Este fic viene de un reto en hpfqf de livejournal y va algo así "Draco o Harry tienen que atraer al otro a pelear de su lado utilizando cualquier medio posible"
Titulo: Egoísta
Autor: Niza74
Pareja: H/D por supuesto.
Clasificación: R (es slash y tiene relaciones un tanto descriptivas entre dos hombres, así que prosigan con cautela)
Nota: Los personajes no me pertenecen, todo Harry Potter pertenece a J.K. Rowlings y Scholastics, no se esta generando ganancias económicas con este escrito (¡por favor!)
EGOISTA
Capitulo 2
Cuando a Draco se le permitió regresar a la Mansión Malfoy después de su reunión con el Amo Tenebroso lo primero que hizo fue maldecir una y mil veces a Ginny Weasley.
¿Qué ella no sabía que esto era una guerra?, ¿Qué uno no puede andar por ahí haciendo comentarios sobre El Niño que Vivió así como así?, ¿Qué absolutamente cualquier tipo de información puede ser usada en tu contra y en específico la que ella dio a conocer?.
Draco no estaba del todo seguro por que estaba tan molesto, molesto no, lívido más bien.
Por esa absurda indiscreción por parte de la Weasley ahora Draco se encontraba en medio de una situación de locos.
Seducir a Harry Potter.
Y no solo seducirlo para una noche de pasión y ahí envenenarlo o algo, oh no. Seducirlo y además convencerlo de formar parte del bando del Señor Oscuro.
Draco sabía sus atributos y que estos eran más que obvios, pero de eso a pensar que tan solo con sus atributos podía convencer a Potter de unirse al asesino de prácticamente todos las personas más importantes para él a la fecha (Padre, Madre, padrino y contando), Draco lo dudaba mucho.
Así que lo que necesitaba era un plan, y uno que le permitiera seguir vivo cuando todo se haya ido al demonio.
Draco era muchas cosas, pero tonto no y por algo había formado parte de la casa Slytherin, y entre los atributos de los miembros de la casa de la serpiente esta el siempre pensar en tu supervivencia.
No sabia con cuanto tiempo contaba para realizar el absurdo plan de Quien Tu Sabes, pero de seguro no era mucho, El Amo Tenebroso no era conocido por su paciencia.
Con un suspiro se sentó en el escritorio de su cuarto y empezó a ojear el expediente que le entrego Su Malignidad, donde venia toda la última información que los espías habían logrado obtener sobre Potter.
Había desde una lista de su comida favorita, un aproximado de actividades realizadas diarias y un sinfín de información más que en general era bastante inútil. Realmente Draco no le veía el fin a que el Lado Oscuro supiera que Potter favorecía el uso de boxers por encima de las truzas.
Y esta información tampoco le abría a Draco la oportunidad de siquiera acercarse a Potter.
Este era prácticamente un santo, no salía de la casa que solía pertenecer a su convicto padrino de no ser para cortas visitas a la madriguera de los Weasley o a lugares indeterminados que los espías no habían podido señalar con exactitud, y estas salidas eran esporádicas y difíciles de predecir. Que de nada le hubiera servido a Draco si las pudiera predecir si no sabía a dónde se dirigía Potter cuando salía.
Esto a Draco no le dejaba mucho espacio por donde moverse, ya que para poder siquiera echarle un piropo a Potter tenia que verlo, estar en el mismo lugar que el, de seducción ya ni hablemos.
De acuerdo a esta información la única opción que tenía Draco era llegar y tocarle a la casa del padrino o a la casa de los Weasley y eso definitivamente estaba fuera de concepto, a menos que...
"Si" susurro Draco, "es la única manera".
Que tan mal se encontraba Draco que hablaba solo, pero había caído en la cuenta de cual era su única opción para acercarse a Potter.
Era un plan bastante complicado y que en realidad no aseguraba ningún éxito (no que le fuera a decir eso al Amo Tenebroso), y de entrada tampoco aseguraba un contacto con Harry en primera instancia, a la larga sería mas probable que lo vería, pero era la única opción abierta.
Draco tendría que fingir unirse a Dumbledore, ir a Hogwarts y suplicar asilo.
A Lucius esto no le iba a agradar en lo absoluto.
"Repíteme, por favor, el por que crees que avergonzar el nombre de la familia fingiendo un cambio de alianzas hará que tengas éxito en el plan encomendado a ti por el Amo Tenebroso"
Lucius estaba de espaldas a su hijo, mirando por el ventanal de su estudio y con una copa de brandy en la mano, para alguien que no lo conocía aparentaba estar comentando algo no más importante que los cambios climáticos del día.
A Draco siempre le había gustado el elegante estudio de su padre, tenia grandes libreros y cada uno de los muebles que incluía eran de bella caoba. Durante su infancia había buscado cada mínima oportunidad para entrar en este estudio y, en las ocasiones que Lucius estaba fuera en negocios, Draco incluso se había sentado en su gran sillón de piel y había fingido ser el amo de la Mansión Malfoy.
Pero en este momento hubiera sido feliz de estar en cualquier lugar menos en el estudio de Lucius, siempre que Lucius estuviera dentro de el.
Decir que su padre había tomado mal el plan de Draco era como decir que al Señor Oscuro no le caía bien Harry Potter.
Su Padre estaba que trinaba de molesto, para él el orgullo del apellido era lo más importante que había, y ni siquiera pretendiendo se debía de manchar el nombre de la familia.
Draco intento explicarse una vez más.
"Padre, es la única manera de siquiera tener la oportunidad de acercarme a Potter, y siéndote sincero aun así lo veo muy difícil. Para que este plan funcione yo tendría que ir a Dumbledore y jurarle que no quiero estar con el Amo Tenebroso. De ahí no me quedara mas que esperar la oportunidad de ver a Potter y echar a andar el plan encomendado. Tienes que entender Padre, que es la única oportunidad que tengo."
Pasaron varios minutos con un tenso silencio, Lucius no se movía del ventanal mas que para darle un sorbo al brandy que tenia en las manos.
Cuando Draco pensaba que lo mejor seria dejar solo a su padre para que lo pensara bien Lucius se dio la media vuelta y dando un suspiro dijo "Tienes razón Draco, realmente es la única manera de poder acercarte a ese mocoso y sacar adelante el plan. La realidad es que si triunfas en esto aseguraras nuestra posición en el Circulo Interno de nuestro amo"
Draco opto por no sacar a relucir que Potter y el tenían la misma edad.
"Me alegro que apruebes mi sugerencia Padre"
Lucius cruzo el estudio y se sentó detrás de su amplio escritorio en su sillón de piel y en ese momento Draco se sorprendió de ver la edad en el rostro de su padre, las presiones estaban empezando a cobrar su cuota.
"La apruebo por que nos acerca al éxito de tu encomienda, pero créeme que no me tiene nada contento los pormenores del plan, es una lástima que te tengas que someter a esta vejación. No es de extrañarse que alguien con muggles en su familia tenga ese tipo de desviaciones en sus preferencias"
Ese comentario hizo que Draco se tensara completamente pero antes de que pudiera hacer algún comentario neutral su padre siguió hablando.
"De hecho esta situación no podría estar mejor armada a nuestro favor, como es bien sabido a nuestro Amo le disgustan ese tipo de actitudes dentro de sus filas, así que podrás alegar que por eso decidiste cambiar de bando. Nadie dudara de ti Draco, digamos que la técnicas que usa el Señor Tenebroso en las personas con ese tipo de desviaciones son... bastante persuasivas."
'Oh demonios' pensó Draco, el por momentos había creído que el Señor Tenebroso se había dado cuenta de sus preferencias y que por eso lo había escogido para este proyecto. Y si no era así, bueno, simplemente jamás pensó que Quien Tu Sabes fuera un homo fóbico. ¿Qué no era suficiente su odio contra muggles y sangre sucias?
Draco no hubiera podido decir nada aunque le amenazaran con Crucio en esos momentos, pero su padre tomo su silencio como aprobación.
"Tomando en cuenta este plan habrá que darte algo muy especial"
Lucius saco de uno de los cajones de su escritorio una pequeña botella transparente, en su interior se veía un liquido verde, del verde de Slytherin, muy apropiado cuando Draco supiera lo que hacia.
"Esta es una poción en fase experimental, te permitirá controlar tus respuestas bajo el efecto del Veritaserum"
Veritaserum, claro, Draco no podía dudar que lo que menos le iban a hacer antes de siquiera ofrecerle una taza de te, sería interrogarlo bajo la droga de la verdad.
"¿Cuanto tiempo antes de la interrogación debo tomármelo para que haga efecto Padre?
"A partir de ingestión durará 24 horas en tu sistema, ni un minuto mas ni un minuto menos, así que úsalo apropiadamente Draco"
Extendiendo la mano para tomar el frasco de su Padre y agachando ligeramente la cabeza en señal de aceptación, Draco dijo "Muy bien Padre".
Dándole una ultima mirada antes de poner el frasco en la bolsa de su túnica no pudo evitar pensar que ese tono de verde también era idéntico al color de ojos de Potter.
Empacar una maleta con su ropa preferida y algunos objetos personales no les tomo mucho tiempo a los elfos domésticos, Draco sabía que no se podía llevar mucho si es que quería aparentar una huída rápida de la Mansión Malfoy.
Pero esto no significaba que a Draco no le molestaba dejar algunas de sus cosas más preciadas, su colección de libros (que ocupaban un librero enorme a un costado de su nada pequeña habitación), su colección de escobas que empezó con la Nimbus 2001 que su padre le había comprado al inicio de su segundo año en Hogwarts, iguales a las que le compro al resto del equipo cuando supo que Draco había obtenido la posición de Buscador.
Aún le molestaba que la gente había creído que su padre había comprado su lugar en el equipo.
El era un buen Buscador y se había ganado su posición en el equipo de Quiditch de Slytherin con su talento únicamente, había ganado cada partido que había jugado. Claro, exceptuando los jugados contra Potter, pero ¿quién podía decir que le había ganado a Harry Potter en sus siete años en Hogwarts? Y por supuesto que no contaba el que Potter se estuviera cayendo de la escoba cuando ganaste (como le sucedió a Diggory), aunque a Draco le hubiera gustado ganar aunque fuera de esa manera.
Pero este no era el momento para hundirse en el recuerdo de tiempos pasados y glorias frustradas, tenía un trabajo que hacer y no iba a ganar nada con quedarse parado añorando.
Y tal vez, si hacía bien lo que Quien No Debe Ser Nombrado le había mandado, podría obtener alguna sensación de triunfo sobre Potter.
Dándole una última mirada a su cuarto y pensando ligeramente que no tenía idea cuando podría regresar a su habitación, saco su varita de su antebrazo derecho (donde siempre la guardaba) y puso un encantamiento reductor en su maleta y se la guardo en el bolsillo, retornando su varita una vez más a su antebrazo.
Sacando la botella de la bolsa de su túnica observo por unos segundo el liquido que contenía, admirando la extraña tonalidad de verde que parecía centellear.
Dando un suspiro destapo la botella y de un trago se tomo el contenido de la botella.
Espero unos segundos a ver si sentía algún efecto secundario extraño, pero no sintió nada.
No había tiempo que perder. Tomo su escoba mas nueva, una Firebolt XP que acaba de comprar el mes pasado, abrió los ventanales que daban al balcón de su cuarto, se monto en su escoba y emprendió el vuelo saliendo por el balcón.
No le dio ni una mirada atrás a los terrenos Malfoy.
Draco jamás había volado a Hogwarts, siempre había ido por medio del Expreso de Hogwarts, así que realmente no sabía lo cansado que sería recorrer la larga distancia en escoba.
Para cuando llego a las escalinatas del Colegio le dolían todos los músculos y los huesos, lo único que quería en ese momento era sentarse.
Antes de que siquiera pudiera tocar las puertas de Hogwarts estas se abrieron y Draco se encontró de frente con la imponente figura de la Profesora McGonagall. No pudo evitar sentirse de 11 años otra vez y como si lo hubiera agarrado haciendo una travesura.
"Señor Malfoy" No era nada agradable la expresión en la Profesora, y eso sin duda tenía que ver con el hecho de que a ella nunca le había caído bien.
"A que debemos este inesperado... placer de su visita"
Esta bien que Draco se podía considerar hasta cierto punto el enemigo, pero el trato dejaba mucho que desear, de todas formas había llegado el momento de actuar.
Poniendo la cara más sincera que tenía en su arsenal (que en realidad no era tan sincera), Draco se hecho de lleno al plan.
"Profesora, buenas tardes. Yo se que mi llegada le cae de sorpresa, pero es imperativo que vea al Profesor Dumbledore, ¡lo antes posible!"
Draco sintió que le puso el adecuado tono de urgencia y desesperación a su voz, sabía que McGonagall no era ninguna tonta, pero si jugaba bien sus cartas al menos ante Dumbledore si lo llevaría.
La Profesora lo observo de arriba abajo, como analizándolo y calculando su peligrosidad.
"Señor Malfoy, esta usted conciente de que esta no es la manera de pedir una audiencia con el Profesor Dumbledore, el es un hombre muy ocupado y..."
"Pero Profesora McGonagall, usted no entiende, ¡este es un caso de vida o muerte!" Interrumpirla era un truco peligroso, pero podía darle el impacto que requería para que le creyera.
Antes de que la estricta Profesora pudiera contestarle, una figura se acerco de tras de ella.
"Señor Malfoy, buenas tardes"
Era Albus Dumbledore en todo su esplendor.
Si a alguien estaba seguro de convencer Draco era al anciano profesor, todo mundo sabía que tenía corazón de pollo.
"Buenas Tardes Profesor Dumbledore, disculpe la molestia. Si pudiera darme unos minutos de su tiempo, es imperante que me escuche"
Era de todos conocido que el Amo Tenebroso solo temía a Albus Dumbledore y eso era algo que francamente Draco nunca pudo entender... hasta ese momento.
El Profesor lo veía desde el escalón más alto, lo cual lo hacia sentirse sumamente pequeño e insignificante, sus brillantes ojos azules parecían pelar cada una de las barreras de protección y engaño que Draco había armado a su alrededor, en esa normalmente benevolente mirada vio una voluntad de hierro y una perspicacia nada común.
Justo cuando Draco estaba apunto de dar la vuelta y salir corriendo (más bien volando ya que tenia todavía su escoba fuertemente agarrada en la mano) el anciano mago sonrió y airadamente le dijo "Por supuesto joven Malfoy, pase usted, a mi se me apetece en estos momentos un rica taza de café, ¿a usted no?. Que le parece si me acompaña a mi despacho y ahí podremos hablar más acerca de este asunto de vida o muerte, ¿Qué le parece?"
Mientras le decía todo esto Draco se vio guiado al interior del Colegio y se sintió sumamente confundido, ya que de la visión imponente y poderosa de las escaleras ya no quedaba ni un vestigio, empezó a pensar que tal vez había sido una visión inducida por el cansancio de volar y el estrés al que estaba sometido con esta estúpida misión.
"Muchas gracias Minerva, yo tomaré las cosas desde aquí."
De pasada Draco vio que la Profesora solo fruncía el seño, daba la media vuelta y se iba hacía el otro lado.
"Espero que no tome mal a la Profesora McGonagall por su reticencia a dejarlo entrar Sr. Malfoy, como usted podrá imaginar hay barreras muy poderosas que protegen al castillo de incursiones agresivas, para que una persona que no sea miembro de la Facultad o alumno del Colegio pueda entrar al castillo tiene que ser invitado ya sea por mi o por la Profesora McGonagall en calidad de Subdirectora del mismo"
Las cejas de Draco se alzaron, no podía creer que Dumbledore le estuviera diciendo todo esto, era casi como si quisiera decirle que al dejarlo entrar ya era muestra de su confianza.
Draco se vio librado de contestar de alguna manera a los comentarios del viejo mago por que en ese momento llegaron a la Gárgola de la entrada al despacho del Profesor.
"Ah, ya estamos aquí, 'Cucaracha de Chocolate', ¿deliciosas no crees?"
Draco decidió no contestar y se paro junto a Dumbledore en el escalón que se descubrió al retirarse la Gárgola, que automáticamente empezó a subir hacía el despacho.
Una vez ahí el Profesor le ofreció que se sentará en un mullido sillón frente a su escritorio, lo cuál agradeció Draco profusamente en su mente, realmente estaba agotado.
Tomando asiento detrás de su escritorio el Profesor Dumbledore se volvió toda seriedad.
"Muy bien Sr. Malfoy, dígame que lo trae por aquí a nuestras humildes instalaciones"
Tomando un suspiro Draco procedió a contarle la historia prefabricada, como su Padre se había enterado de sus... inusuales preferencias en parejas amorosas y que le había dicho exactamente que tipo de tratos recibían las personas como el por parte de Quien Tu Sabes. Le dijo que su Padre había estado muy decepcionado al saber que su hijo ya no podría servir al Señor Oscuro como el esperaba y que era una lástima el sufrimiento que Draco seguramente iba a pasar a manos del mismo.
Como el, Draco, desesperado y sin saber a donde ir para salvarse de la furia del Señor Tenebroso, había pensado en el, Albus Dumbledore, como la única persona que podría ofrecerle un santuario de protección ante destino tan letal.
Como al sentir dirigido a él el odio y discriminación injusta por parte del Señor Tenebroso ,y más sobre algo en lo que Draco no tenia ningún control (como era hacía quien se siente atraído) no tenía por demás que reanalizar su posición contra muggles y media-sangres ya que ellos por igual eran amenazados por algo que no pueden evitar.
Mientras Draco hablaba se sorprendía un poco de realmente estar de acuerdo en algunos puntos de su historia, pero decidió no pensar mucho en ello, tenía que hacer un trabajo y de este no se podía librar, pensara lo que pensara.
Durante la oratoria de Draco el anciano profesor se había ocupado en conjurar té para dos junto con unas galletitas que se veían realmente deliciosas.
Al terminar Draco, por demás agradecido le dio un sorbo a su té para poder aliviar su seca garganta después de tanto hablar y le hecho una miradita hambrienta a las galletas.
"Por favor Draco, ¿te molesta si te llamo Draco?, toma todas las galletas que gustes. Así que estas experimentando de primera mano las ideas irracionales de Lord Voldemort en cuanto a propiedad y correcto desempeño de un mago".
Le costo un poco contestar a la pregunta con la boca llena de galleta, pero Dumbledore pareció entender el sonido que emitió Draco como afirmativo a su solicitud y comentario.
"Muy bien Draco, me parece muy válida tu preocupación y tu solicitud, y yo estoy en la mejor disposición de recibirte en nuestra lucha contra el lado Oscuro, realmente necesitamos a magos tan capaces y poderosos como tu, pero también entenderás que por mi parte ponga una pequeña condición antes de extenderte mi protección y apoyo".
Ya satisfecho de té y galletas y sintiéndose un poco más centrado, Draco asintió con la cabeza.
"Por supuesto Profesor, se que a algún tipo de prueba seré sometido para garantizar mi sinceridad y estoy dispuesto a hacer lo que usted me pida".
"Perfecto Draco, lo único que requeriré será una pequeña sesión de preguntas durante la cual te encontraras debajo de lo efectos de Veritaserum. Te doy mi palabra de que mis preguntas solo serán con respecto al tema de tus razones para estar aquí y el querer unirte al Lado de la Luz".
Exactamente lo que Draco esperaba, lucho para que la sonrisa que quería salir no se mostrará en su cara. Y en muy buen tiempo, todavía le quedaban varias horas de efecto de la poción que se había tomado antes de salir de la Mansión Malfoy.
"Lo que usted decida Profesor yo acepto y confío en que sus preguntas serán las concernientes al asunto que nos compete en estos momentos".
"Muy bien Draco" Dumbledore abrió un cajón de su escritorio y saco un pequeño frasco con un liquido transparente y, Draco sabia, inodoro.
"¿Me permites tu taza Draco?, con un par de gotas es más que suficiente para una sesión de una hora"
Draco recibió la taza de té drogada y se tomó el contenido de un trago, no era necesario retrasar lo inevitable.
Dejo la taza en la orilla del escritorio y se recargo en la silla, empezando a sentir los efectos del Veritaserum.
Una maravillosa sensación empezó a recorrer todo su cuerpo, se empezó a sentir completamente desconectado de todo lo que le rodeaba.
Oía una voz ,–Dumbledore- una parte razonable de si le dijo, y la ligera noción de que otra parte de su ser era la que tenía control de su boca, pero realmente no importaba.
Esto era lo mejor que se había sentido en su vida, se sentía libre, sin cargas, sin compromisos, sin obligaciones, sin fachadas que poner.
De entre el suave algodón en el que su conciente parecía flotar en ese momento le llegaban algunas palabras, tanto habladas por la otra persona así como por el, pero pasaban tan rápido y eran tan poco trascendentales, que se escapaban de su comprensión, como mariposas de verano.
Y como mariposas esas palabras tenían colores, y estas revoloteaban a su alrededor, casi todas eran negras como la desesperación y el odio, o rojas como la pasión y lo inevitable, y había muchos colores más que lo hacían sentir obligado, frustrado y acorralado.
Hasta que una mariposa hermosa empezó a revolotear a su alrededor, ahuyentando a las demás, era de un color verde esmeralda y Draco, en su intoxicación, extendió la mano, ofreciéndosela a ese bello animal para que se posara en sus dedos.
Justo cuando la mariposa toco sus dedos la palabra fue clara para su mente Potter.
Sin saber por que y solo sintiéndose contento y a gusto (todas las demás mariposas se habían ido), por fin se dejo llevar.
Draco, sentando en frente de Dumbledore con los ojos cerrados y la mano extendida, sonrió.
N/A. Me sorprendí de que una vez que empecé a escribir este capítulo lo rápido que quedó listo. Y la parte de las mariposas se me ocurrió en la madrugada, se los juro que estaba durmiendo plácidamente y de repente me desperté y la idea simplemente broto de mi cabeza, a esa hora me pare y anote todo en una servilleta (en mi casa no tengo computadora, solo en el trabajo) y pues aquí esta. Creo que refleja muy bien lo que alguien drogado llega a experimentar.
Una buena noticia, el tercer capítulo esta casi terminado y lo daré de alta pronto.
