Ejem…perdón...me demore mucho…pero necesitaba sacar los Cáp. de "posibles engaños" y "VENDETTA" a la par… …por ello desde ahora… ACTUALIZARE LOS DOS A LA VEZ, ASÍ QUE SI NO ESTA LISTO UN CÁP. DE UNO NO SALDRÁ EL DEL OTRO!!…YA ESTÁN ADVERTIDOS!!!...lo siento pero no puedo hacerlo de otra forma…

Ahora a contestar reviews:

Ashura: ...gomenasai!!!...de verdad que trate pero no pude...buaaaaaaaaaaaaaaaaaaa..... es muy difícil...buaaaaaaaaa.....espero que te guste este cap...snif...y perdonnnnnn....de verdad que estoy muy ocupada...buaaaaaaaaa

-clari chan: arigato!!...jeje ..no pensé que pudieran gustarles mi lemon...

-Cathain: no me molesta, me gustan que sean sinceros conmigo…de hecho estoy de acuerdo contigo...las cosas fueron muy rápidas...y Shuichi debió de haber luchado mas para que la cosa fuera mas interesante…..jejeje…pero es que cuando lo estaba escribiendo ya estaba medio dormida...y pues se me paso por alto. Además hay un pequeño detalle que no sabes y es que respecto a la secuencia de actos en el fic estoy siéndole muy fiel a la novela original...así que si en la novela mataron a alguien en tal Cáp, Pues yo lo mato..jejeje, no es que vaya a matar a alguien!..Solo es un ejemplo.. ..y sobre de que no he puesto dialogo sobre Yuki…pues ni lo esperes, porque no puedo revelarse las "ideas" que pasan por esa cabecita rubia sino descubrirán lo que va a pasar. y sí es mi primer lemon...y me alegra mucho que les haya gustado a todos..o bueno a los que dejaron reviews..Gracias por tu comentario y review...

-Hikaru Itsuko: jajaja...me encanta que tengas fe!!..u...la fe mueve montañas!!..me alegra que te haya gustado mi lemon...arigato!!

-natcha: ya sé!..le tocaba haberse resistido mas...snif...bueno ya no hay remedio..jejeje..

-Angeli Murasaki: sí, me están exprimiendo!!...no, falso me están matando!!...mucho estrés...snif...pero se hace el esfuerzo...arigato!

-Kiarafujimuya: uyyyy...entonces estarás mas loca aun porque me demore..muchoooooooooo...jejeje y conque futura de aya, eh?...no se....Pero hay mucha competencia…...ejem...arigato!

-Hikaru in Azkaban: empiezo a creer que Shuichi es un poquitin facil!...jejeje...jajajajaja...arigato!!

-Katrina: jjejeje...hmhmmm....creo que -glup- tienes muchas dudas...y muchas...suposiciones...creo que tendré que matarte para que no se sepa la verdad!!!....wajajajaja....pero hay unas cositas en donde solo la mitad de lo que supones es cierto y sobre lo del titulo, creo saber lo que estas pensando acerca de eso...y pues tengo que confesarte que al titulo habría que agregarle algo mas Para que acertaras...ya sabrás a lo que me refiero mas adelante...ya que a veces con saber el significado de "vendetta" no es suficiente...gracias por tu review.

-Kei Himura: ahhhhh....ahora sé quien eres!!!....uhhhh...recuerdas que la primera ves te pregunte que si pertenecías a un grupo o algo?...y bla bla..al final no supimos de donde había sacado tu e-mail...….ahora se de donde!!...jejeje...a mi también me gustan los fics explícitos..u…y gomenasai!!...no aparecerá Ryuichi, al principio tenia pensado ponerlo en lugar que a Claire para que fuera el hermano de Shuichi..pero se me complicaron las cosas y me pareció mas gracioso de esta forma...jejeje., ah, y por cierto...donde esta el dibujo que me dijiste que me ibas a mandar!!..no esta!!.ToT...arigatoo por tu review!

-nat-chan07: gracias por decirme la dirección...cuando pueda leeré los fics...ya que apenas puedo seguir leyendo las actualizaciones de los fics que he estado leyendo desde hace rato..jejeje...arigato!

-Paddy Merodeadora: ohh...me alegra que me hayas escrito un review...lo aprecio mucho, y sí, Eiri es solo un hombre de negocios...uno lujurioso,,, pero hombre de negocios al fin y al cabo..jejeje y no me recuerdes esos lentes de shu que los odio...pronto me desharé de ellos!!!....wajajaja...gracias por tu review!

GRACIAS A TODOS….Ahora si el fic…

CÁP. 6

MISTERIOS

-vamos, Shuichi, come. Tenemos mucho que hacer-. Ordeno Eiri mientras desayunaban-. Tengo muchos negocios pendientes que atender y me temo que no podré concederte más de una mañana de mi tiempo-
Hizo una pausa y miro hacia su esposo, quien contemplaba con fijeza su plato de huevos fritos y tostadas.
-no pareces tener hambre, angelo, aun después de…tanto ejercicio como tuvimos anoche-. Añadió Eiri con una risilla socarrona.
Shuichi prefirió guardar silencio, manteniendo la mirada baja para tratar de ocultar su profundo rubor al recordar lo sucedido la noche anterior y ese día por la mañana...¡¡Dios, como le dolía la cabeza!!... de hecho le dolía todo el cuerpo (). Nunca en su vida se había sentido tan indefenso y tan pronto a prorrumpir en llanto como ahora.
Eiri se puso de pie y, acercándose a Shuichi le pasó una mano por el largo cabello y luego le recorrió el contorno del rostro con gentiles movimientos de uno de sus pulgares, lo que hizo que shu primero sobresaltarse y después ruborizarse aun más.

-anda- dijo Eiri con suavidad y ayudándolo a ponerse de pie-. Se no esta haciendo tarde-
-¿a-a donde vamos?-. Pregunto Shuichi con un estremecimiento nervioso Cuando salieron del apartamento y descendieron hacia el estacionamiento.

El motor del Ferrari rugió cuando Eiri le dio vuelta a la llave de encendido.
-Shuichi, tú eres un hombre potencialmente muy hermoso. Lo único que yo haré será probártelo. Digamos que actuare como una especie de Pigmalión.-añadió con una risilla al enfilar el auto deportivo por la rampa hacia las ocupadas calles de la ciudad.- te convertiré en una belleza-
-¡no quiero! Lo único que yo deseo es regresar a mi departamento y…-no pudo continuar debido al nudo que sentía en la garganta.
Eiri respondió con voz dura:
-aquellos días se acabaron. Ahora eres mi esposo y te comportaras de acuerdo a esa condición.
-pero esa actitud tuya parece surgida de la época medieval!!!. La vida por lo menos en Japón y en Inglaterra, ya no es así; además, ¿¡Cómo puedes tener esa clase de pensamientos tan retrogradas cuando tu madre fue inglesa!?- (ya sé, otro detalle que olvide mencionar…pero ya lo saben, no.
-es cierto, pero aunque mi madre fue inglesa, en mi comportamiento hacia mi esposo soy siciliano puro-
-¿¡ insinúas que, por lo menos en lo que te concierne, el único lugar adecuado para una esposa o esposo es la alcoba!?- -lo has dicho con algo de crudeza, angelo mio.- dijo Eiri con irónica diversión. -no obstante, por supuesto que en esencia tienes razón-

Shuichi hizo un gesto de desagrado (Y YO TAMBIÉN!!!!...XP).

-¡CUÁNTO TE ODIO Y TE DESPRECIO!- respondió Shuichi.
-¿de verdad?- el sedoso tono implacable de la voz de Eiri provoco que shu se estremeciera aterrorizado.- pensé que anoche, y por cierto hoy por la mañana, te había demostrado con bastante claridad que sea lo que fuere que tú sientes por mí, en definitiva no es odio…-concluyó burlón.
-¡PUES CIERTAMENTE NO ES AMOR!—Farfullo shu con furia mientras Eiri seguía riéndose.
-quizá algún día lo sea, angelo, tal vez llegues a amarme hasta la locura, ¿perché no?- fue su imperturbable respuesta.
-¿por qué no?-. Shuichi sabía que estaba perdiendo el control con rapidez.- es posible que tú creas que eres un don del cielo para las mujeres, pero en lo que a mí toca, ¡TAN SOLO ERES UN ASQUEROSO ANIMAL! – le grito indignado.

Eiri permaneció en silencio mientras estacionaba el auto y apagaba el motor.

-ya veo que me tomara algún tiempo, pero no hay duda de que lograre domarte- dijo Eiri por fin.
-¡NUNCA!- grito Shuichi con salvajismo y dirigiéndole la mano hacia la mejilla, pero nunca llego a su destino. Los dedos de Eiri atraparon y le asieron la muñeca sin consideración alguna, lo que lo hizo gritar de dolor.
Con toda clama, el rubio lo despojo de las gafas y lo hizo acercarse, para posarle su boca sobre los labios y forzándolo a que los separase.
Shuichi no pudo moverse y los ojos se le llenaron de lagrimas al sentirse indefenso una vez mas, pues su traicionero cuerpo empezó a responder ante la oleada de sangre que pareció empezar a correrle por las venas, al invadirle Eiri con la lengua la suavidad interior de su boca.
-ah, ahora estas quieto…así esta mejor, ¿no?- murmuro Eiri con sequedad y observo el rostro pálido de su esposo, quien lo miraba aún con los ojos llenos de lagrimas.
Shuichi se enderezo en el asiento, demasiado aturdido para moverse, mientras Eiri le secaba los ojos y le volvía a colocar las gafas, antes de volverse para abrir la puerta del lado de conductor.
El rubio bajo y rodeo el auto para ayudar a Shuichi, quien aun estaba tembloroso.
-¿d-donde estamos?- pregunto shu sorprendido, ruborizándose de súbito al darse cuenta que Eiri no solo lo había besado en plena luz del día, sino en una calle muy transitada y a la vista de los transeúntes.
-esta en la entrada posterior de Harrods, el único lugar donde podré conseguir todo lo que necesito para ti en el corto lapso de que dispongo- lo tomo del brazo con firmeza y lo condujo hasta el interior de los grandes almacenes.

-creo que... - hizo una pausa-. Si, creo que empezaremos por el interior y de ahí iremos hacia fuera-
Eiri le compro una cantidad increíble de prendas, lo que hizo que las vendedoras quedaron sorprendidas ante su magnanimidad. La ropa que adquirió para Shuichi era de marcas muy famosas como: Dolce & Gabanna, Guccy, entre otros.

En Harrods transcurrieron varias horas, pero Eiri detuvo su frenesí de compras hasta que Shuichi se vio extenuado por completo a causa de la fatiga.
El rubio, en un breve alto que hicieron, le dijo que se volviera a poner un pantalón color vino y una blusa blanca que le hacia juego, conjunto que le había gustado en forma especial. En seguida dio instrucciones para que le enviaran todo a su casa.
-apresúrate, angelo-. Lo urgió Eiri mientras se dirigían hacia el auto. - debo llevarte de regreso al departamento para que almuerces, antes de que vayamos con el optometrista-
-¿p-para que?- pregunto shu, tan cansado que apenas podía poner un pie delante del otro.
-debemos eliminar tus gafas de gruesos aros.- (siiiiiiiii... u) le informo en un tono que no admitía replica.- en la actualidad ya esta muy adelantado el campo de los lentes de contacto y con toda seguridad encontraremos algunos con los que te sentirás cómodo-
-sí, Eiri...lo que tu digas- dijo shu mientras cerraba los ojos y se apoyaba sobre el respaldo del asiento del auto.
-¿¡Shuichi complaciente y sumiso!? ¡es increíble!- ironizo Eiri mientras conducida el auto.

Shuichi exhalo una exclamación cuando llegaron al apartamento. La habitación principal estaba llena de cajas y cajas. De hecho, había tantas, que le tomo varios minutos darse cuanta de que, sentada al lado de ellas se encontraba una chica de cabello arena que le sonreía ampliamente.

-ah, Jane. ¡veo que has estado ocupada!- rió Eiri – creo que no conoces a mi esposo, ¿verdad?- pregunto antes de volverse hacia Shuichi.- angelo, ella es Jane Gordon, una de mis mejores ayudantes y quien te acompañara durante el resto del día-
la chica sonrió de nuevo y dijo:
-por favor, acepte mis felicitaciones, conde- sonrió Jane, arrugando la nariz ante la vista de las cajas que amenazaban inundar la habitación.- siento mucho que haya tanto desorden-.

Shuichi también sonrió.
Eiri dio un paso adelante y tomo entre los brazos a su esposo.
-debo volver a la oficina-. Explicó él – te veo muy hermoso con tu ropa nueva.- lo beso y rió, ante la obvia vergüenza que Shuichi experimento por haber sido besado frente a la asistente.

-¿qué hay en todas esas cajas?- pregunto Shuichi a la asistente cuando el rubio se fue.
-zapatos.- respondió Jane-. De Guccy y Rayne. También pañoletas, ropa y otras cosas. Lo que no le guste será regresado-
-estoy muy cansado. Creo que no... podré probarme todo hoy mismo.-

En ese momento, Wilkins anuncio que el almuerzo estaba listo.

-mi... esposo me dijo algo acerca de visitar un optometrista- murmuro Shuichi mientras almorzaban.
-sí – la chica río – y además de eso tenemos una sesión de entrenamiento, y otra de arreglo de cabello con Leonard. ¿Esta de acuerdo, conde?- pregunto al notar el gesto del pelirosa.
- sí, supongo que sí. Aunque se ve que necesitare una constitución de hierro para aguantar esa vida- contesto con tono de queja-. Pero quisiera pedirte que me llames Shuichi. Aun no me acostumbro a que me llamen "conde". Hasta... hasta ayer, era yo estudiante.- confeso con absoluta serenidad.
-de acuerdo; siempre y cuando tu me llames Jane. Lo de ustedes fue un romance relámpago, según me doy cuenta-
-sí...sí, claro- dijo Shuichi confundido- entiendo que trabajas para mi esposo.- añadió con rapidez para caminar el tema-. Ya sé que te extrañara mi pregunta, pero quisiera saber... ¿a que se dedica él? Me refiero a su trabajo.-

O.o...Jane lo miro sorprendida por un momento y después rió.

-¡VAYA! SI QUE FUE UN ROMANCE RELÁMPAGO !!. Bien, tu esposo empezó con una flota de buques petroleros que heredo de su padre, quien murió cuando él era pequeño. Esta flota se ha expandido y ahora domina el mercado. Sus ganancias las ha invertido en la nueva industria petroquímica de Sicilia y, después, sus negocios se han extendido por todo el mundo- hizo una pausa – el Time Magazine publico una buena crónica sobre la elevación del conde a la fama y el surgimiento de su fortuna. Te daré un ejemplar de esa revista. Yo soy una de sus cuatro ayudantes. Dos son hombres. En este momento me encargo de la adquisición de British Incorporated Chemicals-
-pero esa es una gigantesca firma multinacional, ¿no-
-sí, pero muy mal administrada. Como comprenderás, en la oficina tenemos mucho trabajo, por eso me sorprendí tanto al enterarme de que el conde había sabido arreglárselas para contar con tiempo suficiente como para casarse. Yo me alegro mucho por ambos. Ya era tiempo que él sentara cabeza y creo que... – lo miro inquisitiva – sí, en verdad creo que tú eres la persona que se necesitaba para meterlo al redil.- dijo totalmente convencida.
-¿BROMEAS?- Shuichi rió con dureza antes de recordar que se suponía que era un feliz casado. Y entonces de verdad se ruborizo al ocurrírsele que esta chica debía ser la que compro aquella "prenda" el día anterior, y que no era la primera vez que había realizado esa clase de servicio para su jefe, de seguro tenia VASTA experiencia en tales menesteres.
-no, no es broma- respondió Jane, mirando al hermoso chico de largos cabellos rosas que no había podido evitar ruborizarse. – y si estas pensando en sus otras mujeres, es mejor que no lo hagas. Unos ojos embrujadores y un busto grande no compensan la falta de inteligencia... ¡lo cual estoy segura que ya has descubierto!- miro su reloj - ¡ cielos! Se nos esta haciendo tarde para tu cita con el optometrista y debemos darnos prisa-
Shuichi se sentía deprimido en forma inexplicable.

Al regresar al apartamento 4 horas mas tarde, Wilkins le informo que al señor conde lo había retrasado un negocio, pero que volvería mas tarde para llevarlo a comer.
Cuando Wilkins y su mujer se retiraron, Shuichi se acerco al ventanal de la sala y apoyo la cabeza sobre la frialdad del vidrio.
La magnifica vista se borro ante sus ojos mientras él trataba con desesperación de concentrarse en algo... en cualquier cosa... que no fuese el recuerdo de lo sucedido la noche anterior y esa misma mañana. Intentaba borrarlo de su mente, pero no lo lograba.
-no pensare en eso...¡NO QUIERO!- murmuro, tratando de borrar el insidioso recuerdo que insistía en volverle a la memoria, a pesar de su cansancio...

Lo despertó el ligero toque de una caricia sobre el cuerpo. Abrió los ojos y miro somnoliento hacia Eiri, quien le observaba enigmático.
-buon giorno, angelo- dijo Eiri con voz sedosa, mientras sus manos continuaban acariciándole el cuerpo a Shuichi.
Durante un momento el pelirosa lo miro sorprendido, ruborizándose al recordar la razón de que estuviese en la cama con este... hombre!. Alejándose de él lo más que pudo, se cubrió con las sabanas hasta la barbilla.
-¿y-ya...es hora de desayunar?- pregunto con nerviosismo, aferrando aun mas las sabanas con los tembloroso dedos.
-siento hambre, angelo mio, peor no por el desayuno- musito Eiri, devorando con los ojos su cuerpo desnudo.
Casi paralizado por el miedo Shuichi lo observo acercarse y, cuando quiso saltar fuera de la cama, ya era demasiado tarde, pues él lo asió por un brazo con suma facilidad.
-¡suéltame!- balbuceo Shuichi en furia desvalida, tratando de alejarlo.- ¡te odio, te odio!- sollozo cuando la rubia cabeza bajo hacia la suya. La boca que poseyó la suya fue cálida y sorpresivamente gentil al separar sus labios, haciéndolo jadear al sentir que una flama encendía la sangre que le corría por las venas.
Fue un beso que exigió su rendición total. Su corazón empezó a latir descompasado y al levantar Eiri la cabeza con lentitud y mirar hacia el apasionado deseo que brillaba dentro de sus profundos ojos amatistas, su cuerpo permaneció ignorante de cualquier cosa que no fuese una abrumadora necesidad de satisfacción.
-¿es esta tu manera de odiar, angelo?- musito Eiri con una sonrisa antes de bajar la cabeza una vez mas y buscar con su boca la base del cuello del pelirosa.
Shuichi gimió y arqueo su espalda sin poder evitarlo, al sentir los temblores de deleite a lo largo de toda su piel cuando la boca de Eiri viajó hacia abajo y le encontró y acaricio con los labios los rosados pezones.
Shuichi odio a Eiri, pero odio mucho mas su propio cuerpo por ser tan débil y traicionero ente la demandante posesión del rubio.
Una vez saboreo a su gusto aquel par de botones rosados, siguió con la lenta exploración del cuerpo bajo el suyo, pronto llego al bajo vientre donde jugo un poco con el ombligo del pelirosa para después bajar lentamente hacia la entrepierna de este; Eiri se acerco a su objetivo para después alejarse de súbito lo que provoco que Shuichi emitiera un leve quejido. Encantado, Eiri decidió seguir torturando a su ansioso ángel, separo las piernas de Shuichi, el cual obedecía solicito ante sus caricias, y bajando de nuevo su rostro acerco sus labios a la piel interior del muslo de Shuichi, lamiéndola y recorriéndola hasta rozar ocasionalmente la excitación del pelirosa quien emitía una mezcla de quejidos y gemidos ante aquel juego que empezaba resultarle doloroso.
El rubio bajo lentamente por el muslo hasta toparse con la excitación de su ángel, y haciendo caso omiso a las obvias suplicas de este, se acerco y lamió la piel de los testículos provocando que Shuichi gimiera fuertemente y moviera sus caderas insistentemente; Eiri por su parte seguía lamiendo aquella piel sin llagar a tocar la excitación del pelirosa el cual no dejaba de gemir. Siguió bajando nuevamente hasta llegar a esa deliciosa abertura a la cual procedió a dar el mismo trato que al resto de la piel. Para ese momento Shuichi ya había olvidado todo a su alrededor, entendiendo solo a las necesidades que su cuerpo le exigía ferozmente, sumergiéndolo en una oleada de deseo y necesidad. Eiri separo un poco más las piernas del pelirosa y levantó un poco sus caderas para facilitar su trabajo. Se encargo lenta y minuciosamente de humedecer aquella entrada haciendo caso omiso a las suplicas de un muy sonrojado y excitado pelirosa; este por su parte, desesperado, llevo inconscientemente su mano hacia la cabeza rubia, donde tomo esos cabellos dorados entre sus dedos tratando de moverla un poco y a la ves transmitir su feroz necesidad hacia su verdugo. Ante los incesantes movimientos de Shuichi, erigí dejo su deliciosa tortura para ver al pelirosa, sonrió complacido cuando vio su rostro enrojecido y sus ojos vidriosos los cuales parecían pedir a gritos su atención. Aun con aquella sonrisa, se enderezo un poco y acerco su rostro hacia el del pelirosa quien pretendía protestar cuando los labios de Eiri atraparon los suyos en un beso profundo y deseoso, que lo hizo gemir en su boca cuando esta fue invadida por la voraz lengua del rubio. Shuichi entrelazo su brazos de tras de la espalda de su esposo emitiendo gemidos mas sonoros cuando deliberadamente el rubio descargaba su cuerpo sobre el suyo y se movía provocando que sus sexos se rozaran. Al tiempo se separaron para permitir a sus pulmones tomar aire. Eiri observo al pelirosa el cual tenia ladeada su cabeza hacia un lado, tenia la cara totalmente sonrojada y su respiración estaba desacompasada; se sorprendió cuando de esa sonrosada boca salieron leves gemidos a pesar de que ni siquiera lo estaba tocando, en ese instante Shuichi volvió su rostro hacia el del rubio, cerro nuevamente sus ojos y comenzó a mover sus caderas provocando que sus sexos se rozaran nuevamente mientras seguía fuertemente abrazado al rubio emitiendo fuertes gemidos. Asombrado, Eiri observaba los desesperados movimientos del pelirosa bajo su cuerpo, fue allí cuando se dio cuenta por fin que tal vez…se le había pasado la mano. Lo había dejado muy excitado y aquel deseo por que lo complaciera le resulto encantador y exquisito. Con un ágil movimiento, logro zafarse de las manos de su fascinante ángel el cual se quejo fuertemente, Eiri sonrió y tomando las manos de Shuichi las llevo hacia un costado y se recostó sobre su cuerpo acercando su rostro al cuello del pelirosa el cual parecía sollozar de excitación. –tranquilízate, angelo mio.- susurro con suavidad Eiri en su oído mientras procedía a lamer su cuellos haciendo que Shuichi se relajara un poco. Una vez consiguió su objetivo, Eiri volvió a separar su cuerpo del pelirosa el cual había vuelto a cerrar los ojos mientras trataba de controlar su respiración sin mucho éxito. Eiri sabia que su ángel no aguantaría por mucho tiempo esa tortura, y mucho menos él, quien también trataba de controlarse un poco pero la visión de aquel cuerpo moviéndose y gimiendo bajo él no ayudaba mucho a la causa. Unos minutos después volvió a acercarse al pelirosa separando sus piernas por completo para luego levantar sus caderas. Shuichi ante el movimiento apretó los ojos fuertemente al igual que sus manos se aferraron fuertemente a las sabanas; sabia lo que vendría y también sabia sobre el dolor de ser invadido, pero su mente no razonaba y a pesar de sus miedos su cuerpo pedía a gritos aquella penetración que aunque dolorosa, con el tiempo lo sumergía en el mejor de los placeres. Ante el comportamiento de Shuichi el rubio acaricio sus muslos y suavemente le dijo- Shuichi, mírame, quiero que me veas cuando lo haga.- Shuichi obedeció sumisamente volviendo su sonrojado rostro hacia Eiri quien le sonrió tiernamente mientras seguía acariciándola la piel de sus muslos.- relájate, angelo mio-. Shuichi hizo lo mejor que pudo para controlar el movimiento nervioso de su cuerpo sin dejar de ver en el interior de esos ojos dorados.
Al poco tiempo, Eiri tomo su miembro y lo acerco a la entrada de Shuichi penetrándolo de una sola ves lo cual provoco un gemido por parte de Shuichi, que a pesar de sentir dolor sintió una enorme satisfacción cuando sintió al rubio completamente dentro de si. Eiri comenzó con movimientos lentos hasta que el cuerpo bajo el suyo empezó a pedir mas, acelero sus movimientos penetrándolo profunda y fuertemente, provocando fuertes gemidos por parte de ambos; los incesantes movimientos de Shuichi le advirtieron al rubio que este no aguantaría mas y tomando aquel miembro lo masajeo mientras seguía invistiéndolo con fuerza. Sumergido en un mundo de éxtasis Shuichi se aferró fuertemente a las sabanas y gimió estrepitosamente cuando sintió llegar el orgasmo. Eiri sintió como el pelirosa se derramaba en su mano y lo invistió lo más profundo que pudo derramándose también en su interior para luego recostarse de nuevo sobre el cuerpo de Shuichi. Permanecieron así unos cuantos minutos hasta que Eiri salio lentamente de Shuichi y se recostó a su lado, atrayéndolo hacia su cuerpo para luego acariciarle el cuerpo lentamente. Shuichi se dejo hacer mientras cerraba los ojos y apoyaba su rostro en el pecho de su esposo disfrutando de sus caricias.

Mas tarde, cuando Eiri ya se había ido, el timbre del teléfono sobresalto a Shuichi. Miro a su alrededor y encontró el aparato sobre un escritorio cercano a la ventana.

-Eiri, querido... – dijo una ronca voz femenina en el auricular.
-no... me... me temo que él no esta. Yo-
-habla su secretario, ¿verdad? Por favor dígale que Marissa lo extraña mucho y que le manda besos, muchos besos. Que lo ama y que desea que pronto venga a Roma. Ciao.- y corto la comunicación.

Con dedos temblorosos, Shuichi abrió uno de los cajones del escritorio para buscar un lápiz y un papel para anotar el recado, levantando un expediente amarillo del que se deslizaron fuera unas fotografías.
Examino una a una las impresiones con lentitud. Mostraban a un chico que reía y andaba en bicicleta a la orilla de un río, con su largo cabello agitado por el viento, con su toga y birrete el día de su graduación... y muchas mas... y... ¡TODAS ERAN DE EL MISMO.
¿¡Por que las tendría Eiri en su poder, si tan solo hacia una semana que se conocían!?... además, parecían haber sido tomadas durante un lapso considerable.

El teléfono volvió a sonar y él contestó casi sin darse cuenta, diciéndole a otra mujer que Eiri no estaba.
Coloco el auricular en su lugar se sentó, muy confundido, pues las fotografías eran una secuencia completa de los años que él había pasado en la universidad.
Con dedos envarados volvió las fotografías a su lugar dentro del expediente, y coloco éste en el cajón.

Una hora y 4 llamadas telefónicas mas, Shuichi aun no había podido resolver el rompecabezas. Quizá un buen baño caliente lo clamara lo suficiente para poder reflexionar sobre todas sus dudas acerca de Eiri y considerar el asunto en torno a una perspectiva más clara.
Media hora después, Shuichi salió del baño, se seco y se envolvió en una toalla, poniéndose las pantuflas y dirigiéndose hacia el dormitorio.
-parece que me acusaran de secuestro de un menor. Envuelto en esa toalla no pareces mayor de dieciséis años-
Shuichi se sobresalto al escuchar esa voz que interrumpía el hilo de sus pensamientos.
-creo que m-me vestiré... –dijo con debilidad y se dirigió hacia su vestidor.
Sin embargo, parecía que no había escape posible para él, pues Eiri lo siguió y se sentó en una cómoda silla.
¿¡NUNCA LO DEJARÍA TRANQUILO!? Shuichi aferro su toalla con fuerza mientras el sentimiento de ira que todo el día se había visto forzado a reprimir, se convirtió de súbito en algo que era más de lo que él podía controlar.

-tu… MALDITO TELÉFONO NO HA PARADO DE SONAR!- le grito desafiante- sobre el escritorio te deje una lista de las SEIS mujeres que te llamaron. ¡TE SUGIERO QUE TE CONSIGAS UN MALDITO ASISTENTE PARA QUE SE HAGA CARGO DE TU VIDA AMOROSA!-

Si había esperado sorprender a Eiri, sufrió una tremenda desilusión y su furia aumento, ya que el rubio no pudo evitar lanzar una carcajada.(..XD)

-supongo que no estarás celoso, ¿verdad, angelo-
-¿¡por que iba a estarlo!?¿¡A mí qué con cuantas mujeres sales.
- de cualquier manera, me encargare de que esto no vuelva a suceder. Ahora soy un hombre casado y te aseguro que, cualquiera que haya sido mi comportamiento anterior, cumpliré los votos que te hice ante el altar- su voz se suavizo.- Shuichi, puedo prometerte que en el futuro no habrá ninguna razón para que tengas alguna queja de mí- afirmo Eiri.
-ESA BODA FUE UNA FARSA!!!- grito shu- además, no me importa lo que hagas o dejes de hacer. Y ahora, hazme el favor de salir para que pueda vestirme-
-Shuichi, recuerda que tengo todo el derecho a quedarme aquí si así lo deseo. Y ahora quiero ver como se viste mi esposo.
-¡eres un maldito! Ningún japonés haría lo que haces tú-
- pero yo soy siciliano y no comprendo ese hermoso comportamiento. En cuanto a mí concierne, debes olvidar todo lo que se refieres a conducta civilizada. ¿Ha capito-
- sí…yo capito muy bien. ¡LO QUE SUCEDE ES QUE ERES UN PERVERTIDO BASTARDO!- (uuuuuuuuuu…-) grito en forma salvaje, mirando a su alrededor en busca de una vía de escape.
Eiri se levanto con un movimiento felino y se acerco hacia el tembloroso Shuichi, haciéndolo retroceder hasta topar con un mueble.
-¡ah, estos japoneses! En la superficie parece que son de hielo, solo hielo.- empezó a acariciarle sobre la toalla-.pero bajo la superficie… son muy diferentes, ¿no es cierto, angelo?- le poso su boca sobre la mejilla y luego la movió con deliberada lentitud hacia la boca de Shuichi.- bajo la superficie se esconde un gran fuego…una gran pasión-
-¡No!- suplico shu con los ojos muy abiertos.- ¡déjame ir, Eiri!- grito Shuichi.

Eiri acallo sus protestas con su boca, una presión que implacables exigió total sumisión, mientras con una mano le asió la muñeca y con la otra lo despojo de la toalla.
El rubio suavizo la boca en forma gradual y sus labios provocaron una respuesta que Shuichi fue incapaz de controlar cuando las mano de Eiri se movieron acariciantes sobre su piel, encendiéndole los sentidos y haciéndolo jadear con pesadez. Presa de un apasionado deseo, Shuichi se aferro a él y le hundió los dedos en el cabello.
Un momento después, Eiri levanto la cabeza y con movimientos gentiles lo hizo soltarlo, mientras shu lo miraba con un deseo abrumador. (¿Que?... ¿¡esperaban otro lemon!?... jijiji).

- continúame odiándome así, Shuichi- dijo el rubio con voz gruesa.-, y no tendré ninguna queja. No obstante, si no nos damos prisa, llegaremos tarde a la cena, así que te dejare para que te vistas.- se rió con suavidad al salir de la habitación y cerrar la puerta.
Shuichi se apoyo sobre un mueble tratando de recobrarse y de calmar su cuerpo que anhelaba la satisfacción sexual…(jijijiji…que mala soy.
Se vistió aun tembloroso, recordando que hasta la ropa interior había sido escogida por Eiri!!. "ESE MALDITO HOMBRE QUE DOMINABA SU VIDA"- pensó.

Acababa de terminar de vestirse cuando Eiri volvió a entrar a la habitación. Shuichi sintió que sus rodillas temblaban al mirar su alta e inmaculada figura, mientras Eiri lo observaba ataviado en la ropa que portaba. Un pantalón negro que se le aferraba perfectamente a su cuerpo y sobre todo a sus estrechas caderas, acompañado de una blusa de seda blanca con los primeros botones sin abrochar.
-así me gusta verte- expreso Eiri y, acercándose a shu lo hizo volverse hacia el espejo de cuerpo completo, mientras colocaba en su cuello un fino collar de plata con un delgado dije de zafiro.
Shuichi emitió una especie de jadeo, tanto por la magnificencia del regalo como por el toque de los dedos de él en su piel.

-¿ves, angelo?- murmuro Eiri haciéndolo mirarse a si mismo.- esa es la imagen de un hombre inflamado por el toque de su amante. Y, como esposo tuyo, así me gusta verte esta noche-
-¡eres un monstruo!- gimió Shuichi, luchando por controlar las lagrimas que pugnaban por salir.
-ah, angelo, tan solo digo la verdad-.

Mas tarde, al entrar al Langan's Brasserie, le explico Eiri que esa noche cenarían solos y que ya habría tiempo después para presentarle a algunas amistades.

Ya al estar sentados en su mesa, Shuichi se sintió desolado ante el incesante desfile de mujeres, todas hermosas y la mayoría de ellas despampanantes, que se acercaron a saludar a Eiri con fervor entusiasta.
Pero solo hasta terminar el entremés, Shuichi se dio cuenta de que Eiri no actuaba en su papel de tenorio, pues a cada chica que llegaba le presentaba a su esposo, y después de una charla muy breve la despedía en forma cortes. La mayoría de las mujeres, después de dirigirle una mirada de sorpresa al callado esposo de Eiri, quien portaba sus gruesas gafas (malditas cosas… #), se retiraban resignadas.
Se encontraban a mitad de la cena, cuando se acerco a su mesa una chica de una hermosura dramática y de flamante cabellera roja.
-ah, Susie- musito Eiri-. Creo que ya conoces a mi esposo… aunque sea por teléfono-
Shuichi parpadeo ante el tono de sardónica diversión de su voz, el cual había pasado inadvertido para la chica.
-aun no puedo creerlo, querido Eiri. No comprendo como fuiste lo bastante loco como para casarte con…él- dirigió a Shuichi una mirada de venenoso desprecio antes de sonreír seductora hacia Eiri.-. ¡Debes haber perdido la cabeza, querido-
Shuichi mantuvo la mirada baja mientras la risa de Susie se escuchaba en todo el ámbito del restaurante.
Aunque parecía sereno, Shuichi podía sentir que las mejillas le ardían de vergüenza al pensar en la diversión de los demás por lo que sucedía en su mesa.
Hubo silencio durante un momento mientras Eiri llamo a un camarero, que acudió solicito.
-haga el favor de acompañar a esta señorita hasta alguna mesa de las más alejadas- dijo con una voz prendada de amenazas-. Mi esposo y yo hemos venido aquí para cenar en calma y no queremos que se nos interrumpa-
-¡cielos, querido! No hay necesidad de que te pongas tan serio.- protesto Susie con voz aguda, pero, aunque se puso pálida, se retiro en compañía del camarero.
- creo que…fuiste demasiado duro.- expreso Shuichi.
-¿de verdad? bueno, ese asunto no tiene importancia.-se encogió de hombros.- ¿deseas mas vino, Shuichi-
Shuichi tan solo negó con un movimiento de cabeza, incapaz por completo de hablar, pues se daba cuenta de que Eiri podía ser muy cruel y de que él nunca se le podría enfrentar a alguien de una personalidad tan dura e implacable.
No tenía a nadie en quien confiar, nadie a quien pedirle ayuda. Se encontraba atrapado dentro de una telaraña, de la cual no podía escapar.

Bueno, ¿Qué les pareció?...espero que les haya gustado…y otra vez disculpas por el retraso…haber como me va en la prox…ya saben sobre la advertencia de las actualizaciones próximas..y sino pues lean al principio… tratare de escribir lo mas rápido posible.
Y ya saben…

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Nos vemos....