Hikari No Naka Eh

Capítulo 2: "El Lago de las Ilusiones"

No podía parar de reír, el estómago le dolía tanto, que las lágrimas ya sobresalían en sus ojos, ¿hacía cuanto que no se reía de esa forma?, no lo recordaba, solo podía pensar en las divertidas expresiones en el rostro de Merle, quien no dejaba de brincar alocadamente sobre su cama, es que su amiga era todo un espectáculo digno de verse, irónico, cuando recién la conoció no la soportaba, le parecía una gata infantil, celosa, impertinente y en exceso curiosa, ahora le agradaba tanto…

Van aguardaba fuera de la habitación de Hitomi, se sentía sumamente tentado a abrir aquella puerta y ver que ocurría, las risas de Hitomi y los sonidos de festejo que Merle emitía lo tenían consternado, sentía que la curiosidad iba a matarlo, pero por ninguna razón podía entrar, se lo repetía una y otra vez, no debía entrar, se suponía que Merle había ido a ayudar a Hitomi con su vestido, esa era la razón de que no entrara; el silencio se hizo de pronto en el interior, luego se oyeron las risas de ambas y finalmente, un golpe seco, cosa de segundos eternos para que Van entrara con preocupación.

-¡Hitomi!

Ambas voltearon a verlo, luego se vieron entre si y continuaron riendo, el joven rey se aproximó ofuscado hasta toparse con una mesa volteada y cubierta de plumas… ¿Plumas? ¿de donde habrían salido? La respuesta llegó de golpe, literalmente, solo de pronto, Slanzar se veía en medio de una guerra de almohadas sostenida por las dos chicas risueñas, el golpe inesperado lo hizo perder el equilibrio de repente, fue entonces que, sentado en el suelo como estaba, prestó atención al par de adolescentes, parecían un par de niñas pequeñas, vestidas con lo que parecían ser solo fondos de ropa, los cabellos revueltos y completamente cubiertos de pequeñas plumas blancas al igual que el resto de aquel par de jovencitas, cuanta ternura inspiraban en aquel momento esas dos, se veían tan graciosas al proseguir con aquel alocado juego, que Slanzar no pudo contener la risa, sonora, alegre, tan llena de vida que parecía increíble que aquel ser tan solitario pudiera producirla, la niña gato y la joven de la Luna Fantasma interrumpieron su juego para observar a aquel joven reír a placer, ahora eran ellas las que estaban confundidas, ¿de que se reía? De pronto Merle también comenzó a reír mientras señalaba a Hitomi.

-Aun no te has vestido, jajajajajaja, y tu fondo y tu cabello están llenos de plumas, jajajajajaja.

La ojiverde se ruborizó al notar la poca ropa que llevaba, intentó peinarse y quitarse aquellas plumas de encima cuando se fijó mejor en Merle, entonces ella también comenzó a reír.

-Tú también estás despeinada, jajajajajajja, y tu pelo está todo erizado, jajajajajjaa.

Ahora era Merle la que intentaba acomodarse la ropa, ¿Quién lo diría? Tanto escándalo solo porque a Hitomi se le había ocurrido organizar un día de campo mientras Merle le explicaba como colocarse un vestido azul claro con tirantes.

Finalmente estaban frente a las puertas de Fanelia, era cerca del mediodía cuando salieron alegremente un par de chicas seguidas por el Rey de aquella nación, ciertamente que hacía un rato estaban un poco desesperadas pues, solo de pronto, sus juegos fueron interrumpidos por uno de los consejeros del rey, el ryuujin había tenido que bajar a una junta de consejo pues había llegado una carta de parte de la reina Milerna de Asturia; tenían que hacer los preparativos para la Gran Fiesta de la Paz en Gaea, ese sería el primer año que se festejaría y debían hacer preparativos para la semana próxima en que sería festejada aquella fiesta en todo el planeta, las festividades durarían un total de 5 días en los cuales, la realeza del planeta viajaría por todos los reinos y Van había sido invitado a abordar el Cruzade para este recorrido, justo como en los viejos tiempos, iría acompañado de Millerna, Allen, Chid y Dryden. Una vez que la junta terminó, tanto la chica gato como la joven vidente sacaron al rey a toda velocidad del castillo, entre las dos llevaban una cesta de comida y un mantel algo grande para pasar el día entero en el bosque contiguo a Fanelia, la junta les había dado el tiempo necesario para preparar la comida… y para pensar que perderían buena parte del día esperando a que terminara aquella junta.

El grupo iba a pie platicando animadamente, cuando de pronto a Hitomi se le ocurrió hacer una comparación entre el comportamiento actual de Merle y el de tiempo atrás.

-Veo que has madurado un poco.

-¿Madurado? Pero si sigue siendo una niña.

-Van Sama, ¿a quien le llamas niña? Para tu información ya soy una jovencita muy madura, justo como estaba comentando Hitomi.

-¿A si? -Comentaba el rey en forma sarcástica y burlona al mismo tiempo.

-Pues claro que si, y te lo demostraré.

La niña gato iba delante de la pareja mostrando un serio semblante mientras caminaba lo más erguida posible, esto no evitó que una mariposa revoloteara a su alrededor y la obligara a seguirla con la vista, cuando finalmente quedó de frente a sus acompañantes, la chica gato observó a aquel bello insecto pararse justo en la punta de su nariz, una mirada perversa y una sonrisa divertida aparecieron en su rostro mientras movía lentamente sus brazos, estaba apunto de atrapar al animal cuando esté salió volando.

-¡VEN ACÁ! ¡VERÁS QUE TE ATRAPO! ¡ESPERA!

Le gritaba la niña gato a la mariposa a la vez que brincaba tras el insecto en cuatro patas, parecía hacer acrobacias mientras intentaba atraparla, Van y Hitomi no pudieron evitar el reírse, esa era la Merle de siempre, la cual, al notar aquellas risas volteó a verlos molesta con un genuino movimiento gatuno que provocó aun más risas de sus acompañantes.

-¡YA DEJEN DE REIRSE! Y a ti, te atraparé pequeño insecto trav… AAAAAAAA!

Más risas se dejaron oír al observar a la casi hermana del ryuujin tropezar con una piedra al intentar saltar, la mariposa se había pasado de la raya, estaba ahora cómodamente instalada en la punta de una de las orejas de la chica en el piso.

-Merle, deja de jugar, se nos hará tarde para comer en el bosque.

-¿Qué? Van sama, no estaba jugando, solo intentaba…

-Oye Van, ¿qué tal una carrera a ese árbol?

-Oigan, no…

-Eso es trampa Hitomi, espera, verás que te alcanzo con todo y esto.

-¿Porqué me ignoran?

-Eres demasiado lento, jajajjajaja

-… ¿acaso me están ignorando?

-¿Lento? Tú hiciste trampa

-… ¿QUÉ ACASO PIENSAN DEJARME AQUÍ TIRADA?

-JAJAJAJJAA, Van, te gané, te gané, jajajajjajaja.

-Creo que lo hacen.

Merle solo se incorporó y fue corriendo hasta donde se encontraban ahora sus amigos, estaba molesta, pero también divertida por la forma en que habían comenzado a discutir, se quedó observándolos divertida por un momento y luego prosiguieron, estaban cerca de su destino.

La tarde comenzaba a matizarse sutilmente mientras Merle correteaba detrás de un conejo que se había llevado una vicera que Hitomi le había prestado… bueno, en realidad se la había quitado a Hitomi, de todos modos, ese conejo era muy veloz y Merle no podía darle alcance por más que lo intentaba, Van y Hitomi estaban sentados en el mantel observándola, habían comido, jugado a la pelota y a perseguirse, estaban algo cansados, así que prefirieron sentarse a ver a Merle, parecía que nunca se le acababa la energía a esa gata, no sabían decir si se debía a que formaba parte de los felinos o a que aun era una niña, era tan relajante el estar ahí, que casi no podían creerlo, ambos habían estado un tanto estresados en el último año, el no estar cerca y la tristeza eran difíciles de soportar por tanto tiempo, el estar juntos en ese momento, tan tranquilos, parecía un regalo de los dioses, se sentían felices, nada les faltaba estando en mutua compañía, tan cerca, tomados de la mano mientras se apoyaban en el tronco de un gran árbol, todo parecía perfecto. Merle finalmente atrapó a aquel conejo ladrón, le quitó la vicera y estaba a punto de llevarlo hasta donde se encontraban Van y Hitomi cuando el sinvergüenza saltó de sus manos y se metió a una madriguera, se sentía un poco frustrada pero terminó por restarle importancia, "Bah, al fin que ni lo quería cerca, conejo del demonio, pero la próxima vez…" murmuraba la joven mientras se acercaba a la manta donde se dejó caer pesadamente.

-¿Piensas devolvérmela Merle?

-No, -la niña gato se colocó aquella vicera en la cabeza y luego se acomodó boca arriba.- tomaré el sol con ella mientras descanso aquí.

-¿Cuál sol Merle? Si ya se está ocultando? -Comentaba entre risas el joven rey.

-¡Qué grosero! Todavía hay sol y pienso aprovecharlo aquí, tomaré una siesta, estoy muy cansada.

-¡Bueno! –Dijo una confundida Hitomi mientras la observaba detenidamente.

Van veía a la chica de la Luna Fantasma fijamente, tenía poco que Merle se había dormido, Hitomi no tardó mucho en percatarse de aquellos ojos escarlata, le devolvió la mirada mientras le regalaba una sonrisa al chico a su lado, no podía ser más feliz.

-¿Porqué me ves de esa forma?

-¿No puedo?

-Si, solo quiero saber porque me miras.

-Quiero saber lo que piensas.

-Pues, la verdad, me siento contenta de estar aquí, no podría ser mejor.

-¿Estás segura?

-¿Qué quieres decir con eso?

El rey ángel de Fanelia se levantó mientras un par de esmeraldas lo contemplaban de forma interrogante, Slanzar sonrió mientras estiraba su mano hacia Kanzaki, esta aceptó la ayuda que se le brindaba para levantarse, minutos después se encontraban caminando por el bosque.

-¿A dónde vamos Van?

-¿Recuerdas que la última vez que estuviste aquí te llevé a un lago?

-Si, lo recuerdo, ahí fue donde tus padres se conocieron.

-Así es, cuando te llevé era de noche, y este es el mejor momento para contemplarla.

Hitomi sonrió mientras tomaba a Van por el brazo, no tardaron mucho en llegar a su destino, en verdad, aquel antiguo guerrero estaba en lo cierto, el ocaso estaba en todo su esplendor, sin embargo, no se comparaba con el espectáculo que aquel lago ofrecía, cada uno de los colores del cielo era reflejado por el agua pura de aquel lago mientras luciérnagas y otras luces se deslizaban lentamente por el viento, formando así un verdadero espectáculo.

-¡Es hermoso!

-Si, lo es, quería que lo vieras.

-Van, ¿qué son esas luces de allá?

-Son hadas del bosque.

-¿Hadas?

-Si, en Gaea siempre han existido, solo que se ocultan en tiempos de guerra, este es su lugar favorito, dicen que el lago es especial y por eso vienen aquí.

-¿El lago es… especial?

-Si, así es, la otra vez no te lo dije pero, lo llamamos Lago de las Ilusiones, dicen que aquí siempre pasan milagros, o cuando menos se cumplen los deseos que tengas.

-Entiendo.

-Hitomi, casi lo olvidaba, toma, es tuyo.

-¿Qué? ¿pero…

-Nada de peros, tómalo Hitomi.

Las manos del dragón blanco aprisionaban los de la velocista con cuidado, cuando las separó, Hitomi abrió lentamente las suyas propias y observó el pendiente que la llevará a aquel planeta la primera vez que llegó, miles de recuerdos llegaron a su mente mientras lo contemplaba, luego lo colgó alrededor de su cuello y se abalanzó contra el joven que la acompañaba, ese pendiente era la llave para regresar cuantas veces quisiera.

El joven rey correspondió aquel inesperado abrazo mientras sentía el dulce aroma de Hitomi, ella subió su rostro para verlo, sus ojos irradiaban felicidad mientras una sonrisa de verdadera complacencia aparecía en su rostro, se veía tan bella bañada en la luz del atardecer que se acercó cada vez más hasta capturar aquellos labios con los suyos. Se sentía tan bien como ella recordaba, sus brazos rodeándola, su calor cerca de su cuerpo, y esos labios que la deshacían por dentro, pronto se sintió arrinconada contra un árbol, no le prestó atención, solo quería dejarse llevar por el momento, comenzó a abrazarlo un poco más fuerte, quería sentirlo más cerca aun, quería aprisionar su calor con cada célula de su cuerpo, quería que el tiempo se detuviera en ese preciso instante, mientras todo desaparecía a su alrededor, solo ellos existían en aquel mismo instante.

El beso se fue alargando poco a poco, subiendo y bajando de intensidad según los caprichos de aquella pareja, parecía un sueño, solo quería sentirla un poco más, de pronto cortaron aquel beso con tranquilidad, despacio, no había prisas, estaba a pocos centímetros de su rostro, podía sentir la respiración de su acompañante ligeramente acelerada, justo igual que la de él, también comenzó a percatarse de un agradable calor en las palmas de sus manos, se sentía muy suave, sus ojos, que habían estado fijos en los de su compañera, comenzaron a descender buscando a sus propias manos, su sonrojo fue tal, que no pudo evitar el alejarse ligeramente, se sentía apenado, ¿cómo había pasado eso?

El beso se fue cortando poco a poco, tenía los ojos cerrados, su respiración estaba algo acelerada, su corazón latía a una velocidad tan rápida, que parecía que acabara de terminar la carrera de su vida, poco a poco abrió los ojos sintiendo un extraño calor en su pecho, era agradable, muy agradable, no entendía bien porque estaba sonrojada, solo sentía sus mejillas calientes mientras observaba los ojos de Van, los cuales habían comenzado a bajar poco a poco, lo observó sonrojarse y ella también bajó la mirada, se quedó quieta donde estaba mientras Slanzar se alejaba un poco de ella, no sabía como reaccionar, solo bajó la mirada al piso junto con todo su rostro, era extraño, se sentía apenada pero, también se sentía feliz, Van escondió sus manos tras de si, ninguno de los dos podría decir a ciencia cierta que había pasado, solo estaban ahí, en silencio, sonrojados.

-Yo… Hitomi… lo, lo siento.

-No… e-esta bien, no te preocupes Van.

El joven volteó al lago en un acto reflejo solo para encontrarse con el reflejo de las estrellas y el cielo nocturno.

-Es tarde, lo mejor será volver.

-Si, tienes razón.

Ambos se alejaron del lugar, indecisos entre acercarse o no, sonrojados, aun así, a los pocos metros, Hitomi tomó a Van de la mano, él solo volteó a verla un poco contrariado, encontrándose con una pequeña sonrisa enmarcando el rostro de la mujer que amaba.

Notas de la autora:

SI, SI, AL FIN, AL FIN, después de batallar un poco y sobrevivir a dos semanas de práctica en el jardín he logrado concluir con este segundo episodio, espero sea de su total agrado y les recuerdo, este fanfic es un lemon, ya comenzamos a verlo, y en todo caso, ¿qué sucederá ahora con ese par de enamorados inocentes? ¿irá Hitomi a recorrer Gaea durante la fiesta de la paz? ¿Merle mostrará más madurez cuando salgan?... naaah, una Merle que no hace tanto escándalo no es una buena Merle, ¿cierto? Claro, yo lo se, por eso seguirá comportándose de esa forma tan Merle. Y pues, es hora de decirles que cualquier cosa que me quieran mandar, desde recordatorios para mis mamis hasta ramos de flores con felicitaciones y sugerencias, solo manden un Review, yo se los agradeceré infinitamente y procuraré responderles.

Este capítulo está dedicado a mi querida amiga Rini, (aka Mayumi Takedo), espero que te guste y discúlpame por no chatear contigo últimamente, pero créeme, la escuela me ha mantenido a raya, es hollible, pero en fin, si no estudio no ejerzo, ¿cierto? ;).

SARABA