las preguntas que uno se formula y no se atreve a preguntar, razón por la que los enamorados o admiradores secretos regalan flores representando alguna pregunta o en su defecto respuesta aclarando sentimientos por medio de estas. Incluso pueden predecir situaciones presentes y...futuras.
Y en algunas ocasiones, si se les presta atención, dicen más que lo que ocultan los corazones.
Solo es tratar de entender lo que nos quieren decir con su lenguaje secreto.
Margarita.. Blanca, sencilla, pura. Infancia e inocencia, esperanza en el amor puro.
La flor de la amistad.
Rei quería a Mariah, en verdad la quería mucho, pero no como quisiera ella que la amase.
Y el sufría por no poder corresponderle. O más bien por no querer poder corresponderle.
-¿Verdad que están muy bonitas estas flores, Rei?
-Si...
Desde hace poco su había empezado a hacer algunos cambios, no solo físicos como cualquier preadolescente, si no también en su mente, en sus sentimientos, en su corazón algo estaba cambiando. No le llamaba la atención estar a escondidas como otros chicos que pasaban por la misma etapa mirando las revistas impedidas que conseguían clandestinamente o ver como se duchaban las mujeres.
No a el no le llamaba para nada la atención. Pero tenia que hacerlo para disimular el secreto
El buscaba algo mas, el quería algo mas. No sabía que era, pero cuando lo supo se aterro
Lo que el quería era diferente. Algo prohibido.
Pero por ahora tendría que disimular. Esconder ese sentimiento puro y hacerlo explotar cuando tuviera oportunidad.
Escondería su amor invisible.
Tal y como lo hace el geranio con su perfume.
Geranio...misterioso, melancólico. Secreto y miedo. El amor y el sufrimiento irán juntos.
La flor de la verdad oculta.
Se descubrió a si mismo observando el cuerpo de Lee cuando se duchaban en el rió, no como se debiera mirar a un amigo. El lo miraba con curiosidad y aspiración. Tenia sueños donde el amaba con pasión y entrega total indebidas. Su cuerpo le hacia malas pasadas cada vez que veía a sus amigos jugar sin camiseta cubiertos con sudor juvenil.
Sabia que eso para la sociedad estaba mal, pero el nunca fue de los que se dejan guiar por esas estúpidas normas y prejuicios establecidos, el seguiría a su corazón para escoger lo correcto.
Lo que el quería, no... lo que el DESEA es tender su cuerpo desnudo junto a un cuerpo igual al suyo...de otro joven. Algún día conocería a alguien como el, y se entregaría a caricias, a besos, a la calidez de otro cuerpo colocado sobre el suyo.
Tal vez...algún día ...
-¡Vamos Rei, se hace tarde!
... conocería el amor a manos de un muchacho.
Siguieron su camino hacia el pueblo. A lo lejos pudieron ver que estaba toda la gente del pueblo en una solo choza reunida.
-¿Qué habrá pasado?¿Que hace toda esa gente fuera y dentro de mi casa?
-No lose...
"Tengo un mal presentimiento"
Apresuraron el paso y vieron que algunas de esas personas estaban llorando algunos se sorprendieron y aumentaron su llanto al ver a los dos pequeños llegar a donde estaba el pueblo reunido.
-¿Qué ha pasado? – pregunto inocentemente Mariah con las florecillas apretadas vehemente contra su pecho.
Nadie se atrevió a contestar lo único que recibió fueron sollozos como respuesta.
-¿Dónde están mi papá y mi mamá?
Rei solo observaba que en el centro de la choza había un circulo de gente alrededor de lo que parecían ser...¿Cuerpos con sabanas?
-Mariah...-Logro articular.
La aludida volteo a ver lo que su amigo observaba y lo que vio hizo que sus ojos se empequeñecieran diez veces. Hizo que las flores que con mucho amor Había cortado yacieran en el piso olvidadas.
-¡Mama! ¡Papa!
Corrió a donde estaba el círculo de gente y lo que estaba rodeando. Lo que estaban rodeando eran cuerpos.
Los cuerpos eran los padres de Mariah.
Habían sido atacado por una enfermedad contagiosa contraída a las afueras del pueblo...escarlatina, había sido una epidemia fatal y mucha gente ya había muerto.
Mariah se acerco al lo que era su madre y la abrazo fervientemente entre sus brazitos.
-¡Mama! ¡Mama! ¡Despierta mama! –Lograba articular entre sollozos
La madre había muerto primero que el padre pues estaba débil debido a su embarazo. El señor aun no daba indicios de haber muerto todavía solo estaba inconsciente aunque para muchos sabrían de sobra que eso solo era cuestión de minutos para que el siguiera a su esposa.
El padre de Mariah un hombre bueno y bondadoso abrió lentamente los ojos.
Y con dificultad logro articular
-Rei...
El pequeño solo veía con asombro que aun el señor seguía vivo ¡Aun quedaba esperanza!
-No se mueva por favor, guarde las fuerzas.-Se apresuro a ir con el.
El siempre estuvo feliz que fuera amigo de su hija, es mas lo trataba como si fuera también su hijo. Rei sentía que le debía mucho puesto que el le había enseñado algunas cosas con el beyblade y había conversado con el cuando necesitaba el consejo de un adulto. Y lo había ayudado en múltiples ocasiones.
Rei lo quería como un padre y le dolería igual que a Mariah que el se muriera.
El señor le hizo acercarse y alzo su mano Rei solo atino a apretar esa mano con fuerza con las suyas.
-Prométeme que la cuidaras- Logro murmurar en su oído.
No había necesidad de preguntar de quien se trataba.
-...Lo prometo
-Ella te quiere mucho, se que eres algo joven para qué te pregunte esto- sonríe débilmente- pero dime ¿Tu la quieres?
-...Si, si la quiero. Como una hermana
-Se que con el tiempo eso aumentara-sonríe- prométeme que la amaras mucho.
-...
El señor comenzó a sacudirse gravemente sosteniendo la mano del niño que se encontraba a su lado. Aferrándose a ella como si pudiera aferrase a la vida que un llevaba por dentro. La vida que no deseaba abandonar.
-Promételo Rei-tose mas fuerte- Prométemelo!
Finalmente en un gran, ronco suspiro, la mano que lo apretaba y el dueño de ella dejaron escapar el ultimo aliento y con esto su vida.
Después de esto el pequeño se quedo perplejo pero no soltaba la mano que momentos antes lo sostenía, haciéndole prometer la felicidad de aquella a quien consideraba su mejor amiga.
El llanto de los presentes lleno el silencio en la habitación. Los más ancianos de la aldea rodearon ambos cuerpos y empezaron sus plegarias.
La pequeña pelirosa encontraba consuelo en brazos de uno de los adultos que estaba cerca, el sin embargo seguía absorto con la mirada aquella mano, finalmente un susurro fue dicho, mas para el mismo que para el cadáver. Sostuvo con fuerza su mano.
-No se preocupe, yo la protegeré... "la amare"...lo prometo.
Tal vez algún día...probablemente, se enamoraría perdidamente de un muchacho.
No lo sabe con seguridad.
Y lo mas seguro era que nunca pasaría, y menos después de esto. Intento refugiarse con resignación ante esa idea.
Pero no sabe...
"Lo prometo..."
No sabe que pronto lo elegirán para ser líder del equipo de su pueblo.
No sabe que dentro de poco tiempo se ira para encontrase asimismo y perfeccionar su blade., no sabe tampoco que se unirá a un equipo para competir por el campeonato mundial de beyblade.
No sabe que se enamoraría de su capitán, tampoco sabe es que ese joven lo lastimará demasiado.
Y no sabrá nunca que el también le ama.
Lo único que sabe con seguridad que aunque ame y sea amado de igual manera jamás estará junto con la persona que más quiera en el mundo.
El geranio, con su dialecto secreto de flor había dicho lo correcto:
El amor y el sufrimiento irán juntos
FIN DEL RECUERDO
-...Y después de eso...Mariah se tuvo que ir a vivir con unos tíos...Obviamente yo la cuide y estuve con ella todo el tiempo antes de irme de la aldea para perfeccionara a Drigger... y me tomaran por traidor...pero sabia que quedaba en buenas manos.
Rei finalizo su relato.
Kai solo estaba ahí de pie. Había escuchado toda la historia sin interrumpir.
Dudas atravesaban sus cabezas. Pero una predominaba. Solo faltaba decirla. La pregunta estaba en el aire, entre su silencio.
En ese abrumador, doloroso y dulcemente triste...
Silencio.
