Hikari No Naka Eh
Capítulo 3: "La Llegada"
Calor, felicidad, tranquilidad, un aroma dulce a hierbas y flores, un poco de viento rozando su piel con sutileza, el trinar de las primeras aves despiertas… cuanta calma, cuanta paz… un sueño embriagador del que no quería despertar aun, había tanta comodidad a su alrededor en aquel momento, que parecía no necesitar nada más, su cuerpo estaba tan relajado y su respiración, en aquel momento tan calmada como los canales de Asturia a esas horas de la madrugada, mantenían a su corazón en un ritmo lento y acompasado, como marcando el pulso de un suave vals de primavera… la realidad parecía distante hasta que una sensación proveniente de la realidad se hizo presente en sus labios, era una sensación cálida, pausada en cierto modo, placentera. Poco a poco abrió sus ojos hasta contemplar frente a si a una ninfa en ropas de dormir casi etéreas, una ninfa de místicos ojos verdes que en aquel momento, refulgían alegría, una ninfa con cortos cabellos castaños y piel de luna en cuyo rostro enmarcaba rosados pétalos de alguna flor exótica, aquellos eran los causantes de aquella sensación tan agradable que lo habían despertado.
-Buenos días Van.
Murmuró con cándida voz aquella visión casi fantástica y etérea justo después de besarlo de nuevo.
-Buenos días Hitomi.
Contestó somnoliento el ángel aun semidormido.
-¿Dormiste bien?
-Mucho, aunque hubiera podido dormir mejor.
-¿A si?
-Si.
Una brisa templada sorprendió a uno de sus brazos que valiente, salía de las sábanas que lo habían mantenido caliente durante la noche, tomó con cuidado la cintura de aquella vestal que lo había despertado y la atrajo hacia si, cubriéndola con las sábanas para evitar que el ligero frío matinal la sorprendiera un rato más, ahora era él quien robaba un beso ligero mientras acercaba más a la chica de la Luna Fantasma.
-¿Ves? De esta manera habría dormido mejor.
-¿Cómo estás tan seguro?
-Porque en este momento me siento mucho mejor que mientras dormía.
-¿Y eso a que se debe?
-A que estás muy cerca.
-En ese caso, me quedaré un rato más, tú descansa.
-¿Descansar? No, si te vas a quedar un rato más, mejor disfruto de tu compañía.
Y se sumieron en un profundo beso. Tenía un par de días que habían ido de día de campo, desde entonces no habían salido de nuevo, Van estaba un poco ocupado con los preparativos del festejo, había mucha gente ayudando, sin embargo, al joven rey le gustaba estar al tanto de todos y cada uno de los proyectos que se llevaban a cabo en su reino, quería estar ahí, ayudando como todos en su pueblo, necesitaba saber que era lo que se hacía, estar al tanto de la vida en Fanelia, de todo cuanto acontecía, tanto así amaba a su pueblo, sabía que no era necesario que interviniera tanto en aquellos preparativos, pero eso no importaba, le gustaba estar cerca de su gente, Hitomi no era un pretexto para alejarse, al contrario, tanto ella como Merle también habían estado ayudando tanto como se les era permitido y quizás un poco más, tal vez por eso Hitomi había comenzado a ir a despertarlo por las mañanas, lo levantaba más temprano de lo que debía para estar con él, solo abrazados, disfrutando de la compañía del otro, justo como en aquel momento, en Van estaba recostado sobre su espalda contemplando los ojos de Hitomi, quien se mantenía recostada en su pecho, abrazándolo, observándolo con aquella sonrisa inocente, era increíble todas las sensaciones que ella podía desatar dentro de él, la necesidad de tenerla cerca, así abrazada hasta la eternidad, la necesidad de protegerla, ternura por aquel rostro casi angelical, tranquilidad y amor, también podía sentir cierta pasión escondida dentro de él, no sabía como podía conformarse solo con acariciar su cabello y tener una de las manos de su compañera aprisionada con la propia, tenía que admitirlo, después de haberla tocado en el lago, algo se había despertado en su interior, pero tenía miedo, miedo a que ella se alejara, no quería ir rápido, temía que ella se asustara, tal vez, solo talvez por eso contenía sus ganas de explorar aun más aquel cuerpo femenino que ahora tenía tan cerca. El rey dio un gran suspiro antes de acercar a su invitada solo para besarla una vez más.
Otra cálida mañana en Fanelia, podía verse gente corriendo de acá para allá con grandes guirnaldas de flores, carpas para colocar puestos o algún tipo de espectáculo, aquello era un verdadero mar de movimiento, los niños también ayudaban, llevaban frutas y comida a sus madres y padres, ya fuera para que comieran algo o para que intentaran algún tipo de platillo para las próximas fiestas, también podía verse mujeres jóvenes y niñas cociendo apuradas lo que parecían ser muñecas con formas de hadas rosadas y duendes azules, una antigua costumbre del lugar, Merle corría de acá para allá seguida de una bandada de niños a los cuales debía cuidar, aunque más bien, parecía huir de ellos mientras intentaba ayudar a colocar las guirnaldas o las carpas, era divertido verla huir de aquella pandilla de niños quienes la seguían con verdadera idolatría en los ojos, Van sonreía cada vez que se topaba con su casi hermana y aquellos pequeños, a Merle le agradaban y ellos la admiraban y respetaban como a una hermana mayor, por eso la seguían tanto, solo que la niña gato deseaba hacer algo más que jugar con aquellos traviesos que se adueñaban de las calles de Fanelia con sus risas cada día que pasaba. Hitomi por su parte se mantenía en un mismo lugar, rodeada por muchas niñas de diferentes edades elaborando más y más guirnaldas de blancas flores frescas, pensaban adornar con ellas todo Fanelia, incluso los pueblos aledaños a la ciudadela principal. Van también ayudaba, modificaba planos, transportaba cargas pesadas con ayuda de otros hombres, acomodaba puestos y carpas, también trataba de mantener el orden cuando veía alguna riña avecinarse, más que un rey, parecía uno más entre los pobladores de su amado reino.
La hora del almuerzo llegó, varios grupos de personas se dispersaban por el lugar, se oían risas, plática, todos comían y se agrupaban entre amigos y familiares, Hitomi, Van y Merle también tomaban juntos el almuerzo.
-Al fin me los quité de encima, no me dejan hacer nada.
-Pero Merle, si a ti te gusta estar con ellos.
-Si, lo se Van Sama, pero es que no me dejan ayudar.
-¿A no?, pues eso no fue lo que yo vi.
H-itomi tiene razón, gracias a ellos llegabas más rápido a donde se requería ayuda.
-¿QUÉ?
J-ajajajajajaa, no lo niegues Merle, jajajajaja, creo que corres más rápido que yo con esos niños atrás de ti.
-No es verdad. –Volteando a otro lado con cara de enfado y los brazos cruzados.
-Pues digas lo que digas y hagas lo que hagas, todos sabemos que disfrutas estar con esos niños Merle.
-Pero en esta ocasión es completamente diferente. –Decía la niña gato con seriedad cuando de pronto, una mano pequeña comenzó a jalarla de las ropas.
-Señorita Merle, ¿ahora si va a jugar a atraparnos como lo prometió?
-¿Mandé?
-Si, usted nos prometió que jugaría a atraparnos después del almuerzo y nosotros ya terminamos. –Decía el pequeño de cabellos negros y ojos azules mientras mostraba con la mano a otros tantos niños grandes y pequeños que la veían con gran entusiasmo en sus caras.
-¿Decías Merle?
-No es gracioso Hitomi.
-¿Vendrá, vendrá? Diga que si, por favor, nos portamos bien como usted dijo, le estuvimos llevando las cosas que nos pedía, ahora queremos jugar con usted.
-Merle, creo que debes ir con ellos, si les prometiste jugar, debes ir a jugar.
-Pero, Van Sama….
-Anda Merle, ya los oíste, te estuvieron ayudando.
-Pero…
-Por favor señorita Merle.
-… está bien, lo haré, lo haré, solo dejen de verme con esos ojos, ¿de acuerdo?
-¡¡¡¡SIIIIIIIIIIIIIIIII!!!!
Merle se levantó de manera cansada para luego comenzar a brincar y correr con mucha energía tras los niños fanelianos que corrían felices por aquí y por allá, Van y Hitomi no dejaban de verla, era realmente graciosa, tan entretenidos estaban que no se dieron cuenta en que momento llegó hasta ellos un hombre del consejo.
-Su Majestad.
-¿Eh? ¿qué? Darrent, ¿sucede algo?
-Si mi señor, disculpe que interrumpa su descanso pero nos han avisado que la nave Cruzade llegará al anochecer a Fanelia.
-¿Tan pronto? Pero si se suponía que debían llegar en 2 días más.
-Lo se majestad, pero los guardianes de la frontera con Asturia nos informan que el Cruzade llegará esta noche, al parecer, la reina Millerna quiere pasar unos días en Fanelia antes de iniciar el viaje por Gaea.
-Bien, en ese caso que se inicien los preparativos para recibirla.
-Como ordene majestad.
-Hitomi, ¿podrías ayudarme?
-Claro, tú solo dime que debo hacer y lo haré.
Slanzar sonrió ante el comentario de la vidente, le dio un beso suave en los labios como agradecimiento y la instó a seguirlo mientras corrían hacía el castillo.
Algunas horas más tarde todo estaba listo para la llegada de la reina de Asturia, ya habían preparado el sitio donde aterrizaría el Cruzade, las habitaciones donde se hospedarían Millerna, Dryden, Allen y la tripulación, la verdad es que Hitomi había estado poniéndose al corriente de cuanto había pasado con sus amigos a la par que ayudaba a Van a colocar todo en su lugar, en aquel instante se encontraba en su cuarto colocándose un hermoso vestido azul pastel un poco más arriba de los tobillos, era un vestido hermoso, la falda caía con naturalidad de una especie de corsé blanco con anchas mangas horizontales, todos estaban tan apurados aun dentro del castillo, que Van era quien ayudaba a Hitomi a peinarse y vestirse, por extraño que parezca, parecían no darse cuenta de lo que ocurría a causa de la urgencia, Hitomi quería darle una enorme sorpresa a los asturianos y Van estaba seguro que se las daría, él ya estaba listo, ataviado por un pantalón negro, una camisa blanca con algunos bordados rojos en los filos, la camisa era algo larga, así que llevaba un cinturón por encima en el cual portaba su espada, solo le faltaba la capa azul de la realeza y una tiara dorada, adornada por varias piedras rojas circulares, justo en el centro de aquella tiara había un pedazo de energist en forma de rombo, esa era la corona del rey en Fanelia, aunque era raro que los gobernantes la usaran, la familia Fanel se distinguía de las demás familias reales de Gaea porque tenían la habilidad de confundirse entre los pobladores del reino, no les agradaba resaltarse porque ellos eran tan fanelianos como la gente que trabajaba a diario en el campo.
Finalmente Van terminó de cepillar el cabello de Hitomi quien ya había terminado de acomodarse unas sandalias de tela con la suela de madera, Van tomó entonces una pequeña guirnalda de flores blancas la cual cerró diestramente para luego colocarla alrededor de la cabeza de la joven, se veía realmente bella con todo aquello.
-¿Te agrada?
-Mucho, no podrías verte más bella.
La chica se sonrojó mientras recibía un beso en la mejilla, luego volteó a ver a su, ahora ayudante, estaba un poco apenada, sentía que la habían disfrazado de una princesa, justo en ese momento notó lo que a Van le faltaba por colocarse, tomó la capa entre sus manos con delicadeza y se la colocó al ángel que tenía en frente.
-No tienes que hacerlo Hitomi.
-Pero quiero hacerlo, permíteme ayudarte ahora.
Una imagen llegó en ese momento a la mente de Slanzar mientras observaba como Hitomi terminaba de colocarle la capa y la tiara con gran agilidad, podía recordar a su madre haciendo exactamente lo mismo con un hombre muy similar a él, su padre, de quien tenía tan pocos recuerdos, no pudo menos que sonreír ante la comparación que su mente había creado.
-Listo, ahora si podemos ir a recibir a Millerna… ¿pasa algo Van?
-Nada Hitomi, no te preocupes.
Aquella mirada la envolvía por completo, las palabras dejaron de fluir incluso por su cabeza, solo podía percibir diversas sensaciones, calor subiendo por su rostro y acentuando aquel rubor cereza que ahora tenían sus mejillas, su respiración comenzó a acelerarse sutilmente a la par que su corazón corría con locura dentro de su pecho, podía sentir electricidad, pequeños vestigios de ella recorriéndole la médula espinal, atravesando sus manos hasta llegar a la punta de sus dedos, y aquel aroma que la enloquecía estaba ahora por todas partes a tal grado que lo saboreaba, el calor comenzó a expandirse por todo su cuerpo mientras el ryujin se acercaba peligrosamente a ella, quien lo esperaba impávida, un par de fuertes brazos la aprisionaron con dulzura mientras era besada por aquel hombre que despertaba tantas emociones en su interior, pudo sentir unos dientes mordiendo su labio inferior de manera juguetona, y luego el éxtasis comenzó a embriagarla mientras los labios de su pareja se deslizaban poco a poco por su rostro, bajando sensualmente por su cuello, la respiración iba a cortársele de un momento a otro pues no era aquella boca la única que le provocaba tantas reacciones, o no, aquellas manos que habían permanecido quietas tras de su espalda habían comenzado a moverse a todo lo largo y ancho de la misma, podía sentir electricidad saliendo de aquellas insolentes viajeras, pronto no pudo resistirse más y se sorprendió a si misma con los ojos cerrados y sus manos bajo una fina capa azul imitando a las de su anfitrión, pronto aquellos labios comenzaron a depositar sus caricias sobre uno de los blancos hombros de la chica de la Luna Fantasma, aquello era el paraíso, o al menos era lo único coherente que su mente le dejaba pensar. Las manos del ryujin comenzaron a aventurarse tímidas por el vientre de la chica, poco a poco, buscando subir al par de suaves montañas que ya habían recorrido anteriormente, la razón parecía abandonarlos por completo, dejándolos dar rienda suelta a sus instintos, las manos de Van estaban por comenzar un nuevo trabajo en la cúspide de aquel cuerpo femenino cuando unos golpes en la puerta los llevaron de regreso a la realidad, pronto la razón se hizo presente en aquel par de jóvenes que habían comenzado a acomodarse las ropas mientras evitaban cruzar mirada alguna.
-Hitomi, no encuentro a Van y el Cruzade ya se divisa desde aquí arriba.
-Pasa Merle, no te preocupes, aquí está Van.
La niña gato entró en la habitación, había algo raro en aquellos dos pero no había tiempo para averiguarlo.
-Será mejor que se apresuren, el Cruzade aterrizará pronto.
-Si Merle, no te preocupes, por cierto, ¿cómo te cambiaste tan rápido si estabas jugando con los niños?
-Van Sama, eso es lo de menos, ahora bajen los dos porque tenemos que recibir a los demás.
Merle salió de la habitación lo más rápido que pudo mientras la pareja salía de la habitación, estaban por llegar al pasillo cuando en par de granas se cruzaron con la mirada de Hitomi.
-Yo, no se lo que me pasó, solo quería que…
-Shhhhh, está bien, no te preocupes por eso, además, tenemos que ir a recibir a Millerna ¿o no?
Una sonrisa de la ojiverde fue suficiente para calmar la culpa que el rey sentía en su corazón, ambos prosiguieron su camino tomados de la mano para ir a dar la bienvenida a sus amigos de Asturia.
Notas de la autora:
SI, SI, NO PUEDO CREERLO, con tarea y todo, pero me la chuté en 3 días, y si, se que dirán que 3 días no es nada pero… tomando en cuenta que para los otros dos me tardé cerca de 2 semanas, esto es un gran avance y bueno, lo prometido es deuda, así que antes que pasar a mi cantaleta de siempre, quisiera agradecer a Sabrina, Alex, Hitomi Kansaki Fanel y a Hitomi Fanel, espero que este capítulo haya sido de su agrado y bueno, aquí está el capítulo siguiente, no quería tardarme mucho porque de por si yo me desespero cuando estoy leyendo un fic y el autor no sube pronto más capítulos , y bueno, como dije antes, gracias por su apoyo, ahora si, quejas, sugerencias, criticas constructivas y destructivas, flores o chocolates envenenados, todo, TODO AQUELLO QUE QUIERAN MANDAR, solo den un clic al botoncito del review y yo los recibiré en menos de lo que canta un gallo (las Oficinas de Quejas se encuentran vacacionando dada la época y su cansancio de recibir tanta cosa U), ya por último, este capítulo está dedicado a una gran amiga y escritora, sip, mi linda, querida, adorada y dulce mami Anaís , espero que te guste este episodio má, y ojala pronto continúes "Las Leyendas Viven por Siempre" (fic recomendado de MKR) que como ya te dejé dicho, los capítulos que pusiste están molto benne.
SARABA
