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¿Una Ilusión?

Capítulo cuatro: Navegando en la inconsciencia.

Por Chiisana Minako.-

- ¡InuYasha! -le llamó, abriendo la puerta de su cuarto de un tirón.

En ese momento él se volteó, dejando ver su rostro lleno de sangre, con uno de sus ojos café cerrado por un corte y una mirada nada amigable. Kagome se llevó las manos a la boca, algo impresionada de la visión ante sus ojos. No se explicaba cómo se había herido así, no había nadie en la habitación -que por cierto era un caos-. Sus cortinas rotas, hechas jirones, todos sus adornos y libros, los que tenía sobre el escritorio, regados en el suelo.

- ¡Kagome vete de aquí! -gritó él de repente, asustándola. Ella retrocedió un par de pasos automáticamente, pero luego reaccionó.

- ¡Pero qué dem.. -una ráfaga de viento visible y un olor extraño salió de la nada, y los envolvió. Antes que pudiera darse cuenta, InuYasha la tomó en brazos como pudo y la sacó de ahí.

Un tentáculo, parecido a los de Naraku, le cortó el paso varias veces, obligándole a dejar su preciosa carga en un cuarto contiguo. ¿Por qué todo era tan confuso? No podía precisar de dónde venían los ataques, ni de quién. Pronto el joven arremetió contra aquella sombra, pero no parecía hacerle ningún daño, es más, él era el que cada vez estaba más herido y cansado. Desde ya hacía rato habían estado luchando y ya no sabía qué hacer. Más por costumbre que por otra cosa, mantenía a Tetsusaiga empuñada; pero no servía de nada, su estado humano no le permitía la grandiosa transformación de aquel arma tan poderosa.

Kagome, inmóvil, miraba por un agujero en la pared, sintiendo cada herida de InuYasha como propia. ¿Es que siempre tenían que estarle golpeando¿Por qué siempre él acababa lastimado? Seguían hiriéndole, y ella sin poder hacer nada.. sus piernas no le respondían, y de todos modos no estaba muy segura de qué haría si estuviera junto a él, además que darle una carga extra. ¡Pero era frustrante no poder moverse¿Sería obra de eso también? Le parecía oír una risa, que le hacía estremecer. Era una sensación extraña, y a la vez conocida..

Salieron más tentáculos, algunos con aspecto de rama de árbol, y les brotaron puntas. Se volvieron de un tono verdoso, tal como el... ¡Veneno! La risa se hizo más penetrante, y las espinas fueron lanzadas hacia InuYasha quien intentaba tomar su espada de nuevo.

- ¡InuYasha, cuidado! -muy tarde. La mayoría de las espinas lanzadas le dieron de lleno; algunas le atravesaron el cuerpo, otras se quedaron incrustadas en medio de él. InuYasha no pudo siquiera quejarse, su boca quedó abierta, sus ojos desorbitados... fue la última imagen que tuvo de él, ya que una nube de veneno se alzó entre las sombras, no permitiéndole ver más allá de su propia nariz. Kagome se estaba desesperando. ¿Cómo iba a encontrar la salida¡Tenía que ayudarle! De alguna forma, ya se las ingeniaría. Avanzó, algo sorprendida de que no hubiera una pared o algo que le impidiera el paso.

Caminaba, y con las manos intentó disipar la neblina, sin éxito. Escuchaba algo raro, como lamentos, sollozos.. ¿qué estaba sucediendo? InuYasha nunca lloraba o se quejaba. ¡Nunca! Masculló una maldición al tropezar con algo ¡Casi se cae!. ¿Pero qué diab.. ¡Tetsusaiga¡Él debía estar cerca!

- ¿InuYash.. -se vio interrumpida por la imagen que veía; él.. su torso, lleno de heridas, el haori destrozado y lleno de sangre, resaltando su estómago burbujeante de un veneno amarillento y viscoso, con algunas espinas incrustadas todavía. Las paredes, el suelo; todo manchado de sangre, incluido sus negros cabellos que estaban esparcidos por doquier. No se movía. ¿Acaso estaría..¡No!

No..

Se acercó a él con lentitud.. con miedo. El suelo crujía a cada paso suyo. Algo le indicaba que era peligroso, que la habitación estaba próxima al derrumbe. La desesperación creció en su interior y corrió hasta InuYasha, y de pronto sintió como si miles de agujas le atravesaran los pies y los tobillos, fue cuando recordó que estaba descalza.. y estaba pisando aquel líquido pegajoso. Era como si le estuvieran quemando toda la piel que hacía contacto con eso. Cerró los ojos con fuerza, intentando tragar el nudo en su garganta, con movimientos entrecortados fue dando algunos pasos, sintiendo cómo a cada pisada ese líquido le iba quemando la carne.

No le importó. Él.. él estaba primero. Pero no entendía nada. No se atrevía a volver a llamarle..

- ¿InuYasha..? -fue automático. No perdía las esperanzas.. uno de esos tentáculos se dirigía al indefenso joven de oscuros cabellos que yacía en el suelo. Kagome no lo pensó dos veces; con las manos tomó un poco del veneno ácido que estaba a sus pies y lo arrojó hacia el tentáculo. Éste se retorció hacia todos lados, y cayó inmóvil al suelo. Un quejido reprimido escapó de sus labios.

Unas gotas de sangre cayeron junto al veneno, dándole al líquido una tonalidad entre anaranjada y café. Kagome no le prestó atención a sus manos, pese al dolor, esa quemazón que estaba sintiendo. Para ese momento, ella ya se hallaba al lado de él, sacudiéndole suavemente pero con firmeza. Le tenía cogido del brazo, y aunque sentía las manos arder peor que como una quemadura, sólo le importaba el estado de él. Sólo podía pensar en eso.

- InuYasha.. ¡InuYasha! Reacciona, por favor.. -la voz le estaba saliendo quebrada- InuYasha.. -sus manos se deslizaron algo torpemente por el brazo de él, y percibió un ligero movimiento de su parte.

- Kagome.. -el tono de voz era claramente forzado y seco- v-vete.. -ella abrió los ojos, que estaban vidriosos, y contuvo un impulso para no abrazarle.

- InuYasha, que alivio, estás con vid-- su voz fue callada por algo puntiagudo en su espalda. ¡Dolía!- A-ah.. -alcanzó a quejarse, antes que sintiera como aquel filo le desgarraba la piel en un rápido movimiento. Su visión se volvió negra. Antes de perder la consciencia, le pareció oírle llamándola.. pero no pudo hacer nada. Fue como dormirse de pronto.

Gritos.. un cristal roto.

Le dolía todo el cuerpo. La joven miko abrió los ojos tan débilmente, que no alcanzó a distinguir nada con claridad, hasta unos segundos después. No se escuchaba ningún ruido.. perfecto, porque le dolía la cabeza como nunca. Se movió un poco, pero había algo pesado sobre su cuerpo¿dónde estaba? Se forzó a abrir más los ojos; el mezclado color sangre y las tonalidades oscuras fueron haciéndose más nítidas, para dejar paso al nocturno cielo y al negro.. ¿cabello?

Sus ojos se abrieron por iniciativa propia, aunque no podían ver del todo bien.

- ¿I-InuYasha? -aquél era el peso que sentía sobre ella. Todos los últimos acontecimientos le llegaron de golpe. ¿Cómo llegaron ahí¿Por qué..? No era tiempo de eso. Estaba extrañada.. y asustada. Él no se había movido, ni tampoco emitió sonido alguno.

Él le abrazaba, allí, en el suelo, sobre ella. Como protegiéndola de algo. Las mejillas de Kagome estaban algo rojas, era algo que no podía evitar. Su cabeza descansaba en el hombro de la chica, quien sentía su respiración forzada -lo que la había relajado considerablemente-, y su cabello estaba todo esparcido. Con su vista más clara, Kagome pudo distinguir vidrios en el suelo, algunos manchados de sangre, y que estaban sobre la tierra del patio trasero, frente a donde estaba su cuarto.

- ¿Inu.. Yasha? -se atrevió a murmurar. Se levantó poco a poco, cuidando de mover al hanyou con suavidad. "¿Qué te sucede..?"

- ¿Puedes oírme? -como si fuera una especie de deja vu, la cabeza del humano InuYasha reposaba en el regazo de Kagome, y ella intentaba hacerle despertar, acariciándole la cabeza y el rostro- InuYasha.. -él movió con levedad la cabeza, los ojos de la joven se iluminaron, formándose así una auténtica sonrisa.

- ... Kagome.. -dijo en un tono muy bajo y claramente forzado- .. e.. eres una tonta... -el café de sus ojos la vio con melancolía por unos segundos, esbozando una ligera sonrisa.

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Es nuevamente, ese llanto silencioso. Que amenaza con desvanecerla si sigue derramando más lágrimas, pero no puede detenerlo.. ni tampoco le importa. No ahora.

"Todo ha sido mi culpa.."

- .. E.. eres una tonta..

Fue su última frase. Fue la última vez que vio sus ojos. No solía sonreír a menudo, pero la última.. fue para ella. Como un hermoso regalo.. de despedida. No había perdido la razón -aún- ya que todavía se encontraba en un estado de shock, sabiendo la verdad pero sin asimilarla. No supo cuándo perdió el sentido, pero se despertó en una cama de hospital, hace algunas horas. Con dos brazos y una pierna vendados, se encontró con que su mano empuñada tenía aún el haori de él.. lo recordó todo, poco a poco.. y no ha dejado de llorar desde entonces.

Ahora está sentada en la cama, aquel líquido salino con apariencia de cristal prendido en sus ojos, viendo un punto fijo en la ventana que estaba al lado de donde permanecía anteriormente recostada; observando un árbol, un árbol muy grande, como donde.. lo conoció. Apretó el haori contra ella, inconscientemente, y dejando que las lágrimas fluyeran hasta caer en aquella prenda roja, cerró los ojos. "InuYasha.."

- ¡Yo te voy a proteger!

Cumplió su promesa.. como siempre lo hacía.. y a qué costo. Como ansiaba.. el verlo con ese típico gesto suyo, de enfado, de altanería, reclamarle que cómo podía irse sólo por 'los tontos exámenes', o el acompañarle en las noches de luna nueva.. cuando era humano..

... tal como la noche cuando murió..

¡Tararará! - Fin del Capítulo.

¿Qué si he estado deprimida, yoo? Saquen sus conclusiones. Aunque, esto es algo que tenía planeado hacía mucho. Si son amantes de los finales felices, no me miren tan feo, que todo tiene una razón de ser, como amante del Waff y de Inu/Kag.. saquen sus conclusiones, nuevamente xD. Porque no daré pistas..

Le dedico el capítulo especialmente a Meiko, la chica del angst (aunque esto no me quedó muy bien), a Cess-chan, el chico del angst xD.. gracias por leer a pesar de tus.. er.. gustos diferidos n.nU. Y también para Nad y Sis, a las que siempre extraño y quiero mucho.

Disculpen que no les agradezca a cada uno como se merecen, pero llevo algo de prisa.. y si no lo publico ahora es probable que luego la inseguridad me ataque y al final no lo haga. ¡Muchas gracias, a todos, mis chikis!

Y no creas que me he olvidado de ti, Denisse-chan. ¿No querías un regalito de Halloween?

¡Espero te haya gustado, aunque sea pequeño el capítulo!

Cualquier sugerencia, comentario, amenaza de muerte o alguna frase, palabra que quieras decirme, algo que te haya dejado el capítulo o el fic, no importa si son dos palabras, puedes enviar un review o escribirme un mail (en mi profile está, se ha puesto pesado con los signos como arroba o los guiones bajos).

¡Se cuidan mucho!

Chiisana Minako.-