3.- La estrella de la tarde
La flama danzaba al ritmo que el viento le imponía amenazando con extinguir su luz, poco después una hermosa barrera de vidrio le protegió, las sombras danzantes al ritmo impuesto, se fijaron en la pared.
Acerco la vela en el quinqué a la cara del rubio, observando detenidamente el rostro dormido alzo el quinqué mirando los cuadros del salón de banquete. Las pinturas se veían un poco mas tétricas de lo usual, la luz amarillenta y débil de la vela conseguía ese hermoso efecto. Envolvió al muchacho rubio cargándolo suavemente, con habilidad tomo el quinqué con un par de dedos, perdiéndose en los laberintos del castillo.
ô.o
Hyoga al despertar vio unas estrellas pintadas en el techo de la habitación, brillaban blancas pese a la débil luz de vela a su lado, había una en el centro que parecía ser ligeramente mas grande que las demás, conforme recorría al techo llego a las paredes, en lo mas alto encontró unas hermosas letras bellamente grabadas en madera, no podía leerlas, no porque no supiera leer sino porque era la primera ves que las veía.
-Eso es elfico - dijo una voz seca aun lado suyo, volvió la mirada rápidamente Hyoga encontró a un hombre sentado, las piernas cruzadas y ligeramente inclinado, sus ojos verdes clavados en la única ventana, su cabello entre rubio entre plateado caía suavemente en sus hombros, desaliñados. Su ropaje se parecía muchisimo a la de Frey, mas estas parecían mas gastadas y viejas -y solo los elfos enseñan a leer esa basura -dijo socarronamente volviéndose al rubio
-No vuelvas a caminar solo por este castillo solo otra ves - le reprocho suavemente
Simiente instante la puerta se abrió, Frey entro pausadamente y en gran silencio, aquel hombre volvió su mirada al recién llegado, sonriendo muy disimuladamente, casi de inmediato quien parecía devolverle el gesto con una sonrisa mas abierta y alegre
-Gracias Loki - dijo suavemente acercándose al muchacho - Im veren le gevedi° - hablo el hombre con un acento muy raro, como si tuviera miedo de equivocarse con las palabras y su pronunciación, Frey aguanto la ganas de reír, se reclino sobre el rubio verificando con una mano en la frente su temperatura - Guren linna gen cened° -Volvió a pronunciar un poco mas seguro, poniéndose de pie, suspirar y al parecer ocultar un cierto nerviosismo.
Hyoga le vio sudar, mas al parecer Frey estaba mas interesando en revisar la buena salud del rubio que prestar oído a las palabras de Loki.
- Nin henial°-dijo una ultima ves, frunciendo el ceño al no ver respuesta, camino hasta la puerta de la habitación ¿que mas debo hacer¡Estoy hartó - grito con cierto tono de hastió antes de salir y cerrar la puerta con un sonoro portazo.
z.z
¿Por qué hizo eso- pregunto Shun dejando la taza de chocolate en la mesa, miraba atentamente como Frey preparaba varios bocadillos en la silenciosa cocina arrullada solo por el sonido de su propia voz
-Hay cosas que si te explico Shun de Andrómeda - sonrío entregándole uno - acabaré el cuento mas pronto, son cosas que se resolverán conforme avance el cuento.
-Y los podrías tener años en ascuas - dijo una voz detrás de una esquina, un hombre alto de ojos verdes con cabellos rubios casi platinados usando un atuendo casi negro, un azul tan profundo que enmarcaba la blancura de la piel del hombre, Loki uno de los compañeros de Frey -me encontré este santo de Athena afuera - dijo rápidamente antes de que Frey pudiera alegar algo, acto seguido hizo aparecer al rubio detrás de sus ropas, como si lo hubiese estado ocultado para un truco que se vio recompensado con la sonrisa de Frey
-Hyoga siéntate unos momentos con nosotros - le pidió amablemente
-No muchas gracias - contesto el aludido.
Loki simplemente torció una ceja y jaló a Hyoga hasta un asiento junto a Shun y lo sentó, poco después trajo una silla para servir de vigía al rubio, tanto Shun como Frey solo rieron.
Se repartieron los bocadillos y se sirvió mas chocolate caliente.
La bella sonrisa que desplegaba Shun en esa única luz de la cocina, le hicieron olvidar su coraje con los guerreros de Odin, Hyoga tomo la taza y la bebió lentamente simulando que sus ojos estaban cerrando cuando en realidad miraban a Shun sonreír.
¿Y bien-preguntó primero el recién llegado ¿Vas a continuar o la resumo yo?
-No - nego suavemente Frey
-Genial - se cruzo de brazos Loki -Bien rubiecito, cuéntale a Frey tus penas, el no dirá nada mas hasta que sepa porque estabas allá afuera
Hyoga se atasco con el chocolate y comenzó a toser, Shun se acerco un preocupado, este le alejo suavemente no queriendo que tuviese una mala impresión de él. Bebió un poco mas de chocolate.
-No podía dormir - contesto secamente
-No te pregunto porque estabas despierto - corrigió Loki devorando uno de los bocadillos - sino ¿qué hacías afuera del castillo?
- yo...- suspiro largamente - no podía dormir, trataba de conciliar el sueño y de repente escuche una hermosa voz que cantaba - Loki miro preocupado a Frey al oír estas palabras, luego a un desconcertado Shun -no entendía lo que decía, y decidí seguirla
-Este castillo esta lleno de viejas historias - comento el hombre terminando el chocolate ¿podrás con ellos dos- pregunto con una gran sonrisa estirando su mano para robarle el último trozo de un bocadillo a Frey que solo alcanzo a fruncir el ceño en señal de protesta -Los veo después - se alejo desapareciendo por la misma puerta por la que había llegado.
¿Sabe que escucho Hyoga esta noche- pregunto inocente Shun acercando su taza por un poco mas de chocolate.
-Posiblemente escucho a un elfo cantar - contesto Frey casi a manera de burla - este castillo tiene varios cientos de años de edad, se le adjudican millones de historias y cientos de leyendas
Hyoga se giro para no oír las palabras de su anfitrión, mas escucho claramente las palabras de Shun pidiendo a Frey una explicación, se volvió lentamente, la fascinación de Shun a cada palabra del consejero le hacían poner una cara a la cual Hyoga quedo fascinado, mas que embelesado se dejo llevar por la admiracion del rostro angelical.
o.ô
Undómiel - repitió Hyoga mas de una vez, mientras miraba el caer de la tarde, entonces tal y como le habían contado, apareció
La estrella de la tarde, la primera estrella en aparecer, la estrella que según le había contado Frey, era la estrella mas amada de los elfos. Toda su infancia lo había escuchado de labios de su amigo y mayordomo de su tío, todos los días presenciaba el aparecer de esta estrella sin mucho cuidado, como si fuera otra estrella.
Pero hoy, la veía con otros ojos.
Quizá los elfos la veían ahora, quizá le cantaban desde alguna parte del bosque, y hasta quizàalgunos celebraran su aparición.
En las cercanías del bosque una silueta distinguió, agudizo lo mejor que pudo la vista, distinguió un abrigo de piel desgastado y unas botas del mismo material, el color de su cabello era inconfundible. Sin esperar corrió prontamente a la puerta del castillo y corrió y corrió tan rápido como pudo hasta los linderos del bosque esperando encontrar a ese ser, al elfo que había visto un día antes de llegar al castillo.
Pero no estaba, no se le veía en la cercanía. Su instinto de explorador inculcado por su tío le dijo que observara el terreno a su alrededor, con cuidado descubrió huellas de varios animalitos del bosque que pudo identificar fácilmente. Entra ellas unas huellas frescas de unas botas hechas con piel y atadas cuidadosamente.
Las siguió por algunos minutos mientras la luz del ocaso se lo permitió, al darse cuenta se vio en el bosque, algo desorientado, no había sido lo suficientemente precavido como sus otros maestros le había dicho.
Conservo la calma, tratando de no entrar en pánico. Unas risas atrajeron su atención, había unas diminutas luces las cuales le sirvieron de guía en un bosque que obscurecía a cada instante rodeándolo de sonidos extraños y nuevos para él.
En un claro del bosque encontró varias lamparas colgadas, una fogata en el centro y una mesa con alimentos del bosque preparados cuidadosamente, también tenia varios tarros llenos con espumante cerveza. Le pareció extraño que estuviese desierto el lugar, un ciervo era asado en la fogata, el barril de cerveza aun goteaba, era como si todo lo hubiesen dejado apenas un instante antes de que Hyoga llegara.
-Buenas noches - hablo esperando una respuesta. -Estoy perdido, me pueden ayudar -volvió a decir, el silencio del bosque le abrumo un poco, su estomago le recordó que ya era la hora de cenar.
Camino curioso hacia la mesa, le parecieron apetecibles los alimentos, tomo un pan y devoro ansiosamente, tomo una cerveza y la debió gustosamente. Nunca antes en su vida había probado un pan tan sabroso una cerveza tan deliciosa como esa.
Escuho cuchicheos detrás de unos arbustos, se volvió. Allí estaba de nuevo el chico de ayer en larde, usando el mismo abrigo de piel, el mismo blusón azul, las mismas botas. Aquel que parecía un joven elfo de cabellos verdes.
-Buenas noches - hablo después de un rato de observar al hermoso chico- estoy perdido, tenia hambre y yo... - trato de explicarse, mas al ver al chico caminar hacia las palabras se ahogaron en su garganta
¿Eres un elfo- pregunto al rubio tocando los cabellos dorados de Hyoga, sin duda alguna este joven jamas en su vida habia visto alguien parecido, de cabellos dorados y ojos azules.
-no - contesto Hyoga sin apartar la vista del hermoso chico de ojos verdes, era tan bello su rostro ¿tu lo eres-pregunto embobado
-Si no eres un elfo - dijo una alegre voz saliendo detrás de los arboles - será mejor que te quedes a cenar con nosotros y pases la noche aquí, vamos Shun sírvele mas cerveza a nuestro no elfo
Shun sonrío y tomo el tarro de Hyoga que inconscientemente aun traía en su mano.
°Estoy feliz de reunirme contigo
°Mi corazón canta al verte
°¿me entiendes?
Gen annon meleth nîn Te entregue mi amor - esta solo va por cultura, la iba a usar pero... cambie de opinión
