Capítulo 5:El frío en tus ojos

Acá va lo que sigue...sé que estoy haciendo sufrir mucho a los muchachos, pero porfisss perdonénme, prometo que todo acabará bien... -

Shaka se detuvo es seco. Había decido volver al santuario para regresar a su casa y tal vez pasar todo el día allí en el jardín de las Saras Gemelas…quizá llorando, quizá amargándose por lo que acababa de descubrir…quizá analizando razonablemente la situación, pero su mente había cambiado de parecer. Súbitamente retornó a la pequeña casita y se ocultó detrás de un árbol cercano a ella. El lugar que habían elegido Shaka e Ikki realmente era hermoso, casi de ensueño, perfecto para amarse sin ataduras. Era un espacio que incitaba a soñar despierto a abrir el corazón. Era como un paraíso en el medio de una zona tan desértica como la que rodeaba el santuario. La casa estaba rodeada por hermosos árboles de distintos tamaños, algunas flores pequeñas y un suave suelo de hierbas frescas y verdes. Se quedó agazapado detrás del tronco, esperando la oportunidad de ver al hombre que disfrutaba de Ikki a costa de su sufrimiento…ese maldito…quién podría ser…tan sólo recordar esos ojos…estaba seguro que los había visto antes, pero…dónde?...por qué Ikki…?por qué fue capaz de hacerle eso…?Sus ojos comenzaron a arderle nuevamente y justo cuando pensó que iba a comenzar una imparable seguidilla de sollozos descontrolados, escuchó el sonido de la puerta que se abría. Miró a un costado buscando la entrada…buscando la figura de aquel hombre…nuevamente esa espalda imponente y robusta era su obstáculo para ver su rostro. Sus cabellos azules y enmarañados flotaban con la brisa y por el aspecto de su vestimenta parecía que acababa de cambiarse…pero…estaba solo, aparentemente Ikki seguía recostado en la cama. Shaka se armó de valor y decidió salir al encuentro del enigmático hombre mas justo cuando se disponía a correr tras él se dio cuenta de que ya no estaba…pero cómo fue que?...En fin…el hombre se había ido al fin, sólo era cuestión de hablar con Ikki para saber de quién se trataba. Salió de su escondite y entró a la casa. Como lo había supuesto, el fénix yacía recostado en la cama, durmiendo plácidamente, como si nada hubiera ocurrido…Shaka se mordió el labio y apretó los puños…así que así era como siempre lo encontraba no?...así…soñando como si nada…pero esta vez lo había descubierto en plena acción…ya no podría engañarlo más, ahora saldaría cuentas con Ikki…estaba realmente furioso y dolido…nunca había sentido emociones tan fuertes e hirientes…tenía un nudo en la garganta que apenas si podía aguantar el sufrimiento que lo abrumaba. Se arrodilló frente a la cama y apoyó sus brazos en la misma, cruzados, quedando su cabeza por sobre estos. Esta justo en frente de su rostro que emanaba una paz y tranquilidad que nada tenían que ver con el adulterio. Esto lo puso aún peor a Shaka…cómo era capaz de mantener semejante semblante ante una traición como aquella…una mentira horrible y asquerosa. Sin embargo, como ya lo he dicho antes, Shaka no es una persona violenta y nunca sería capaz de dañar a la persona que más amaba.

-…Ikki…-dijo por fin sin esperar una inmediata respuesta por parte del fénix-…Ikki…tenemos que hablar…-su voz sonaba lejana y patéticamente triste-…Ikki despierta por favor…

A pesar de lo que había pasado y de lo mal que se sentía, era imposible para Shaka ser grosero o violento con el fénix…lo quería demasiado y cuando veía su rostro…esos ojos de frondosas pestañas cerrados tan dulcemente, esa sonrisa en sus labios que sólo era para él…esa piel cetrina que contrastaba tanto con la suya…se sentía incapaz de hacerle daño.

-…Ikki…despierta…-dijo mientras deslizaba su mano por la mejilla del joven caballero.

-mhhhmm…

-Ikki…por favor despierta ya…es muy importante…no es el mejor momento lo sé…pero realmente estoy muy dolido…nunca creí que…-Shaka articulaba las palabras aún sabiendo que Ikki no lo escuchaba con claridad, pero era tal la necesidad de desahogarse que no podía seguir esperando a que este terminara de despabilarse.

-mhhh….-gruño Ikki suavemente y abrió los ojos-…qué?...qué pasa?...Shaka!...pero qué haces allí?-exclamó sorprendido mirando al otro lado de la cama como si buscara algo y luego lo miró al caballero de virgo sorprendido.

-Veo que mi presencia te incomoda…yo pensé que tal vez todo se tratara de un mal entendido…o tenía la esperanza que tú…pero veo que todo está bastante claro…creo que ya no hay nada que hablar…me voy entonces-dijo Shaka poniéndose de pie y mirando con desprecio e indiferencia a un más que desconcertado Ikki.

-Pero Shaka de qué hablas?...-Ikki se estiró para tomarle la mano pero sólo alcanzó a rozarlo, se levantó cubriéndose con las sábanas siguiéndole el paso

-Te he visto más desnudo que eso Ikki, me extraña que te de tanta vergüenza ahora…en realidad ya no me parece tan raro, hace un rato acabo de descubrir la razón- las palabras de Shaka eran como dardos precisos y envenenados, ya no hacía demasiado caso a su parte racional, sólo hablaba con el sentimiento de su corazón.

-Explícate Shaka, de verdad que no te entiendo…por qué estás así?qué es lo que pasó?qué es lo que hice?...-dijo Ikki desesperado tomándolo por los hombros y colocándose en frente suyo.

-No tienes derecho a preguntarme eso, tu bien sabes de qué estoy hablando…suéltame Ikki…tengo cosas más importantes que estar perdiendo mi tiempo con alguien como tú…una persona que no sabe nada sobre amar no merece mi atención-Shaka lo miraba fríamente, nunca había tenido esa mirada en su vida…era gélida y llena de dolor. Apartó los brazos de Ikki y se alejó lentamente.

Ikki se quedó tieso, incapaz de decir nada. No entendía nada de lo que estaba pasando, sólo sabía que si no lo averiguaba pronto, jamás recuperaría a Shaka.