Hola de nuevo , muchas gracias por el animo, de antemano disculpen por la gran demora lo que pasa es que estaba actualizando fics de mo otro login y por eso descuide este , gomen!.

Declaimer: Como sabran ni Sano, Misao ni muchos menos Aoshi y Cia. me pertenecen T...T, como tampoco esta historia.


Capítulo 4

"Casarme con Enish".

Aoshi lanzó el hacha contra el tronco y lo partió de un solo golpe. Recogió las astillas y las arrojó al montón. Llevaba una hora cortando leña, bajo el sol del mediodía, y el sudor le cubría el cuerpo. Pero no pensaba parar hasta que estuviese tan agotado que pudiera olvidar las palabras de Misao de la noche anterior.

"Casarme con Enish".

Imposible olvidarlas. Las palabras lo habían acosado como un coyote hambriento durante toda la noche y la mañana siguiente. Pero¿por qué lo preocupaba tanto que Misao se casara? Ella lo había abandonado cuatro años antes para iniciar otra vida. Y él lo había superado.

Sí, lo había superado… Hasta que el día anterior entró en la casa y vio a Misao en la cocina, con el elegante vestido manchado de harina y cenizas. Algunos rizos se le habían escapado del recogido y le caían a ambos lados del rostro, ofreciendo un atisbo de la mujer que había sido y a la que él tanto había amado.

Si se hubiera quedado envuelta en sus encajes y sedas, protegida tras el muro de hielo que había levantado, tal vez no lo hubiera afectado. Pero no había sido así.

La Misao de siempre se dejaba ver.

Y él la deseaba.

Colocó otro leño en el travesaño y elevó el hacha por encima de la cabeza. Entonces oyó unos pasos que se acercaban por detrás.

¿De verdad crees que vas a necesitar tanta leña este verano? -le preguntó Okina, sonriendo. Se metió la mano en bolsillo de la camisa y sacó su petaca-. Si la memoria no me falla, creo que en julio y agosto hace bastante calor por aquí.


Aoshi lanzó el hacha contra el leño.

¿Qué quieres, viejo?


-Estás muy susceptible hoy
-dijo Okina riendo.

¿Y qué? -espetó, secándose el sudor de la frente con el dorso de la mano.

-Ayer estabas de buen humor cuando fuiste al pueblo.


-Eso fue ayer.

El viejo esparció tabaco en papel de fumar y lo enrolló hábilmente en un cigarrillo.
-Antes de que volvieras a ver a la señorita Misao Makimachi.

-Mi malhumor no tiene nada que ver con ella.

Okina soltó una carcajada.

-Claro… y los cerdos pueden volar. Ninguno de los hombres pudo dormir anoche. Misao Makimachi es tan guapa que podría tentar al mismo diablo. Siempre lo fue y siempre lo será. Demonios, si yo fuera 20 años más joven también estaría hechizado.

Aoshi arrojó el hacha a un lado y agarró su camisa, que estaba colgada en un clavo. Se secó el sudor de la frente y del pecho.

-Reconozco que es una mujer atractiva.

-Condenadamente atractiva -murmuró Okina.

Irritado, Aoshi se puso la camisa.

¿Qué te ha pasado, viejo?

-Puede que sea viejo, pero no estoy muerto -dijo Okina riendo.

Aoshi esbozó una sonrisa, pero su buen humor se desvaneció enseguida.

-Ha cambiado.

-Tal vez sus ropas sean más elegantes, pero la chica que vi en la cocina era la misma Missi que galopaba a pelo por las praderas.

Aoshi cerró los ojos y rememoró los recuerdos. Llevaba menos de un mes en Upton cuando la vio por primera vez, montando un poni por el valle que separaba ambas tierras. Era como un potro salvaje, llena de fuerza y vida.

-Siempre pensé que volvería.

-Todos lo pensábamos -confirmó Okina-. Pero reconozco que su madre sabía lo que hacía cuando la mandó al este. Cualquiera de esos novatos podría haberla cazado, y ya sabes lo leal que es Misao con su familia.


-Es una mujer adulta. Sus padres están muertos. Ya puede tomar sus propias decisiones.


-La familia es algo muy poderoso, Aoshi. No la subestimes.


¿Cómo puedo luchar contra algo que no entiendo?


Okina encendió una cerilla y prendió el extremo del cigarrillo. Una espiral de humo se elevó alrededor de su cabeza.

-Tal y como yo lo veo, Misao Makimachi te debe trece días más de cocina. Eso es tiempo suficiente.


-Me dijo ayer que iba a regresar a Virginia para casarse con un tipo llamado Enish.

Okina soltó un bufido.

-Misao es parte de Texas. En el este se marchitaría y moriría. Y sé que no podría amar a ningún dandy de la ciudad.

¿Por qué no vino antes¿Por qué no escribió? Una simple carta hubiera bastado para mantener mi esperanza.

Okina miró fijamente la punta del cigarrillo.

¿Alguna vez has pensado en preguntárselo?

-No.

-Tal vez tengas razón. No necesitas un problema como Misao.


-En efecto -
dijo Aoshi, con un nudo en la garganta.


¿Por qué no vas a darte un chapuzón en el estanque? Siempre te ha gustado ese lugar
.

Aoshi dejó escapar un suspiro.

-Tienes razón.

Decidido a apartar a Misao de sus pensamientos, se colgó la camisa al hombro y se dirigió hacia el sendero que bajaba hasta el arroyo. El estanque rebosaba de agua fría y cristalina, pero a mediados de julio estaría completamente seco.

Las embarradas orillas estaban protegidas por altos y espesos arbustos, lo cual era perfecto para el estado de ánimo de Aoshi. Lo último que quería en esos momentos era conversación.

Se quitó las botas y los pantalones, dejó que la suave brisa le acariciara la piel ardiente y se zambulló en el agua.

Durante unos momentos, se mantuvo bajo la superficie, deleitándose con el manto helado que lo envolvía.

Cuando volvió a emerger, oyó el chillido de una mujer.

Se volvió y vio a Misao, completamente desnuda, en la otra ribera del estanque. Debía de haber llegado mientras él estaba bajo el agua. Tenía la atención fija en la orilla, como si temiera que alguien apareciera de un momento a otro. No sabía que él estaba detrás de ella.

Una lenta sonrisa curvó los labios de Aoshi.

Su trasero era tan blanco como la luna y tan bien contorneado como un sabroso fruto. Vio la silueta de sus generosos pechos cuando ella levantó los brazos para soltarse el pelo. Los exuberantes rizos cayeron sobre los hombros, antes de que hundiera la cabeza en el agua.

Incluso en el agua fría, Aoshi tuvo una rápida y dolorosa erección. ¿Era aquello una maldición o una bendición de los dioses?

Esperó hasta que ella se irguió y se echó para atrás el pelo, y entonces le habló.

-Buenas tardes.


Notas: Espero que el capi aunque corto haya sido de su agrado, empezare a actualizar mas seguido y de nuevo disculpen la demora,Muchas gracias por sus reviews y animos, quisera detenerme a agradecer a cada uno como se merece pero me informaron que han estado quitando los fics por ese motivo entre otros, pero de todos modos:

Gracias a:

Hikaru, Gaby Hyatt, Alcione chan, Kyla-chan y Jane.

Arigatou por sus reviews!

Se despide: Crystal dono o Crystal-Darling