Disclamer:Gravi no me pertenece.
Disculpas: Bien, este cap no indica continuidad en este fic. Lo lamento. Es unna buena idea,pero estoy mas metida con otras cosas.De todas maneras ire sacandolo de a poco. Tb disculpas por la falta de indicadores de inicio de dialogo (el típico "-") pero el editor me las borra.
Rio
Pensando en ti.
Capítulo 4.
Era extraño. Por lo general, lo normal hubiera sido que al llegar hubiera visto todas y cada una de sus cosas apiladas en un rincón cerca de la puerta, mientras el incesante sonido de las teclas del notebook llenara el departamento. Sin embargo, solo había silencio y oscuridad.
Shuichi entró en silencio, pensando que quizás a Yuki le había ganado el cansancio, y que estaría durmiendo. Sigilosamente fue hasta el dormitorio, y abrió la puerta con todo el cuidado del mundo. Para su sorpresa, no había nadie.
Yuki... ¿la casa vacía?.
Rápidamente fue al estudio. Vacío. El balcón, vacío. La cocina, vacía. Con las manos temblorosas buscó en su celular, y llamó. Un ring, dos, tres, cuatro... buzón de voz.
¿Adónde podría haber ido?... –un par de transparentes lágrimas se formaron en sus enormes ojos redondos ¡Yuki! –imágenes terroríficas y tristes llegaron a su volátil imaginación, creando accidentes, raptos, abandonos y suicidios improbables y novelescos. ¡Yuki! –y entonces cruzó su mente. ¡Hiro¡llamaré a Hiro!
El silencio reinante se rompió cuando la suave melodía del móvil comenzó a sonar. La melodía era una conocida canción de Nittle Grasper, Predilection, llenando de la suave música todo el lugar.
Hiro despertó rápidamente. Su móvil estaba personalizado para cuando Shuichi llamara, y esa era justamente su llamada.
Shu... –sin embargo, al intentar levantarse, algo pesado se lo impidió, pero sus ojos estaban nublados y la oscuridad no lo dejaba ver con claridad. Un brusco movimiento quitó su camiseta del peso, y pudo ver la maraña de cabellos rubios que descansaba sobre su pecho. –Mierda... –Eiri dormía como un muerto, haciendo cosquillas en su pecho desnudo con sus suaves respiraciones.
Bruscamente el pelirrojo se quitó al rubio de encima, comprobando lo que ya temía, estaba semidesnudo. Las manos comenzaron a temblarle cuando tomó el teléfono.
S-Shu...
¡Hiro¡Yuki no está en ninguna parte, el departamento está vacío... Nosotros, nosotros peleamos en la tarde y bueno...
Shu, tranquilo, Yuki-san está aquí, en mi departamento. –acto seguido se muerde la lengua y todo su rosario cae sobre su cabeza, maldiciendo su estúpida costumbre de ser enteramente sincero con Shindo.
...¿En tu casa?
Nosotros... nos encontramos en la calle... Se veía molesto, le dije si quería tomar algo... y bueno, a ambos se nos pasaron un poco las copas, y como estábamos cerca de mi departamento... pues...
¿Pero está bien?
…Si Shu…duerme con el sueño de los borrachos… No te preocupes…
Hiro… ¿estaba enojado conmigo verdad?
…Shu… ¿has oído el dicho "nunca dejes a aquel que te ama por alguien que te quiere"?
Los sollozos del cantante al otro lado del auricular comenzaron luego de unos segundos de tenso silencio. Mentalmente, Nakano se regañó con dureza…
"Genial Hiro, primero te acuestas con su pareja y ahora lo haces llorar" Tranquilo Shuichi, no llores… ya verás que mañana las cosas estarán bien.
¿Tú crees Hiro? –preguntó en medio del hipo.
…Claro Shu… ¿alguna vez te he mentido? –un ahogado "no" sonó por el auricular, mientras las lágrimas bajaban por las tersas mejillas tostadas del guitarrista. –Déjamelo a mí esta vez ¿ok?
Gracias…
La comunicación se cortó y el celular resbaló de las manos temblorosas del muchacho de cabello largo antes que su llanto se desatara con todo su poder. Con la frente apoyada en el suelo y sus dedos jalando su melena cobriza lloró su traición y la mentira, sentimientos que no desaparecieron cuando sintió un cuerpo cálido en su espalda que, primero se apoyaba contra él y luego lo levantaba para acunarlo en brazos fuertes y seguros, que no temblaban como su cuerpo entero hacía.
Lo siento Hiro…
Pero el daño estaba hecho. Y Yuki jamás se arrepintió tanto de haberlo causado como esa noche.
Shuichi recibió a Yuki en casa como todas las veces con su torrente de disculpas y palabrería inentendible. Eiri se limitó a tomar su barbilla y plantar en sus labios un beso profundo y lleno de extraños sabores, que el pelirrosa no pudo identificar. Era un beso significativo, sin embargo, qué tanto, Shindo no lo supo, pero sí supo que su pecho tembló ante aquél gesto. Algo no andaba bien. El escritor se veía triste y un poco pálido, por no contar la resaca con la que cargaba. ¿Habría pasado algo con Hiro¿estaría bien el guitarrista?
Su boca se abrió para preguntar, pero las palabras de su pareja se lanzaron contra él antes que nada, un poco presurosas y, casi casi culpables.
Ayer estuve con Hiro-kun… Bebimos hasta tarde y nos emborrachamos… Me contó que habías llamado tarde… Perdón por no dejar ninguna nota o algo.
Sin decir más, caminó hacia su habitación y antes de cerrar la puerta musitó un susurrado "me daré un baño, luego tomemos un café" que no habría llegado a los oídos de nadie entrenado en los murmullos del rubio, como era Shuichi.
…Claro Yuki…
El agua ya hervida y en la mesa pan y dulce. Café, azúcar, leche y miel. Silencio y culpas reunidas en una pequeña habitación blanca y azulada.
Lo siento Yuki… -dijo finalmente Shuichi con voz anormalmente seria cuando el escritor apareció en la cocina. –De veras lo siento… nunca debí dejarte solo, menos por mi hermano… Yo… yo debería haberle hecho notar que… que ya no soy un niño… que tengo otra vida… una vida… contigo…
Los ojos dorados del rubio se mantenían fijos en su pequeño baka, sin perder detalle, sin dejar escapar ninguna de las emociones tristes y dolorosas que su amante le comunicaba a través de sus eternamente sinceras palabras…
Te juro que lo lamento…
Las perladas lágrimas que cayeron hacia su pantalón azul penetraron con fuerza en el corazón de Yuki. ¿Debía ser él tan sincero como su koi¿debía contarle que él y su mejor amigo…?
Una mentira que te haga feliz, vale más que una verdad que te amargue la vida…
Yo… -comenzó –Anoche bebí mucho… y quizás dije algunas cosas que no debía… Dile a Hiro… que mejor se olvide, que nunca más lo molestaré de esa manera…
Hai…
Y bueno… -se aclaró la garganta y bebió un poco de su café para luego mirar hacia la ventana, admirando el cielo azul –Hay un buen día… Ideal para salir a pasear…
Los ojos violetas de Shuichi se iluminaron al captar la indirecta. Asunto zanjado.
¿Cierto que si?
Mientras escritor y cantante se sonreían, el móvil del segundo sonó. Shuichi lo tomó pero antes de contestar, miró el número.
Oniichan llamando.
Yuki miró el teléfono también. Esta vez no tenía conciencia ni siquiera para fruncir el ceño y resoplar de manera disimulada.
Pero la llamada nunca se contestó. Shuichi cortó la comunicación antes de comenzar siquiera y dejó el celular a un lado, yendo por su chaqueta y la de Yuki. El rubio sonrió al tomarla y rozar la mano de su pareja.
Esta vez nadie los interrumpiría.
Vaya, Shu no contestaba. Al parecer lo de la noche anterior se había agravado. Quizás no debía haber insistido tanto… La idea de revolucionar la vida de su pequeño hermano no estaba en sus planes.
Quizás me dejé llevar por la emoción de verlo… Después hablaré con él.
Con tranquilidad y sin darle más importancia al hecho de haber interrumpido la primera noche de vuelta a la ciudad de su hermano, Takato encendió un cigarro y se tendió en su cómodo sillón.
En la noche volvería a llamar… o quizás iría directamente al departamento. Shuichi no tendría problemas para atenderlo si llegaba ¿verdad, después de todo eran hermanos y llevaban años sin vernos.
Si, en la noche apareceré…
Continuará…
