¿QUIÉN ME LO IBA A DECIR?

TÍTULO: Si pudiera


Hola a todos!Cómo estáis?Siento mucho no haber subido el cap hasta ahora.. lo expliqué en un "sorry" hace ya bastante tiempo, luego he estado de exámenes y los fines de semana no paré en casa y sólo tengo tiempo para actualizar los viernes o sábados... por lo tanto, hoy es el primer día que puedo! No podré responder a los reviews, pero espero que os guste un poco y que me dejéis un comentario. Lo siento, de verdad-GRACIAS-

Allí, sentado sobre el edredón rojizo de la cama, estaba él, con su pelo rubio platino engominado hacia atrás, sus ojos grises penetrando en los de Hermione y con su dulce sonrisa echada hacia un lado. La castaña corrió a su encuentro, lo abrazó con sus dos brazos y le dio un beso de película, como le había prometido en su carta.

¡Draco! – exclamó casi sin respiración ¡qué alegría me da verte!

Yo también me alegro de verte cariño. – le respondió él, mientras ella se sentaba sobre la cama y el rubio le pasaba el brazo por los hombros.

¿Por qué no me has llamado ningún día, ni has escrito ni nada de nada? – comenzó a reprochar ella. No es que no le ilusionara volverlo a ver ni mucho menos, pero no estaba bien que se presentase un día por que sí después de tanto tiempo sin tener noticias suyas.

No he tenido tiempo, he estado muy liado en mi nuevo colegio, con mis nuevos contactos... – se disculpó Draco quitando el brazo de los hombros de la castaña.

¿Muy ocupado, tan ocupado cómo para teclear un maldito número de teléfono?

No te sulfures, pequeña. Ya estoy aquí... te echaba de menos y, como es San Valentín, me he dado una vueltecita y he pasado por aquí.

Claro, por supuesto, el Gran Draco Malfoy tiene toda la comodidad de venir a verme cuando a él le plazca... – Hermione se levantó del colchón y se plantó en frente del rubio, mirándole fijamente a los ojos – pero están tan ocupado que no puede llamar a su novia y tampoco se interesa de cómo se encontrará ella, después de abandonarla de la noche a la mañana. – la voz de la castaña sonaba dura y pétrea pero al mismo modo triste y dolida.

¡Ay, chica¿Por qué vives en el pasado¿Por qué tienes que ser tan perfecta y calculadora? – esta vez fue él quien se alzó y miró por la ventana; abajo estaba aparcado su coche, un Lexus color plata, regalo de su padre.

¿Perdón¿Me llamaste calculadora¡Yo no soy calculadora, sino nunca habría salido contigo! – le gritó estas palabras muy cerca de la cara, casi rozado con su nariz. En realidad no sentía del todo esas palabras, pero necesitaba decírselo para sentirse mejor consigo misma.

Pero Hermione... con lo lindísima que tú eres y con todo lo que puedes conseguir en la vida¿por qué no miras hacia el futuro? – insistió el rubio de nuevo.

¿Quieres saber cómo será mi futuro, quieres saber de verdad lo que me espera a mí de aquí a unos meses¡Tú no tienes ni idea, niñato¡Ni idea!

Alguien llamó a la puerta y, acto seguido, ésta se abrió. Era una chica alta, de 1.75 metros centímetro arriba centímetro abajo, de cabellos largos y castaños oscuros, lisos, que llegaban hasta la mitad de su espalda. Sus ojos eran del color de las aceitunas en noviembre, los dientes más níveos que Hermione había visto nunca y una piel dorada por el sol que le daba un aspecto latino. Llevaba una falda color beige de tela arrugada por las rodillas, una camiseta de manga larga color azul eléctrico de cuello de pico con una inscripción en el lado izquierdo que rezaba: "LE CAFÉ DES ARTS" en negro y lentejuelas y unas botas arrugaditas de punta color huevo. Miró dulcemente a Hermione y le sonrió de manera cariñosa.

Hola, disculpad que os interrumpa pero Draco, no nos podemos quedar mucho más porque si nos pillan al entrar en el colegio nos cortan el cuello. – dijo con una voz suave y sugerente.

No, no, tranquila Eva, no tardaré mucho más. – justificó el rubio con una amplia sonrisa, una de aquellas que le dedicaba a Hermione por aquel entonces.

De acuerdo. Encantada de conocerte – se despidió refiriéndose a la castaña que estaba junto al alféizar de la ventana que se había quedado petrificada y observaba la situación con los ojos de par en par. La latina, la tal Eva, cerró la puerta con delicadeza y dejó de nuevo a la pareja en privado.

Y¿esa quién era? – preguntó la castaña mientras tus orejas se tornaban rojo brasas.

¡Ah! Era Eva, una amiga del colegio. En fin...

No, no, no. En fin nada, Draco. – dijo Hermione, moviéndose frenética de un lado a otro de la habitación ¡Vete ahora mismo de mi vista, Draco¡No quiero volver a verte jamás en mi vida!

¿Ya empiezas de nuevo? – y Draco se acercó hasta ella y le pasó un mechón del pelo por detrás de la oreja. Se dispuso a besarla, pero Hermione le propinó un tordazo y le pidió de nuevo que se fuera de la habitación. Él le hizo caso y se perdió entre las sombras del pasillo para, minutos más tarde, arrancar el deportivo de abajo.

¡Joder! Y arriba estaba esperándome Haloyuh... y por culpa del gilipollas éste he perdido la oportunidad de conocerlo...>> consultó su reloj de muñeca y ya eran las 23:45 y lo más seguro era que su admirador hubiese regresado a su habitación. De todos modos salió de su dormitorio, bajó las escaleras a toda velocidad y cruzó los pasillos hasta llegar al lugar donde se habían citado. Pero, como era de suponer, no había ningún admirador guapetón esperándola. Así que, como había ido, volvió a su habitación, abrió las tapas de su diario rosado y comenzó a escribir.

Querido diario:

¡Cómo pude ser tan tonta como para creerlo¿Cómo me fié de Draco Malfoy¡Ag¡Me repugno a mi misma!

Que me cuente qué hará después de que estrene su cuerpo, cuando muera su traviesa curiosidad, cuando memorice todos sus recovecos y decida otra vez regresar... ya no estaré aquí en el mismo lugar. Seguro que no tiene más de un par de dedos de frente y, bien, tiene muy bonitos los dientes... pero le dejará como me ha hecho a mí. Sé que volverá el día en que ella le haga trizas, sin almohadas para llorar. Pero si se ha decidido y no quiere nada más conmigo nada ahora puede cambiar... me da exactamente igual. Una escoba nueva siempre barre bien, luego ya verá desgastadas las cerdas, cuando las arrugas le corten la piel y la celulitis invada sus piernas... Volverá desde su infierno con el rabo entre los cuernos por una vez más; pero para ese entonces yo ya estaré a un millón de noches lejos de este enorme alcázar... ¡Qué asco me da! Se me acababa el argumento y la metodología cada vez que aparecía frente a mí su anatomía. Es que ese amor ya no entendía de consejos ni razones, se alimentaba de pretextos si le faltaban pantalones. Ese amor no me permitía estar en pie, porque me había quebrado hasta los talones, si lo intenta no volveré a caer, si se acerca nada será útil para esta inútil. Bruta, ciega sordo-muda, torpe, plasta y testaruda. Es todo lo que he sido, por él me convertí en una cosa que no hacía otra cosa más que amarle, pensaba en él día y noche y no sabía como olvidarle. ¡Cuántas veces había intentado retenerle en mi memoria y aunque dije "ya no más" era siempre la misma historia. Y es que el amor siempre supo hacerme respirar profundo; y me trae por la izquierda y de pelea con el mundo. Si pudiera exorcizarme de su voz, si pudiera escaparme de su nombre, si pudiera arrancarle del corazón y no sentirme nuevamente: asquerosa, gorda, fea, despreciada, torpe, tonta, necia y desquiciada, completamente descontrolada, él se da cuenta y no me dice nada ¿qué se cree que va hacer conmigo? Es que cuando creí conocerle tenía dieciséis me enamoré de sus ojos que me desnudaban. Cambié mi dirección, cambié mi actitud, cambié mi amistad casi me quedé sin aire... Vengo para liberarme de mi estúpida inocencia. ¡Tatuaje, quítame el tatuaje de su corazón! Esperando visitas deshojé margaritas... Fue como años y yo me marchité deshojando fantasías, mi niño se hizo mayor, no se verán en la vida, mi margarita dijo: "no" Pero si hay Dios, seguro entiende de emoción y me ayudará a superarlo. Se pudo haber llevado aquellos que me importan, haberme despojado de mis ropas, desviarme de la luz... podría haber llenado de oscuridad mis sueños, pudo porque era él. Podías haber roto de nuevo el juramento deshaciendo las cadenas que me ataron una vez... pero que alguien me dé el valor que tengo miedo, podría quitarme la esperanza o arrancarme al fin las ganas de seguir por él buscando entre mi almohada k es una dama blanca podría haberte dicho que me importa que soy un millón d cosas pude hacerlo y no lo hice no sé por qué será porque es más fácil escribirlo que demostrarlo montar un numerito d esos d fatalidad según lo que establece el reglamento del aparentar podrías haber llorado un mar de lágrimas saladas arrojarme a los abismos y partirme en dos el alma, desatar la tempestad y el huracán de mi garganta y confesar desesperado que muero con mi rabia aunque en mi actitud no soy tan evidente no puedo sufrir más... ¡qué el dolor cuando es por dentro es más fuerte, no basta con decírselo a la gente! Lloraré sí señor, como el tímido rocío del clavel en soledad. Yo estaré todos se irán, ya lo sé, yo estaré, aunque no presente, a su lado en cada golpe, pues en mi corazón él estar�, como lo hacen las orillas y la mar como lo hace el campo y el agua k lloverá podría ser mas educado pero el alma solo entiende d emoción y si hay dios seguro entiende d de emoción. Se acabó, sí... podría haber llorado un mar de lágrimas de lágrimas saladas, arrojarme a los abismos y partirme en dos el alma, desatar la tempestad y el huracán de mi garganta y confesar desesperado que muero con mi rabia... aunque en mi actitud no soy tan evidente no puedo sufrir más...

Pero así son la vida y el amor... Gracias por escucharme.

No se sentía mejor, pero se vio obligada a escribirlo todo en su libreto de antaño detalle a detalle como lo sentía para reírse en un futuro al releerlo. De nuevo empuñó la pluma y la dirigió al papel, pero esta vez para escribirle a Haloyuh. ¡Pobre chico! Ahora se imaginaría que no quería saber nada de él y que le había rechazado, ambas opciones incorrectas y por ello quería justificarse ante él.

Querido Haloyuh,

No sabes cuánto siento no haber acudido a nuestra cita, pero es que me han surgido unos problemas y, en fin, se me ha echado la hora encima... vamos, pero que no quiero que pienses que te he dado plantón ni mucho menos... Lo siento, de verdad. Pues nada, me preguntaba si te gustaría que quedásemos de nuevo para conocernos esta vez. ¿Qué te parece la idea? Yo me muero de ganas de conocerte, de hablarte, de rozar tu mano, de besarte... en estos momentos se me ponen los bellos de punta. Pues eso... me gustaría que me contestaras a la carta lo antes posible.

Besos,

Hermione

La castaña cuñó el sobre y se lo ató a la lechuza de Parvati, entonces le susurró: "Donde Haloyuh... no muy lejos" abrió el ventanal y la lechuza voló en busca del admirador de la chica. Le hubiese gustado seguirla y saber con certeza quién era él pero no quería fastidiar esa incertidumbre que mantenía vivo su cosquilleo en el estómago. Se quitó la ropa que había preparado para el encuentro, se puso su camisón anaranjado y bajó por una toallita desmaquilladora para limpiar su cutis y a lavarse los dientes. Al subir, se sorprendió, porque había una carta encima de su cama. Miró a su alrededor y Lavender y Parvati no estaban; seguramente habían montado una fiesta en el Castillo y ellas habrían ido con sus ligues de San Valentín.

La abrió y reconoció la letra de su admirador; empezó a leer.

Este amor… quiero hablarte, tengo algo que contarte¡sólo que no sé cómo empezar! Es el sol de la tarde, que sólo quiere asustarme; ¡esta luz hace que te quiera más! Te quiero mirar a los ojos y que hablemos de nosotros quiero pensar que somos un diamante en el oro; quiero vivir contigo, ser algo más que amigos… ¿entiendes qué quiero decir? Yo quiero un poco más, que salir a pasear, quiero verte soñar y a tu lado despertar… yo ya no sé vivir si no puedo sentir un poco más… sé que tú tienes miedo y te crees que yo no tengo, pero sé que todo saldrá bien porque yo ya te quiero y te echo tanto de menos que sin ti no lo conseguiré…

¿Cómo quieres ser mi amiga... si por ti daría la vida? Si confundo tu sonrisa... ¡niégamelo si me miras! Razón y piel, difícil mezcla... agua y sed¡serio problema¿Cómo quieres ser mi amiga... si por ti me perdería? Si confundo tus caricias... ¡dámelo si me mimas! Pasión y ley, difícil mezcla... agua y sed... ¡serio problema¡ Cuando uno tiene sed pero el agua no esta cerca... Cuando uno quiere beber pero el agua no esta cerca ¿qué hacer?... ¿tú lo sabes¿Conservar la distancia¿Renunciar a lo natural? Y ¿dejar que el agua corra¡Cómo vas a ser mi amiga cuando esta carta recibas? Un mensaje hay entre líneas¿cómo quieres ser mi amiga?

Si te he hecho daño perdóname, si al hablar no te entiendo perdóname si quiero estar solo perdóname...

Quiero ser algo más...

Una hoja de tu diario con la esquina doblada,
un escalofrío recorriendo tu espalda.
Quiero ser un fuego tibio al que arrimarse
en las noches de otoño.

Ser un transeúnte de tus calles solitarias,
ser el alquimista que dora tu mirada.
Quiero ser cristal empañado por tu llanto
cuando haya un tropiezo.

Y si pudiera conocer todos tus sueños,
y posarlos en tus dedos y que no despiertes más…
Si yo pudiera despejar todas tus dudas
de este pobre cara dura que sólo te puede amar…

Quien te haga olvidar a todos los que te besaron,
que nunca jamás añores tu pasado,
arrancarte un pellizco de tus sentimientos
con una sonrisa.

Ser un manantial que rebosa ante tus labios,
quiero ser culpable de todos tus pecados,
que mis ojos sean lo último que recuerdes
antes de dormirte.

Quiero ser un sello usado en tus cartas de amor
Quiero ser esa nube a la que miras
Tumbada bajo el sol…

Te adoro…

¡Cada vez se superaba en las cartas¡Qué lindo y romántico era! Concertó una cita con él para por la mañana del día siguiente y esta vez nada ni nadie podría arruinar conocerle.

A pesar de los nervios consiguió dormirse y en un abrir y cerrar de ojos se despertó, nunca mejor dicho.

Tenía tiempo de sobra o así lo decía su reloj al consultarlo; pudo, incluso, hacerse la remolona en la cama. Pero se levantó a los instantes de un salto y miró a su alrededor. ¡LA HABITACIÓN ESTABA LLENA DE CARTAS EN PAPELES DE COLORES! ¡Casi era imposible andar por el suelo del cuarto sin pisar alguna o, en su defecto, sin encontrar un sobre nuevo! Se había enamorado ya por completo. Leyó y releyó toda y cada una de las cartas y todas estaban repletas de frases románticas de Haloyuh. En la ventana había escrito "TE QUIERO" con pasta de dientes de color verde. No era lo mismo que unos fuegos artificiales de corazones, ni mucho menos, pero le pareció un detalle tan bonito y profundo que se convirtió en la declaración de amor de sus sueños. Era lo más bonito que le habían hecho en toda su vida; ni el mismísimo padre de su bebé. Haloyuh era el chico que ella necesitaba y al que siempre, consciente o inconscientemente, había deseado y amado... el chico que buscaba en todos sus sueños.

Cuando terminó de leer todo, abrió su armario de par en par, haciendo un ruido estremecedor. Las chicas estaban allí, sus palabras malsonantes de buena mañana y los sujetadores y los zapatos esparcidos por el suelo lo confirmaban. Cogió una falda corta que tenía de tres volantes amplios, uno encima de otro. Era en tonos morados, lilas y rosáceos. Después eligió una camiseta rosa de ponía "LADYKAÑA" en blanco sobre el pecho, de manga larga. Eligió unas medias rosa también y encima se puso unas medias blancas de redecilla. Para finalizar calzó unos salones de charol blanco, una boina de piel blanca y su abrigo níveo también. Ni se maquilló y a duras penas se había peinado y anduvo temblorosa por la escalera, el jardín y los terrenos. Entonces lo vio, allí, sentado en el banquito de piedra del lago.


YA STA! ATENCIÓN: el próximo será el último capítulo... me da mucha pena pero nada es para siempre... a ver qué os parece este y la subiré el último-GRACIAS OTRA VEZ-

Mrs. Malfoy