Capítulo 8: las lagrimas de la verdad

La quietud y pasmo de Shaka dejaban el camino libre a los jueguitos de Mu, quien pasó de acariciar suavemente su rostro a deslizar sus traviesas y hábiles manos bajo la túnica del hindú. Enseguida pudo sentir cómo se erizaban los rubias hebras del santo de virgo al mínimo roce.

-Es correcto hacer esto?y qué si no lo es?...sería justo que yo no pudiera tener un poco de diversión como Ikki?...pero por Buda!en qué estoy pensando!No puedo dejar que estas emociones descontroladas acaben con mi razón...estamos hablando de Mu...mi mejor amigo...puedo ver en sus ojos un sincero amor...un amor que no puedo corresponder...

Mientras el santo de virgo se sumergía cada vez más en interminables vacilaciones y conjeturas, Mu se daba por satisfecho con el sólo hecho de tenerlo una vez más...o de al menos poder creer que lo tenía. No se cansaba de volver a explorar esa tersa piel, tan sedosa al tacto, tan sabrosa al gusto, tan celestial a la vista. Temblorosa por momentos, confluyendo una gama de sabores y emociones diferentes en cada porción de su cuerpo. Sus sentidos no podían detenerse un momento, no podía solamente tocar esa dermis perfecta...quería nuevamente poder lo había hecho aquella noche...si...podía recordar el afrodisíaco sabor de su piel sudorosa...Lentamente acercó su rostro al de Shaka surcando un camino con su lengua: sus sensuales labios, sus sonrojadas mejillas, sus orejas. Allí se detuvo:

-Te deseo Shaka...hazme aquella vez...hazme el amor....-susurró provocativamente al tiempo que empezaba a humedecer su lóbulo y a mordisquearlo dulcemente-vamos Shaka....es que ya no me deseas?...eres real...quiero pensar que eres real...quiero pensar que eres si el verdadero estuviera dentro de mí...

-Pero de qué está hablando Mu?yo nunca...

El virginiano no pudo continuar con sus divagaciones pues la lengua del lemuriano había seguido su camino hasta llegar nuevamente a su boca y sus húmedos labios estaban siendo aprisionados con furia contra los del santo de aries. Shaka se separó del beso bruscamente...qué alivio, había logrado contenerse...a pesar de que su calor corporal había aumentado considerablemente y era inútil desmentir que los encantos del ariano había logrado excitarlo. Mu lo observó colérico y retiró el rostro rápidamente. Qué humillado se sentía!...Saga era un gusano despreciable!....no sólo se atrevía a manipularlo a su antojo sino que ahora lo abochornaba de una forma despreciable...maldito bastardo desgraciado!con sólo su presencia lograba excitarlo y se había entregado para luego rechazarlo?...un ser despreciable sin duda. El ariano apretó un puño, conteniendo su ira en una piel que cada vez se tornaba más blanca conforme a la fuerza con el que éste lo apretaba.

-Esta vez si te golpearé!.....no permitiré que me avergüences de ésta forma!..tomaaaaaaa....!!!!

Shaka logró capturar el golpe a centímetros de su cara, tomando la mano del lemuriano por la muñeca. Mantuvo una mirada severa, que incluso relucía dureza bajo sus párpados cerrados.

-Espero que después no me odies por esto Mu...

Shaka aproximó la extremidad del santo de aries contenida en su mano a su boca, introduciendo sus largos y blanquecinos dedos en su húmeda cavidad. Los saboreaba con placer, irradiando una experiencia en materia de erotismo difícil de creer en él. Así prosiguió recorriendo enteramente su brazo como un delicioso manjar que deseaba degustar pausadamente, con su lengua, sus labios y por qué no...sus dientes. Con su otro brazo tomó por la cintura al lemuriano, atrayéndolo a su cálido cuerpo, al tiempo que continuaba con sus besos ya cerca de su esbelto cuello. El santo de aries se dejaba hacer, tal vez por evocar su primera noche con Shaka o quizá por la intimidación que le provocaba la actitud veterana del mismo. Es que el santo de virgo parecía tomar las riendas sin dejar lugar a la objeción, pues ya lo tenía entre sus brazos inspeccionando su boca con su filosa lengua, que todo lo recorría sin dejar rincón....y por momentos acariciaba obscenamente la parte posterior de sus muslos o frotaba sus partes íntimas.

-Es como la última vez...así lo quiero...si...mhhh...así te quiero Shaka....quiero que pierdas el control...

Los gemidos de satisfacción de Mu no hacía más que acrecentar el deseo incontenible de Shaka, quien parecía haber perdido todo conocimiento de lo que hacía. Los sentimientos que había sembrado el accionar de Ikki habían desatado una suerte de instinto libidinoso en Shaka que lo desinhibía completamente, trasformándolo en una persona totalmente desconocida. En efecto, el santo de virgo, incluso como amante era ser sumamente tranquilo y dulce en sus acciones, todo lo hacía con amor y cariño, pero también era cierto que nunca había tenido que afrontar tan antagónicos sentimientos y su reacción era prueba de no estar preparado para tal torbellino de emociones. Ahora cambiaba la táctica y ponía a su merced a un Mu totalmente sumido a su alocado desenfreno, colocándolo bajo su cuerpo y desnudándolo completamente.

-Eres delicioso Mu...lo sabías?-Shaka abrió los ojos para contemplarlo con más detenimiento-esto es lo que quieres verdad?...puedo sentirlo...puedo sentir cómo tu corazón late aceleradamente...

El ariano no escuchaba lo que Shaka le decía, su pasmo era completo al darse cuenta de quien era realmente quien lo conducía sin reparo al éxtasis.

-No es posible...sha...shaka...realmente eres tú....gracias...-Mu no pudo evitar derramar algunas lágrimas silenciosas de gratitud.

Pronto sus mejillas estuvieron cubiertas por una humedad salada que no pasó desapercibida por el caballero de virgo.

-Pero qué estoy haciendo?...-Shaka se apartó de Mu dando un salto hacia atrás, cayendo sentado.

Mu se había quedado nuevamente atónito. Comenzó a sollozar con más fuerza, dejando entrever en cada lágrima derramada un profundo dolor. Sus enrojecidos ojos no daban abasto al abatimiento que se cernía sobre su rostro. Se levantó lentamente, tratando de aparentar elegancia e indiferencia en sus movimientos.

-Eres aún más despreciable que Saga...-dijo el santo de aries sin detenerse a mirarlo cuando articulaba la frase y utilizando el tono más cruel que el era posible en ese momento y frente a esa persona-vete...

El hindú se puso de pie sin tener el valor necesario para responder a esas palabras. No sabía a qué se refería con eso, pero comprendió en seguida que había herido de manera casi irreparable los sentimientos de Mu. Como el decía, era un ser despreciable. Cómo es que había llegado a caer tan bajo?Tan fuerte era el sentimiento que tenía por Ikki que no tenía importancia dañar a los demás?Qué egoísta había sido...Tarde o temprano tenía que remediar el asunto con Mu...

-pero no ahora...no ahora...lo siento Mu....yo...yo...soy un estúpido...-murmuró Shaka antes de retirarse cabizbajo y abatido.

-Qué he hecho?merezco ser amado después de lo que hice?...merezco todo lo que me hizo Ikki...cómo pude ser tan ruin de hacerle eso a Mu...Mu...lo siento...lo siento....no merezco tu perdón...pero no lo necesito para poder verte feliz...tengo que remediar lo que hice...tengo que..

-Qué hacías acá!!!

Una voz atrajo su mirada nuevamente hacia el interior de la casa de virgo: un joven sudoroso y agitado por una extenuante persecución yacía en el medio del pasillo con una expresión poco amigable. Shaka contuvo el aliento...los problemas no habían terminado, acababan de empezar.