(Llegado este capítulo, ruego que perdonen mi pedantería, pero es que todavía tengo muy reciente el viaje que hice a Londres en diciembre)

En unos momentos, todo el mundo estaba con los nervios a flor de piel esperando con sus equipajes en el pasillo. Cuando el tren paró, bajaron todos y, con muchísimo cuidado atravesaron el muro del andén 9 y 3/4. No había tiempo que perder y los profesores lo sabían, así que condujeron a la multitud hacia el metro.

Charlie se había encargado de comprar los billetes y los repartió a todos explicando cómo se utilizaban, aunque algunos ya lo sabían. Bajaron a las vías guiados por Charlie, que llevaba un mapa del metro y sabía qué línea tenían que coger y todo.

Cogieron el tren de la línea Piccadilly, ocupando casi un vagón entero entre personas y equipajes y se bajaron en la estación de Russell Square, que era la más cercana al albergue. El albergue estaba ubicado en la calle Tavistock Place, aunque les costó un poco encontrarlo porque había que meterse por una especie de callejón. Dicho callejón les llevó justo a las escaleras de entrada al albergue, pero no entraron porque eran muchos y aún tenían que repartirse las habitaciones.

Los profesores volvieron de recepción con unos papeles que repartieron a todos donde ponía la cama y la habitación y un número para entrar en cada habitación, ya que las puertas no se abrían ni con llaves ni con magia sino pretando unos botones con números que había. Snape empezó a dar instrucciones:

- Vamos a ver, los papeles que os hemos dado son muy importantes, así que, por lo que más queráis, no los perdáis, que todos nos conocemos.- y fulminó con la mirada a Neville Longbottom.- Hay habitaciones de 6 y de 8 personas. Empezad a hacer los grupos ya, que no tenemos todo el día, o si no los tendré que hacer yo.- y esta vez le lanzó a Harry una de sus miradas asesinas.

Harry se temió lo peor: que Snape le pusiese en la misma habitación que a los de Slytherin, de modo que se dio prisa para hacer un grupo con Ron, Neville y tres chicos de Hufflepuff para ocupar una habitación de 6 personas.

- Grupos mixtos no, por favor.- anunció Trelawney al ver que Malfoy y su cuadrilla hacían un grupo con chicas de Slytherin.- Lo siento, pero no queremos problemas.

¿Qué problema puede haber- replicó Malfoy.

La profesora se giró y, con un aire un tanto altivo, se dirigió a Malfoy:

- Malfoy, no creo que haga falta que lo explique¿verdad? Y no me pongas esa cara de ignorante porque sabes perfectamente a qué me refiero, así que ya estás olvidándote de tu magnífico planazo para esta noche si no quieres que le descuente varios puntos a Slytherin.

La profesora Trelawney estaba muy tensa y Snape, al oír que podía quitarle puntos a Slytherin, apareció en escena:

¿Se puede saber qué está pasando aquí?

- No es nada, Severus, sólo estaba explicándole a este joven que los chicos y las chicas deben dormir en distintas habitaciones, no sé si me entiendes.- respondió Trelawney algo más calmada.- Me refiero a... las consecuencias.

- Dudo mucho que sepas eso.- murmuró Snape por lo bajo.

¿Qué has dicho?

- Nada, nada, voy a echarle un vistazo a la lista.- y Snape fue a ver la lista que llevaba Charlie¿Ya están todos los grupos hechos?

- Sí.

- Están bien hechos¿no- preguntó Trelawney con cierta preocupación.

- Si te refieres a si duermen separados los chicos y las chicas, sí. Aunque sería recomendable vigilar el pasillo de vez en cuando.- contestó Charlie.

- Si es que estos jóvenes están en plena ebullición...- siguió Trelawney, en sus trece.

- Y que lo digas. Habrá que tenerlos bien vigilados.- prosiguió Charlie.- Por suerte, están todas las habitaciones juntas, así que lo tenemos mejor para la vigilancia. Ah, por cierto, tenemos una habitación de 4 para nosotros. ¿Os parece bien?

- A mí sí, pero no se yo si a Sybill le parecerá bien dormir con dos hombres.- dijo Snape en un tono sarcástico que provocó cierto enfado en Trelawney.

- Me parece bien, pero te aconsejaría que no uses ese tono sarcástico conmigo, porque antes tenía razón yo. Además, lo que me preocupa son los chicos; ya sé que con vosotros no hay ningún problema.

- Bueno, será mejor que entremos y organicemos todo.- interrumpió Charlie justo en el momento en que Snape iba a contestar uno de sus sarcasmos.- Seguidme todos, por favor.

La multitud siguió a Charlie hasta dentro del albergue; pasaron por delante de recepción y tomaron un pasillo a la izquierda hasta llegar a unas escaleras por donde bajaron a sus habitaciones. Pararon y Charlie empezó a leer en voz alta la distribución de las habitaciones. A la izquierda, las de los chicos; a la derecha, las de las chicas y, en medio, la de los profesores. También les explicó cómo se abrían las puertas y les señaló donde estaban los baños:

- Bueno, pues ahora dejad vuestras cosas en las habitaciones y, si queréis, ir al baño. Coged lo que os sea indispensable, que nos vamos a dar una vuelta por ahí.

¿Y a donde vamos a ir- preguntó una alumna de Hufflepuff.

- Al museo de historia natural.- contestó Charlie.

Ron movió la cabeza con desgana:

- Un museo... Menudo tostón.

- No empieces, Ron.

- No, Hermione, no empecéis ninguno de los dos- protestó Harry.- porque tener que aguantaros a los dos discutiendo durante todo el viaje va a ser un suicidio.

- Perdón, Harry.

- Estáis perdonados.- Pero Harry sabía que no sería la última vez que lo diría.

Salieron todos del albergue en dirección a la estación de metro, donde cogieron otra vez la línea Piccadilly hasta South Kensington, donde anduvieron por los pasadizos subterráneos durante un buen rato hasta que Charlie les mostró un cartel que señalaba la salida hacia el museo. Salieron de aquel agujero y lo primero que vieron fue un imponente edificio que les dejó con la boca abierta. Ron se acercó a su hermano:

¿Es esto?

- Creo que sí.- contestó Charlie con cierto aire de aturdimiento, cosa rara en él.

(Lo cierto es que no encuentro palabras para describir el edificio en cuestión, pero, en mi humilde opinión, no debería dejar indiferente a nadie y mucho menos a los que nos consideramos "harrypotterescos", ya que, nada más verlo, lo identifiqué con Hogwarts)

Se trataba de un edificio de estilo neogótico, bastante parecido a Hogwarts (o por lo menos, a mí me lo pareció), con las ventanas muy parecidas, las torres casi iguales y (esto no se si está en Hogwarts pero a mí me llamó la atención) unos peces ensartados en una veleta o pararrayos o algo así en lo alto del tejado.

Alumnos y profesores se quedaron de piedra y se empezaron a oír comentarios acerca del edificio mientras avanzaban hacia la puerta de entrada.

Charlie alcanzó a Harry y a Ron:

¿Qué os parece?

- Está muy bien.

- Sí, yo le encuentro un cierto parecido con Hog...

- Cállate, Ron, ahora somos muggles. La verdad es que no entiendo por qué en esta guía de Londres salen unos dinosaurios mordisqueándose, ya podrían sacar el edificio, que es más bonito, pero no, salen los dinosaurios...- observó Charlie frunciendo el entrecejo.

Mientras tanto, Hermione tomaba fotografías con una cámara digital que le habían dejado sus padres y con la que, según decía ella, podía hacer todas las fotos que quisiera, como dando envidia a sus amigos, que se tenían que conformar con esas cámaras muggles de usar y tirar.

Entraron (no había que pagar entrada) a una especie de hall (también muy parecido a Hogwarts) con el techo muy alto y un esqueleto de dinosaurio en medio de la sala. Frente a la puerta de entrada había unas escaleras para subir al piso de arriba, por donde subieron para ver un tronco de árbol gigantesco cortado y con unas fechas que marcaban la edad de dicho árbol y varias fechas históricas significativas.

Volvieron abajo andando por las galerías, por donde se asomaban al piso de abajo, y otra vez por la escalinata donde había una estatua de un hombre con la que se quería hacer una foto Ron arrodillado y en actitud de rezar. Pero la anécdota más graciosa de la tarde llegó cuando Harry y Ron se acercaron a una vitrina donde había un esqueleto de tortuga junto a otra vitrina mucho más pequeña que contenía un huevo:

- Mira, Ron, una tortuga gigantesca. Vamos a verla.

- Vamos. Eh, Hermione, que vamos a ver la tortuga.- Pero Hermione estaba haciendo una foto.- No nos hace caso.

- Ahí va, mira qué huevo, debe ser de la tortuga¿no?

- Es de elefante, el huevo.- comunicó Ron haciéndose el listo sólo por haber leído el cartel que había encima.

Harry se rió:

¿Pero cómo va a ser el huevo de elefante? Si los elefantes no ponen huevos.

¿Qué pasa, Harry- Hermione había llegado y tenía interés en saber qué era lo que le hacía tanta gracia a Harry, que señaló a Ron, que estaba mirando dicho huevo haciéndose el intelectual.

- Sí que es de elefante.- Ahora fue Hermione la que empezó a reírse sin poder remediarlo mientras Ron, convencido de que era un huevo de elefante, seguía analizando el huevo y señalando el cartel de encima- Míralo¿qué pone ahí, es de elefantine...

Ron frunció el entrecejo y Hermione seguía riéndose como una loca, lo que le recordó a Harry a Luna Lovegood a principios del curso pasado cuando Ron dijo no se qué de que Goyle se parecía al culo de un babuino.

Continuaron su visita por el museo en una sala grandiosa (que esta vez no se parecía a Hogwarts) donde había reproducciones de animales, destacando una gigantesca de una ballena azul que estaba colgada, como también lo estaban los animales marinos. También había elefantes, lo que le dio pie a Hermione para preguntarle a Ron con aire inocente:

- Oye, Ron¿esos elefantes de ahí son los que ponen huevos?

Ron la miró ligeramente enfurecido, pero no dijo nada hasta que vio la reproducción de una lanuda y graciosa oveja:

¡Harry- Ron estaba emocionado- Mira, parece una oveja del belén. Hazme una foto con ella, venga.

Harry le hizo la foto y fueron a ver las cabras y los porcinos, donde a Ron le volvió a salir el tiro por la culata al intentar hacerse el listo. Todo empezó porque Hermione le provocó cuando pasaron por un jabalí:

- Voy a hacerle una foto a este tocino.

Y Ron volvió a hacer uso de sus rudimentos acerca del mundo animal:

- No es un tocino, amiga mía, es un "jarabí".- y se quedó tan ancho.

Harry y Hermione rieron, pero poco, ya que Ron se dio cuenta enseguida de que se había confundido.

- He querido decir "jabalí", un fallo lo tiene cualquiera.- Se había ruborizado.

- Sí, sí.- Hermione estaba muy burlona.- Ay, mira, un camello.

Fue a hacerle una foto al camello y, mientras tanto, Harry y Ron llegaron a un mostrador donde había una especie de "felétonos" como decía Ron por donde se oían ruidos de elefantes. Estaban ante unas reproducciones de elefantes y Hermione aprovechó para hacerle a Ron una foto, sin que él se diera cuenta, con el "felétono" y al lado de los elefantes. Siguieron andando y vieron más animales, como jirafas, unos toros grandiosos que Ron decía que eran unos "morlacos", un caballo galopando que parecía que se sostenía por arte de magia en su vitrina y el esqueleto de una culebra que decía Ron que era la "culebra de Slytherin", a lo que Harry le contestó "A mí me vas a contar cómo es la culebra de Slytherin...". Fueron a mear y volvieron al hall, donde habían quedado todos. Salieron del museo (iban a cerrar ya) y se juntaron con Charlie:

¿Qué os ha parecido, chicos?

- A mí me ha gustado mucho.- dijo Harry.

- Gracias por traernos, yo es que no me acordaba cómo era, como era muy pequeña cuando estuve...

Le llegó el turno a Ron para analizarlo:

- Yo pensaba que no me iba a gustar y que iba a ser un tostón, pero ha estado genial.

- Me alegro de que os haya gustado.

Hermione rió por lo bajo y miró a Ron, acordándose del huevo de elefante.