CAPITULO II: REGRESO A GRIMMAULD PLACE
En cuanto volvió Hedwig Harry envió cartas a sus amigos, contándoles lo de las notas, sin embargo se guardo que iba a hacer de profesor en Hogwarts, todavía no estaba muy seguro de lo iba a hacer y por eso prefería decírselo a sus amigos cara a cara. Él también recibió cartas de sus amigos dándole noticias sobre sus notas, no le había extrañado comprobar que Hermione había conseguido TIMOS en todas las asignaturas. Ron había conseguido seis TIMOS lo que le tenia muy feliz, pues como le contaba en la carta, no creía que fuese a sacar mas de tres.
Los días pasaban, tranquilamente en el número 4 de Privet Drive, se acercaba el día de la partida. Le intrigaba la manera en la que irían a recogerle. Ya se lo había dicho a sus tíos, los cuales palidecieron al enterarse de que iban a llegas magos a su casa.
El día de la partida había llegado, Harry se levanto con un intenso dolor en la cicatriz, aunque sabia que ya no podía ser poseído por Voldemort, se dio cuenta de que él estaba muy contento, cuando llego la lechuza con El Profeta atado a la pata, Harry la pago y desdoblo el periódico, al mirar la portada se quedo petrificado. En la portada resaltaba el titular que decía "Asaltan Azkaban, los Mortífagos han Escapado".
- Ahora entiendo por que estaba tan contento - se dijo a si mismo - Seguro que ya se han reunido con su amo.
Miro la portada del periódico con detenimiento, en ella se mostraba una foto de Azkaban, con la marca Tenebrosa proyectada sobre la prisión. Harry empezó a leer el articulo para enterarse mejor de lo que había pasado.
Ayer por la noche un grupo de Mortífagos asalto la prisión de Azkaban, liberando a sus compañeros allí internos. Esto denota que tras el regreso de el-que-no-debe-ser-nombrado, sus seguidores se han vuelto mucho más activos, que antes de su vuelta.
En el ataque que tubo lugar anoche resultaron muertos varios funcionarios del ministerio encargados de la seguridad de la prisión. Desde que los dementores desertaron y se unieron al bando de el-que-no-debe-ser-nombrado, el Ministerio de Magia se ha visto obligado a poner Aurores en las cercanías de Azkaban. Pero al parecer todos los esfuerzos del Ministerio por mantener la seguridad en la Prisión han resultado infructuosos.
El articulo continuaba a lo largo de dos paginas, pero ha Harry no le interesaba seguir leyendo que su peor enemigo ahora tenia todo un ejercito a su servicio.
Después de la comida, Harry subió a su cuarto para terminar de guardar sus cosas en el baúl. La hora se acercaba y Harry cada vez estaba más impaciente por ver como llegarían a recogerle. A las cuatro y media de la tarde ya estaba esperando en el pulcro salón de los Dursley, con su baúl y la jaula de Hedwig. Los Dursley que a cada momento estaban más nerviosos tenían diferentes formas de demostrarlo, tío Vernon que estaba intentando leer el periódico no movía ni un músculo y cada vez estaba mas rojo, por su parte tía Petunia limpiaba con afán la mesita de té, Dudley estaba sentado en el sofá y cada vez movía mas rápido la pierna.
- ¿No te dijeron esos raros, como llegarían? - dijo tío Vernon.
- No, ya te lo he dicho un centenar de veces no me dijeron nada - respondió Harry hastiado.
- Espero que no se les ocurra venir por la chimenea como hace dos años, nos dejaron el salón hecho un asco - dijo Tío Vernon.
- Y muy sucio - puntualizo tía Petunia.
- No creo que vengan por la chimenea, ya saben que esta cegada - Dijo Harry.
- ¡Espero que llamen la atención! - inquirió tío Vernon, que cada vez estaba mas nervioso por lo que pudiese pasar.
El silencio volvió a hacerse en el salón de los Dursley. Ya solo faltaban 5 minutos para la hora que Dumbledore le había indicado a Harry en su carta. Ha Harry le parecía que el tiempo se había detenido, cuanto menos faltaba mas lento le parecía que pasaba todo. Y tras los agónicos últimos minutos por fin era la hora, y de repente ¡¡¡PUFF!!! Un anciano apareció en mitad del salón de los Dursley, era Albus Dumbledore. Llevaba una vieja telera en la mano.
- ¡¡¡¡Ahhh!!!! - grito tía Petunia.
- ¡¡¡Pero que demonios!!! - exclamo tío Vernon, mientras se levantaba de un salto del sillón.
- Buenas tardes - dijo el Director Dumbledore - Espero no haberles asustado, pero era la manera mas discreta de venir a por Harry - señalo dirigiéndose al tío Vernon.
- Si, bueno, no - dijo confuso tío Vernon.
- No les molestaré más - dijo Dumbledore - ¿Estas listo, Harry?
- Si, profesor - dijo mientras agarraba el baúl por el asa y lo acercaba a donde se encontraba de pies el Director.
- Yo llevaré eso - dijo el Director señalando la jaula con Hedwig.
- Tenga, Profesor - dijo mientras le alcanzaba la jaula, Harry se disponía a tocar el traslador.
- Espera, no te despides de tus tíos - le sorprendió el Director.
- Eh, si - dijo Harry - Adiós - y toco el traslador, en ese instante noto la misma sensación que había sentido en anteriores ocasiones, como si un gran gancho tirase de él, al de unos segundos tal y como empezó acabo.
Se encontraba de pies, en medio de un vacío salón, en el número 12 de Grimmauld Place. Harry se quedo un momento esperando, por si llegaba la gente a recibirlo, pero nadie llego.
- ¿Director donde están todos? - pregunto con gran interés.
- Todavía no han llegado - respondió el Director mientras se sentaba en una butaca - Dentro de un rato llegará Remus, y mañana llegaran los Weasley y Hermione.
- ¿Profesor podríamos hablar sobre el tema de ser profesor? - pregunto Harry sentándose en el sofá.
- Por supuesto, ya suponía que querrías hablar de ello - dijo el Director, mirando a Harry por encima de sus gafas de media luna - Adelante pregunta lo que quieras.
- ¿Querría saber como iba a dar clase a cinco cursos y acudir a las mías? - pregunto Harry.
- Es sencillo, ya se han distribuido las clases, las que tu tienes que recibir serán por la mañana y las que tienes que impartir serán por la tarde - contesto alegremente el Director - ¿Por cierto ya se lo has contado a tus amigos?
- No, todavía no se lo he contado - respondió tímidamente Harry - No, estaba del todo seguro que fuese una buena idea aceptar esa responsabilidad, ¿Profesor cree realmente que estoy preparado para algo tan importante como esto?
- Por supuesto que estoy convencido de que estas preparado, mas incluso de lo que tu piensas - dijo el Director con aspecto serio - Además no solo te he elegido por que estas preparado, sino por que esto te ayudara a centrarte y a adquirir experiencia. ¿Quieres saber algo más, Harry?
- No, creo que eso era todo.
- Entonces sube tus cosas al cuarto en el que estuviste el año pasado - Dijo Dumbledore - Harry se levanto agarro el baúl y la jaula con Hedwig y se dirigió a la puerta.
- Ah, se me había olvidado, ¿Donde esta Kreacher? - pregunto Harry denotando enfado y resentimiento.
- No esta - respondió llanamente el Director - Se suicido - concluyo este.
- Se sui.. - Harry estaba atónito - ¿Pero como? ¿Cuándo?
- Cuando se quedo sin amos a los que servir y sintiéndose culpable por la muerte de Sirius - Harry miraba a Dumbledore como indicándole que el elfo domestico no se sentía culpable por la muerte de su padrino - Bueno, se sentía culpable por la unión mágica que los unía, se corto la cabeza el mismo. Cuando regrese a la casa a principios de Julio me lo encontré en la cocina.
- Es lo mejor para todos - sentencio Harry, y arrastrando el baúl y la jaula salio del salón.
El resto de la tarde estuvo en su habitación sacando las cosas de su baúl y colocándolas en el armario. También saco los libros y los dejó en el escritorio de la habitación, todavía no había acabado las tareas que le habían asignado para las vacaciones. A media tarde llegó Remus Lupin, tenía su habitual aspecto pálido y debilucho, pues la luna llena había tenido lugar la semana anterior. Estuvo casi toda la tarde hablando con el y con el Director Dumbledore. Antes de hora de la cena Dumbledore se marcho de la casa y ambos se quedaron solos. Como Harry estaba algo cansado se fue pronto a la cama, tenía muchas ganas de ver a sus amigos.
Se escucho un golpe sordo, Harry abrió tímidamente los ojos, se puso las gafas y miro en dirección a la puerta de su habitación. En ella se dibujaba la silueta de un chico alto y delgado, que arrastraba un baúl y una jaula con lo que parecía una pequeña lechuza. Harry se incorporo en la cama y exclamo.
- ¡Bienvenido, Ron! - dijo mientras se le dibujaba una sonrisa en el rostro.
- Hola, Harry - respondió el muchacho desde la penumbra, se aproximo a la ventana y descorrió las raídas cortinas - ¿Qué tal el verano?
- Aburrido, como de costumbre - respondió con resignación, cerrando los ojos para proteger de la súbita luz que entraba por la ventana - ¿Y que tal el tuyo? - pregunto a su amigo.
- Estupendo, ya te conté en las cartas que estábamos practicando para mejorar al Quidditch. Creo que he mejorado bastante, espero jugar todos los partidos de este año como el último del año pasado - dijo Ron alegremente.
- ¿Qué tal les va a tus hermanos con la tienda? - quiso saber Harry.
- Les va estupendamente, están ganado un montón de galeones. Me dijeron que tenían que hablar contigo de negocios - la cara de Harry era de interrogante - A mi no me preguntes de que quieren hablar, no me dijeron nada, y eso que insistí mucho.
- ¿Ya sabe tu madre que fui yo el que les dio el dinero para la tienda? - pregunto Harry.
- Si, ya lo sabe. Se lo dijeron los gemelos cuando mi madre les interrogo a cerca del dinero - respondió Ron.
- ¿Y... como se lo ha tomado? ¿Se ha enfadado conmigo? - quiso saber, para saber a que atenerse cuando viese a la Sra. Weasley.
- No, por increíble que parezca, fue un alivio para ella descubrir que no habían conseguido el dinero de forma fraudulenta, y cuando Fred y George te defendieron diciendo que eras el único que había confiado en su futuro, mi madre se sintió un poco culpable por no haber confiado más en ellos.
- Vaya - le sorprendió a Harry - ¿Bajamos a desayunar?
- Yo ya he desayunado pero te acompaño, un tentempié nunca viene mal - dijo con una sonrisa.
Harry se vistió rápidamente y junto con Ron bajaron a desayunar. Cuando entraron en la cocina encontraron a la Sra. Weasley, que lo saludo enérgicamente, también estaban Ginny, Hermione, Lupin y Ojoloco Moody. Estuvieron toda la mañana poniéndose al día de lo que habían echo durante el tiempo que habían estado separados. Ron y Ginny contaban ilusionados a Harry como habían sido los duros entrenamientos a los que les habían sometido los gemelos, Bill y Charlie. Después de comer Harry, Ron, Hermione y Ginny subieron a la habitación de los chicos para jugar al ajedrez mágico y poder hablar de sus cosas más tranquilos.
- ¿Me pregunto quien será este año el Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras? - pregunto Hermione en voz alta - Espero que este año cojan a alguien competente, por que otro curso con alguien como Dolores Umbridge, seria de suicidio - se justifico esta.
- Yo ya se quien es el nuevo Profesor - dijo Harry.
- ¿Ah, si y como es que tu lo sabes? - pregunto Hermione mirándole inquisitivamente.
- Por que el mismo me lo dijo - respondió Harry.
- ¿Y, se puede saber quien es? - pregunto Ginny.
- Si, las clases de EXTASIS las impartirá el Director Dumbledore - dijo Harry.
- ¡¡¡¡INCREIBLE!!!! - exclamo Ron.
- ¡¡¡¡GENIAL!!!! - dijo a su vez Hermione.
- Que suerte tenéis, os va a dar clase el mejor mago del mundo - aseguro Ginny.
- Pero Harry, has dicho el Dumbledore impartirá las clases de EXTASIS, ¿Pero, quien va a dar las clases de 1º a 5º? - pregunto una intrigada Hermione. Los tres amigos miraron a Harry de forma inquisitiva.
- Bueno, pues veréis... - dudaba Harry.
- Venga Harry, no puede ser tan malo - decía Ron.
- Si, venga dínoslo de una vez - apremiaba Ginny - Quiero saber quien va a ser mi Profesor.
- ¿Quién es? - insistió Hermione.
- Soy yo - dijo Harry firmemente. Sus tres amigos se quedaron atónitos ante lo que les acababa de rebelar Harry - Dumbledore me lo pidió, además el Profesor Tofty del Tribunal de Exámenes Mágicos apoyo su decisión. Es una locura, ya lo se - dijo Harry.
- Es, estupendo - dijo Hermione - No conozco a nadie mejor para dar la asignatura - sentencio la chica.
- Genial, Harry - señalo Ron.
- Esto si que es suerte, me vas a volver a dar clase. Ahora todo el colegio sabrá lo bueno que eres como Profesor - aseguro Ginny con una sonrisa.
- ¿Y cuanto te van a pagar? - pregunto Ron con curiosidad - ¿Por qué te van a pagar, verdad? El trabajo de Profesor es muy duro - aseguro.
- Pues... no lo se, la verdad es que no se me había ocurrido - dijo Harry sin darle importancia.
- Ron, tu siempre igual - dijo Hermione - Es que no vas a cambiar nunca.
- Ya empiezan - le dijo Harry a Ginny en voz baja, ambos se rieron.
- Harry, ¿Cómo vas a hacer para asistir a clase y a la vez impartirlas? - pregunto Hermione.
- El Profesor Dumbledore ya lo tiene solucionado. Las clases a las que tengo que acudir serán por la mañana y por la tarde daré las clases - aclaro Harry.
Continuaron el resto de la jornada comentando lo que supondría que Harry fuese Profesor. Tras la larga conversación con sus amigos, Harry se animo muchísimo al comprobar que ellos también pensaban como su Director. En la cena Harry contó a los presentes la noticia. Y para su sorpresa a casi ninguno pareció resultarle tan extraño la decisión del Director. La Sra. Weasley que suele ser la voz más critica con cosas fuera de los común dijo "Si, Dumbledore a tomado esa decisión, tendrá sus motivos". Pasada la cena los chicos se fueron a la habitación y estuvieron el resto del día. Todavía tenían cosas por contarse. Sobre todo el tema de las carreras que iban a elegir después de los EXTASIS, Harry lo tenía claro, quería ser Auror. Sin embargo a Ron también le gustaba la idea de ser Auror pero no tenia las notas suficientes para serlo. Por el contrario Hermione tenia las notas apropiadas para ser lo que quisiese, pero sus dudas eran las mayores que había tenido nunca. Todavía le ilusionaba seguir trabajando en la causa del P.E.D.D.O., pero no sabia que profesión seria la idónea para llevar a cabo sus deseos.
Todos insistieron en irse pronto a la cama, el día siguiente seria el cumpleaños de Harry y querían estar descansados.
Harry se despertó a la mañana siguiente, miro hacia la cama de Ron, pero el ya no estaba. Le extraño y pensó que habría bajado a desayunar, se vistió tranquilamente. Cuando bajaba por las escaleras escucho murmullos y pensó que llegaban de la gente que estaba en la cocina desayunando. Llega a la puerta de la cocina, la abrió y para su sorpresa estaba vacía. "Que extraño" se dijo para si mismo, volvió a escuchar ruidos procedentes del salón. Abandono la cocina y se dispuso a y al salón. Cuando ya estaba cerca de la puerta los murmullos cesaron. Se acerco, giro el pomo y abrió la puerta.
- ¡¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HARRY!!!! - grito la multitud congregada en el salón de la mansión Black.
- Gra... gracias - dijo Harry emocionado. El nunca había celebrado su cumpleaños antes, y ver a tanta gente deseándole un feliz cumpleaños le había emocionado muchísimo.
La fiesta empezó con un suculento desayuno para todos los allí congregados. Estaban casi todos los Weasley, faltaban Bill, Charlie y como no Percy, que según le había mencionado Ron en sus cartas, seguía sin hablase con ellos. Para su sorpresa estaban en la fiesta los profesores que pertenecían a la orden, incluido Snape, que aunque no se le veía muy contento, si parecía más relajado que de costumbre. Le fueron entregando sus regalos uno por uno. El que más le gusto como de costumbre fue el de Ron, que había elegido "El Estupendo Libro De Tácticas Para Los Buscadores De Quidditch". Tras los regalos y la diversión (más de la que esperaba), los miembros de la Orden fueron abandonando la casa, seguramente tendrían misiones que cumplir pensó Harry. Cuando ya se habían marchado casi todos los invitados a la fiesta sorpresa el Profesor Dumbledore se acerco a Harry.
- Harry, podemos hablar - pregunto el Director.
- Si, Profesor - y se dirigieron a una habitación vacía para poder hablar con más tranquilidad, una vez estaban allí, Harry pregunto - ¿De que quería hablar Profesor?
- Veras Harry, la semana que viene tendrá lugar la lectura del testamento de Sirius - izo una pausa mientras observaba a Harry por encima de sus gafas de media luna - Deberás asistir.
- Si, vale - respondió Harry con tristeza - ¿Dónde tendrá lugar la lectura del testamento, Profesor?
- En el Ministerio de Magia, naturalmente - dijo Dumbledore - Vendré a buscarte e iremos con polvos flú - Tras decir eso, el Director se marcho de la casa.
El resto del día paso con relativa tranquilidad, aunque durante el transcurso del día seguían llegando magos de la Orden para informar a los que se habían quedado en la casa, los chicos seguían con su pequeña fiesta aparte.
Tras la feliz jornada, la monotonía volvió a la vida de los jóvenes que intentaban pasárselo lo mejor posible dentro de la casa. Ya que no se les permitía salir de Grimmauld Place.
