Hola!!! Ya un tercer capitulo jejeje bueno, este fic lo estoy publicando
tambien en el foro oficial... es decir, el de la WB, ojalá les guste, y no se
olviden de dejarme mensajitos que estos animan mucho, fuera de sus
sugerencias que me pueden ser de mucha ayuda n.n
Ehh.... Veamos que me falta? Ahh ya! Harry Potter no me pertenece ni nada de lo que este en los libros, solo lo que te sea nuevo es mio .
Ahora si... el capitulo!!
REGRESO A CASA
-¿hoy? -Le pregunto confundido. -¿Por qué? ¿No se supone que seria en dos días?
-los estudiantes regresan en dos días, Harry. –tu debes regresar hoy.
-pero... -no quería ir solo, el solo hecho de tener a Snape como única persona para hablar seria un cuento de terror.
-lo siento Harry, pero Ron y Hermione, no pueden ir. –le dijo como leyéndole el pensamiento. Harry sintió que le cayó un balde de agua fría.
-de acuerdo. –le dijo resignado. Pero luego pensó: hablare con mis padres y Sirius. No estaré solo. Y una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro.
-entonces te espero en media hora en la cocina, Harry.
Harry salio de la habitación y corrió al cuarto que ocupaba con Ron, empaco todas sus cosas, se demoro un poco, ya que tenia cosas repartidas por toda la casa, empaco sus escobas, sus libros, ropa, y demás. Finalmente bajo su baúl a la cocina y se encontró con todos allí, al parecer Dumbledore ya les había dicho a todos que se irían hoy.
Se despidió de todos y volvió a partir con Dumbledore por medio de Fawkes hacia Hogwarts, su hogar.
Aterrizaron en el despacho de Dumbledore. Todos los retratos voltearon a verlos y les sonrieron a ambos, Harry creía que posiblemente Dumbledore les habría explicado a todos el por que del comportamiento de Harry al final del curso, por que de no ser así, todos lo habrían mirado con enojo. En cuanto Harry se puso de pie, recordó que aun no había preguntado por Voldemort, primero, por que no le importaba nada por la muerte de Sirius, y luego por que estaba muy ocupado con las lecciones con Remus.
-profesor ¿Qué esta pasando con Voldemort? –le pregunto aprovechando el momento.
Dumbledore le dirigió una mirada evaluadora y luego dijo
-estamos casi en lo mismo, Harry, aunque, como ya tenemos el apoyo del ministerio, las cosas están mejor, como ya habrás leído los dementotes se revelaron, pero como era algo ya previsto, de inmediato se colocaron otros guardianes, de modo que los prisioneros no tuvieron el mas mínimo tiempo para escapar.
Estamos uniendo fuerzas con otros países. De momento, Voldemort no tiene a más de diez u once mortifa gos fieles, el resto que no son más de veinte son personas posiblemente controladas con la maldición imperius, eso es en general lo que esta pasando. Harry. –le dijo mirándolo a los ojos.
-¿has practicado Oclumencia cierto?
-si, todas las noches, cierro mi mente como me enseño Snape.
-el profesor Snape, Harry. – le dijo Dumbledore.
-desde el sueño de Sirius no eh vuelto a tenerlos, supongo que eso es bueno ¿no? –le pregunto Harry.
-mucho, Harry. Ahora, por que no vas a tu habitación a instalarte. –le su girió Dumbledore. –ah, otra cosa por ahora puedes ocupar el despacho de DCAO si lo quieres, para guardar no se los docu mentos de las clases, es decisión tuya.
-ya veré, pero... ¿Cuándo me darán el giratiempo? –le pregunto como quien no quiere la cosa.
-ah... cierto, lo olvidaba. –le dijo mientras sacaba la cadena con el reloj de arena de uno de sus estantes. –toma, supongo que sabrás darle un buen uso ¿no es así? –le dijo mirándolo como tantas veces, con esa mirada evaluadora, como si mirara a través de el, como si supiera lo que esta pensando.
-si, profesor. –le dijo Harry, mientras se guardaba el reloj en el bolsillo. - ¡Locomotor trunk!–dijo apuntando con su varita a su baúl y este empezaba a flotar delante de el.
-nos vemos en la cena, Harry. Y por cierto la contraseña de tu casa es "flores silvestres" –le dijo Dumbledore.
-hasta la cena, entonces. –le dijo Harry y salio del despacho del director llevando su baúl delante de él. Camino a la sala común de Gryffindor se encontró a Snape que salía de su despacho, este lo miro con el mismo odio que siempre le había profesado y ambos siguieron su camino. Durante todo el camino no se encontró con nadie más, excepto tal vez contando a Peeves, que flotaba tristemente en un aula, le encantaba el bullicio, Harry supuso que si estaba triste era por que no tenia estudiantes a los cuales fastidiar. De pronto escucho una voz.
-hijo, saca el espejo, quiero ver. –le dijo la voz de su padre, y Harry saco el espejo que como siempre lo llevaba en el bolsillo.
-flores silvestres. –dijo Harry cuando llego al cuadro de la señora gorda, esta lo dejo pasar de inmediato.
-ah.... –suspiro james que veía embelesado la sala. –mi sala, no ha cambiado nada, hacia años que no la veía.
-Déjame ver cariño. –y apareció el rostro de Lily en el espejo. –es cierto, sigue igual de bella. –dijo con melancolía.
-yo hace unos años estuve ahí. –recordó Sirius, que para entonces estaba en el espejo. –solo que no fui bien recibido. –se rió fuertemente. –recuerdo el alboroto que hicieron.
Harry se paso el resto del tiempo antes de la cena organizando con la ayuda de sus padres las clases que daría. Cuando tanto el reloj como su estomago lo indicaron, bajo al gran comedor a cenar. Pero se sintió intimidado cuando entro y vio que solo había una mesa en todo el comedor con los puestos precisos para los profesores que eran. Estaban todos ahí, incluso Hagrid, que lo saludo y le señalo un puesto a su lado con una gran sonrisa.
Al otro lado estaba la profesora McGonagall e inmediatamente Dumbledore sentado en el medio, después estaba Snape, que fulmino a Harry con la mirada, luego, el profesor Flitwick, después de el, la profesora Sprout, la profesora Hooch, y finalmente la profesora Vector, que estaba al otro lado de Hagrid, tal parecía que era una costumbre que la profesora Trelawney no cenara con los demás profesores. Finalmente fue Dumbledore el que hablo.
-buenas noches, profesores,- hizo una pausa en la que los demás profesores lo saludaron. -a muy pocos de ustedes quizás les sorprenderá que Harry se encuentre con nosotros, pues esto se debe a que Harry me hará el favor de suplir el puesto de profesor de defensa contra las artes oscuras, durante aproximadamente un mes, que es cuando, nuestro profesor permanente regresa. Escogí a Harry por que como algunos de ustedes sabrán hizo un muy buen trabajo el año pasado, en un grupo de estudio en el que estudiantes de casi todas las casas, aprendieron gracias a él, incluso a realizar el patronus, así que como verán es muy posible que de igual manera realice una buena labor. Espero que le colaboren y que no haya problema alguno. –dijo esta vez mirando a Snape, que lucia furioso. –ahora, cambiando a algo menos agradable, me parece, que como están las cosas lo mejor seria que se suspendieran las salidas a Hogsmeade. –hubo murmullos. -Si, ya se que esto no les va a agradar a los estudiantes, pero, la situación no esta como para exponerlos a un ataque de Voldemort. –casi todos en la mesa se estremecieron a la mención del Voldemort. Harry no le quitaba la mirada a su director, que lucia preocupado.
-pero Albus, ¿de verdad crees que el-que-no-debe-ser-nombrado se atreva a atacar el pueblo? –le pregunto con preocupación la profesora Sprout.
-pues, no es muy probable, pero no me puedo permitir exponer a mis estudiantes. –le dijo Dumbledore. –pero claro que si la montaña no va a mahoma, mahoma va a la montaña. –les dijo a todos sonriendo, pero todos tenían una cara de desconcierto, excepto Harry que entendía perfectamente lo que quería decir ese dicho muggle. Se aclaro la garganta antes de continuar. –lo que quiero decir, es que ya que los estudiantes no pueden ir al pueblo, pues que el pueblo venga a ellos.
-¿quieres decir traer el pueblo a Hogwarts? –Le pregunto McGonagall perpleja
-así es minerva, ya he hablado con los dueños de los establecimientos y accedieron a montar tiendas provisionales en los terrenos del colegio con todos sus productos. –Todos se quedaron desconcertados, en especial Harry, que no habría esperado algo así. –bien, si tienen alguna pregunta, alguna duda, pueden decirla antes de que empecemos con la cena. –les dijo a todos con una sonrisa.
-bueno, es solo curiosidad, pero ¿con que tiempo, Potter va a poder enseñar a los siete grados de las cuatro casas, asistir él mismo a clases, hacer los deberes, y jugar Quidditch? por que no creo que piense retirarse –pregunto la profesora Hooch.
-durante este mes, Harry dispondrá de un giratiempo, para poder realizar todo eso, profesora Hooch. –le dijo tranquilamente.
-si, eso es todo, ¡a cenar! –dijo Dumbledore alegremente al ver que no habían mas preguntas.
La cena fue tranquila, algunos profesores hablaban entre si. Harry hablaba con Hagrid, hasta que la profesora McGonagall le hablo.
Potter, este es su horario de clases y este el horario de defensa contra las artes oscuras. –le dijo mientras le pasaba dos pergaminos. –espero que haga un buen trabajo. –le dijo con una sonrisa de orgullo. –de echo estoy segura que así será. –y se volvió a hablar con Dumbledore.
Después de la cena y de despedirse de Hagrid, Harry subió a la sala común de Gryffindor.
-supongo que lo mejor será llevar la capa invisible conmigo todo el tiempo ¿no? –decía Harry.
-el mapa del merodeador también. –decía Sirius. –así sabrás donde estabas exactamente, o podrías estrellarte contigo mismo. –le dijo Sirius riendo.
-¿con que curso empiezas? –le pregunto su padre.
-con... quinto, Gryffindor. –le respondió Harry.
-Harry, ¿ya has montado tu nueva escoba? –le pregunto Sirius.
-eh... ¿me decías? –dijo Harry que estaba distraído con unos apuntes.
-que si ya estrenaste tu escoba. –le dijo Sirius sonriendo.
-no... -le dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Miro hacia la ventana y vio el día despejado, con una agradable brisa circulando y el sol un poco bajo.
-¿y que se supone que estas esperando? –le dijo su padre. –Harry le sonrió y subió a su habitación, poco después bajo saltando las gradas de dos en dos con su nueva escoba ya desenvuelta, tomo el espejo, lo guardo en su bolsillo y salio de la sala común dejando el reguero de libros por toda la sala. Casi corrió con emoción hasta el campo de Quidditch y por pedido propio de sus padres y Sirius dejo el espejo en un asiento de las tribunas para que así lo pudieran ver volar, así pues, tomo su escoba y tras una patada en el suelo se elevo en el aire con velocidad.
Era una sensación increíble finalmente montar en una escoba después de todo un verano sin hacerlo, sin mencionar que la saeta de luz aunque difícil de creer era mucho mejor que la saeta de fuego, incluso cuando Harry frenaba por mas velocidad que llevara, parecía que la escoba y el eran uno solo, normalmente al frenar bruscamente, Harry se habría desplazado hacia delante, pero esto no pasaba con su nueva escoba, dio una vuelta rápida al campo, comprobando la increíble velocidad de la escoba, para su opinión esta escoba no tenia rival existente.
-la snitch. –pensó para si mismo, recordando la snitch que los gemelos le habían obsequiado en su c umpleaños. Detuvo la escoba y busco su varita en su bolsillo. -¡accio, snitch! –dijo pensado en la snitch que estaba en su baúl, espero unos minutos en los cuales sus únicos espectadores se apiñaban en el marco del espejo para verlo. –y entonces, la vio venir a lo lejos, la snitch venia desde el castillo, atraída por el encantamiento. Cuando llego hasta su mano, la dejo escapar dándole ventaja, y luego salio en su busca, cruzo rápidamente el campo y después de minuto y medio la diviso cerca de las tribunas desde donde lo observaban sus padres y padrino, pero al mirar con mayor detenimiento se dio cuenta de que habían dos personas mas; la profesora McGonagall y el profesor Dumbledore que le saludo al notar que lo veía.
Tras los segundos de distracción perdió de vista a la snitch, pero al buscarla de nuevo, la vio revoloteando por lo bajo de uno de los postes. Se lanzo en picada a una velocidad increíble y freno con elegancia medio metro antes de estrellarse contra el suelo, no antes de haber conseguido agarrar su objetivo segundos antes. Unos aplausos resonaron en vació campo, fijo su vista de nuevo en las tribunas y noto que Hagrid se les había unido a sus profesores, que lo aplaudían animadamente. Un poco sonrojado se acerco hasta ellos.
-excelente, señor Potter. –le dijo la profesora McGonagall, con evidente emoción en la voz. –no dudo que ganaremos de nuevo la copa este año.
-gracias. –le dijo Harry, viniendo de la McGonagall era un halago sin precedentes. Miro a sus padres y padrino, y pudo ver claramente el orgullo brillando en sus ojos.
-estoy de acuerdo contigo, minerva, un vuelo increíble, de echo, creo que te ha superado James. –le Dumbledore alegremente, y en lo ultimo se dirigió a james.
-estoy de acuerdo contigo Albus, hijo mío tenia que ser. –le dijo con orgullo en la voz.
-jajá jajá, ¿Por qué será que sabia que ibas a decir eso? –dijo Sirius riendo con ganas. Harry sonrió
-quizás por que es cierto. –le respondió james aun sonriendo. Aun lado de él Lily, movía la cabeza de un lado a otro sonriendo.
-con esa escoba, arrasaremos con las otras casas. –comento Hagrid mirando con satisfacción la escoba de Harry.
El resto del día se le pasó muy rápido, en realidad eran unas cuantas horas, así que la pasó con Hagrid que se divirtió hablando con Sirius y los padres de Harry.
Finalmente llego el día. Harry se levanto temprano, una emoción y a la vez temor corría por sus venas, desayuno junto a los profesores como siempre y dejo listo todo lo que necesitaría en el día, que en realidad era mucho, llevaba consigo en una mochila agrandada por dentro: la capa de invisibilidad, el mapa del merodeador, los libros de las materias del día, pluma, tinta, pergamino, y los apuntes que necesitaría para las clases de DCAO de quinto, tercero y séptimo grado que llevaría ese día.
Como siempre que quería que el tiempo pasara más despacio este corrió a toda marcha, en más poco tiempo del que habría querido, se encontró sentado en la mesa, con los demás profesores, esperando la entrada de los alumnos, poco a poco empezaron a llegar, todos se le quedaban viendo, y murmuraban entre ellos. Estaba nervioso, era cierto que para el era normal que por donde pasara lo miraran, pero es muy diferente cuando son mas de doscientas personas las que te ven a la vez, se sentía incomodo, después de un rato que le pareció eterno, McGonagall entro con los de primero siguiéndola, entonces empezó la selección, Harry miraba a la mesa de Gryffindor y vio que varias manos se alzaban a modo de saludo, reconoció a Ron, Hermione, Neville, Ginny, Dean, Seamus, Lavender, Parvati, Colin, Dennis, y Lee, todos habían estado en la AD, les sonrió, y noto en las mesas de Ravenclaw y Hufflepuff, también lo saludaban quienes habían estado en la AD, excepto Marieta, quien lo miraba con desagrado.
Poco tiempo después, Harry oyó a lo lejos que Dumbledore estaba empezando su discurso, sus nervios aumentaron. Pronto lo presentaría formalmente con el profesor de DCAO.
-...todos sabemos que estamos en tiempos difíciles, es por eso que espero que este año las relaciones entre las casas se hagan mas fuertes. –murmullos. –de todas formas, para este año habrá un profesor suplente durante su primer mes escolar, dado que nuestro nuevo profesor estará retrasado durante dicho tiempo. –Harry empezó a sudar. –bueno, sin mas preámbulos tengo el gusto de decirles, que como ya habrán notado, que su profesor provisional será el señor Harry Potter fueron Ron, Hermione, los profesores y los miembros de la AD los primeros que empezaron a aplaudir, hasta que finalmente, cuando el resto de los alumnos salio de la conmoción también empezaron a aplaudir, claro esta que los de la mesa de Slytherin estaban en un silencio sepulcral que inmediatamente fue cambiado a abucheos. Harry miro divertido la cara de Malfoy, era una mezcla de odio, envidia, incredulidad y un poco de terror. Una sonrisa de satisfacción cruzo su rostro.
-bien, entonces ¡a comer! –dijo Dumbledore cuando los aplausos cesaron. Y de inmediato las fuentes se llenaron de deliciosa comida. Harry dirigió la mirada hacia la mesa de Gryffindor y vio con alegría que sus amigos les sonreían y Ron le señalaba a Malfoy que parecía incapaz de comer. Harry le devolvió la sonrisa y empezó a comer como todos.
Finalmente después de lo que parecía una hora, Dumbledore anuncio a todos que era hora de que fueran a dormir. Harry de inmediato fue a reunirse con sus amigos que ya le estaban esperando de pie.
-¿has visto la cara de Malfoy? – le pregunto Hermione mientras lo saludaba con un abrazo.
-espero que le hagas la vida imposible. –le dijo Ron.
-no será su mejor año, eso lo aseguro. –les dijo Harry con una sonrisa.
-¡Ron! Lo olvidamos, ven, tenemos que llevar a los de primer ingreso. –le dijo Hermione tomándolo de la mano y arrastrándolo hasta donde unos cuantos pequeños estaban de pie sin saber a donde dirigirse. Harry fue detrás de sus amigos.
-¡los de primer ingreso! ¡Por aquí! –decía Ron bastante alto.
Cuando finalmente llegaron a la sala común, Harry se sentó en su sillón favorito al lado del fuego, parecía que muy pocos tenían ganas de charlar antes de ir a la cama, pero cuando pasaba alguien por su lado, lo felicitaban y le daban las buenas noches. Pronto la sala quedo casi vacía.
-bien, ¿Cómo has estado? –le pregunto Hermione cuando había terminado de ubicar a los pequeños.
-bien, todo normal, solo que me hicieron falta, sin ustedes este castillo parece muerto.
-creo que Snape nunca te ha odiado tanto. –le dijo Ron. –parecía que en cualquier momento se pondría de pie y te echaría una maldición. No creo que le haga ninguna gracia que ocupes ese puesto cuando el ha estado detrás de el durante años.
-sin bueno, no se podía esperar algo diferente. –les dijo Harry. –Hermione ¿tienes un despertador? Es que me va a ser difícil dormir con tantas cosas por hacer, así que cuando lo haga, no quiero hacerlo de más.
-si, no te preocupes, sabia que necesitarías uno, espera te lo traigo. –le dijo mientras se ponía de pie y caminaba rumbo a su dormitorio.
-¿Qué tal estuvo el viaje? –le pregunto Harry a Ron.
-estuvo bien, ya sabes, Malfoy entro como siempre a nuestro vagón y cuando no te vio se sorprendió y dijo algo de que ojala y te hayan expulsado, no le dijimos nada, precisamente para que comprobara que no solo no te habían expulsado si no que te habían hecho maestro. –le dijo con una voz burlona. El resto del camino estuvo tranquilo, hicimos guardia como siempre y luego hablamos con Luna y Neville.
-aquí tienes. –le dijo Hermione cuando llego, pasándole el despertador. –creo que vas a necesitar unos cuantos hechizos estimulantes durante la semana, no será un ritmo fácil de llevar. –le dijo al tiempo que tomaba asiento al lado de él.
-si, tienes razón, lo mejor seria irme a dormir ya, no creo que en el próximo mes tenga mucho tiempo para hacerlo ¿cierto? –les dijo y se dirigió a su dormitorio. –hasta mañana.
-hasta mañana. –le respondieron ambos.
Tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Harry se levanto perezosamente de su cama al oír el sonido del despertador. Lo había colocado para despertar a las ocho, lo apago, y se metió a la ducha, para cuando Salio ya eran las ocho y media, y las clases empezaban en una hora, se vistió rápidamente y bajo a desayunar llevando su mochila al hombro, para cuando llego al gran comedor, solo habían un par de Ravenclaws desayunando además de los profesores, así que se sentó solo en la mesa de Gryffindor, donde después se le unió Ginny y otros chicos de quinto, cuarto, y tercer curso.
-hola Harry. –lo saludo animadamente Ginny.
-hola gin. –le dijo este, tomando un poco de cereal.
Después de que tomo un par de tostadas y un poco de café, Ginny salio del gran comedor, despidiéndose de Harry. Después de desayunar rápidamente, Harry, se dirigió al salón de clase de DCAO, allí, ya lo esperaba Ginny.
-¿diez minutos temprano señorita Weasley? –le dijo en broma
-solo quería saludarle, profesor. –le dijo siguiéndole el juego. –Además, mire, no soy la única –dijo señalando a un grupo de Gryffindors que se acercaban. –parece que están ansiosos por ver clases. –le dijo sonriendo.
-será mejor que entremos de una ves, le dijo. Mientras entraba al aula y se acomodaba en el escritorio. Faltando cinco minutos toda la clase estaba sentada en frente de el.
-bien, veo que han soltado las cobijas temprano esta mañana. –les dijo a todos sonriendo a lo que algunos le sonrieron también. –bueno, supongo que lo mejor será ver que tanto saben hasta el momento. –les dijo paseándose. -Hasta el curso presente, asumo que son capaces de realizar encantamientos de desarme, saber vadearse con criaturas como: kappas, gorros rojos, grindylows, hinkypunks, y poder enfrentarse a un boggart, además de identificar a un hombre lobo, vampiros, realizar encantamientos de protección como el impedimenta, aturdidores, y conocer las maldiciones imperdonables. ¿Es así? O ¿hay algún tema en el que creen que debo profundizar? ¿Alguno quizás que no conozcan? ¿Alguno que no mencione y que quieran conocer?
-Ginny y Colin fueron los primeros en alzar la mano, después otras dos chicas de atrás, las alzaron también.
-Ginny. –dijo Harry dándole la palabra.
-hasta el momento hemos visto todo lo que mencionaste excepto las maldiciones imperdonables.
-bien, entonces empecemos por ahí. ¿Alguien me puede decir una de las maldiciones? – Colin y Ginny fueron de esta vez los únicos en alzar la mano.
-Colin
-la maldición imperius. –dijo este
-bien, 5 puntos para Gryffindor. La maldición imperius, consta en poner bajo control a una persona, es decir que le quita la voluntad y la maneja cual si fuera marioneta, es comúnmente utilizada por Voldemort. –un sobresalto en la clase. – y sus mortifa gos para manipular a la gente. Estas son castigadas con pena perpetua en Azkaban cuando se usa en humanos...
Harry continúo con la clase por tres cuartos de hora mas hasta que sonó el timbre, les dejo como tarea una redacción de mínimo un metro sobre las maldiciones imperdonables.
Después de que todos se hubieran ido, saco su capa de invisibilidad, y se cubrió con ella, le dio una vuelta al giratiempo y se encontró en mitad de uno de los pasillos camino al aula de DCAO, miro el mapa del merodeador y vio una motita con el nombre de Harry Potter que se acercaba al pasillo donde el estaba, se movió en dirección al aula de transformaciones, y antes de llegar se quito la capa, cuando no vio a nadie cerca en el mapa. A la entrada se encontró a Ron y Hermione que lo esperaban.
-¿Qué tal la primera clase? –le susurro Ron cuando llego hasta ellos.
-estuvo bien.
-¿les dejaste deberes? –le volvió a preguntar Ron.
-si, bueno, algo fácil, una redacción sobre las maldiciones imperdonables.
-no creo que vayas a ser mi profesor favorito. –le dijo este burlonamente.
-¿te ha sido fácil usar el giratiempo? –le pregunto Hermione susurrando.
-si, es mucho mas fácil con la capa y el mapa. –le dijo este sonriendo. –creo que ya es tiempo, entremos.
Entraron al salón de McGonagall junto con Neville y Dean que se habían acercado.
-hola, Harry. –le dijo Dean.
-profesor Potter, señor Thommas. –le dijo Harry en tono burlón y todos empezaron a reír.
-la clase no pudo ser mejor para Harry, consiguió con facilidad transformar un libro en un perro, con lo que se gano veinte puntos para Gryffindor al igual que Hermione, Ron solo consiguió que a su libro le salieran patas y cola, por lo que McGonagall le dejo de tarea seguir intentándolo.
La siguiente clase era encantamientos, en donde Harry volvió a ganar puntos para Gryffindor al conseguir cambiar sus ropas, tanto de material como de color. Después de salir de clase se volvió a poner la capa y se dirigió de nuevo al aula de DCAO para dar clase a tercero Slytherin. Esta vez no fue tan fácil.
-buenos días. –les dijo a los Slytherin que lo miraban con mala cara.
-asumo que para este grado ya sabrán realizar encantamientos de desarme, defensa y aturdidores, ¿es correcto? –nadie asintió o levanto la mano. -¿es correcto? –les volvió a preguntar. –bien, miren, yo no tengo problema alguno con ustedes, pero si van a poner las cosas en esos términos, tendré que empezar a quitar puntos, ¿de acuerdo? Así que si no quieren que eso pase dejémoslo todo por la paz. –dijo al ver que nadie le respondía.
-es correcto. –dio una rubia de la primera fila.
-eso esta mejor. Bien, entonces empecemos por los boggarts. ¿Alguien me puede decir que son? –un chico del fondo levanto la mano.
La clase continúo con normalidad, al parecer los chicos de tercero no eran tan estupidos como para declarar una guerra en su contra, pues sabían que serian ellos los perjudicados.
Ehh.... Veamos que me falta? Ahh ya! Harry Potter no me pertenece ni nada de lo que este en los libros, solo lo que te sea nuevo es mio .
Ahora si... el capitulo!!
REGRESO A CASA
-¿hoy? -Le pregunto confundido. -¿Por qué? ¿No se supone que seria en dos días?
-los estudiantes regresan en dos días, Harry. –tu debes regresar hoy.
-pero... -no quería ir solo, el solo hecho de tener a Snape como única persona para hablar seria un cuento de terror.
-lo siento Harry, pero Ron y Hermione, no pueden ir. –le dijo como leyéndole el pensamiento. Harry sintió que le cayó un balde de agua fría.
-de acuerdo. –le dijo resignado. Pero luego pensó: hablare con mis padres y Sirius. No estaré solo. Y una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro.
-entonces te espero en media hora en la cocina, Harry.
Harry salio de la habitación y corrió al cuarto que ocupaba con Ron, empaco todas sus cosas, se demoro un poco, ya que tenia cosas repartidas por toda la casa, empaco sus escobas, sus libros, ropa, y demás. Finalmente bajo su baúl a la cocina y se encontró con todos allí, al parecer Dumbledore ya les había dicho a todos que se irían hoy.
Se despidió de todos y volvió a partir con Dumbledore por medio de Fawkes hacia Hogwarts, su hogar.
Aterrizaron en el despacho de Dumbledore. Todos los retratos voltearon a verlos y les sonrieron a ambos, Harry creía que posiblemente Dumbledore les habría explicado a todos el por que del comportamiento de Harry al final del curso, por que de no ser así, todos lo habrían mirado con enojo. En cuanto Harry se puso de pie, recordó que aun no había preguntado por Voldemort, primero, por que no le importaba nada por la muerte de Sirius, y luego por que estaba muy ocupado con las lecciones con Remus.
-profesor ¿Qué esta pasando con Voldemort? –le pregunto aprovechando el momento.
Dumbledore le dirigió una mirada evaluadora y luego dijo
-estamos casi en lo mismo, Harry, aunque, como ya tenemos el apoyo del ministerio, las cosas están mejor, como ya habrás leído los dementotes se revelaron, pero como era algo ya previsto, de inmediato se colocaron otros guardianes, de modo que los prisioneros no tuvieron el mas mínimo tiempo para escapar.
Estamos uniendo fuerzas con otros países. De momento, Voldemort no tiene a más de diez u once mortifa gos fieles, el resto que no son más de veinte son personas posiblemente controladas con la maldición imperius, eso es en general lo que esta pasando. Harry. –le dijo mirándolo a los ojos.
-¿has practicado Oclumencia cierto?
-si, todas las noches, cierro mi mente como me enseño Snape.
-el profesor Snape, Harry. – le dijo Dumbledore.
-desde el sueño de Sirius no eh vuelto a tenerlos, supongo que eso es bueno ¿no? –le pregunto Harry.
-mucho, Harry. Ahora, por que no vas a tu habitación a instalarte. –le su girió Dumbledore. –ah, otra cosa por ahora puedes ocupar el despacho de DCAO si lo quieres, para guardar no se los docu mentos de las clases, es decisión tuya.
-ya veré, pero... ¿Cuándo me darán el giratiempo? –le pregunto como quien no quiere la cosa.
-ah... cierto, lo olvidaba. –le dijo mientras sacaba la cadena con el reloj de arena de uno de sus estantes. –toma, supongo que sabrás darle un buen uso ¿no es así? –le dijo mirándolo como tantas veces, con esa mirada evaluadora, como si mirara a través de el, como si supiera lo que esta pensando.
-si, profesor. –le dijo Harry, mientras se guardaba el reloj en el bolsillo. - ¡Locomotor trunk!–dijo apuntando con su varita a su baúl y este empezaba a flotar delante de el.
-nos vemos en la cena, Harry. Y por cierto la contraseña de tu casa es "flores silvestres" –le dijo Dumbledore.
-hasta la cena, entonces. –le dijo Harry y salio del despacho del director llevando su baúl delante de él. Camino a la sala común de Gryffindor se encontró a Snape que salía de su despacho, este lo miro con el mismo odio que siempre le había profesado y ambos siguieron su camino. Durante todo el camino no se encontró con nadie más, excepto tal vez contando a Peeves, que flotaba tristemente en un aula, le encantaba el bullicio, Harry supuso que si estaba triste era por que no tenia estudiantes a los cuales fastidiar. De pronto escucho una voz.
-hijo, saca el espejo, quiero ver. –le dijo la voz de su padre, y Harry saco el espejo que como siempre lo llevaba en el bolsillo.
-flores silvestres. –dijo Harry cuando llego al cuadro de la señora gorda, esta lo dejo pasar de inmediato.
-ah.... –suspiro james que veía embelesado la sala. –mi sala, no ha cambiado nada, hacia años que no la veía.
-Déjame ver cariño. –y apareció el rostro de Lily en el espejo. –es cierto, sigue igual de bella. –dijo con melancolía.
-yo hace unos años estuve ahí. –recordó Sirius, que para entonces estaba en el espejo. –solo que no fui bien recibido. –se rió fuertemente. –recuerdo el alboroto que hicieron.
Harry se paso el resto del tiempo antes de la cena organizando con la ayuda de sus padres las clases que daría. Cuando tanto el reloj como su estomago lo indicaron, bajo al gran comedor a cenar. Pero se sintió intimidado cuando entro y vio que solo había una mesa en todo el comedor con los puestos precisos para los profesores que eran. Estaban todos ahí, incluso Hagrid, que lo saludo y le señalo un puesto a su lado con una gran sonrisa.
Al otro lado estaba la profesora McGonagall e inmediatamente Dumbledore sentado en el medio, después estaba Snape, que fulmino a Harry con la mirada, luego, el profesor Flitwick, después de el, la profesora Sprout, la profesora Hooch, y finalmente la profesora Vector, que estaba al otro lado de Hagrid, tal parecía que era una costumbre que la profesora Trelawney no cenara con los demás profesores. Finalmente fue Dumbledore el que hablo.
-buenas noches, profesores,- hizo una pausa en la que los demás profesores lo saludaron. -a muy pocos de ustedes quizás les sorprenderá que Harry se encuentre con nosotros, pues esto se debe a que Harry me hará el favor de suplir el puesto de profesor de defensa contra las artes oscuras, durante aproximadamente un mes, que es cuando, nuestro profesor permanente regresa. Escogí a Harry por que como algunos de ustedes sabrán hizo un muy buen trabajo el año pasado, en un grupo de estudio en el que estudiantes de casi todas las casas, aprendieron gracias a él, incluso a realizar el patronus, así que como verán es muy posible que de igual manera realice una buena labor. Espero que le colaboren y que no haya problema alguno. –dijo esta vez mirando a Snape, que lucia furioso. –ahora, cambiando a algo menos agradable, me parece, que como están las cosas lo mejor seria que se suspendieran las salidas a Hogsmeade. –hubo murmullos. -Si, ya se que esto no les va a agradar a los estudiantes, pero, la situación no esta como para exponerlos a un ataque de Voldemort. –casi todos en la mesa se estremecieron a la mención del Voldemort. Harry no le quitaba la mirada a su director, que lucia preocupado.
-pero Albus, ¿de verdad crees que el-que-no-debe-ser-nombrado se atreva a atacar el pueblo? –le pregunto con preocupación la profesora Sprout.
-pues, no es muy probable, pero no me puedo permitir exponer a mis estudiantes. –le dijo Dumbledore. –pero claro que si la montaña no va a mahoma, mahoma va a la montaña. –les dijo a todos sonriendo, pero todos tenían una cara de desconcierto, excepto Harry que entendía perfectamente lo que quería decir ese dicho muggle. Se aclaro la garganta antes de continuar. –lo que quiero decir, es que ya que los estudiantes no pueden ir al pueblo, pues que el pueblo venga a ellos.
-¿quieres decir traer el pueblo a Hogwarts? –Le pregunto McGonagall perpleja
-así es minerva, ya he hablado con los dueños de los establecimientos y accedieron a montar tiendas provisionales en los terrenos del colegio con todos sus productos. –Todos se quedaron desconcertados, en especial Harry, que no habría esperado algo así. –bien, si tienen alguna pregunta, alguna duda, pueden decirla antes de que empecemos con la cena. –les dijo a todos con una sonrisa.
-bueno, es solo curiosidad, pero ¿con que tiempo, Potter va a poder enseñar a los siete grados de las cuatro casas, asistir él mismo a clases, hacer los deberes, y jugar Quidditch? por que no creo que piense retirarse –pregunto la profesora Hooch.
-durante este mes, Harry dispondrá de un giratiempo, para poder realizar todo eso, profesora Hooch. –le dijo tranquilamente.
-si, eso es todo, ¡a cenar! –dijo Dumbledore alegremente al ver que no habían mas preguntas.
La cena fue tranquila, algunos profesores hablaban entre si. Harry hablaba con Hagrid, hasta que la profesora McGonagall le hablo.
Potter, este es su horario de clases y este el horario de defensa contra las artes oscuras. –le dijo mientras le pasaba dos pergaminos. –espero que haga un buen trabajo. –le dijo con una sonrisa de orgullo. –de echo estoy segura que así será. –y se volvió a hablar con Dumbledore.
Después de la cena y de despedirse de Hagrid, Harry subió a la sala común de Gryffindor.
-supongo que lo mejor será llevar la capa invisible conmigo todo el tiempo ¿no? –decía Harry.
-el mapa del merodeador también. –decía Sirius. –así sabrás donde estabas exactamente, o podrías estrellarte contigo mismo. –le dijo Sirius riendo.
-¿con que curso empiezas? –le pregunto su padre.
-con... quinto, Gryffindor. –le respondió Harry.
-Harry, ¿ya has montado tu nueva escoba? –le pregunto Sirius.
-eh... ¿me decías? –dijo Harry que estaba distraído con unos apuntes.
-que si ya estrenaste tu escoba. –le dijo Sirius sonriendo.
-no... -le dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro. Miro hacia la ventana y vio el día despejado, con una agradable brisa circulando y el sol un poco bajo.
-¿y que se supone que estas esperando? –le dijo su padre. –Harry le sonrió y subió a su habitación, poco después bajo saltando las gradas de dos en dos con su nueva escoba ya desenvuelta, tomo el espejo, lo guardo en su bolsillo y salio de la sala común dejando el reguero de libros por toda la sala. Casi corrió con emoción hasta el campo de Quidditch y por pedido propio de sus padres y Sirius dejo el espejo en un asiento de las tribunas para que así lo pudieran ver volar, así pues, tomo su escoba y tras una patada en el suelo se elevo en el aire con velocidad.
Era una sensación increíble finalmente montar en una escoba después de todo un verano sin hacerlo, sin mencionar que la saeta de luz aunque difícil de creer era mucho mejor que la saeta de fuego, incluso cuando Harry frenaba por mas velocidad que llevara, parecía que la escoba y el eran uno solo, normalmente al frenar bruscamente, Harry se habría desplazado hacia delante, pero esto no pasaba con su nueva escoba, dio una vuelta rápida al campo, comprobando la increíble velocidad de la escoba, para su opinión esta escoba no tenia rival existente.
-la snitch. –pensó para si mismo, recordando la snitch que los gemelos le habían obsequiado en su c umpleaños. Detuvo la escoba y busco su varita en su bolsillo. -¡accio, snitch! –dijo pensado en la snitch que estaba en su baúl, espero unos minutos en los cuales sus únicos espectadores se apiñaban en el marco del espejo para verlo. –y entonces, la vio venir a lo lejos, la snitch venia desde el castillo, atraída por el encantamiento. Cuando llego hasta su mano, la dejo escapar dándole ventaja, y luego salio en su busca, cruzo rápidamente el campo y después de minuto y medio la diviso cerca de las tribunas desde donde lo observaban sus padres y padrino, pero al mirar con mayor detenimiento se dio cuenta de que habían dos personas mas; la profesora McGonagall y el profesor Dumbledore que le saludo al notar que lo veía.
Tras los segundos de distracción perdió de vista a la snitch, pero al buscarla de nuevo, la vio revoloteando por lo bajo de uno de los postes. Se lanzo en picada a una velocidad increíble y freno con elegancia medio metro antes de estrellarse contra el suelo, no antes de haber conseguido agarrar su objetivo segundos antes. Unos aplausos resonaron en vació campo, fijo su vista de nuevo en las tribunas y noto que Hagrid se les había unido a sus profesores, que lo aplaudían animadamente. Un poco sonrojado se acerco hasta ellos.
-excelente, señor Potter. –le dijo la profesora McGonagall, con evidente emoción en la voz. –no dudo que ganaremos de nuevo la copa este año.
-gracias. –le dijo Harry, viniendo de la McGonagall era un halago sin precedentes. Miro a sus padres y padrino, y pudo ver claramente el orgullo brillando en sus ojos.
-estoy de acuerdo contigo, minerva, un vuelo increíble, de echo, creo que te ha superado James. –le Dumbledore alegremente, y en lo ultimo se dirigió a james.
-estoy de acuerdo contigo Albus, hijo mío tenia que ser. –le dijo con orgullo en la voz.
-jajá jajá, ¿Por qué será que sabia que ibas a decir eso? –dijo Sirius riendo con ganas. Harry sonrió
-quizás por que es cierto. –le respondió james aun sonriendo. Aun lado de él Lily, movía la cabeza de un lado a otro sonriendo.
-con esa escoba, arrasaremos con las otras casas. –comento Hagrid mirando con satisfacción la escoba de Harry.
El resto del día se le pasó muy rápido, en realidad eran unas cuantas horas, así que la pasó con Hagrid que se divirtió hablando con Sirius y los padres de Harry.
Finalmente llego el día. Harry se levanto temprano, una emoción y a la vez temor corría por sus venas, desayuno junto a los profesores como siempre y dejo listo todo lo que necesitaría en el día, que en realidad era mucho, llevaba consigo en una mochila agrandada por dentro: la capa de invisibilidad, el mapa del merodeador, los libros de las materias del día, pluma, tinta, pergamino, y los apuntes que necesitaría para las clases de DCAO de quinto, tercero y séptimo grado que llevaría ese día.
Como siempre que quería que el tiempo pasara más despacio este corrió a toda marcha, en más poco tiempo del que habría querido, se encontró sentado en la mesa, con los demás profesores, esperando la entrada de los alumnos, poco a poco empezaron a llegar, todos se le quedaban viendo, y murmuraban entre ellos. Estaba nervioso, era cierto que para el era normal que por donde pasara lo miraran, pero es muy diferente cuando son mas de doscientas personas las que te ven a la vez, se sentía incomodo, después de un rato que le pareció eterno, McGonagall entro con los de primero siguiéndola, entonces empezó la selección, Harry miraba a la mesa de Gryffindor y vio que varias manos se alzaban a modo de saludo, reconoció a Ron, Hermione, Neville, Ginny, Dean, Seamus, Lavender, Parvati, Colin, Dennis, y Lee, todos habían estado en la AD, les sonrió, y noto en las mesas de Ravenclaw y Hufflepuff, también lo saludaban quienes habían estado en la AD, excepto Marieta, quien lo miraba con desagrado.
Poco tiempo después, Harry oyó a lo lejos que Dumbledore estaba empezando su discurso, sus nervios aumentaron. Pronto lo presentaría formalmente con el profesor de DCAO.
-...todos sabemos que estamos en tiempos difíciles, es por eso que espero que este año las relaciones entre las casas se hagan mas fuertes. –murmullos. –de todas formas, para este año habrá un profesor suplente durante su primer mes escolar, dado que nuestro nuevo profesor estará retrasado durante dicho tiempo. –Harry empezó a sudar. –bueno, sin mas preámbulos tengo el gusto de decirles, que como ya habrán notado, que su profesor provisional será el señor Harry Potter fueron Ron, Hermione, los profesores y los miembros de la AD los primeros que empezaron a aplaudir, hasta que finalmente, cuando el resto de los alumnos salio de la conmoción también empezaron a aplaudir, claro esta que los de la mesa de Slytherin estaban en un silencio sepulcral que inmediatamente fue cambiado a abucheos. Harry miro divertido la cara de Malfoy, era una mezcla de odio, envidia, incredulidad y un poco de terror. Una sonrisa de satisfacción cruzo su rostro.
-bien, entonces ¡a comer! –dijo Dumbledore cuando los aplausos cesaron. Y de inmediato las fuentes se llenaron de deliciosa comida. Harry dirigió la mirada hacia la mesa de Gryffindor y vio con alegría que sus amigos les sonreían y Ron le señalaba a Malfoy que parecía incapaz de comer. Harry le devolvió la sonrisa y empezó a comer como todos.
Finalmente después de lo que parecía una hora, Dumbledore anuncio a todos que era hora de que fueran a dormir. Harry de inmediato fue a reunirse con sus amigos que ya le estaban esperando de pie.
-¿has visto la cara de Malfoy? – le pregunto Hermione mientras lo saludaba con un abrazo.
-espero que le hagas la vida imposible. –le dijo Ron.
-no será su mejor año, eso lo aseguro. –les dijo Harry con una sonrisa.
-¡Ron! Lo olvidamos, ven, tenemos que llevar a los de primer ingreso. –le dijo Hermione tomándolo de la mano y arrastrándolo hasta donde unos cuantos pequeños estaban de pie sin saber a donde dirigirse. Harry fue detrás de sus amigos.
-¡los de primer ingreso! ¡Por aquí! –decía Ron bastante alto.
Cuando finalmente llegaron a la sala común, Harry se sentó en su sillón favorito al lado del fuego, parecía que muy pocos tenían ganas de charlar antes de ir a la cama, pero cuando pasaba alguien por su lado, lo felicitaban y le daban las buenas noches. Pronto la sala quedo casi vacía.
-bien, ¿Cómo has estado? –le pregunto Hermione cuando había terminado de ubicar a los pequeños.
-bien, todo normal, solo que me hicieron falta, sin ustedes este castillo parece muerto.
-creo que Snape nunca te ha odiado tanto. –le dijo Ron. –parecía que en cualquier momento se pondría de pie y te echaría una maldición. No creo que le haga ninguna gracia que ocupes ese puesto cuando el ha estado detrás de el durante años.
-sin bueno, no se podía esperar algo diferente. –les dijo Harry. –Hermione ¿tienes un despertador? Es que me va a ser difícil dormir con tantas cosas por hacer, así que cuando lo haga, no quiero hacerlo de más.
-si, no te preocupes, sabia que necesitarías uno, espera te lo traigo. –le dijo mientras se ponía de pie y caminaba rumbo a su dormitorio.
-¿Qué tal estuvo el viaje? –le pregunto Harry a Ron.
-estuvo bien, ya sabes, Malfoy entro como siempre a nuestro vagón y cuando no te vio se sorprendió y dijo algo de que ojala y te hayan expulsado, no le dijimos nada, precisamente para que comprobara que no solo no te habían expulsado si no que te habían hecho maestro. –le dijo con una voz burlona. El resto del camino estuvo tranquilo, hicimos guardia como siempre y luego hablamos con Luna y Neville.
-aquí tienes. –le dijo Hermione cuando llego, pasándole el despertador. –creo que vas a necesitar unos cuantos hechizos estimulantes durante la semana, no será un ritmo fácil de llevar. –le dijo al tiempo que tomaba asiento al lado de él.
-si, tienes razón, lo mejor seria irme a dormir ya, no creo que en el próximo mes tenga mucho tiempo para hacerlo ¿cierto? –les dijo y se dirigió a su dormitorio. –hasta mañana.
-hasta mañana. –le respondieron ambos.
Tiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Harry se levanto perezosamente de su cama al oír el sonido del despertador. Lo había colocado para despertar a las ocho, lo apago, y se metió a la ducha, para cuando Salio ya eran las ocho y media, y las clases empezaban en una hora, se vistió rápidamente y bajo a desayunar llevando su mochila al hombro, para cuando llego al gran comedor, solo habían un par de Ravenclaws desayunando además de los profesores, así que se sentó solo en la mesa de Gryffindor, donde después se le unió Ginny y otros chicos de quinto, cuarto, y tercer curso.
-hola Harry. –lo saludo animadamente Ginny.
-hola gin. –le dijo este, tomando un poco de cereal.
Después de que tomo un par de tostadas y un poco de café, Ginny salio del gran comedor, despidiéndose de Harry. Después de desayunar rápidamente, Harry, se dirigió al salón de clase de DCAO, allí, ya lo esperaba Ginny.
-¿diez minutos temprano señorita Weasley? –le dijo en broma
-solo quería saludarle, profesor. –le dijo siguiéndole el juego. –Además, mire, no soy la única –dijo señalando a un grupo de Gryffindors que se acercaban. –parece que están ansiosos por ver clases. –le dijo sonriendo.
-será mejor que entremos de una ves, le dijo. Mientras entraba al aula y se acomodaba en el escritorio. Faltando cinco minutos toda la clase estaba sentada en frente de el.
-bien, veo que han soltado las cobijas temprano esta mañana. –les dijo a todos sonriendo a lo que algunos le sonrieron también. –bueno, supongo que lo mejor será ver que tanto saben hasta el momento. –les dijo paseándose. -Hasta el curso presente, asumo que son capaces de realizar encantamientos de desarme, saber vadearse con criaturas como: kappas, gorros rojos, grindylows, hinkypunks, y poder enfrentarse a un boggart, además de identificar a un hombre lobo, vampiros, realizar encantamientos de protección como el impedimenta, aturdidores, y conocer las maldiciones imperdonables. ¿Es así? O ¿hay algún tema en el que creen que debo profundizar? ¿Alguno quizás que no conozcan? ¿Alguno que no mencione y que quieran conocer?
-Ginny y Colin fueron los primeros en alzar la mano, después otras dos chicas de atrás, las alzaron también.
-Ginny. –dijo Harry dándole la palabra.
-hasta el momento hemos visto todo lo que mencionaste excepto las maldiciones imperdonables.
-bien, entonces empecemos por ahí. ¿Alguien me puede decir una de las maldiciones? – Colin y Ginny fueron de esta vez los únicos en alzar la mano.
-Colin
-la maldición imperius. –dijo este
-bien, 5 puntos para Gryffindor. La maldición imperius, consta en poner bajo control a una persona, es decir que le quita la voluntad y la maneja cual si fuera marioneta, es comúnmente utilizada por Voldemort. –un sobresalto en la clase. – y sus mortifa gos para manipular a la gente. Estas son castigadas con pena perpetua en Azkaban cuando se usa en humanos...
Harry continúo con la clase por tres cuartos de hora mas hasta que sonó el timbre, les dejo como tarea una redacción de mínimo un metro sobre las maldiciones imperdonables.
Después de que todos se hubieran ido, saco su capa de invisibilidad, y se cubrió con ella, le dio una vuelta al giratiempo y se encontró en mitad de uno de los pasillos camino al aula de DCAO, miro el mapa del merodeador y vio una motita con el nombre de Harry Potter que se acercaba al pasillo donde el estaba, se movió en dirección al aula de transformaciones, y antes de llegar se quito la capa, cuando no vio a nadie cerca en el mapa. A la entrada se encontró a Ron y Hermione que lo esperaban.
-¿Qué tal la primera clase? –le susurro Ron cuando llego hasta ellos.
-estuvo bien.
-¿les dejaste deberes? –le volvió a preguntar Ron.
-si, bueno, algo fácil, una redacción sobre las maldiciones imperdonables.
-no creo que vayas a ser mi profesor favorito. –le dijo este burlonamente.
-¿te ha sido fácil usar el giratiempo? –le pregunto Hermione susurrando.
-si, es mucho mas fácil con la capa y el mapa. –le dijo este sonriendo. –creo que ya es tiempo, entremos.
Entraron al salón de McGonagall junto con Neville y Dean que se habían acercado.
-hola, Harry. –le dijo Dean.
-profesor Potter, señor Thommas. –le dijo Harry en tono burlón y todos empezaron a reír.
-la clase no pudo ser mejor para Harry, consiguió con facilidad transformar un libro en un perro, con lo que se gano veinte puntos para Gryffindor al igual que Hermione, Ron solo consiguió que a su libro le salieran patas y cola, por lo que McGonagall le dejo de tarea seguir intentándolo.
La siguiente clase era encantamientos, en donde Harry volvió a ganar puntos para Gryffindor al conseguir cambiar sus ropas, tanto de material como de color. Después de salir de clase se volvió a poner la capa y se dirigió de nuevo al aula de DCAO para dar clase a tercero Slytherin. Esta vez no fue tan fácil.
-buenos días. –les dijo a los Slytherin que lo miraban con mala cara.
-asumo que para este grado ya sabrán realizar encantamientos de desarme, defensa y aturdidores, ¿es correcto? –nadie asintió o levanto la mano. -¿es correcto? –les volvió a preguntar. –bien, miren, yo no tengo problema alguno con ustedes, pero si van a poner las cosas en esos términos, tendré que empezar a quitar puntos, ¿de acuerdo? Así que si no quieren que eso pase dejémoslo todo por la paz. –dijo al ver que nadie le respondía.
-es correcto. –dio una rubia de la primera fila.
-eso esta mejor. Bien, entonces empecemos por los boggarts. ¿Alguien me puede decir que son? –un chico del fondo levanto la mano.
La clase continúo con normalidad, al parecer los chicos de tercero no eran tan estupidos como para declarar una guerra en su contra, pues sabían que serian ellos los perjudicados.
