Pensando en ti
Capítulo 1.2 (muy cortito para ser un capítulo propiamente tal)
Lo malo, lo mato, lo mato. ¡Juro que lo mato si le pone una mano encima!
Maldito ascensor, ¡¿porqué tarda tanto en bajar?!... son solo 12 pisos... Vamos, vamos, baja rápido o el maldito médico benefactor de los más pobres me quitará a Shu... ¡me quitará a Shu!, pero ay de él si le pone una mano encima porque se la corto... O mejor le corto otra cosa...
Vamos Eiri, piensa con frialdad. No puedes dejarte llevar o el medicucho ese verá tu confusión y le dirá cosas a Shu al oído, y como Shu-chan es tan crédulo le creerá y me dejará y se irán a su maldita mansión en el mar Báltico.
¡2 minutos y 45!, ¿cómo un ascensor puede tardar tanto en bajar?
Piso 3...... piso 2... maldición, piso 1... ¡Por fin!
Bien, me veo estupendo, Shu me ama y no estoy fumando. Es perfecto. Soy perfecto. Shu es perfecto y ese medicucho no lo es. Tan simple como eso.
Cuando llegue abajo y lo vea y él me vea y me sonría con todo el amor del mundo y él nos mire lleno de envidia y yo ría para mí... ¿cómo deberé actuar?. ¿Deberé ser cariñoso y amable?, ¿o deberé ser frío y distante?... quizás la normalidad sea lo mejor. Y un beso. Si, no puede faltar el beso. Después lo llevo a al cama y el resto lo pensaré en ese momento, pero en ese instante preciso se necesita un beso. Si, un beso.
****
Por fin las puertas del ascensor se abren y Yuki ve lo que lo enfurece: Shuichi riendo alegremente junto a ese sujeto alto y rubio, un tanto pálido de ojos indefinibles por la distancia. Aún lleva el delantal blanco de hospital y el estetoscopio en el cuello.
Eiri acelera el paso y las puertas de vidrio se abren automáticamente. El auto negro, Shuichi y el médico. Y los segundos pasan sin que él hable. Shindo sigue riendo. El médico sigue riendo y hablando. Y Yuki sigue ahí, con la furia a punto de estallar. Entonces el sujeto fija sus ojos en él, unos profundos ojos.... ¿violetas?
--Eiri-san... –murmuró un tanto sorprendido. Shu voltea de inmediato –
--¿Yuki?, ¡Yuki!, no te había visto, gomen....
¡¿Qué no....?!
Toda sorpresa por el color de los ojos del medicucho benefactor de los más pobres desapareció ante 'tan mal intencionadas' palabras. Shu comprendió su error y tapó su boca con ambas manos y expresión aterrada.
--Quiero decir... etto, Yuki.... Yo no.... bueno... –el nerviosismo era evidente. Quizás incluso había algo de temor en esas palabras temblorosas e incoherentes.
--¿Subes o no? –cortó Eiri –Bajé a buscarte.
Sorpresa en el médico, que se había mantenido en silencio, y en el propio Shuichi, que vio, nacer una hermosa sonrisa en su propia cara.
--¡Claro!
El sujeto rubio supo que su presencia en ese momento no era recomendable. Sin hablar se dirigió a su vehículo y lo puso en marcha, sin entristecerse por el hecho de que Shindo ni siquiera hubiera notado ese movimiento.
--Ya tendremos más tiempo Shu-chan. Han pasado muchos años...
Y Yuki sonrió. Hubiera carcajeado de haber estado solo. Lo hubiera apuntado con el dedo si así lo humillaba. Le hubiera hecho el amor a Shu ahí mismo con tal de demostrar su propiedad y valía. Pero esto era mejor.
--Subamos de una vez Baka.
--¡Hai!
El pelirrosa se le colgó del brazo y, por primera vez en su vida como pareja, eso no le molestó.
--¿Cómo estuvo la gira?
--¡Estupenda!
--Me parece genial.
Y esta vez, a Yuki le pareció que el ascensor había subido demasiado rápido.
Continuará.
Notas: realmente la vanidad es mi pecado capital. Bien, me convencieron. No sé si es muy bueno este capítulo porque estoy pensando en los exámenes de cálculo y Administración de empresas que tengo mañana. Quizás la actitud graciosa del primer capítulo se perdió un poco en este, lo admito, pero de todas maneras me vencieron. Yo no iba a continuarlo.
ediciones_ryochan@hotmail.com
