UNA NOTICIA INESPERADA

Habían pasado dos días desde la conversación sobre la profecía con sus amigos, ambos ya habían salido de la enfermería, sin embargo hasta la persona mas poco observadora se habría podido dar cuenta del cambio que sufrieron de la noche a la mañana aquel par de estudiantes…

Hermione había perdido su sobre interés por las clases, a menos que le preguntaran directamente, no se la había vuelto a ver responder a cada pregunta lanzada por cada profesor.

Ron, por su parte, andaba cabizbajo, ya ni siquiera discutía con Hermione, y Harry noto con tristeza que su amigo había perdido su característico sentido del humor.

no debí haberles dicho nada. –le decía Harry a sus padres y padrino.

tarde o temprano lo iban a saber, hijo. –le dijo su madre.

aun así… -les decía entristecido. –me pone mal verlos tan tristes, incluso extraño sus discusiones.

tengo una idea. –dijo canuto.

¿Cuál? ¿Borrarles la memoria? –le pregunto Harry con un tono sarcástico.

no, nada de eso… ¿Por qué no se van a la Guarida? –le dijo con una sonrisa.

¡Hey! ¡Que buena idea! Pueden ir para las navidades. –le dijo animado su padre.

¿A dónde? –les dijo confundido.

La Guarida es una de nuestras casas de verano, hijo. –le dijo su madre.

No sabía que tuviéramos casas de verano…

OH no sabes la cantidad de cosas que tienes, hijo, el apellido Potter es increíblemente antiguo, además de ser una de las cinco familias mas adineradas de Gran Bretaña. –le decía su padre, con un orgullo latente en su voz.

Ya, deja de presumir, cariño.

Y… ¿Dónde queda la Guarida? –les pregunto luego de recuperarse del shock.

Queda en la isla de Wight, sobre un hermoso acantilado. –le dijo Lily.

hablare con los chicos al respecto, seguro les gusta la idea. –les dijo mas animado.

ahora, llevanos con Dumbledore, queremos hablar unas cuantas cosas con el. –le dijo su padre

de acuerdo. –les dijo mientras salía de la sala de requerimientos que era donde había estado.

Era sábado, he ahí el por que tenia el día "libre" por que aun tenia que hacer los deberes, solo que no eran si no el de transformaciones que habían puesto el día anterior, ya no se dejaba alcanzar, casi siempre terminaba sus deberes el mismo día que se los ponían.

En el camino al despacho del director se encontró con Hermione que al parecer venia de la biblioteca por la montaña de libros que cargaba entre sus brazos.

déjame ayudarte. -le dijo Harry al ver que Hermione casi no podía con el peso. –eso es, así esta mejor ¿no? –le dijo una vez hubo tomado casi toda la montaña sin dificultad y dejando a Hermione con un solo ejemplar.

no, Harry, tranquilo, yo puedo cargarlo. –le dijo haciendo un ademán de recuperar los libros.

déjalo, yo te los llevo, pero creo que voy a tener que comprarte un carrito para cargar tantos libros. –le dijo risueño.

¿a donde vas? –le pregunto luego de dirigirle una sonrisa sincera.

a ver al profesor Dumbledore, mis padres y canuto quieren hablar con el.

pero vamos en sentido contrario, Harry, yo voy para la sala común, mejor devuélveme los libros. –le dijo volviendo a intentar recuperarlos, pero Harry la esquivo.

no, mejor me acompañas y luego te los llevo ¿vale? –le dijo regalándole una sonrisa.

esta bien, pero dime que te tiene tan contento hoy.

pues que ya se a donde me voy para las navidades. –le dijo queriendo darle vueltas al asunto.

¿a si? ¿Y a donde? –le pregunto con curiosidad. –pensé que iríamos a la madriguera o nos quedaríamos aquí como siempre… a menos que nos fuéramos a Grimmaud place.

ninguna de las anteriores, Herm.

Hermione se quedo pensativa, parecía no tener respuesta esta vez. -¿acaso alguien te a invitado a pasar vacaciones a otro lado? –le pregunto con un tono de voz de no era el suyo.

exacto. –le dijo risueño.

¿y puedo saber quien?

mmm… pues, es una bella pelirroja y dos amigos de hace tiempo.

¿a si? –le dijo con un tono un tanto duro. –pues… ojalá te vaya bien Harry. –le dijo antes de arrebatarle sus libros sin previo aviso y caminando con paso rápido, dejando a Harry totalmente confundido, tardo unos cuantos segundos en reaccionar y salir tras su amiga.

¡Hey Hermi! ¿Qué pasa? ¿Por qué sales así? –le pregunto persiguiéndola, unas alumnas de Ravenclaw, a las que Harry le puso el mismo cuidado que a los muros de piedra, los observaban.

detente ¿quieres? –le dijo en cuanto la alcanzo, pero como no le hacia caso la sostuvo de un brazo con la mala suerte que todos los libros se vinieron abajo.

mira lo que haces. –le reprocho intentando recogerlos, pero Harry no la dejo, la sostuvo a su lado.

¿Por qué saliste así?

por… por que tengo prisa. –le dijo sin mirarlo a los ojos.

eso no te lo crees ni tu misma, Herm. –le dijo con cariño, mientras les sostenía el rostro para que lo mirara a la cara.

¿Estabas llorando? –le pregunto al verle las pestañas húmedas y el rastro de una lagrima en su mejilla. -¿Por qué?

no es nada…e… esta venteando mucho, fue un mugre. –le dijo de manera poco convincente.

eres pésima mintiendo ¿lo sabias? A mi no me puedes engañar, ¿Por qué te pusiste así? –le dijo mientras secaba aquella solitaria lagrima con su pulgar.

es… es solo que pensé que pasaríamos las Navidades juntos. –le dijo bajando la cabeza.

pero si las pasaremos juntos. –le dijo acercándola y rodeándola con sus brazos.

¿y la pelirroja y tus amigos? –le dijo con la cabeza oculta en el cuello de el.

la hermosa pelirroja es mi madre y mis amigos son mi padre y canuto, Hermi, pensaba invitarlos a mi casa de verano en la isla de Wight. –le dijo sonriendo. – ¿por eso te pusiste así? OH vamos Herm sabes que los únicos con quienes quiero pasar las navidades es con Ron y contigo. –le dijo soltándola por fin.

Es solo… no importa, mejor te acompaño donde el director. –le dijo mientras Harry recogía los libros del suelo.

Cuando llegaron por fin a la gárgola que cubría la entrada al despacho de Dumbledore, Hermione dijo la contraseña y subieron a la escalera que ya empezaba a ascender.

hola Harry, Hermione, ¿Qué los trae por aquí? –les dijo Dumbledore con su aspecto sereno.

mis padres y Sirius quieren hablar con usted profesor. –le dijo Harry mientras descargaba la pila de libros sobre el escritorio del director y sacaba el espejo de su bolsillo.

OH, bien hace mucho que no conversamos. –les dijo guiñándoles un ojo. –por cierto, Hagrid me contó de tu nueva mascota, hermosos y poderosos animales los Othompys. ¿Qué nombre le has puesto?

aun no lo se… -le dijo Harry, con los acontecimientos pasados se había olvidado por completo del Othompy. –ya pensare en uno, ahora me retiro profesor, permiso. –le dijo luego de volver a cargar con la pila de libros.

hasta luego profesor. –se despidió Hermione.

cuídense. –les dijo antes de que ambos estudiantes salieran del despacho.

¿entonces? ¿Qué dices, nos quedamos aquí, o nos vamos a mi casa de verano? –le dijo Harry en cuanto salieron del despacho.

Hablemos con Ron, pero seria excelente ir a tu casa. –le dijo con una sonrisa. -¿Cuándo vas a ponerle el nombre a tu mascota?

no lo se, quizás después de dejarte en la sala común. –le dijo pensativo.

entonces te acompaño.

pensé que tenias deberes. –le dijo un tanto extrañado.

si, pero tengo mucho tiempo para hacerlos.

de acuerdo.

¿y a quien mas piensas invitar a tu casa?

pues no se… estaba pensando en Ginny, Neville, y Luna, ¿Qué te parece?

me parece bien, flores silvestres. –le dijo al retrato de la señora gorda, que de inmediato les dio paso a la sala.

¿En donde esta Ron? No lo veo hace un rato. –le pregunto Harry a Hermione buscando con la mirada a su mejor amigo.

no lo se. –le respondió encogiéndose de hombros. –me he pasado el día en la biblioteca, ah espera, creo que lo vi con Luna. –le dijo esto ultimo un tanto pensativa. –que extraño.

ya aparecerá, ¿vamos? –le dijo luego de descargar la pila de libros en una mesa cerca del fuego.

vamos.

Salieron a los terrenos del colegio, con dirección a la cabaña de Hagrid, a lo lejos podían ver como el Othompy caminaba de un lugar a otro intentando liberarse de su cadena.

¡ay! Pobre, lleva atado mucho tiempo. –dijo Hermione.

Pero en cuanto estuvieron un poco mas cerca el Othompy se dio cuenta de la presencia de Harry y como si nada lo atara, corrió en dirección a el, tirándolo de nuevo al suelo.

como siga saludándome así, me va a dar una contusión cerebral. –le dijo Harry a Hermione desde el suelo, ésta tan solo le sonrió y le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie.

¿Cómo se soltó así de fácil? –pregunto Harry.

Es un animal mágico, Harry, una cadena de esas no lo detendría a menos que le ordenases que no se moviese del sitio donde lo dejes.

¿seguro haría lo que le ordenara? –le dijo un tanto escéptico

seguro, intenta decirle que se siente y veras.

eh… esta bien. Siéntate. –le dijo al enorme animal, pero no sucedió nada, este siguió frotándose contra el. -¿ya ves? No me hace caso.

debe ser que primero le debes poner un nombre ¿no? –le dijo pensativa. -¿Qué tal Eluro? –le dijo, a Harry pero este frunció el ceño y no solo pareció disgustarle a el sino al Othompy también, que dejo de frotarse contra Harry y le gruño a Hermione. –OK, OK, no les gusta, me doy cuenta.

¿de donde has sacado semejante nombre?

de la mitología egipcia, Eluro era un gato sagrado.

¿y que tal Nemrod? –le dijo Harry.

¡es perfecto! –le dijo Hermione, el Othompy parecía también de acuerdo pues se froto de nuevo en Harry con gesto cariñoso.

ahora si, intentémoslo de nuevo. Nemrod, siéntate. –le dijo a su nueva mascota. El Othompy de inmediato le obedeció, se sentó en sus patas traseras y lo observo con aquellos ojos profundos.

¿lo ves? Te lo dije. –le dijo Hermione satisfecha. –solo que… -le dijo apagando un poco su sonrisa.

¿Qué?

pues que desde ahora no se va a querer separar de ti por mucho tiempo, estoy segura que si eso pasase, te buscaría hasta encontrarte, pueden ser muy posesivos.

bueno, pero ¿podrá dormir sin mi, no? –le dijo en broma y sonriendo.

pues… creo que… no. Creo que querrá dormir en tu habitación. –Harry la miraba perplejo.

¿aun cuando le ordene lo contrario?

me temo que si.

uy, no creo que a nuestros compañeros les haga gracia dormir con un tigre.

yo tampoco lo creo, pero estoy segura que como sea llegara hasta tu habitación mañana.

ya veremos, pero no creo que pueda pasar por el retrato. –le dijo dando por finalizado el tema. -¿vamos a buscar a Ron?

de acuerdo. –le dijo pero parecía preocupada.

¿en donde crees que este? –le dijo mientras se sentaba en el verde pasto.

pues no se, aun falta media hora para el almuerzo, no creo que este en el gran comedor.

Nemrod se había echado a su lado, estaban un poco retirados del árbol que acostumbraban frecuentar, pero desde ahí se alcanzaba ver este y el lago. El calamar parecía haber tomado algo que le habían arrojado, así que Harry miro en la dirección donde creía había estado la persona que le había lanzado comida al calamar.

Justo debajo de aquel árbol en el que había visto a los merodeadores sentados, en el pensadero de Snape, había dos personas sentadas, no les distinguía las caras, pero le parecía que era una chica de Ravenclaw y un chico de Gryffindor.

Los observaba con curiosidad, por los movimientos torpes del chico dedujo que este estaba muy nervioso. Le recordó a si mismo con Cho.

Pero hubo algo que le recordó aun mas a Cho, la chica que veía a lo lejos, se fue acercando a su acompañante casi peligrosamente, hasta tenerlo contra el árbol, y lo besó.

Harry se sonrojo levemente, no debería estar viéndoles, así que desvió la vista hacia Hermione, y se sorprendió al ver que esta también estaba observando al mismo par de chicos.

¿acabas de ver lo mismo que yo? –le dijo con una sonrisa en el rostro que Harry no entendió.

eh… si, eso creo, ¿pero por que sonríes? ¿Quiénes son? –le dijo confundido a lo que Hermione respondió rodando los ojos antes de decirle.

ay Harry, serás muy bueno viendo la snitch, pero no podrías reconocerte ni a ti mismo en la distancia.

Harry seguía confundido, volvió a observar a la pareja. Ese pelo rojo… el chico se paso una mano por el cabello. Ese gesto… observo a la chica, tenía el cabello rubio y desgreñado…

un momento… esos… esos ¿no son…?

exactamente, parece que nuestros amigos tienen una noticia para contarnos.

al parecer la iniciativa es una característica mas de los Ravenclaw ¿no? –pero Hermione no respondió, se había puesto de pie.

será mejor que regresemos, no deberíamos haber visto lo que vimos, así que ni se te ocurra decirle nada a Ron ¿de acuerdo? –le dijo con aquel típico tono suyo, que no aceptaba negativas.

entonces vamos para allá, que ya me dio hambre. –le dijo sonriendo, le paso un brazo sobre los hombros y siguieron en silencio.

Caminaban hacia el castillo con Nemrod siguiéndolos.

Harry observo a Nemrod que iba a su derecha un poco retirado, y lo vio comportándose un poco raro, caminaba un poco agachado, y muy despacio, no le dio mucha importancia y entro al castillo con Hermione.

¡pero miren a quien tenemos aquí! –dijo una voz inconfundible. –al cabeza rajada, y a la sangre sucia, no creí que te rebajarías tanto Potter ¿de novio con la sangre sucia de Granger?

¡cállate Malfoy! ¿O quieres que te reste puntos? –le dijo totalmente enojado.

me valen una mierda los puntos. –le dijo con odio en cada una de sus palabras. –vas a pagar lo que le hiciste a mi padre. –le dijo al momento que sacaba su varita. -¡locomotor mortis!

El hechizo iba directo a el, se agacho rápidamente, y espero escuchar el impacto en la pared, pero este nunca llego, en su lugar se oyeron unos cuantos gritos, pasos rápidos, murmullos, ¿Qué demonios había pasado?

Levanto la vista y se encontró con Nemrod en frente suyo, mirando amenazadoramente a Malfoy, que estaba solo delante del animal, pálido y con el miedo asomándose en sus grises ojos.

Harry se puso de pie con una sonrisa de satisfacción. -¿te gusta mi mascota Malfoy? –le pregunto con sonra. Hermione soltó una risita a su lado.

Nemrod dio unos pocos pasos lentos hacia Malfoy, y este retrocedió asustado.

¡impedimenta! –grito Malfoy desesperado al ver que su agresor se acercaba mas, pero esto lejos de hacerle algún efecto al Othompy, este salto sobre Malfoy apresándolo, como hacia con Harry.

¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Me mata! ¡Ay! ¡Me maaaataaaaaa! –gritaba Malfoy desesperado. De no ser por que era Malfoy, y Harry estaba viendo que Nemrod no le había hecho el más mínimo rasguño a este, se habría preocupado, pero por el contrario, no podía de la risa.

¡Harry! –le dijo Hermione a su lado.

¿Qué es todo este escan…? –decía la profesora McGonagall, saliendo del gran comedor, pero se quedo sin palabras al ver a aquel animal sobre Malfoy.

¡auxilio! ¡Profesora! ¡Me mata! –decía Malfoy en el piso con los ojos cerrados y unas cuantas lagrimas en las mejillas.

Nemrod lamió la cara de Malfoy y este inmediatamente se cayó, parecía dormido. Levanto la cabeza y miro directamente a los ojos a la profesora, saltó elegantemente dejando libre a Malfoy y se acerco a ella, que se horrorizo con la cercanía pero no hizo movimiento alguno.

ay, que lindo. –dijo una chica de Hufflepuff en cuanto el animal se froto en la túnica de la profesora.

¿de donde ha venido? –les pregunto a todos ya mas relajada viendo que no era peligroso.

eemh… es mío profesora. –le dijo Harry un tanto dudoso, McGonagall se quedo viéndolo antes de decir…

sígame señor Potter. –le dijo McGonagall. –y… ustedes, Crabbe y Goyle, lleven al señor Malfoy a la enfermería.

Harry siguió a la profesora, en compañía de Hermione, y como no, de Nemrod. Harry estaba seguro que los conducía al despacho del director, tantas veces que había recorrido aquel camino…

Después de que su jefa de casa tocara a la puerta del despacho del director, y esta se abriera para darles paso al hermoso recinto, todos pasaron al interior, McGonagall a la cabeza acompañada del Othompy y no muy atrás de Harry y Hermione. Esta última parecía dudosa de si debía estar ahí.

hola, minerva, veo que traes compañía. –Saludo Dumbledore con una sonrisa. –pero siéntense. –les dijo, e inmediatamente después hizo un movimiento fluido con su varita y apareció tres cómodas sillas al lado de una cuarta que ya estaba ocupada, por una persona a la cual solo le sobresalía la parte superior de la cabeza por el alto respaldo de la silla.

Arg. –gruño para si Harry sin que nadie lo oyera, reconocía perfectamente esa coronilla grasosa para no saber quien estaba ocupando la silla.

profesor Snape. –dijo McGonagall a forma de saludo antes de sentarse a la silla que seguía inmediatamente después de este.

profesora. –saludo Snape evitando mirar a nadie mas que a la profesora.

Pero antes de que Harry pensara siquiera en acercarse a su silla, observo perplejo, como de un elegante salto, su enorme mascota subía a la mesa del director, tirando a su paso, algunos documentos que se encontraban sobre la mesa.

¡Albus! –grito la profesora poniéndose de pie.

¿pero que…? –empezó el profesor de pociones ya de pie y con su varita en alto, pero al instante Dumbledore le hizo un gesto con la mano de que no hiciera nada, y Snape bajo la varita. –Se suponía que estaban extintos. –dijo en un tono que exigía una respuesta.

El Othompy mientras tanto se había acercado a Dumbledore, con paso orgulloso sin quitarle la mirada de encima, una mirada penetrante y evaluadora, que el director sostuvo sin parpadear, cosa que a Harry le recordó a los hipogrifos. Después de unos cuantos minutos en los cuales los profesores ya empezaban a exasperarse el Othompy agacho la cabeza y lamió la mano del director que estaba sobre la mesa.

bien, creo que me ha aceptado. –dijo Dumbledore sonriente. Nemrod bajo de la mesa y regreso junto a Harry. –un hermoso ejemplar Harry.

Snape por una vez en la vida parecía confundido. -¿Se supone que el Othompy es de Potter? –gruño Snape.

así es, Severus, hace poco Nemrod eligió a Harry. –Snape bufó.

bien, en ese caso regresare después. –dijo mientras se daba la vuelta haciendo ondear su capa negra.

-¡un momento profesor! –le dijo McGonagall a lo cual Snape se detuvo. –creo que también puede tener que ver con usted, el señor Malfoy esta implicado en mi visita.

-genial, lo que me faltaba. –pensó Harry.

-esta bien. –dijo Snape mientras regresaba a tomar asiento. -¿Qué sucedió esta vez?

-pues verá. –dijo McGonagall mientras tomaba asiento y con un gesto le indicaba hacer lo mismo a Harry y Hermione. –lo que sucedió, fue que durante el almuerzo, oí un escándalo en el vestíbulo, y al dirigirme ahí, el señor Malfoy gritaba como crío mientras tenia encima a... la mascota del señor Potter. –ante esto Snape, frunció el ceño y poso la mirada en el director que seguía con su característica sonrisa.

-me imagino que Potter incitó al animal. –dijo Snape en su mejor tono acusador.

-eso no lo sabremos hasta que Harry nos cuente lo que sucedió. –dijo Dumbledore entrelazando sus dedos y mirando fijamente a Harry. -¿puedes contarnos? –Harry asintió.

-cuando llegamos al vestíbulo, Hermione y yo, Malfoy empezó a insultarnos, por lo que dijo, sigue bastante furioso conmigo por enviar a su padre a la cárcel. Cuando menos pensé me estaba enviando un hechizo así que lo esquive agachándome, naturalmente, perdí de vista a Malfoy en el proceso, y cuando me di cuenta, Nemrod, es decir el Othompy le estaba haciendo frente, Malfoy pareció aterrado, así que lo ataco a el, y ahí fue cuando este se lanzo sobre el, en ese momento llego la profesora McGonagall y por lo que creo Nemrod durmió a Malfoy cuando lo lamió.

-bien, el señor Malfoy se recuperará en unas cuantas horas, por consiguiente creo que no hay nada que lamentar, solo trata de controlar a Nemrod la próxima vez. –Harry asintió.

-pero no puede permitir que ese animal se pasee por el castillo, profesor. –Protestó Snape –puede ser peligroso.

-Severus, sabes perfectamente que los Othompys no son peligrosos mientras su dueño no lo sea, y si empezamos por el echo de que estas criaturas solo eligen a personas de buen corazón, creo que el mayor daño que llegaría a causar es que se repita lo de hoy, que duerma a algún estudiante que quisiera atacar a Harry. –Snape estaba derrotado, Harry no logro reprimir una sonrisa ante esto. –ahora, creo que unos 20 puntos menos para Slytherin serian suficientes.

Hermione sonrió a Harry cuando este la miró, parecía que se sentía algo incomoda, como fuera de lugar. Le retiro la mirada para posarla en uno de los estantes llenos de extraños objetos, sus ojos castaños brillaban de curiosidad. Harry dedujo que estaría encantada de conocer todas y cada una de las cosas que allí se guardaban.

-Espero que controles al señor Malfoy, Severus, no quiero que este buscando problemas a Harry, ni a ningún otro estudiante. –le dijo el director al profesor de pociones, que se limito a asentir. –bien, si no es mas, podréis ir a almorzar, creo que no falta mucho para que finalice la hora. –dijo Dumbledore esta vez dirigiéndose a los chicos.

¡Oh rayos! –dijo Harry cuando su tenedor se estrellaba contra el plato vacío.

Se acababan de sentar en la mesa de Gryffindor, quedaban no más de cinco personas en el salón, y justo cuando Harry iba a acertar una pieza de carne, esta había desaparecido, junto con la poca comida que quedaba en la mesa.

-lo mejor será ir a las cocinas, no desayune bien esta mañana. –dijo Hermione mientras se ponía de pie.

-si, supongo que si.

Se pusieron en camino, Nemrod, paseaba al lado de su amo con su gracia felina. Pero esta no parecía surtir efecto en la mayoría de estudiantes, ya que en cuanto lo veían se hacían a un lado, casi parecía que quisieran traspasar la pared, ya que se pegaban a mas no poder a esta. O simplemente, como había echo un grupo de chicos de primer año, echar a correr en dirección contraria.

Aunque desde luego, estaban algunos chicos y chicas, que movidos, quizás por la confianza o la ternura que inspiraba la criatura, se acercaban tímidamente preguntando si les haría daño, al ser negativa la respuesta de Harry, algunos se habían animado a acariciarlo un poco.

Cuando finalmente entraron a las cocinas, Harry se vio atrapado de rodillas para abajo en un apretado abrazo que le ofreció Dobby el elfo domestico.

-¡Señor, Harry Potter, señor, Dobby esta muy feliz de verle, señor! –le dijo Dobby después de que Harry lo separase de sus rodillas.

-yo también me alegro de verte, Dobby. –le dijo Harry un poco distraído mientras observaba como Hermione caminaba por la cocina como buscando algo. –Dobby, ¿nos podrías dar algo de comer? Es que hemos llegado tarde a la cena...

Dobby, ¿Qué pasó con Winky? –le pregunto Hermione al cabo de un rato cuando ya estaban comiendo la exquisita comida, parecía que desde que entraron quería hacer aquella pregunta.

-Winky sigue en Hogwarts, señorita Granger. –le dijo el elfo. –solo que el señor profesor Dumbledore la acogió como elfa personal, señorita, Winky seguía muy triste por la muerte de su amo, y no se recuperaba, así que el señor profesor Dumbledore, le propuso que trabajara para él y no para la escuela, ¡y lo logró! ¡El señor director logró que Winky se recuperara! –les dijo con una gran sonrisa, a la que Hermione correspondió.

-¿pero le esta pagando….? ¿Y dándole todas las prestaciones…? ¿Y tiempo de descanso…?

no, no no no no, Winky jamás lo aceptará, el señor profesor Dumbledore le insistió pero Winky no cedió, dijo que nunca se rebajaría a aceptar un sueldo, ni descanso, señorita.

-OH. –dijo Hermione claramente decepcionada.

-vamos, Hermione, Winky y el resto de elfos son feliz así, quizás Dobby es la excepción, por que mira la clase de amos que tenia. –Harry le tomo su mano derecha. –quizás deberías dejarlo. –Hermione estaba apunto de replicar así que la interrumpió. –no digo que no hayan elfos que quieren ser libres, pero debes aceptar que aquí en Hogwarts no los vas a encontrar, no por lo menos mientras Dumbledore sea el director.

-pero los gorros…

Harry tomo aliento armándose de valor. –Hermione, los elfos se disgustaron cuando encontraron los gorros.

-pero… se los llevaron…

-Herm, el que se llevaba los gorros era Dobby, la vez que me hablo sobre la sala de requerimientos, llevaba una veintena de ellos, y me dijo que era él el encargado de limpiar nuestra sala común desde que habías estado escondiendo los gorros. –le dijo con voz suave y sin soltar su mano aun, no quería hacerla sentir mal.

¿Por qué no me lo dijiste? –le pregunto con un hilillo de voz, parecía bastante afectada.

-no quería hacerte sentir mal, mione, se lo mucho que significa para ti, sacar el P.E.D.D.O adelante.

-¿sabes la cantidad de tiempo que invertí en hacer esos gorros? –le pregunto ligeramente enfadada. Harry se sentía culpable (para variar) sabia que debía habérselo dicho antes, pero le veía tan entusiasmada.

-lo siento. –le dijo bajando la mirada.

-solo no vuelvas a hacer nada igual, ¡te lo advierto, Harry James Potter! –le dijo ofreciéndole una media sonrisa mientras le revolvía el cabello. Harry respiro tranquilo al ver que su amiga no se lo tomaba tan mal como el había pensado.

-eso te lo aseguro, ahora, ¿Qué tal si buscamos a Ron?