Todos los chicos antes mencionados, excepto Hao se quedaban siempre en un pequeño jardín fuera de la escuela. Estaban comiendo y haciendo una que otra payasada. Y como Len era un chico serio, siempre se quedaba alejado de ellos.

De repente se ve llegar a una chica. Ésta tenía el pelo largo, debajo de su cintura, y era de color azul celeste, al igual que sus ojos. Tenía una banda en la cabeza, como si fuera una diadema. Esta chica era la hermana de Horo Horo: Pilika.

¡Hola- dijeron los chicos saludándola.

¡Hola hermanita- dijo Horo Horo levantándose.

¡Hola hermano¡Hola chicos- dijo Pilika también saludándolos.

-Siéntate- dijo Horo Horo ofreciéndole lugar a su hermanita.

-Gracias hermano- dijo Pilika sentándose.

Y así siguieron platicando, hasta que llega Hao.

-Ya era hora de que llegaras- dijo Yoh.

-Estaba por ahí con algunos problemillas- dijo Hao.

-Eso quiere decir que estabas en la dirección¿no es así- dijo Len con sarcasmo.

-Claro, como siempre- dijo Horo Horo siguiendo con el sarcasmo de Len.

-Olvídenlo- dijo Hao.

Hao nota la presencia de Pilika, y se le acerca, según él para coquetear, aunque más bien era para molestar a Horo, y a otra persona.

¡Hola- dijo Hao a Pilika.

-Hola Hao- dijo Pilika, aunque no tan entusiasmada.

-Te ves muy linda hoy- dijo Hao.

-Gracias- dijo algo sonrojada.

Horo Horo andaba muy distraído, pero notó cuando Hao le dijo eso a su hermanita.

¡Déjala en paz Hao- gritó Horo enojado.

-Pero no le he hecho nada malo a tu linda y encantadora hermana¿o sí- dijo Hao.

Horo Horo se enojó más y empezó a correr tras Hao. Todos se les quedaban viendo con cara de gracias, pues eso ocurría muy seguido. Mientras tanto, Pilika empieza a platicar con Anna, Tamao y Jeanne. Aunque Len seguía con su misma actitud, aunque parecía estar muy atento a lo que decía Pilika. Al terminar el descanso, todos se van a sus respectivos salones. Y las clases transcurren normal. Ese día salieron temprano, pues la directora había reunido a los maestros para una junta.

Al salir se quedaron en la entrada para esperar a algunas personas. Ese instituto era muy grande, y tenía primaria, secundaria y preparatoria, pero cada sección a parte, y no se les permitía entrar a otra que no fuera la suya.

¡Hola hermanos- dijo una pequeña niña de pelo castaño, y llevaba en su cabeza unas orejeras rosas. Esta niña tenía ocho años, iba en tercero de primaria en el mismo instituto y era hermana de los gemelos Asakura. Esta niña se llamaba Milly.

¡Hola Milly- dijeron Yoh y Hao al unísono.

Un rato después sale Pilika.

¡Hola hermanita- le dijo Horo a su hermana mientras cargaba su mochila.

¡Hola hermano! Gracias. ¿Cómo te fue- le decía Pilika a su hermano.

-Muy bien¿y a ti- preguntó el peliazul.

-También- siguió Pilika.

Y así siguieron platicando los hermanos del norte.

¡Hola Len- dijo una chica dándole un beso en la mejilla a Len. Esta tenía el pelo verde, y lo tenía amarrado por unos broches. Ésta iba en cuarto semestre de preparatoria, claro, en el mismo instituto. Su nombre era Jun. Y era la hermana de Len Tao.

-Ya te dije que no hicieras eso hermana- dijo Len limpiando su mejilla.

Ese fin de semana se iban a ir de campamento, e iban a ir por Manta Oyamada. Un chico de la misma edad que Yoh; iba en su escuela y fue su primer amigo ahí. Sólo que ese día no pudo asistir porque estaba enfermo. Manta tenía la estatura de Milly, a pesar de su edad. Era muy inteligente, y rubio, pero tenía una cabezota.

En fin, todos fueron hacia sus casas para hacer sus maletas. Se iban a quedar en una cabaña donde cabían todos cómodamente. Esa cabaña estaba cerca del bosque donde también estaba un río muy hermoso que querían conocer.

Al llegar a sus casas, empacaron todo lo necesario, y se despidieron de su familia. Milly, la hermana de los gemelos y Jun, la hermana de Len, no pudieron ir. Milly porque aún era muy pequeña, y Jun, porque no quería dejar sólo a su novio Lee Bruce Long, un chico que Jun había conocido desde la infancia. Cuando fueron por Manta, este demoró un poco, pero lograron llegar a la cabaña sin problemas. Al llegar, apartaron rápidamente sus habitaciones. Faltaba un mes para que los mayores se graduaran de la secundaria, pero como Manta y Chokolove se irían a estudiar al extranjero, querían pasar aunque fuera un fin de semana juntos unos momentos agradables. Cuando terminaron de acomodar sus cosas ya era muy tarde y bajaron a la sala para entretenerse un rato. Len, como siempre estaba alejado de los demás, decidió salir a dar una vuelta por el bosque para entrenar, pues él era experto en artes marciales.

¡Yo también quiero salir- gritaba Pilika jaloneando a su hermano.

-Después- le decía Horo.

Casi todos estaban entretenidos viendo la TV, excepto por Pilika y Manta.

-Si quieres yo te acompaño Pilika- empezó a decir Manta.

¿En serio- le preguntó Pilika dejando de jalonear a su hermano.

-Sí- continuó.

-Está bien- dijo alegremente Pilika –Hermano¿no te importa...

-Adelante, ve- interrumpió Horo.

¡Gracias- gritó Pilika emocionada, y se despidió de Horo con un beso en la mejilla.

¡no te preocupes, todo estará bien aquí- le gritó Horo antes de que Pilika se fuera.

Al salir se fueron por un pequeño sendero que daba hacia una cascada, pues la cabaña estaba en lo alto, tuvieron que subir para llegar hasta ella. Todos estaban muy cansados para ir a dar un paseo, claro, excepto Len, Pilika y Manta. Pero ese fin de semana iban a descansar mucho, pues no llevaban con ellos a ningún adulto. Estaban a punto de llegar a la punta de la cascada, cuando de repente se le escucha estornudar mucho a Manta, pues aún seguía enfermo.

-Perdón Pilika- dijo Manta limpiándose la nariz.

-No te preocupes. Si quieres regresamos- dijo algo triste.

-Yo puedo regresar sólo, si quieres continúa tú. Yo regresaré a la cabaña- dijo Manta.

-Está bien- dijo Pilika más alegre mientras le decía adiós con la mano y observaba cómo su pequeño amigo se iba alejando.

Pilika siguió con su camino hasta encontrarse con el río, y faltaba poco para llegar a la cascada. Se acercó un poco al río, pero se tropezó con una piedra a escasos centímetros del río y cayó al agua.

¡Ahhh- gritaba Pilika desesperada tratando de nadar, pero no podía, pues el agua era muy fuerte y fría.

Ja, ja, ja, soy muy mala.

¿Quieren saber si muere Pilika?

Averígüenlo en el próximo capítulo!

Hasta luego!