PERDONAME, O MEJOR... PERDONENME

Capitulo 1: "Hablando sin sentir"

Por: Selkie-chan


Las hojas de otoño caían melancólicamente y le daban un aire aún más triste al ambiente dentro de la pensión. Todos se encontraban reunidos en la sala mirando con expresiones comparecientes al hijo menor de la familia Asakura, este, a su vez observaba por la ventana hoja tras hojas y con cada una de ellas una lagrima se retenía en sus ojos. ¿Cómo había sido capaz de hacer eso? ¿Cómo se había atrevido a tratar de esa manera a Anna... a su Anna... a su amada itako? Meneaba la cabeza con desesperación... sólo se había dejado llevar por la situación, había visto que sus abuelos la regañaban y él había sentido el impulso de hacerlo... de sentir esa nueva sensación de autoridad frente a su prometida. El machismo se había apoderado de él y había creído que su amada Anna no podría ser una buena... una buena madre. La había humillado, le había dicho cosas que jamás había sentido, pero que en ese momento lo hacían ver como el hombre, como el macho.

Flash back

El sol se encontraba un poco escondido bajo las nubes y una helada brisa movía levemente los árboles. Yoh y Anna se encontraban en la pensión Fumbari, habían ido de visita para hablar con los abuelos y los padres del shaman, ya que desde hace bastante tiempo que no se veían. Habían mantenido una tarde bastante agradable y estaban viendo si quizás pasaban ahí la noche.

En ese momento se encontraban en una acalorada discusión sobre que hijos eran los que se sentían mas felices, aquellos que no podían estar todo el tiempo con sus madres, pero que veían como esta se sacrificaba trabajando duro todos los días por ellos o aquellos que tenían la facilidad de estar todo el día acompañados, pero que el único ejemplo que tenían era el de una madre perezosa que esperaba que el esposo le llevara el dinero y los víveres al hogar.

- Yo creo – decía la señora Keiko – que los hijos deben de tener un buen ejemplo de sus padres y sobretodo de sus madres. Deben darce cuenta de que estas se esfuerzan por mantenerlos de alguna forma adecuada aunque esto disminuya un poco la presencia diaria de ellas en la casa. Además los niños deben desarrollarse individualmente. Sin que sus padres estén tras ellos todo el tiempo.

- Si, pero si usted lo observa de una forma más maternal y no sólo mecánicamente – Dijo Anna con su habitual tono seco de voz - logrará percatarse de que los hijos necesitan el cariño de sus padres, está bien de que la madre trabaje, pero no hay que esperar que esta haga todo el trabajo del hogar y no pueda mantener ningún tipo de relación sentimental con su hijo.

A Yoh le sorprendió enormemente que Anna tuviese ese punto de vista, estaba bien que ella quisiera en un futuro quedarce en el hogar para así no trabajar, pero jamás se imaginó que tuviese un vista tan profunda y clara de los sentimientos que puede llegar a sentir una madre por su hijo. Y al parecer a Yoh no fue al único que le sorprendió, ya que la anciana Kino pronunció las siguientes palabras.

- Me sorprende Anna que tengas esa manera de pensar, me refiero a que si llegas a tener hijos con mi nieto, no creo que logres interactuar mucho tiempo con el, ya que por un lado estarán tus entrenamientos como itako y por otros los de su hijo – dijo mirando a Yoh y a Anna - ya que lo mas probable es que posea unos increíbles poderes espirituales y no creo que sea muy conveniente desperdiciarlos.

La rubia itako, frunció levemente el ceño ante tal comentario.

- Pero sensei, no veo el inconveniente en que yo misma sea quien le proporcione el entrenamiento a mi hijo, si aluna vez llego a tener uno, por supuesto. – Yoh se volvía sorprender de la actitud de Anna, pero esta vez por el respeto con el que esta se dirigía hacia su abuela.

- ¿Y donde quedan tus entrenamientos querida? Había olvidado mencionarte que apenas te cases con Yoh, osea en un año mas, comenzaras nuevamente con arduos entrenamientos, para que te transformes en mi heredera del templo cuando yo muera.

- ¿Y con los poderes espirituales que tengo ahora, no basta? – insistió Anna, intrigando aún mas a Yoh por la persistencia que tenía esta hacia lo que era la maternidad.

- Por supuesto que no pues niñíta. No te entrené todos estos años para que tengas un pensamiento así de mediocre. ¡En cuanto te cases con Yoh comenzarás con tu entrenamientos y si por esas casualidades tienes un hijo, este quedará a manos de mi hija, Keiko y continuarás con tu labor de itako!

Anna bajo la cabeza en señal de obediencia, quizás este no era el mejor momento para contarles a todos la impresionante noticia que se había enterado hace dos días. Lo mas probable es que no todos lo tomarían con el mejor de los humores y los mas conveniente era comunicárselo primero a Yoh en privado.

El shaman de cabello castaño continuó mirando a Anna con determinación. Había estado observando durante toda la tarde todas las expresiones de esta y estaba completamente impresionado y asombrado de lo sumisa que podía llegar a ser su prometida ante los que eran sus maestros.

Quizás era por que no estaba acostumbrado a tomar o porque realmente se le había pasado la mano con las copas, pero sintió una fuerte urgencia de ser a él a quien esta le tuviese tal respeto. De sentirse aunque fuese sólo una vez como el superior entre ellos y no dejarse pisotear por la mujer a la que amaba. No se contuvo un segundo mas y con un tono de voz bastante alto dijo:

- Además, no puedes negar que serías bien mala madre Anna, eres muy holgazana y sólo te gusta que te atiendan. – La rubia giró rápidamente la cabeza y miró con unos enormes ojos de sorpresa a Yoh, pero este continuó con sus opiniones – También tratarías muy mal al que supuestamente sería nuestro hijo, me imagino si el pobre cometiese alguna falta, aunque muy pequeña que sea, quedaría todo maltratado por tus golpes jijijijijijiji – Cada una de estas palabras retumbaban en la cabeza de la rubia y hacían que se estremeciese de dolor, pero no de dolor físico, si no que Yoh estaba dañando algo aún mas valioso, sus sentimientos. El joven se percató de los efectos que estaba causando en la rubia y le agradó que esta no reaccionara con un golpe... la miró a los ojos y vio la tristeza reflejada en ellos, quiso detenerce, pero su lengua se movía por cuenta propia.

- Si este fuera el caso, jamás me atrevería a tener un hijo contigo, pobre criatura, sólo vendría a sufrir a este mundo, en manos de una madre como tu. – Yoh no quería decir estas palabras, no las sentía realmente, eran mentira, pero algo en su interior no le permitía detenerce. Veía como poco a poco los ojos de la itako se llenaban de unas profundas lágrimas. – Y si en algunos de esos accidentes llegarás a quedar embarazada preferiría mil veces que mi madre se encargara de él o por lo menos Tamao... pero en ningún caso...

- ¡CALLATÉ! – Resonó la voz de la anciana Kino por toda la sala. Yoh se detuvo súbitamente y por un momento logró asimilar todas las horrendas cosas que le había dicho sin sentirlas ni creerlas realmente a su prometida, a su amada... a aquella que muy pronto sería su esposa.

Anna se puso de pie lentamente, miraba fijamente el suelo y el cabello le tapaba los ojos, se vieron unas gruesas lágrimas estrellarse contra el suelo. Avanzó a paso lento hacia su prometido y cuando estaba justo frente a él, levanto la cabeza, Yoh pudo notar los ojos enrojecidos y las lagrimas acumuladas en ellos. – te odio- murmuro la rubia con profunda tristeza en sus palabras, levanto la mano y rápidamente le proporciono una profunda bofetada en el rostro a su prometido. Antes de que todos reaccionaran, ya había salido corriendo de la sala. Yoh quedo mirando fijo, con la mano en su rostro, sorprendido de todas las imbéciles palabras que le había dirigido a la itako. No se dio ni cuenta y ya todos habían salido tras ella.

Volvieron una hora mas tarde, con los rostros amargados y murmurando que no se encontraba por ninguna parte y que lo más probable es que había vuelto a Izumo. Yoh tomo sus bolsos y rápidamente volvió a su hogar en donde esperaba que se encontrara su prometida... pero por supuesto que estaba muy equivocado.

Fin Flash back

Recién esta mañana había llegado y se había encontrado con la desilusionaste noticia de que la itako ni si quiera se había dejado ver por esos alrededores. La busco por toda la ciudad, pero ni siquiera su aroma le llegaba con el viento. Después de esa ardua búsqueda se sentó mirando por la ventana, mientras todos los integrantes de la pensión lo observaban con tristeza y se preguntaban que era lo que realmente había sucedido.

- ¡Don Yoh! ¡Don Yoh! - Escucho el shaman que alguien desde atrás lo llamaba, rápidamente se dio vuelta y se encontró con un acalorado Ryu, quien sostenía un sobre en las manos. – Estaba ordenando el cuarto de la señorita Anna y encontré esta carta, quizás explique en donde se encuentra. – Dijo muy emocionado el shaman con estilo Elvis.

Yoh le arrebato rápidamente el sobre de las manos y tiritando por la emoción y el temor de su contenido lo abrió lentamente. Dentro se encontraba una hoja de papel común y corriente, en la que se podía apreciar la caligrafía de Anna:

"Yoh:

Quizás esta no sea la forma más adecuada para despedirme, pero al escuchar ayer tus palabras y darme cuenta que era lo que realmente sentías hacia mi, decidí que lo más conveniente para ambos era que nos alejáramos el uno del otro. No te culpo por lo que piensas sobre mi estilo de maternidad, ya que nunca me he demostrado muy cariñosa ni amable contigo y no creo que llegue en algún momento a cambiar esa actitud. Y por la misma razón no guardo rencor hacia a ti en este momento, pero eso no quiere decir que no encuentre que te comportaste como un estúpido al haberme dejado en ridículo frente a los que son tu familia. Podrías perfectamente haber esperado a que estuviésemos solos y haberlo conversado en privado, para que así hubiésemos tratado aunque sea de mejorar. Pero fue tu decisión y como ya lo dije anteriormente la comprendo, comprendo que te hallas sentido ahogado con mi compañía desde pequeño, con mi compañía que lo único que te proporcionaba eran molestias y trabajo duro... espero que me perdones ya que nunca fue mi intención causarte dolor, siempre lo hice pensando que sería lo mejor para tu futuro como shaman y quitarte esa continua mala costumbre de holgazán y relajado que te caracterizaba.

Si lo que deseabas era herirme y vengarte de todo lo que te había hecho sufrir... lo lograste, por su puesto, me heriste como jamás alguien, aparte de los Kyouyama, lo había hecho. Y me sorprendiste enormemente por cual fue la forma de hacerlo. Aunque quizás tengo que entender que las personas tarde o temprano explotan, no siempre pueden estar reprimiendo sus sentimientos.... no me disculpo Yoh ya que no me arrepiento de haberte hecho todo lo que hice, quizás sufriste, pero sé, que al fin y al cavo todo fue para tu mejor.

Adiós y hasta algún día Yoh Asakura."

Ahí terminaba la carta... demostraba perfectamente la careta de Anna, su actitud fría, sin arrepentirce de sus acciones y explicando de una forma casi mecánica cuales habían sido sus sentimientos. Quizás la rubia no había querido demostrar dolor en su carta... pero Yoh sabía que la itako había escrito esas palabras con una gran herida en su corazón, una herida que sangraba amargamentE.

El shaman arrugo fuertemente la carta en su mano... unas lagrimas se escaparon por su rostro y no pudo reprimir un fuerte grito ¡¡ANNA!!


CONTINUARA...

Espero que les haya gustado este capítulo . el próximo se titulará: "corriendo en otoño" y relataré lo que le sucedió a Anna luego de escapar de esa manera de la casa de los abuelos de Yoh. ¡Espero reviews! .

Selkie-chan