"HARRY POTTER Y LA DESAPARICI"N DEL MÁS PODEROSO"

Nuevo título: ¿Quién me lo iba a decir?

Capítulo número once : Empezando un nuevo curso


NOTA INFORMATIVA: SUBO UNOS CUANTOS CAPÍTULOS SEGUIDOS, YA QUE TENGO QUE IR ACTUALIZANDO DE TANTO EN TANTO Y, VISTA LA EXPECTACI"N QUE TIENEN LOS PR"XIMOS CAPS, ME DOY ALGO DE PRISITA EN QUE LLEGUEN Y TODOS LOS QUE LO DESEEIS PODÁIS LEERLOS. MUCHAS GRACIAS, MARINETA MALFOY.


Los prefectos acompañaron a sus compañeros de casa a sus respectivas salas comunes. Ante el grupo de Gryffindor, los mayores iban delante, encabezados por Hermione y Ron, a los cuales Harry acompañaba. Se postraron antes el retrato de la señora gorda.

- Buenas noches señoritos. ¿La contraseña?

- DASORA GOÑER - exclamó Hermione, de modo que hasta los Gryffindors que se ubicaban más lejos pudieron oírlo.

Todos entraron a la sala común. Hermione acompañó a las chicas a su habitación y Ron hizo lo mismo con los chicos de primero. Los demás alumnos estaban informados de hacia dónde dirigirse. En poco tiempo, se montó una buena fiesta en la casa Gryffindor. Después de varias horas, ya sólo quedaban en la sala los tres "mosqueteros", dado que los dos prefectos debían supervisarlo todo.

Estaban sentados en un sofá Hermione y Harry; Ron estaba en un pequeño sillón.

- ¿Cómo se os ocurrió la contraseña? Es curiosa... - preguntó Harry.

- Cosas de la bella señorita Granger, explícale tú anda Herm. - rogó Ron con carita de buen chico.

- Es sencillo. Me basé en el tema de un libro que me leí este verano "El Código Da Vinci" Es una novela policíaca en la que hayan un cadáver. Los protagonistas deben seguir unos anagramas, realizados con los nombres de frescos de Leonardo Da Vinci; Dasora Goñer también es uno. Ordenad las letras, a ver si lo resuelves Harry. - Ron alzó el brazo - No vale Ron, ¡tú ya lo sabes!

Pasaron varios minutos y Harry no halló la respuesta.

DASORA GOÑER

SEÑORA GORDA

Escribió Hermione en el aire con ayuda de un fácil hechizo.

- Eres un genio Hermione!! - halagó Harry.

- Gracias, Harry!!

- Deberíamos de ir a dooooooormir - "bostez" Ron.

- Sí, es tarde y mañana debemos madrugar - añadió Herm.

Los chicos se dirigieron a su habitación y Hermione a la suya compartida con Lavender y Parvati. Antes se despidieron con un beso cada uno, exceptuando Ron y Harry.

Al entrar en la habitación, Neville y Seamus ya dormían. A Ron y a Harry no les dio tiempo ni de consultar sus horarios.

- Bueeeeeeeeeeenas noches Ron.

- Lo mismo Haaaaarry.

Resplandecientes rayos de sol se introdujeron en la habitación de los chicos; minutos después ya nadie podía dormir, ya que tenían la estancia inundada de luz molesta impidiéndoles conciliar de nuevo el sueño.

Harry entreabrió los ojos. Miró a su alrededor; Neville aún seguía durmiendo, dos camas estaban ya vacías, las de los más madrugadores y Ron se vestía con parsimonia y tranquilidad absolutas. Harry se puso en pie y deseó buenos días a sus compañeros. Éstos le contestaron, Neville ya estaba en pie.

Abrió su baúl y recordó que esa tarde debía ordenar sus cosas en el armario y hacerse un plano para organizarse el tiempo. Cogió un pantalón negro de tela fina, se puso una camiseta roja y se calzó unos deportivos colores beige. Encima debía ponerse la túnica que Hogwarts exigía rigurosamente. Se dirigió al cuarto de baño y se lavó la cara con abundante agua y muy fría. Eso ya estaba mucho mejor. Se cepilló los dientes y entró al servicio... Al salir, Ron ya comenzaba a asearse. Se peinó un poco el pelo intentando domarlo con el menos esfuerzo posible, pero le fue imposible (N/A: qué hacen los chicos para asearse por las mañanas??) Al terminar, volvió a la habitación; ya se oían algunos gryffindors por la casa. Cogió el horario y lo miró por encima, aunque al observar las clases que se le venían encima ese día le entró una síncopa y prefirió estudiarlo más detenidamente durante el desayuno.

Harry y Ron bajaron juntos a la sala común. Allí les esperaba ya Hermione que saludó a ambos con un cariñoso beso en la mejilla.

- Buenos días chicos - saludó ella tiernamente.

Harry contestó con la misma frase y Ron... Ron se limitó a emitir un gruñido en señal de "hola". Se dirigieron hacia el Gran Comedor que ya estaba rebosante de gente, alumnos y profesores. Bajaban por las escaleras y mientras éstas cambiaban, coincidieron con las que provenían de la casa de Ravenclaw. Cho Chang esperaba su turno, estaba sola, parecía que se le había hecho tarde tan tarde es? pensó Harry.

El pelirrojo y la castaña se adelantaron un poco y Harry quedó algo retrasado, al nivel de Cho.

- Hola, Harry. - saludó ella, con la cabeza gacha.

- Hola, Cho, ¿qué tal? - contestó él, probando a quitarle hierro al asunto, algo difícil en esa situación.

- Bastante bien, aunque voy de culo con el tiempo.

- Nos pasa a todos...

- ¿Qué tal el verano? - le preguntó al morena.

- Pues, no ha estado mal - contestó Harry, mientras entraban en el Gran Comedor. Las mesas de Gryffindor y Ravenclaw eran las más alejadas, aún tenían un poco de tiempo para conversar. - ¿y el tuyo?

- Bueno, lo pasé en una isla de Escocia. - comentó ella - aunque no hubo mucha diversión...

- Ya, estarías sola, sin Corner... BORDE!! - dijo él, de lo que después se arrepintió.

- Sí, nos queremos mucho, Fue una lástima no tenerle cerca durante las vacaciones, aunque, bueno, recuperaremos el tiempo perdido durante el curso. - contestó ella, siendo incluso más borde de lo que Harry había conseguido ser. - ¿tú no tienes novia, Harry?

- Pues no, quise mucho a alguien y me resulta difícil olvidar a esa persona. Que tengas un buen día - se giró y tomó asiento en uno que sus amigos le habían guardado. La chica no se despidió de él; se sentó junto a sus escandalosas amigas que le reprochaban lo tarde que había llegado. Cho dijo algo y todas miraron a Harry, entonces dejaron de reñirla.

Mientras desayunaban no tocaron el tema de la chica, sus amigos comprendían lo mal que se sentía Harry en esos momentos.

Estudiaron sus horarios. A primera hora tendrían una simple reunión con la profesora McGonagall. Era la típica de principio de curso. Después, tendrían pociones con Snape, a tercera hora Transformaciones, luego DCLAO con Slytherin, lo que animó a Harry, ya que e esa asignatura podía jactar de actitudes ante Draco y sus... culebrillas rastreras. (N/A: wooo! como mola el name!! jajajajaj) Y así continuaba una lista de hasta siete horas escolares, de aburridas asignaturas.

Al terminar sus alimentos fueron rápidamente al aula de Transformaciones a reunirse con la señora McGonagall. Los tres amigos siempre iban corriendo de arriba para abajo. No había ningún motivo especial para la visita, simplemente era lo habitual y McGonagall les comentaba un poco que debían comportarse bien, que estudiaran mucho, la didáctica del curso y charlaron sobre los resultados de los Timos. Vamos, lo normal en los tutores el primer día de clase. Antes de ir a Pociones, Harry, Ron y Mione preguntaron a la profesora:

- ¿Está verdaderamente de relax?

- Sí, por suerte... es extraño, pero ya le conocemos. Dice que ya es mayor y quiere disfrutar de su tiempo libre. Podréis ir a verle de vez en cuando a la sede de la Orden...

Anduvieron hasta Pociones, en las mazmorras del Castillo donde Snape conseguía un aspecto aún más oscuro. No darían esa asignatura con Slytherin, por fin. Snape les recordó lo inútiles que eran y que ojalá una poción les estallara en la cara y se las deformara por completo. Les escribió el temario del curso, lo apuntaron y algunos trucos para recordar pociones sencillas. Snape se rió de algunos alumnos y les dejó marchar. No fue tan mala como serían otras clases con él.

En Transformaciones recordaron un par de hechizos del curso pasado y analizaron el temario del curso. Todos los profesores solían hacer lo mismo el primer día de clase. Unos eran más duros con los alumnos y otros menos pero al final todo acababa igual: temario y expectativas para el semestre.

Finalmente llegó la esperada clase de DCLO para Harry. Todos los chicos y chicas de Slytherin se apeaban en la puerta del aula peloteando un poco a Snape e intentando convencerle para que "quitase" puntos a Gryffindor. Sorprendentemente Snape no objetó ni hizo ningún comentario molesto contra Gryffindor, simplemente prometió ser justo. ¡Eso sí que resultaba raro! Los alumnos entraron en la sala y eligieron los que serían sus asientos por todo el curso. Ron, Herm y Harry se sentaron juntos en la segunda fila de asientos, ni delante del todo para que sobre ellos recayeran los insultos de Snape y al final del aula donde les resultaría complicado mantenerse atentos.

- Estimados mentecatos - comenzó Snape, transmitiendo amabilidad por todo el aula - por fin tengo la asignatura que me gusta, asignatura que resultará difícil para muchos, aunque algunos de nuestros héroes (miró a Harry y a sus amigos, aunque más a él) - ya estén acostumbrados a estos hechizos.

Algunos Slytherins rieron, pero no tenían razón para hacerlo, ya que las palabras de Snape, por primera vez en la vida, habían sido sin sarcasmo alguno.

- Me encantaría que el señor Potter nos deleitara con un espectro patronus que, como todos sabemos, el capaz de realizar a la perfección. - continuó el profesor.

- Ya empieza a tirarme al cuello... susurró Harry a sus compañeros.

- ¿Ha dicho algo señor Potter?

- Simplemente que lo haré gustosamente.

Harry se puso en pie; todos le miraban expectantes. Se dirigió hacia delante del todo del aula, al lado del profesor Snape, empuñó su varita y gritó: ¡¡¡EXPRECTO PATRONUS!!! Rápidamente, un haz de luz color plateado salió de la varita del joven mago, el cual se convirtió en un impresionante y muy bien formado ciervo, el animal que tomaban con normalidad los patronus de Harry. El animal comenzó a galopar por el aula, de un lado a otro, seguido de pequeñas chispas color plateado. Los Gryffindors aplaudieron animadamente y los Slytherins se limitaron a quedarse en sus asientos, tragándose todos los insultos que esperaban haberle gritado a Harry en el caso de que no hubiese sido capaz de realizar el hechizo.

- Estupendo - Harry escuchaba atónito las palabras del profesor Snape, mientras su patronus se postraba a su banda derecha.- 20 puntos para Gryffindor.

Ahora los gryffindor sí que aplaudían con ganas... ¡Snape había dado a Gryffindor puntos, seguramente era la primera vez en la vida!

El patronus se desvaneció y se convirtió en brillante humo plateado, que acabó por expandirse pro el aula y hacerse ya invisible.

- ¡Ya basta! - gritó Snape y los gryffindors le obedecieron. Ordenó a Harry que se sentara.

La clase continuó con el temario que Snape había preparado. Les comentó que seguirían el libro, cómo no, estaba escrito por él, pero que, a diferencia de otros cursos (N/A: maldita Umbridge) realizarían los hechizos que estudiaban. Practicarían con animales de verdad y mejorarían satisfactoriamente sus conocimientos en el arte de la defensa.

La mañana transcurrió sin mayores sobresaltos y, sin darse casi cuenta, ya se encontraban en el Gran Comedor degustando las delicias que los elfos de Hogwarts preparaban para comer todos los días. Era increíble lo que esos pequeños feúchos (N/A: Lo siento por los seguidores del PEDDO, pero es que son feos de cojones!!) podían hacer.

- No ha estado del todo mal la mañana - comentó Hermione, mientras se metía en la boca un pedazo de brócoli.

- La verdad que no, sobre todo DCLO!! Snape dando puntos a Gryffindor... eso no se ve todos los días!! - bromeó Ron, como ya acostumbraba a hacer.

- Pues, sinceramente, creo que eso va a suceder bastante durante este año... los gryffindors somos los mejores en esa asignatura... - siguió Herm.

- Bueno, tú eres la mejor en todas las asignaturas Hermy... - halagó Ron a su mejor amiga. Ésta se puso roja como el jersey que llevaba debajo de la túnica, uno de Ralph. (N/A: aaaaaais NooRy!!!! :P)

- Harry... ¿qué te pasa? - preguntó Hermione - No has dicho ni has comido nada...

- No me pasa nada... - mintió de mala manera él.

- Va, Harry, cuéntanos qué te pasa. - insistió el pelirrojo.

- Pues, me pasan muchas cosas. Primero, echo mucho de menos a Sirius y... necesito estar con Cho. La quiero y ella está con ese Corner... aaag, como le odio por todo. - le confesó Harry.

- Es normal Harry. Sabes lo que te digo? Lo único que puedes arreglar es lo de Cho y no sé a qué esperas... a que se case con alguien, quizá? Y, por cierto, aún tenemos una hora libre para que empiecen las clases... tienes bastante tiempo. Además, ahora mismito está mirando hacia acá... gírate con cuidado, disimulando y mira hacia el final de la mesa de Ravenclaw, a la derecha. - Harry siguió las indicaciones de su amiga y, como era de esperar, pilló in fragante a la ravenclaw mirándolo, la cual se sonrojó de manera descomunal al comprobar que había sido pillada.

- Llevas razón, Herms. Voy a hablar con ella. Deseadme suerte chicos. - Se levantó y, con paso decidido, fue directo a la mesa de Cho. Iba a decirle todo lo que pensaba.

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Hola de nuevo Harry-maníacos!!

No me gutsa para nada que salga de nuevo la Chocha esa, la odio, la odio, la odio, pero es que la trama del fic así lo requiere!!

Espero que os guste un poquito este capítulo y que disfruteis de mi fic tanto como lo hago yo!!

Beeeeeeeeeeeeeeeeesos!!