CAPITULO VII: UN NUEVO EQUIPO

La semana transcurrió tranquila, a excepción de las clases que Harry tenía que impartir. Los alumnos no dejaban de preguntarle sobre él y sobre todo lo que había hecho. Al principio le costo conseguir un buen ritmo de clase, sin embargo gracias a su experiencia en el ED consiguió dominar a los alumnos.

El viernes amaneció con una brisa fresca procedente del lago, entrando por el trozo de ventana abierta en la habitación golpeo en la cara de Harry. Perezosamente Harry se levanto de la cama, no tardo mucho tiempo en darse cuenta que ese día tendría la primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras con el Profesor Dumbledore. Lo que le ponía nervioso y ansioso al mismo nivel, rápidamente despertó a Ron para no llegar tarde a clase.

- Rápido Harry, o llegaremos tarde a clase - dijo Ron mientras se encaminaba a la puerta de la habitación.

- Ya estoy - respondió Harry.

- No nos va a dar tiempo ni a desayunar - protesto el pelirrojo.

- Tu siempre pensando en comida - dijo Harry.

- Si tengo hambre que le voy a hacer - afirmo Ron apesadumbrado.

- Nada, ahora aguanta - dijo Harry.

Los muchachos salieron corriendo escaleras abajo, cruzaron a toda velocidad la sala común. Recorrieron todo el castillo hasta la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, a duras penas llegaron cuando comprobaron que ya había mucha gente sentada.

- Ron, Harry, ¡¡aquí!! - grito Hermione por encima de los murmullos de la clase.

- Hola Hermione - dijeron ambos al llegar a su altura.

- Menos mal que nos has guardados unos buenos sitios - dijo Harry.

- ¿Por qué han tardado tanto? - pregunto Hermione.

- Nos entretuvimos hablando - contesto Harry.

- Ni siquiera tuvimos tiempo de desayunar - protesto Ron.

- No se preocupen al menos no habéis llegado los últimos - dijo Hermione.

- ¿A que te refieres? - pregunto Harry.

- Los Slytherin todavía no han llegado - contesto Hermione indicando los asientos vacíos de la clase.

- Era de esperar - confirmo Harry.

Momentos mas tarde llegaron a clase los Slytherin con Draco Malfoy a la cabeza, con sus secuaces Crabbe y Golye a la espalda. Harry todavía se preguntaba con ese par de estúpidos habían logrado pasar los TIMOS de alguna asignatura. En el preciso instante en el que los Slytherin comenzaban a increpar a los demás alumnos de la clase, apareció el Profesor Dumbledore. Lo que provoco un silencio sepulcral.

- Buenos Dias - dijo Dumbledore - Si son tan amables de sentarse, daremos comienzo a la clase - comunico el Director mirando a los alumnos de Slytherin, que se encontraban en pie.

- Buenos dias, Profesor - dijo la clase al unísono, con excepción de algunos Slytherin como Draco & Comp.

- Bienvenidos sexto curso, ahora que estáis preparando vuestras mentes para los EXTASIS - comenzó Dumbledore con el típico discurso de inicio de curso - Debo comunicaros que esta clase no resultara fácil, si bien será una de las que mayor provecho obtengáis - continuo Dumbledore - Tal y como esta todo fuera de Hogwarts, será fundamental que aprendamos a defendernos de los actos hostiles de nuestros posibles atacantes. En este primer trimestre haremos un repaso de todo lo que deberíais haber aprendido el año pasado, que gracias a la señorita Dolores Umbridge os fue imposible - las risitas invadieron la clase, con un pequeño gesto de Dumbledore indicando complicidad estas se apagaron.

La clase fue muy interesante, Dumbledore hizo un repaso intenso de todo lo que hubiesen aprendido el año anterior. La mayoría de la clase estaba un poco desorientada con las maldiciones y contra-maldiciones que enseñaba Dumbledore, se notaba los alumnos que habían participado en el ED. Pero sobre todo destacaba Harry, que sin el mas mínimo esfuerzo realizo a la perfección todas las maldiciones y contra-maldiciones que Dumbledore indicaba. Como Harry estaba tan avanzado y dado que era el Profesor de la asignatura para los cursos inferiores, Dumbledore le encargo ayudar a sus compañeros. Los Slytherin no acogieron esta medida con agrado, pero dado que Dumbledore infundía demasiado temor y respeto entre las filas de estos todos lo acataron.

Terminada la clase los alumnos se marcharon alborotadamente de la clase, Harry se disponía a salir de la misma cuando Dumbledore le llamo.

- Si, Profesor - respondió Harry.

- ¿Solo queria saber que tal te iban las clases? - pregunto el Director con afecto.

- Bien, Profesor - respondió Harry - Ya me estoy acostumbrando a impartirlas, aunque las más difíciles son esta tarde.

- Ha eso queria llegar yo - dijo Dumbledore - ¿Ya tienes preparadas las clases de esta tarde?

- Si, ya lo tengo planeado - respondió Harry.

- Estupendo - dijo Dumbledore con una sonrisa - Creo que la idea de que tu seas este año Profesor a sido una de las mejores que he tenido - continuo Dumbledore abstraído totalmente de la conversación.

- ¡¡Profesor...!! - dijo Harry intentando sacar a Dumbledore de su ensimismamiento.

- Ah, si - respondió Dumbledore sobresaltándose - Bueno, eso era todo lo que tenia que hablar contigo, al menos de momento.

- Muy bien, adiós Profesor - dijo Harry mientras se alejaba del Director. Harry salio de la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, allí estaba Ron esperándole ya que Hermione se había ido a su siguiente clase.

- ¿Qué queria Dumbledore? - pregunto Ron con interés.

- Nada en especial - respondió Harry - Solo queria saber como me iban las clases.

- Vale, ¿Y, que hacemos hasta la hora de comer? - pregunto Ron.

- Ya tengo preparadas las clases de la tarde, ¿Que te parece si vamos al campo de Quidditch y practicamos un rato? - pregunto Harry, intuyendo la respuesta.

- Me parece prefecto - respondió Ron.

Dicho esto los dos amigos se encaminaron hasta su habitación en la torre Gryffindor, cogieron sus flamantes escobas y bajaron corriendo hasta el campo de Quidditch. Inmediatamente después de llegar comenzaron a volar de un lado al otro del estadio, Harry volvió a sentir la sensación de tranquilidad y calma que le producía volar en su Saeta de Fuego. Pensaba "Este año volveré a jugar al quidditch" lo que le daba mas alegría a su corazón, "Tengo muchísimas ganas de jugar con Slytherin, y ver la cara de Malfoy cuando vuelva a salir derrotado". Una leve sonrisa apareció en el rostro de harry demostrando su satisfacción, transcurrido el tiempo Ron y Harry regresaron a la sala común. Los dos estaban muy relajados y contentos después de haber estado volando durante casi 1 hora.

Tras una agradable comida junto a sus amigos, Harry se encontraba en su despacho esperando a que los estudiantes de Gryffindor y Ravenclaw llegasen a la clase. Estaba especialmente nervioso con esta clase, aunque llevaba toda la semana dando clases esta era su verdadera prueba de fuego. Aquí debería demostrar que se merecía el puesto que le habían concedido, ya conocía a algunos de los alumnos y eso lo hacia sentirse mas tranquilo.

Mientras se encontraba inmerso en sus pensamientos y cavilaciones, escucho el inconfundible jaleo que se forma al llegar los estudiantes a clase. Harry se levanto de su silla del despacho y tomando aliento se encamino hacia la puerta que comunicaba con el aula. Abrió la puerta con calma y entro de forma silenciosa en el aula, la cual se silencio al momento.

- Buenos dias, clase - dijo Harry con voz autoritaria.

- Buenos dias, Profesor Potter - dijo la clase al unísono. Harry detecto al instante a su amiga Ginny sentada junto a algunas amigas, tambien diviso a Colin Creevey.

- Soy Harry Potter, vuestro Profesor de este año - algunos murmullos interrumpieron a Harry, este los ignoro y continuo alzando un poco mas la voz - Como sin duda sabréis yo tambien soy un Alumno. Este curso es muy importante para vosotros, tendréis que presentaros a los TIMOS - la clase se puso cómoda dispuesta a escuchar otro discurso - Supongo que los demás profesores ya os habrán dado sus discursos sobre la importancia de los TIMOS, así que mejor pasamos del discurso y empezamos con lo interesante - las caras de los alumnos cambiaron al escuchar las palabras de Harry - Comenzaremos con un pequeño test para conocer el nivel que tenéis, dado el lamentable curso anterior en esta materia - las risas de gran parte del alumnado inundaron la clase.

Harry repartió los test, mientras estos lo hacían él se sentó en su mesa y comenzó a calificar y valorar los test de los alumnos de cuarto. "Cuanto trabajo implica ser Profesor" pensó para si. Mientras calificaba se quedo mirando a la clase, de repente se dio cuenta de que se había quedado totalmente abstraído mirando a Ginny. "¿Que demonios te pasa, Harry?" se recrimino para sus adentros, "Estas en clase, céntrate" siguió recriminándose "Gracias a Dios nadie se a dado cuenta".

- ¿Bueno, habéis terminado? - pregunto a la clase.

- Si, Profesor - respondieron los alumnos.

- Sr. Creevey, podría hacerme el favor de recoger los test- le dijo Harry a Colin Creevey.

- Si Profesor como no - respondió este levantándose y recogiendo los test.

- Muy bien, como todavía nos queda tiempo de clase, ¿que os parece si comenzamos a repasar los hechizos y maldiciones que deberíais haber estudiado el curso pasado? - pregunto Harry, intuyendo la respuesta.

- Estupendo - dijo la clase con emoción.

Siguiendo el temario que le había entregado Dumbledore, Harry había preparado una serie de clases en las que verían de forma rápida pero precisa todos los hechizos y maldiciones que debieron haber visto el curso anterior.

Cuando la clase termino Harry se fue un rato a su despacho para esperar allí a la siguiente clase, esa si seria en verdad dura. Los Slytherin y los Hufflepuff, durante la semana Harry habían tendido problemas con algunos alumnos de Slytherin que no querían reconocer su autoridad, pero tras haberles quitado algunos puntos por su mala conducta se calmaron.

- Toc, toc, toc - sonó la puerta - Harry, puedo pasar - pregunto una voz conocida desde el exterior del despacho.

- Adelante - dijo Harry. La puerta se abrió lentamente y por ella aprecio una gran cabellera rojo fuego, seguida por unos inmensos ojos marrones. Ginny entro en el despacho y cerro la puerta tras de si - ¿Te puedo ayudar en algo, Ginny? - pregunto Harry, recuperándose de su repentino ensimismamiento.

- No... bueno, yo - decía Ginny mirando hacia una esquina del despacho.

- Adelante Ginny, dime que es - inquirió Harry.

- Yo... queria saber, ¿si estabas bien? - pregunto Ginny.

- Yo... eh - Harry no sabia que responder. "¿A que vendrá esta pregunta?, ¿Acaso habrá dado cuenta de que la estaba mirando en clase?" se pregunto Harry en su foro interno - Si, estoy bien - atino a responder tras unos segundos de dudas - ¿Por qué me preguntas si estoy bien? - pregunto Harry con curiosidad.

- Bueno, es que en clase he notado que estabas con la mirada perdida, como si estuvieses en otro mundo - dijo Ginny con las mejillas algo coloradas.

- Ah... solo estaba pensando en otras cosas y me he quedado algo abstraído - respondió Harry tratando de salir del atolladero, "Se ha dado cuenta, que explicación le voy a dar... no se por que me ha pasado eso" pensaba para si.

- Bueno pues si estas bien, me marcho que ahora tengo clase - dijo Ginny regalándole una amplia sonrisa y girándose hacia la puerta - Por cierto la clase a sido estupenda - dijo antes de salir corriendo del despacho.

Harry se sentía sumamente alagado y extrañado al mismo tiempo, Ginny se había dado cuenta de que se había quedado embobado mirándola y no le había importado. Mientras estaba pensando en el asunto de Ginny, volvió a escuchar nuevamente la algarabía de los alumnos entrando en clase.

- Maldita sea - se quejaba Ron - Ni siquiera vamos a poder disfrutar del fin de semana.

- Tienes razón, es sábado y no podemos ni relajarnos un poquito - corroboraba Harry - Y eso que solo es la primera semana.

- No se quejen tanto, hacemos las tareas ahora por la mañana tendremos la tarde y el domingo libres - decía Hermione.

- Por que se que tienes razón y no me apetece discutir, que si no - dijo Ron con una sonrisa picarona. Harry y Hermione miraron a su amigo con extrañeza. Por primera vez desde que se conocían Ron había echo caso a Hermione sin objetar nada, es mas le había dado la razón y estaba haciendo las tareas con ahínco.

- ¿Quién demonios eres tu devuélveme a mi Ron? - dijo Hermione en tono de broma. Provocando que Harry se empezase a reír a carcajadas. Sin embargo Ron que no se creía lo que acababa de escuchar.

- ¿Cómo... como que "tu" Ron? - dijo mientras se ponía rojo.

- Bueno... eh... no - Hermione trataba de explicarse pero las palabras no le salían, poniéndose cada vez mas rojas, hasta el punto que Harry no sabría decir cual de los dos estaba mas colorado.

- Bueno, será mejor que continuemos - dijo Ron, cambiando de conversación.

- Si... será lo mejor - lo corroboro Hermione, realizando idéntico movimiento.

Tras pasar la mañana haciendo las tareas, el trío decidió que las pocas que les habían quedado las dejarían para el domingo a la mañana. Estaban paseando por las orillas del lago cuando un muchacho se acerco a ellos gritando como un histérico.

- ¡¡¡HARRY!!! ¡¡¡HARRY!!! - gritaba el muchacho a pleno pulmón. Al acercarse Harry se dio cuenta que se trataba de Colin Creevey.

- ¿Dime que pasa Colin? - pregunto Harry a un asfixiado Colin.

- Harry... ahhh... menos... mal... que... te... encuentro... - decía Colin tratando de recuperar la respiración.

- Tranquilo Colin - trato de calmarle Harry.

- La Profesora McGonagall, quiere verte en su despacho ahora - dijo Colin.

- ¿Y sabes para que me quiere? - pregunto Harry.

- No, no me lo ha dicho - respondió Colin - Solo me ha dicho que era importante.

- Muy bien gracias, Colin - dijo Harry.

- De nada, Harry - dijo Colin mientras se marchaba de vuelta al castillo.

- ¿Para que te querrá ahora Mcgonagall? - se pregunto Ron.

- No tengo ni idea - dijo Harry - Que yo sepa no he hecho nada malo, todavía no me he metido en ningún problema.

- Como que todavía - dijo Hermione en tono recriminativo.

- Es que los problemas me buscan, entonces no lo puedo evitar - se defendió Harry ante el ataque de Hermione.

- Será mejor que vayas a ver lo que quiere - dijo Ron.

- Vale, les dejo solos, quedamos luego en la sala común - dijo Harry dándose la vuelta y marchándose - Eh, no hagan nada que yo no hiciera - grito Harry, antes de echar a correr hacia el castillo riéndose.

- ¿Cómo que no hagamos nada que el no hiciera? - dijeron los dos a la vez, sin comprender a que se refería su amigo. Se miraron e instantáneamente se pusieron más rojos que un tomate.

Harry corrió hasta entrar en el castillo, todavía seguía riéndose. Recupero el aliento y se encamino al despacho de McGonagall. Cuando ya se encontraba en la puerta llamo dos veces.

- ¿Quién es? - pregunto la voz de la Profesora McGonagall.

- Soy Harry Potter - dijo Harry.

- Pasé Sr. Potter, pasé - dijo McGonagall, Harry abrió la puerta y entro en el despacho, estaba muy intrigado - Siéntese Potter - dijo la Profesora - Le apetece un Té Sr. Potter.

- No, gracias - respondió Harry.

- Te preguntaras por que motivo te he llamado - dijo la Profesora.

- Pues... la verdad, si - respondió Harry.

- Es sobre el equipo de Quidditch - comento la Profesora con lo que parecía ser una débil y lejana sonrisa - Como usted bien sabrá los Gemelos Weasley y las señoritas Spinnet, Bell y Jhonson. Terminaron el año pasado sus estudios en Hogwarts, lo que ha provocado que en el equipo existan ciertas vacantes. Dado que el año pasado ya se llenaron las vacantes del los señores Weasley, quedan por llenar los huecos de las cazadoras - comento la Profesora - Por otro lado tambien esta el asunto del Capitán, como usted es el que mas tiempo lleva en el equipo creo que es el idóneo para el puesto.

- YO, CAPITAN - dijo Harry exaltado.

- ¿Acaso no le parece bien? - pregunto la Profesora.

- No, no, es estupendo - dijo Harry.

- He programado las pruebas para el sábado que viene, ¿Le parece bien? - pregunto la Profesora.

- Si, si, bien - dijo Harry.

- Tenga señor Potter, coloque esto en el tablón de la sala común para que los interesados se presenten a las pruebas, para cazadores - dijo McGonagall extendiéndole un pergamino con el sello de Gryffindor.

- ¿Eso es todo, Profesora? - pregunto Harry.

- Si Potter puede irse - respondió McGonagall. Harry se levanto y se dirigió hacia la puerta con una gran sonrisa en la cara - Se me olvidaba Potter, el Profesor Dumbledore quiere verle a las 8 en su despacho con el libro que usted ya sabe, la contraseña es "Ratoncitos de gominota".

- Gracias, Profesora, ahí estaré, Adiós - dijo Harry.

La alegría de Harry se desbordaba de su ser, iba tan contento hacia la sala común que no se dio cuenta cuando paso al lado de Malfoy, mientras este le insultaba. Paso por el cuadro de la señora gorda, sin apenas salir de su ensimismamiento. En una esquina de la sala común estaban Ron, Hermione y Ginny conversando tranquilamente, Harry se sentó al lado de Ginny con una inmensa sonrisa.

- ¿Por qué estas tan feliz? - pregunto Ron.

- ¿Qué era lo que quería McGonagall? - indago Hermione.

- Voy a ser el nuevo capitán - dijo Harry en tono soñador.

- Pero, Harry, eso es estupendo - grito Ron dando un salto del asiento.

- Enhorabuena Harry - dijo Ginny dándole un abrazo. Esta reacción saco a Harry de su trance, de pronto se encontró devolviéndole el abrazo a Ginny. "Pero, ¿Qué haces?" pensó, ni si quiera se había dado cuenta de haber respondido al abrazo. Pasaron un par de segundos hasta que se separaron, ambos estaban visiblemente rojos.

- Es estupendo, felicidades Harry - dijo Hermione.

- ¡¡¡GENTE, ESCUCHADME UN MOMENTO!!! - grito Ron, subiéndose a una mesa en la sala común. La sala común se quedo en silencio, y todos los presentes se quedaron mirando a Ron extrañados - ¡¡¡TENGO UNA NOTICIA GENIAL!!! - grito entusiasmado - ¡¡¡HARRY POTTER ES EL NUEVO CAPITAN DEL EQUIPO DE QUIDDITCH!!! - según Ron soltó la bomba, la gente empezó a proferir gritos de alegría y de animo hacia el nuevo capitán.

Poco a poco se iban acercando donde Harry para felicitarle. Cuando Harry se dio la vuelta para decirle a Ron lo de las pruebas para los cazadores se dio cuenta que su amigo y Hermione habían desaparecido. Diez minutos más tarde, una fiesta empezaba a formarse en el salón común. Harry era requerido por todos para hablarle, a duras penas consiguió llegar al tablón de anuncios para poner el cartel. En eso vio como llegaban Ron y Hermione cargados de comida y cervezas de mantequilla, sin duda venían de la cocina.

La fiesta avanzaba irremediablemente hacia la apoteosis cuando Harry se dio cuenta de que se había olvidado de su cita con el Profesor Dumbledore. Harry miro su reloj dándose cuenta que todavía lo tenia estropeado.

- Ron, ¿Qué hora es? - pregunto Harry.

- Que mas da es sábado - respondió un alegre Ron.

- Ron - dijo Harry seriamente.

- Vale, vale, ehh... son las ocho menos cuarto - respondió Ron.

- Tengo que ver a Dumbledore y voy a llegar tarde - dijo Harry dando un salto desde su cómodo asiento en el sofá.

- Pero Harry... - iba a protestar Ron, pero no le dio tiempo.

Harry había salido escopetado hacia la habitación, cuando llego abrió el baúl como si la vida le fuese en ello, agarro el pesado libro y se precipito escaleras abajo. Harry pasó como una exhalación por la sala común en dirección al despacho del Director.

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Gracias a todos los que me habéis enviado reviews. Todavía estoy escribiendo el fic, lo que pasa es que ya tenía esos 6 capítulos escritos. Espero no tardar mucho en enviar nuevos capitulos.