¡¡Hola!!
Sé que esto que voy a decir no tiene nada que ver con el fic, pero es que he visto la serie "Gundam Seed" (es anime) y me ha encantado (AAAAAAAAAAHHHHHHHH!!!!!!, CÓMO MOLAN KIRA Y KAGARIIIIII!!!!), así que os la recomiendo encarecidamente. Son 50 capítulos más una especie de epílogo y es.... es.... oh.... no hay palabras.... oh.... qué serie amigos míos, qué serie.... Qué maravilla de personajes, todos y cada uno de ellos, qué historia, qué animación, por dios qué buena es la animación, qué.... TODO. Hasta el último mono podría ser protagonista, qué maravilla. Igual un día de éstos hago un fic cortito de esa serie. Qué pasada...
Además,el otro día en la Pza de Callao (Madrid) vi al doble de Harry pero en mayor, y Oh-Dios-Mío. Qué barbaridad, cumplía todos los requisitos. Alto, moreno con el pelo despeinado, gafitas y ojos verdes. En fin, que flipé en colores. Además estaba como un queso y lo mejor de todo es que venían de la FNAC con libros que yo conocía y que me parecían estupendos (entre ellos, "El nombre de la rosa" de Umberto Eco). Mono y listo. ¡Por qué no me relaciono con chicos como ese, por favor!
Y después de este rollo absurdo y sin interés, pero que si no lo soltaba reviento... os contesto:
Cnedra: Jeje, mala yo... no sabes tú lo mala que puedo llegar a ser (Mwahahahaha!!!). Ya verás, ya verás. Os voy a tener mordiéndoos las uñas un poquito más, jejeje. Ah... ¡GANAMOS LA DAVIS! (Suspirito) Qué maravilla... Este Rafa Nadal... aunque sea un poco tonto (no me cae muy bien, el pobre, qué le vamos a hacer) es un gran tenista, sí señor. Hace unas semanas (¿2 quizá?) le vi jugar en directo en la final del Campeonato de España por Equipos, que se celebró aquí, en Madrid, en un club de tenis que está a tomar por saco (ir andando es un paseo desde la parada de Colombia). Ganó, claro, pero al principio le costó arrancarse... Pasé un frío, hija mía... Vamos, que el siguiente partido lo vi desde mi casa, no te digo más. Y tú vente por aquí cuando quieras. Hombre, me mola que me dejes comentarios y eso. Así sé que me lees... ¡y me hace ilu!
Lucumbus: A ver, te explico... (no sé lo que serán para tí los jueves universitarios, pero desde luego no entiendo por qué te dejan tan empanadito, hijo... a menos que hayas tenido fiesta en plan San Teleco o San Canuto. Entonces lo entendería...). La isla desaparece, ¿por qué? Por que el colega Harry ha digievolucionado y ha descubierto la magia pura que reside dentro de él. Ahora recuerda lo que le contó Dumbledore a Harry sobre la Caja de Krotiev. Que la última vez que se quiso manipular se cargó la isla de la Atlántida enterita. Pues ha pasado más o menos lo mismo, pero Harry ha dejado a posta esos dos cachitos de isla para verse por última vez antes de irse. Lo de la "varita humana"... pos sí, más o menos. Ya no la necesita. Por eso la tira. (Lamia te saca la lengua) Y no es que me gusten los pelirrojos y las pelirrojas, pero en el 5º Ginny es la caña al final y creo que si le dan cancha, esa niña tendrá mucho que decir, y se supone que en este fic han pasado dos años y medio desde entonces. Y tú tranqui, que la batalla con Voldy será interesante... (la lucha entre Melkor y los Valar... buah, puro entrenamiento, mwahahahaha).
Cocojajas: juer, tía, pareces Hacienda... quitándome los "minolles" si no curro... qué dura eres. ¡Estoy de exámenes y trabajos, jolín! Piedad, oh explotadora, piedaaaaddd....grlll... muero porque no muero.... Pero en fin, no te quejarás de capi, ya verás. Mola mucho. La verdad es que me gusta como me ha quedado. Y el 26 lo tendrás mañana (también me gusta bastante, pero ya sabes que la última palabra la tenéis vosotros... y tú más, porque tienes mi pecunio en tu poder). No te preocupes. A partir de ahora cumpliré con las fechas de entrega... o por lo menos lo intentaré.
Prisma: jo... qué ilusión me hace leer reviews tan chulos. ¡Muchas gracias! Y sí, estoy de acuerdo contigo que el sexo es lo que más vende, pero la verdad es que a mí me raya bastante tanta líbido descontrolada por todas partes. Cuando leo aberraciones como Snape-Harry, o incluso Voldemort-Harry (aaaaaaarggggggggg!!!!!!) directamente cierro la ventana. La peña está muy salida, colega, y tiene verdaderos problemas mentales.
Ah... tú también eres de las que piensan que morirá Ron... bueno, hay muchas teorías al respecto. Supongo que estarás al tanto de la teoría de la partida de ajedrez, claro, entre otras... No sé, Ro no ha dicho nada en claro sobre eso y creo que es mucho especular. Pero el tiempo todo lo dirá y ya veremos lo que le pasa a Ron. Pero a mí también me encanta ese personaje. Creo que es el único verdadero adolescente de todos, porque los demás protagonistas son como adelantados a su edad y él... bueno, está muy machacado por ello. Así que creo que en cuanto se espabile dará mucho que hablar.
Me sonrojo cuando dices que mi fic es más complejo que el de Rowling... bueno, no sé, es complejo, desde luego, pero la historia de Ro aún tiene dos libros para complicarse. Es mucho espacio para que pasen cosas. Además, el trasfondo politico y militar sólo se acaba de entrever en el 5º. ¿Quién sabe lo que Ro hará con ello? Tiene mogollón de páginas por delante. Aún puede complicarse mucho la cosa en ellos. Pero en todo caso, muchíiiisimas gracias.
¡Espero verte más por aquí, preciosa!
Eva Vidal: ah, me alegro que te la imaginaras con tanta facilidad. Creí por un momento que quizá resultara confusa, pero si me dices esto me quedo tranquila. ¡Un besito, wapa!
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Capítulo 25: Caza de brujas
Noticia de Última Hora
Los dos hombres detenidos en Liverpool relacionados con el atentado que sufrió la ciudad hace unas semanas se han fugado. La policía aún está haciendo las investigaciones pertinentes, pero lo que es seguro es que esos dos hombres han desaparecido. El terror se ha apoderado de la ciudad donde se han formado manifestaciones espontáneas en torno al Ayuntamiento y la comisaría donde se tenían a los dos presuntos terroristas.
Ann Shepard nos ofrece más datos desde Liverpool. ¿Ann?
"Sí, Matt. Me encuentro delante del Ayuntamiento. La gente está muy nerviosa. Piden nombres y apellidos y parece que si el alcalde Michaels no sale a decir algo, tomarán el edificio."
Pero Ann, ¿cómo es posible que pidan nombres y apellidos?
"Parece que la policía cuenta con una lista de terroristas implicados a la organización de la "Calavera verde", a la que se relacionan los atentados de Londres en diciembre, y los del resto del país y muy especialmente aquí también, en Liverpool."
¿De dónde ha salido es lista?
"No se sabe. Fuentes fidedignas nos han asegurado la existencia de la lista, pero nada más se sabe. Y eso es lo que la población enfurecida de la ciudad está pidiendo a su alcalde. Las fuerzas del orden apenas pueden mantener a la multitud. Mucho me temo que, si se dan esos nombres, pueda haber verdaderos linchamientos, Matt. "
-Coge sólo lo indispensable, Beth.- dijo Paul Nitts, residente en Liverpool oeste y funcionario del Ministerio de Magia. Estaban huyendo de su propia casa. En el Ministerio les habían avisado de que algo así podría ocurrir. Lo que no sabía es que pudiera ocurrir tan pronto.
-¡Papá, no quiero irme!- dijo indignado el pequeño Sam, de sólo 5 años.
-Samy, tenemos que irnos.
-¡No quiero!
-¡Beth, por favor, ayúdame con el niño!
-Paul, esto es una locura.- dijo Beth apareciendo por la puerta del salón con una bolsa de deporte repleta colgada del hombro.- Los vecinos nos conocen de toda la vida. Saben que no haríamos nada malo.
-En esa lista estamos todos, cariño. Tenemos que irnos.
-Pero…
-¡Beth, mira la televisión! ¿Ves?- Paul señaló con un dedo tembloroso el televisor encendido mientras que con la otra agarraba la manita de Sam.- Linchamientos, Beth. Ya nos avisaron de esto, ¿recuerdas?
-Oh, sí, pero…- Beth ahogó un sollozo. Paul abrazó a su mujer y la besó en la cabeza.
-Tranquila, saldremos de ésta.
La familia Nitts salió de su casa en dirección a un refugio que el Ministerio había montado hacía apenas tres días. El futuro ahora no era más que un borrón en el horizonte y, tras ellos, una multitud aterrada y enfurecida que clamaba venganza por sus 650 muertos y todo un invierno de terror.
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¿Podrías repetirlo, Ann? La comunicación se ha cortado un momento.
"Sí, Matt. Como te decía: al parecer se ha producido una filtración dentro de la comisaría de Liverpool. Parece que ha aparecido en Internet la lista completa con los nombres y direcciones de todos los miembros de la organización de la "Calavera verde". La dirección es "
(La reportera parece desaparecer bajo la marea de gente. El cámara graba a la multitud que se divide en numerosos grupos a través de las diferentes calles)
¿Qué ocurre, Ann?
"Creo… creo que se dirigen a las direcciones de Liverpool que menciona la página. La gente ha impreso la lista y ahora van a buscar a los presuntos terroristas. ¡Matt, esto es una barbaridad, se están volviendo locos…!"
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La totalidad del Ministerio de Magia burbujeaba de actividad. Tenían que realojar a la población mágica de toda Gran Bretaña para salvarles de la bestia que les perseguía. El horror que habían vivido durante los tres últimos meses se estaba desatando ahora sobre sus cabezas. De alguna manera, una lista con los nombres de todos los magos y brujas y las direcciones de sus casas, había salido a la luz. Por supuesto Fudge había pedido explicaciones al Primer Ministro, pero éste sólo se había encogido de hombros. No tenía nada que ver, pero estaba a la vista que tampoco se entristecía demasiado de la situación.
Ahora, el Ministro títere de Magia se mordía las uñas con desesperación. ¿Dónde estaba su flamante Secretario de Defensa? Desde el día anterior no le había visto. Cornelius miró su reloj y se levantó como por un resorte.
-Weasley.- llamó. Percy fue rápidamente hasta él.- Haga el favor de llamar a Ralph Carlton.
-Sí, señor.
Percy salió disparado por la puerta en dirección al Cuartel General de Aurores varias plantas más abajo. Cuando llegó a la planta dos el ruido que salía de la sobrexplotada sala, llegó hasta él con toda su potencia. Abrió la puerta y encontró que la organización habitual de aquel departamento se había convertido en caos con una eficacia espeluznante. Unos segundos después descubrió que no era tan caótico… sólo excesivamente apresurado. Fue directamente al despacho de Ralph Carlton. Cuando llamó a la puerta pudo escuchar una discusión. Y una de las voces le era muy conocida. Abrió la puerta sin más.
-¡Ronald Weasley! ¿Qué demonios estás haciendo aquí?- exclamó.
-Señor Carlton, debe hacerme caso. Este mensaje es verdadero.- decía el pelirrojo ignorando a su hermano mayor.
-¡No pienso poner a mis aurores en tus manos, jovencito! ¡Ya es bastante que hayáis mangoneado en mi departamento durante tanto tiempo, pero ya está bien!
-¡El Wizengamot y la Orden de Merlín nos dio la razón!
-¡Os dio una mierda, chaval!- replicó Carlton levantándose de la silla.- Sé perfectamente cómo llevar esta crisis.
-Eso es mentira.- dijo Ron silbando cada sílaba.- Ese plan de evacuación que tiene sobre la mesa se lo dimos nosotros, como todo lo que ha estado funcionando algo durante los últimos tiempos. ¡Envíe esos aurores a Hogwarts!
Un auror entró de sopetón al despacho empujando a Percy y entregó un pergamino a Carlton.
-Señor, se ha detectado una actividad mágica sin precedentes en Hogwarts y en Hogsmeade.
-¿Ve?- preguntó Ron.- Hace más de media hora que me llegó el mensaje, y aunque pueden defenderse no aguantarán mucho. ¡Son los hijos de media Comunidad Mágica, señor Carlton! ¡Son niños y están siendo atacados por un ejército de mortífagos!
-¡Te recuerdo que los muggles se están abalanzando contra todo mago que aparezca en esa lista! ¡Tengo a prácticamente a todos los aurores trabajando, dispersos por toda la Isla! ¿Crees que dispongo de recursos? ¿No tenías tantos aliados? ¿Dónde están?
-¡Están protegiéndole el culo!- estalló Ron.- ¿Quién cree que está creando la "actividad mágica sin precedentes" en Hogsmeade? ¿Y en Hogwarts? Y en la mitad de los lugares que su estupenda organización deja desnudos. ¿Tenía acaso a alguien protegiendo San Mungo? ¿Sabía que se han registrado 4 amagos de ataques en el último mes?
-¿San Mungo?
-Sí, señor mío, el hospital. También es un objetivo militar, si no se había dado cuenta.- Ron tomó aliento, y prosiguió.- Pero le necesito a usted también porque aunque tenga tantos aliados, no tengo la infraestructura del Ministerio. Necesito al mayor número de aurores en diez minutos máximo, Carlton. Yo movilizaré lo que tenga, pero el esfuerzo máximo ha de partir de usted. Es Hogwarts, señor. Son los niños.
El pelirrojo miró fijamente al hombre un momento y después salió del despacho casi sin mirar a su perplejo hermano.
Cuando llegó a la sala grande, donde los diferentes cubículos separaban el quehacer de los atareados aurores, se dirigió a unos cubículos en especial y con un par de golpecitos en la pared de madera les avisó para que le siguieran. Enseguida, una fila de 6 aurores iban detrás de él hasta que llegaron a una sala llena de material.
-¿Cuántos aurores tiene el Ministerio?
-No llega a los 180.- contestó un hombre.
-¿Cuántos hay movilizados?
-En torno a 140. Casi 14 escuadras completas. Apenas hay 4 libres.- respondió una chica.
-Bien, llamadlas y que vengan aquí lo antes posible. Después contactad con todas las escuadras que están fuera, con los capitanes, y pedidles que prescindan de, por lo menos, el 30 de sus hombres y que vengan inmediatamente. Decid siempre que son órdenes de Carlton, ¿entendido?
-¿Hora máxima de llegada?- preguntó otro hombre mirando su reloj.
-Son las 12:37…- Ron hizo un cálculo rápido.- A las 12:55 como muchísimo, ¿de acuerdo? Quiero salir de aquí para en punto.
Recibió seis asentimientos y todos salieron de nuevo a sus cubículos.
Ron salió del Cuartel General de Aurores preguntándose dónde demonios estaría Harry. Ahora que más le necesitaban estaba ilocalizable. No contestaba al móvil y Dumbledore había vuelto a Hogwarts, y allí era imposible hacer llegar ningún mensaje.
Cuando alcanzaba el vestíbulo se desapareció.
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-Ah, ya estás aquí.- dijo Hermione yendo hasta Ron que entraba en la habitación donde tenían todos los ordenadores en Grimmauld Place. Le dio un rápido beso y empezó a informarle sobre todo lo que había ocurrido hasta ahora.- Los Desterrados que están en Hogsmeade las están pasando canutas. Al parecer se han replegado en la parte norte de la ciudad. Rosmerta les está ayudando.
"Por otro lado, los elfos de Howgarts aún no han entrado en acción.
-¿Por qué no?
-No se lo han ordenado.
-¿Y a qué esperan?
-Aunque no te lo creas, a Harry.- respondió Hermione.- Dobby es el que encabeza la legión del colegio y sólo obedecerá sus órdenes.
-Pero no sabemos dónde está…
-Lo sé, y no haría mal en aparecer pronto. Las cosas se están poniendo peliagudas en el colegio.
-¿Qué hay de los demás Desterrados?
-Cubriendo lugares estratégicos y algunos ayudando al Ministerio.- Hermione señaló unos puntos en un mapa.- Creo que deberíamos reorganizarlos para montar una ofensiva decente e ir inmediatamente a Hogwarts.
-Sí, hazlo. Han de estar como muy tarde a la una menos cinco en el vestíbulo del ministerio. Los elfos que trajeron los Desterrados…
-Se les ha avisado.- Hermione le dio su propio teléfono móvil.- Llama a Pane y dile dónde los quieres.
Mientras Ron hacía la llamada Hermione se comunicaba con los Desterrados que estaban en Londres. Un par de minutos después ambos dejaron los teléfonos en la mesa. Hermione suspiró. Ron le cogió la mano.
-Bien… vámonos.
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La situación se había puesto muy seria.
Aunque habían forrado el lugar con hechizos antimmuggles, la locura enfebrecida de la multitud los estaba derribando. Al fin y al cabo, la magia que mantenía a los muggles alejados de los lugares mágicos se basaba en la manipulación de los sentidos y los pensamientos de las personas. Pero cuando esas personas estaban muy decididas a acercarse, lo hacían.
En aquel refugio de la ciudad de Birmingham las barreras mágicas estaban a punto de desaparecer. Algunos muggles ya creían entrever el edificio que se escondía detrás de unos árboles que parecían no acabarse nunca. Esos árboles no existían, eran producto de los hechizos de protección, pero la fuerza de la rabia y la determinación de aquella multitud, las estaba debilitando cada segundo.
Los aurores que lo protegían se temían que tuvieran que utilizar la magia contra aquella gente. Pronto llegarían al edificio. ¿Cómo habían llegado hasta allí? La lista… la maldita lista que había aparecido en aquello que los muggles llamaban Internet. Los magos no sabían muy bien a qué se refería aquello, pero de alguna manera había sido como una mecha de pólvora encendida, y en menos de 10 minutos a lo sumo, estallaría en aquel refugio.
Liam Huges sujetó con fuerza su varita. El capitán de su escuadra había mandado a tres hombres de vuelta a Londres. Ahora eran 8 aurores veteranos y 4 estudiantes protegiendo un refugio en el que había alrededor de 1000 personas. Muchos magos y brujas se habían prestado para ayudar en la defensa. Su capitán los había organizado rápidamente y ahora todos esperaban. No podían hacer otra cosa.
Y estaba nervioso.
-¡Ya nos han visto!- gritó unos de los que estaban en la vanguardia.
-¡No ataquéis aún!- advirtió el capitán.
Los muggles se acercaron perplejos. Ante ellos una nave enorme del tamaño de un estadio de fútbol se alzaba donde siempre habían creído que había un pantano. Eran muchos, quizá alrededor de 300 personas, y todas portaban algún tipo de arma. Normalmente eran bates de béisbol, aunque algunos tenían escopetas de caza y cuchillos. Liam se estremeció. Estaban completamente enloquecidos.
¿Por qué las autoridades muggles no hacían algo al respecto? ¿Les obligarían a utilizar magia contra ellos?
Liam vio un movimiento por encima de él. El capitán iba a asomarse a una ventana que daba a ese lado. ¿Qué pretendía?
-¡Señores!- dijo. La turba se giró hacia él.- ¿Qué han venido a hacer aquí?
-¿Qué sitio es este?- preguntó uno.
-¿Quiénes sois vosotros?- preguntó otro.
-¡Esta nave nunca ha estado aquí! ¿De dónde ha salido?
-¡Vosotros sois los malditos asesinos que matasteis a mi padre!- gritó otro.
-¡Eso no es cierto!- respondió el capitán.
¡PANG!
Liam oyó cómo el cuerpo del capitán de la escuadra 35 de aurores caía sobre la plataforma metálica que estaba sobre su cabeza.
La barahúnda que esperaba afuera se abalanzó contra las puertas. Todos los magos abrieron fuego. Liam se unió a la defensa del refugio sabiendo que se acababa de traspasar una línea que no haría más que perjudicarles.
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Un documento del Ministerio de Defensa nos informa que se ha declarado el Estado de Excepción en algunas zonas de Gran Bretaña. Ahora nombraremos las ciudades que están siendo evacuadas por el Ejército de su Majestad. Si tiene familiares o amigos en esas ciudades por favor no les llame por teléfono ni intente contactar con ellos. Todas las líneas han sido cortadas y están siendo desviadas al Mando Central.
Las ciudades evacuadas son: Birmingham, Liverpool, Derby, Gloucester, Oxford, Cardiff, Ely, Dover, Londres norte y Londres oeste…
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-¡No me venga con que quiere proteger a los súbditos de su Majestad, porque fue usted quien empezó con toda esta locura el mismo día en que nos envió ese ultimátum!- gritaba Fudge al auricular. Estaba discutiendo con el Primer Ministro Muggle por el único teléfono que había en todo el Ministerio.- ¡Por supuesto que soy consciente de eso! ¡Lo que parece que no quiere entender es que atacándonos a nosotros le está haciendo el trabajo sucio a ellos!... ¡Señor Robertson, retire sus tropas de los refugios! ¡Son personas inocentes!...- Fudge se quedó paralizado un momento y después miró el auricular.- Me ha colgado…
-Señor,- dijo Ralph Carlton entrando en el despacho.- ahora el pequeño de Arthur Weasley está en el vestíbulo con un auténtico ejército de aurores.
-¿Qué? Esos aurores deberían estar defendiendo los refugios…
-Lo sé.- dijo Carlton.- Es el momento ideal para arrestar a Weasley.
-Por Merlín, Carlton, ¡hágalo!
Ralph Carlton cerró la puerta del despacho del Ministro de Magia con una sonrisa de triunfo en los labios. Caminó airoso los pocos metros que le separaban del Vestíbulo del Ministerio y llegó a la enorme sala coronada por la fuente. El joven pelirrojo estaba dando las últimas directrices y después de un asentimiento generalizado los aurores empezaron a desaparecerse de camino a su nuevo destino. Su supuesto jefe corrió para alcanzar al muchacho que ahora conversaba con Jason Henrich, uno de los capitanes cuyas escuadras estaban, teóricamente, guardando Gringotts.
-¡Ronald Weasley!- el chico se giró molesto.- ¡Quedas detenido por traición y por contravenir el artículo 4.7 de la Ley Marcial!
-¿Qué?- preguntaron Henrich y Ron a la vez. Henrich continuó.- Señor, con el debido respeto, el artículo 4.7 quedó inhabilitado en el mismo momento en que el objetivo fue Hogwarts.
-¿Y qué me dice si ahora el objetivo no es el colegio, señor Henrich, sino los refugios?
-¿Los refugios?
-Están siendo atacados por el ejército muggle.- dijo Carlton disfrutando del momento de perplejidad de los dos hombres que tenía delante.- Utilizan esos tanques y esas armas estúpidas que tienen. Están aguantando bien, pero pronto acusarán el cansancio, Henrich. Weasley, - dijo volviéndose hacia Ron.- ¿te parece ahora tan mala idea mi organización? Si no hubiera desplegado a todas esas escuadras ahora la población civil mágica estaría esparcida por todo el país.
Ron se quedó sorprendido un segundo más y después reaccionó. Pareció que se le ocurría algo y asintió.
-No todo está perdido. Al fin y al cabo todavía cuentan con el 75 de sus aurores. En poco tiempo recibirán refuerzos, no se preocupe, pero éstos se vienen conmigo a Hogwarts, le guste o no, señor Carlton.
-¿Qué tipo de refuerzos?
-Elfos.
-¿Domésticos?
-Exacto.
-¿Estás bromeando, chico? ¿Vas a dejar la protección de toda esa gente en manos de los elfos domésticos?
-En sus manos y en las de sus aurores, señor Carlton.- Ron se volvió a Henrich.- Avisa a Pane. Está en San Mungo, él sabrá qué hacer.
Henrich asintió y se desapareció. Cuando todos los aurores parecían haberse ido empezaron a llegar magos y brujas desconocidos.
-¿Quiénes son éstos?- preguntó Carlton.
-Los Brujos Desterrados.- respondió Ron.- Y si le parece… arreglaremos lo de mi detención después, ¿de acuerdo?
