CAPITULO IX: LOS SUEÑOS Y LA PROFECIA

El tiempo avanzaba inexorable para todos en el castillo de Hogwarts, cada que pasaba Harry se encontraba mas y mas agotado. Por la mañana tenia que asistir a sus clases de EXTASIS, por las tardes impartía las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras. Después tenia que corregir las tareas de sus clases y realizar las que le mandaban, y por si eso fuese poco tenia que planear y entrenar al Quidditch. Esta era la una actividad que no le suponía un gran trastorno, puesto que cada vez que se subía a su saeta de fuego la sensación de libertad lo invadía. Para colmo por las noches tenia que practicar con el libro de Misterios de la Magia Antigua, ya había logrado un gran avance había conseguido abrir y leer el libro, sin embargo todos los capítulos que leía le parecían inútiles. En el libro solo se explicaban los fundamentos de la Magia Antigua, e historias concernientes a las actividades de los magos más poderosos de dicha Magia.

Había llegado mediados de Octubre y el tiempo iba empeorando, los entrenamientos se hacían más y más pesados pero el equipo empezaba a funcionar muy bien. Sobre todo gracias al entrenamiento especial al que Harry había sometido a los cazadores y golpeadores, aunque inexpertos se habían comportado bien y aprendieron con rapidez. Los nuevos cazadores se estaban empleando a fondo, Ginny llevaba el mando del ataque y Ron posicionaba en la defensa, Harry les corregía desde alto para conseguir una perspectiva más global de juego. Después de un entrenamiento Harry se quedaba en las duchas mientras los demás ya se habían ido, había decidido que el mejor sitio para mirar el libro era en los vestuarios del estadio de Quidditch puesto que después de haber montado en la saeta de fuego se sentía mas relajado y podía recordar mejor la sensación que esta la producía. Tras un entrenamiento especialmente duro, Harry aprovecho para leer el libro y estaba tan cansado que no tubo apenas dificultades para concentrarse únicamente en el libro. Sin darse casi cuenta habia leído un capitulo de una pasada y el libro seguía abierto sin hacer esfuerzo por ello.

A la mañana siguiente Harry desayuno a la velocidad del rayo y después se dirigió raudo y veloz hasta el despacho del Director para comunicarle su gran avance.

Esa misma semana tendría ocasión la primera salida a Hogsmeade, como no tenia mucho tiempo para pasarlo con sus amigos debido a todas sus obligaciones le apetecía en demasía esta salida. Podría pasar todo el día con las personas que mas lo habían ayudado en toda su vida, ellos habían arriesgado sus vidas por el en mas de una ocasión.

En la mañana se la salida Harry y Ron se dirigieron al comedor para reunirse con Hermione y Ginny que los estaban esperando.

- Ya era hora de que llegaseis - dijo Hermione recriminándoles su tardanza.

- Solo nos retrasamos un poco - afirmo Ron.

- ¡¡Seguro!! - dijo Hermione exasperada - Llevamos más de media hora esperándoos, ¿Verdad Ginny?

- Eh... ah si - respondió Ginny saliendo del trance, pues se había quedado mirando a Harry embobada.

- Vale, vale - intervino Harry para evitar la discusión de sus amigos - Lo que cuenta es que ya estábamos aquí, que tal si desayunamos rapidito y nos vamos a para Hogsmeade.

- Harry tiene razón - confirmo Ginny.

Harry y Ron se apresuraron a desayunar ante el enfado creciente de Hermione. Tras esto se apresuraron a ir hacia Hogsmeade. Se montaron en una de las carretas tiradas por los Thestrals, Harry los vio y no pudo evitar acordarse de lo sucedido el pasado Junio. Cuando llegaron a Hogsmeade se distrajeron yendo de tiendas, llevaban más de 3 horas dando una vuelta por el pueblo. Y decidieron pasarse por las Tres Escobas para tomar unas cervezas de mantequilla.

Como siempre el bar estaba a topo de estudiantes y profesores, sin contar a los clientes habituales. Se sentaron en una mesa apartada del bullicio, Harry y Ron fueron a la barra a pedir las bebidas, mientras las chicas cuchicheaban en voz muy muy baja.

- Ya están otra vez - dijo Ron exasperado.

- ¿A que te refieres? - pregunto Harry.

- Pues a eso - dijo Ron indicando a Hermione y Ginny - Siempre que nos alejamos de ellas se ponen en ese plan, siempre cuchicheando.

- ¿Y que tiene eso de malo? - pregunto Harry.

- ¡Como!, qué que tiene de malo - dijo Ron mirando a Harry con reproche - Pues todo, de seguro están hablando de nosotros.

- Cálmate Ron - intento tranquilizar a su amigo - No es para tanto.

- Será mejor que volvamos a la mesa - bufo Ron.

- Vale - asintió Harry. Cuando les entregaron las cervezas se apresuraron en regresar junto a las chicas. Ron se apresuro tanto que llego varios pasos por delante de Harry.

- ¿De que hablaban? - inquirió Ron.

- No es asunto tuyo - le respondió misteriosamente Ginny.

- No deberías preguntar por cosas que no son de tu incumbencia - ratifico Hermione. Ron se disponía a protestar cuando Harry, interrumpió a su amigo.

- Por favor, chicos, no empecéis - dijo Harry - Hace mucho que no estábamos todos así de tranquilos, sobre todo yo. Que con todo el trabajo que tengo no puedo parar ni un momentito - suspiro Harry.

- Los demás también tenemos mucho trabajo, sobre todo gracias a un Profesor que nos ha puesto un trabajo de cinco pergaminos sobre Dementores para la próxima clase - dijo Ginny, dirigiéndole la mirada a Harry - Y, no miro a nadie.

- ¿Cinco pergaminos? - pregunto un incrédulo Ron - Caray, Harry creo que te has pasado un poquito, ¿No?

- Pues yo creo que no - afirmo Harry - Se que es mucho trabajo pero es necesario, este año tenéis los TIMOS, y es muy importante estar bien preparados.

- Ya eso lo dices por que tú no lo tienes que hacer - protesto Ginny.

- Creo que Harry tiene razón - salto Hermione que se había mantenido al margen de la conversación.

- Como no ibas a estar de acuerdo, todo lo que sean deberes a ti te encantan - dijo Ron.

- Vale, vale no empecéis de nuevo - dijo Harry.

Hermione y Ron se mostraron molestos por su actitud mutua, la conversación cambio de tercio. El resto de tiempo estuvieron hablando de los progresos que estaba haciendo el equipo de Quidditch. Cuando terminaron las cervezas de mantequilla se marcharon a dar un paseo en dirección a la casa de los gritos. Era uno de sus trayectos favoritos para pasear, les recordaba las aventuras que habían vivido en aquel lugar, sin embargo para Harry todavía era algo triste de recordar.

De repente Harry sintió un intenso dolor en la frente, rápidamente se apretó la mano contra la cicatriz, y se desmayo.

Estaba en una gran cámara subterránea, tenia la impresión de haber estado allí con anterioridad. Caminaba entre inmensas columnas situadas a los lados de la impresionante estancia. Al fondo de la estancia se podía ver una majestuosa pared adornada por tres escudos formando un triangulo por líneas de color blanco plata, en el centro del triangulo se podía distinguir un escudo extraño. Notaba que emitía fuertes vibraciones, pero a su vez se dio cuenta de que ese escudo tan extraño anteriormente había poseído mucho mas poder del que ahora emanaba. "¿Qué había sucedido para que el escudo se hubiese deteriorado hasta ese punto?" se pregunto Harry. Harry estaba y muy cerca de la pared y podía distinguir claramente los escudos exteriores, el superior era el de Gryffindor, el inferior izquierdo era el de Ravenclaw y el inferior derecho era el Hufflepuff. Harry se aproximo al escudo del centro extendió la mano y...

Repentinamente se alejo a toda velocidad de la impresionante sala, escucho que alguien lo llamaba, sin embargo no distinguía su voz. "Harry, mi amor despierta, no quiero perderte, no antes de que te confiese que te quiero" decía la misteriosa voz en la cabeza de Harry. Tras largo tiempo sumergido en una intensa oscuridad, Harry empezó a recuperarse de su terrible letargo.

Harry empezó a abrir los ojos lentamente, veía todo borroso, sin embargo reconocía perfectamente la estancia en la que se encontraba sin sus gafas. Ya había estado allí en multitud de ocasiones, estaba en la enfermería de Hogwarts.

- Hasta que por fin despertaste - dijo la voz de su amigo Ron.

- Ya estábamos preocupados por ti - dijo la voz de Hermione al lado de la de Ron. Harry estiro la mano y cogió sus gafas de la mesita. Allí estaban sus mejores amigos, Hermione, Ron y Ginny, sentados a ambos lados de la cama.

- ¿Cómo te encuentras Harry? - pregunto Ginny, con visibles muestra de haber llorado.

- Bien solo tengo una pequeña, molestia en la frente - respondió este intentando tranquilizar a sus amigos, los cuales todavía tenían cara de preocupación - ¿Cómo he llegado hasta aquí? - pregunto Harry.

- Hermione y yo fuimos a buscar a los profesores, mientras Ginny te cuidaba - respondió Ron - Encontramos a Dumbledore y a McGonagall en las tres escobas y ellos te trajeron - concluyo Ron.

- Gracias a todos - dijo Harry, mirando tiernamente a Ginny que se había sonrojado ante el relato de su hermano.

- La Señora Pomfrey, ha dicho que te tendrías que quedar esta noche aquí para poder controlarte - dijo Hermione.

- Genial, otra noche en la enfermería - dijo Harry en tono de protesta.

- Tal vez deberías trasladar tus cosas aquí, pasas más tiempo aquí que en la torre Gryffindor - dijo Ron intentando levantar el ánimo de su amigo. Cosa que consiguió de inmediato, los cuatro estallaron en carcajadas.

- Sssshhhhh, callar o la Sra. Pomfrey os va a echar y yo me voy a aburrir como una ostra - dijo Harry, intentando contener la risa.

Pasaron el resto de la tarde en la enfermería acompañando a Harry, este les contó todo lo referente a su extraño sueño. No sabían que pensar, evidentemente debía pertener a Hogwarts. Mientras Harry describía la forma de la sala Ginny parecía ausente.

- Harry, ¿No te resulta conocida esa cámara? - pregunto Ginny - Por que a mi si - afirmo la pelirroja. Los tres amigos la miraron extrañados.

- Ahora que lo dices si que me resultaba conocida pero no consigo situarla - declaro Harry.

- Pues por la descripción que has dado se parecía a... - callo Ginny de repente como si le viniese a la mente un mal recuerdo.

- ¿A que Ginny? - indago Ron.

- ... a la Cámara de los Secretos - sentencio Harry - No es eso, Ginny.

- Si - ratifico Ginny.

- Tienes razón se parecía mucho, pero estoy seguro de que no era la misma sala. En ella no existía nada que perteneciese a Salazar Slytherin - comento Harry - Las columnas no tenían forma de Serpiente, y tampoco tenia esa atmósfera de terror que tiene la Cámara de los Secretos. Ni tampoco estaba la estatua de Slytherin.

- Tienes razón - dijo Ginny - Pero me intriga que estuviesen los escudos de los demás fundadores.

- Eso puede indicarnos que es posterior a la marcha de Salazar del colegio - dijo Hermione, que había estado muy pensativa durante todo el relato de Harry.

- Creo que deberíamos investigar, ¿Qué tal si mañana vamos a la biblioteca? - dijo Ron.

- ¡¡¡COMO!!! - dijeron Hermione, Harry y Ginny a la vez.

- ¡Que!, ¿He dicho algo malo? - pregunto Ron incrédulo ante la actitud de sus amigos.

- No, solo es que nos ha sorprendido que fueses tu el que propusiera ir a la biblioteca - dijo Hermione.

- Es que estaba seguro que lo ibas a proponer tú así que por que no proponerlo yo - dijo Ron - Ya nos conocemos - dijo Ron con una sonrisa en la cara.

- Uff, me asusta que me conozcas tan bien - dijo Hermione sonrojándose. Mientras Harry y Ginny se echaron a reír tan alto que la Sra. Pomfrey acudió para que se callasen.

Quedaron en que después de desayunar en la mañana del domingo pasarían a recoger a Harry a la enfermería y después irían directos hasta la biblioteca. Cuando sus compañeros se marcharon a la caída del anochecer Harry se recostó en la cama, y dado el repentino ataque que había sufrido por la tarde decidió que lo mejor seria intentar conciliar el sueño.

Harry se encontraba en una sala de sobre conocida para el, estaba en el despacho de Dumbledore, se encontraba contemplado la secuencia en la que Dumbledore le relataba todo lo concerniente a la profecía. Harry se despertó sudoroso en mitad de la noche, se sentía desorientado e intranquilo. No podía conciliar el sueño, dando vuelta en la cama y pensado en que debería librarse de ese enorme pero que lo oprimía. Tomo la férrea decisión de que había llegado el momento de contar a sus amigos todo lo concerniente a la profecía. "Tienen derecho a saberlo puesto que arriesgaron sus vidas por mi" se decía a si mismo.

A la mañana siguiente Harry se encontraba ya vestido esperando a que sus compañeros pasaran a buscarle, se encontraba inquieto buscando las palabras con las que comunicarles la noticia. Tan solo tubo que esperan 5 minutos hasta que sus tres compañeros aparecieron por el extremo del pasillo que llevaba hasta la enfermería.

- Ya era hora - dijo Harry impaciente.

- Buenos días, a ti también - dijo Ron.

- Bueno días - dijeron las chicas.

- Vale, Buenos días - dijo Harry algo exasperado.

- ¿Venga nos vamos a la biblioteca? - pregunto Hermione.

- No, eso lo podemos dejar para mas tarde - dijo Harry en tono serio - Tengo algo muy importante que contaros.

- ¿Algo muy importante? - preguntaron extrañados los tres.

- Si, pero necesito que busquéis a Luna y a Neville - dijo Harry - Yo os estaré esperando en la Sala del Requisito - dijo Harry.

Se despidió de sus amigos que marcharon hacia el gran comedor a buscar a sus amigos. Harry se dirigió hacia la Sala del Requisito, cuando estuvo en el pasillo paso tres veces por delante deseando una sala cómoda y confortable para conversar. La puerta apareció, entro y diviso una hermosa sala decorada al estilo de la sala común de Gryffindor, tenia sofás rojos colocados en circulo alrededor de una mesa en la cual había preparado Te con pastas. Harry se sentó en la una butaca que había, parecía que era la que había pedido para hacerse notar mientras durase el relato. Diez minutos más tarde llegaron sus amigos.

Harry estaba de pies delante de los cinco amigos que se miraban con cara de intriga. Harry respiro profundamente.

- Gracias por venir, chicos - dijo Harry a modo de saludo.

- ¿Qué es eso tan importante que tenias que contarnos? - pregunto Hermione con impaciencia.

- Eso - ratifico Ginny.

- Lo que os voy a contar os resultará difícil de aceptar, a mi me a llevado unos meses aceptar este echo - dijo Harry con resignación, volvió a tomar aire profundamente y continuo - Os digo esto por que creo que tenéis derecho a conocer el motivo por el que Voldemort quería la profecía - un estremecimiento recorrió a sus amigos, sin embargo Harry noto que Hermione y Ginny ni se inmutaban ante esta mención. Volvió a respirar de forma profunda para tranquilizarse - Vosotros vinisteis conmigo al Ministerio de Magia, arriesgándoos a que os expulsasen, o peor aun a que os hiriesen o asesinaran los Mortífagos. Nunca podré agradeceros bastante este echo, luchasteis con valor y arrojo, y os esta eternamente agradecido por ello, aunque el registro de la profecía quedo destruido, esta fue escuchada por una persona, que me izo conocedor de su contendido la misma noche del incidente.

Todos se miraban con cara de asombro no se podían creer las palabras que estaban saliendo de la boca de Harry.

- ¿Pero Harry quien fue el que escucho la profecía? - pregunto Ron.

- Si Harry, ninguno de nosotros pudo escuchar la profecía había demasiado ruido - dijo Neville - Yo estaba contigo cuando se rompió.

- Como iba diciendo la persona que me dijo que decía la profecía fue Dumbledore - dijo Harry.

- ¿Como pudo escuchar Dumbledore el contendió de la profecía?, si ni siquiera había llegado todavía - dijo Neville.

- Yo no he dicho que la escuchase esa noche, el fue es que escucho la profecía original - dijo Harry, dejando a sus amigos con una cara de asombro pasmosa

- Increíble - acertó a decir Ginny - ¿Y que se supone que decía la profecía? ¿Cómo sucedió?

- Si, me dejáis continuar os los explicare todo. Dumbledore la escucho hace 17 años, de boca de la Aspirante a Profesora, Sybill Trelawney - dijo Harry ante el asombro de los presentes.

- ¡¡¡Queeee!!! - dijo Hermione - ¿Cómo es posible que esa mujer hiciese una profecía autentica?

- Como recordaras hace dos años ella realizo una profecía cuando yo estaba a solas con ella, y que Dumbledore me dijo que era la segunda profecía autentica que tenia, pues bien la otra se la izo a el - comento Harry. Todos miraban a Harry con tal asombro que no les salían las palabras - El caso es que el profesor Dumbledore esta muy desesperado en encontrar una Profesora para Adivinación, esta era la ultima entrevista y si no tenia éxito quitaría la asignatura. La entrevista de la aspirante se celebro en el Cabeza de Puerco a Dumbledore le basto un rato para darse cuenta que la nieta de la gran adivina era mas una farsa que una realidad, y se disponía a marcharse, cuando de repente la aspirante entro en trance y dijo la profecía - los chicos estaban atónitos antes las palabras de su amigo.

- ¿Pero Harry que decía la profecía para que Voldemort la quisiera en su poder? - pregunto Ginny.

- Tranquila Ginny ahora llego a esa parte - continúo Harry, volvió a coger aire - La profecía decía - ha Harry le temblaban las manos de los nervios, volvió a tomar aire, como si este no le llegase bien a los pulmones - "El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca... Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y el Señor Tenebroso lo señalara como su igual, pero él tendrá un poder que el Señor Tenebroso no conoce... Y uno de los dos deberá morir a manos del otro, pues ninguno de los dos podrá vivir mientras siga el otro con vida... El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes..." - Harry lo dijo todo deprisa para no ser interrumpido, todos lo miraban con la boca abierta.

- Pero, Harry eso quiere decir que tú... - dijo Hermione antes de ser interrumpida por Harry.

- Si, Hermione, eso significa que me tendré que enfrentar con Voldemort a vida o muerte - dijo Harry con resignación. Un estremecimiento recorrió por las caras de sus amigos.

- No, no pueden dejar que te enfrentes tu solo a Voldemort - dijo Ginny con cara asustada, Neville y Luna miraban a Harry como si estuviera sentenciado a muerte.

- No es una decisión que solo me incumbe a mí y a Voldemort - afirmo Harry - Pero ahí no acaba la cosa - dijo Harry - Ya sabéis la fama que tiene el Cabeza de Puerco, hay todo tipo de gente allí. Tras la puerta de la habitación en que Dumbledore hacia la entrevista estaba un partidario de Voldemort escuchándolo todo - Harry observo que las caras de sus compañero eran de asombro total - Pero el cantinero lo encontró cuando solo había oído la mitad de la profecía, no escucho que el señor tenebroso le marcaría como a un igual. Dumbledore pensó en quienes podrían ser los padres de ese niño y llego a los candidatos rápidamente, los candidatos mas probables eran los Potter, mis padres, ya que se habían enfrentado a el en tres ocasiones, y me tenían a mi que había nacido el 31 de Julio. Pero también estaban los Longbotton - dijo Harry mirando a Neville. Este se sobresalto por la mención de sus padres.

- ¿Cómo mis padres? ¿Yo...? - pregunto Neville atónito, por las palabras de Harry.

- Si Neville tu también eras candidato a ser el niño de la profecía. Por que también has nacido a finales de Julio - todos miraban a Neville con asombro - Pero lo que Voldemort no sabia era que a quien el marcase seria su antitesis. Al ir a matarme primero, me marco a mi y mato a mis padres - Harry paro para tomar aliento - Sin embargo a mi me dejo esta cicatriz como muestra de que yo era el elegido del que hablaba la profecía, Voldemort creía que esta decía algo sobre nuestro futuro y por eso quería conocer el resto de la profecía, para saber que le deparaba el futuro - concluyo Harry mientras los demás lo miraban atónitos.

- ¿Por qué no nos lo contaste antes? - pregunto Hermione, debatiéndose entre el asombro y la incomodidad de saber algo tan relevante.

- No sabia como hacerlo, además tenia que asumirlo - dijo Harry con resignación.

- Pero Harry, acaso no confiabas en que nosotros te apoyásemos - dijo Ron.

- Claro que confió en vosotros, sois las personas que mas aprecio. Pero tenia dudas, no sabia si debía preocuparos a vosotros también - dijo Harry.

Harry se sentía muy aliviado tras soltar un gran peso como ese. Estuvieron un buen rato en silencio. Ninguno sabia lo que decir, la impresión fue demasiado fuerte.

- Harry no te preocupes, podrás contar con mi ayuda hasta el final - dijo Ron en tono solemne y firme.

- Yo tambien, estaré contigo - ratifico Hermione que se unió a Ron en la proclama.

- Cuenta conmigo tambien, por ti iría al fin del mundo - afirmo Ginny sonrojándose.

- Creo que tambien deberías contar con nosotros - dijo Neville mirando a Luna, solicitando su confirmación.

- Si, estamos juntos en esta gran aventura - replico Luna que había abandono el tono soñador que la acompañaba desde que Harry la conocía.

- Gracias - dijo Harry.

- No te preocupes, todos estaremos contigo hasta que no podamos mas - afirmo Ginny.

Tras una larga conversación en que infundieron ánimos a Harry y en que decidieron apoyarle en todo lo posible, este les pidió que no contasen nada acerca de dicha profecía. Sobre todo se lo pidió a Luna ya que de seguro tendría una gran tentación en contárselo todo a su padre, a cambio de no contar nada Luna le pidió la exclusiva de la profecía para cuando se hiciese público el hecho. Harry no dudo en aceptar la propuesta, ya que gracias a la revista del padre de Luna el había logrado que el mundo mágico empezase a cambiar de idea sobre el regreso de Voldemort.

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Reviews

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios, para que se conozcan cosas que he dejado en el aire, como es la profecia de la camara 004 debereis esperar un poquito. No voy a contarlo todo al principio, je je je, es que Harry es tan despistado a veces.

Este capitulo lo acabo de terminar, pero no creo que pueda seguir este ritmo de actualizaciones. Estas proximas semanas voy a estar muy ocupado en el trabajo y me va a quitar bastante tiempo libre, tendreis que tener un poco de paciencia, sorry.