Capítulo 3:la traición
bueno...ahora empiezan a aparecer más personajes...espero que les guste los que sigue...cualquier comentario es bienvenido!!
La luna comenzaba a desaparecer entre los tonos anaranjados y claros que iban coloreando de a poco el cielo para dar paso a un nuevo amanecer. En el santuario no se oía nada a excepción del suave choque de unos pasos contra el inmaculado mármol. Un caballero rubio, de cabellos largos, descendía de su respectivo templo hacia las puertas del santuario. Estaba un algo perturbado pues esa mañana había despertado sintiendo un aroma extraño en su cama…no sabía por qué pero por alguna razón había sentido como si hubiera estado en varios lugares al mismo tiempo…probablemente fuera un sueño pero…hubiera jurado que había percibido un cambio de ambiente durante su sueño y esa fragancia de la mañana…En fin, lo que importaba ahora era la razón de su escapada matutina. Más abajo, se escuchaban otros pasos…un caballero elegante y de cabellos azules se dirigía a su respectivo templo…parecía ser Saga…pero qué hacía él a esas horas…era cierto que era madrugador pero nunca se había topado con nadie a esas horas en su habitual salida del santuario. Y de dónde regresaba?...Shaka pronto se aproximó a Saga, quien al parecer había disminuido la velocidad para esperar al hindú. Kanon!, pensó sorprendido cuando estuvieron lado a lado. Aún siendo gemelos, por una extraña razón era fácil diferenciarlos. Shaka lo saludó cortésmente y en respuesta pudo apreciar como se dibujaba una leve sonrisa en la comisura de los labios del otro santo de géminis, mientras le devolvía el saludo con una reverencia. Vaya…!0o0…, se dijo Shaka…desde cuándo Kanon era tan amable y educado?y qué significaba esa expresión en su rostro. No quería más sorpresas así que continuó con su camino.
-Espero no despertar a Mu…-pensó tratando de ser lo más cuidadoso posible cuando ingresó al templo de aries.
Todo estaba en orden como de costumbre en el pasillo central de la casa de aries, era un silencio común en aquel recinto pues Mu era una persona muy calmada y apacible. Pero…había algo más…esa normalidad era superficial pues no era un ordinario silencio que nacía de la soledad…este era diferente…este silencio nacía de la paz de su alma. Shaka aspiró profundamente como si de un bello aroma se tratara y se alegró por Mu, no sabía cuál era la causa de su felicidad peri si sabía cómo era sentirse de esa manera. Lo había descubierto en los brazos de un joven caballero de bronce y a su lado se dirigía en ese momento. Pues es que hacía unos meses habían formalizado su relación y ahora se veían todas la veces que podían. Entonces Shaka se levantaba temprano para no descuidar su trabajo como guardián dorado y acudía a su encuentro en una pequeña casa situada justo en el límite del santuario y el centro de Grecia. Y allí, entre caricias dulces y apasionadas, entregaban sus cuerpos como ofrendas al ritual amoroso que mantuviera por siempre su amor. El ambiente de la casa de Mu despertaba sentimientos muy profundos que aumentaban aún más los deseos de estar con el joven caballero. Su mente se inundaba de imágenes que arrastraba su memoria…sus profundos ojos azules…esa piel de cobre…la sensualidad de sus labios…Se apresuró para poder despertarlo como siempre y poder contemplarlo antes de que abriera los ojos como se contempla un bello amanecer.
-Ya llegué-se dijo sintiendo que retener el momento un instante lo haría más interesante.
Estaba contento como siempre que iba a visitar a Ikki. Él lo protegía como a un pequeño niño y el fénix lo amaba con una pasión llena de admiración y sincero cariño.
-mmmm…ahhh- se escuchó de pronto tras la puerta.
En un principio Shaka pensó que Ikki estaba soñando o algo parecido, pero era muy raro pues parecía que estaba gimiendo…acercó el oído a la puerta: no era la única voz que se percibía…otra persona también gemía sincronizándose con los gritos de Ikki…gritos de placer. Qué estaba pasando?...sería Ikki capaz de…?Ni pensarlo…!Un ataque de furia oprimió el corazón de Shaka, nunca había tenido que soportar un sentimiento tan doloroso…de todas formas aún no había visto nada…pero no podía abrir la puerta, no era una persona violenta y no quería tener que armar una escena en esas condiciones. Optó entonces por intentar entra en la mente del fénix y así observar el rostro de su amante. Se apoyó en la pared a un lado de la puerta y concentró su cosmo en la mente de Ikki. Al momento abrió los ojos, atónito por lo que acababa de ver…
-Pero si…si…yo…yo estoy aquí…
En la mente de Ikki había lugar sólo para una persona: Shaka de virgo. Pudo verse a sí mismo haciéndole el amor como siempre lo hacía y percibir el placer que causaba esto en el joven caballero de bronce. Bien, el plan no había funcionado y lo que era peor ahora estaba más que confundido. Decidió esta vez descifrar el misterio de la forma tradicional y se escabulló hacia una de las ventanas de la casa. Se sentía estúpidamente patético haciendo eso pero no quedaba otra opción. Así, se agachó por debajo de la abertura y asomó la vista. Desde allí podía apreciar perfectamente la escena que le causó mucho dolor y sufrimiento. No pudo resistir mucho tiempo observando aquella espantosa situación y retiró enseguida la vista y se sentó debajo de al ventana. Lo único que había podido distinguir del amante era el pelo azul…pero había tantas personas con ese color de pelo!y entre ellas, varios caballeros del zodiaco. Pero lo que más lo había alarmado era que a pesar de que estuviera de espaldas hubiera jurado que el hombre lo miraba que estaba encima de Ikki lo miraba y no sólo eso, le dedicaba una enorme sonrisa socarrona, se burlaba de él y de cómo disfrutaba tener al fénix en sus brazos. Shaka se mordió el labio y apretó los puños, los ojos empezaban a arderle y su cara comenzaba a tomar un color rosado. Se levantó y sacudió el polvo de sus túnicas y así como había llegado se retiró.
