Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.

Capítulo 3. Los baños comunes y sus peligros

Artemis Entreri saltó hacia atrás para evitar el filo de la cimitarra. Girando alrededor paró con el sable y arremetió con la daga. Otra daga encontró la suya y él empujó contra su oponente para luego voltear las armas bruscamente.

Varios drows rodeaban a los dos oponentes, haciendo apuestas sobre el vencedor. El nuevo asesino tenía una considerable habilidad. Entreri llevaba trabajando dos semanas para Jarlaxle y estaba habituándose al modo de vida en Bregan Da'erthe.

Los drows de la banda mercenaria daban a este asesino una cierta medida de respeto, pese a que era un humano.

El metal chocó contra el metal y los dos chocaron y se midieron. El sudor caía desde la frente de Entreri. Este drow era de fuerza y tamaño similares a los suyos y se miraron a los ojos, tratando de superarse en aquel aparente empate.

El drow rió entre dientes.

- . ¿Cansado, humano?

- . ¿Compensándo, drow?

Los ojos del drow relucieron con furia y rompió el empuje para intentar una estocada. Entreri anticipó el movimiento y en un torbellino de movimientos su oponente estaba desarmado y con un sable en la garganta.

Monedas y gemas se intercambiaron con suspiros y maldiciones.

- Por el abismo.- Maldijo un drow dando un monedero a Entreri.- Me voy a arruinar apostando contra ti, humano.

Entreri se encogió de hombros y contó rápidamente sus ganancias.

Los soldados de Bregan D'aerthe habían dejado de llamarle por el encantador epíteto de rivvil, es decir, basura, y ahora se contentaban con llamarle humano. Lo que era una gran mejora. Habían aprendido por las malas que este humano era tanto o más letal que ellos.

Aunque seguía escuchando a menudo aquel... piropo. Entreri seguía actuando como si no lo entendiera, ya le resultaba bastánte incómodo saber que cabía la posibilidad de que no fuese solo una broma.

Salió de la sala de entrenamiento y se dirigió a los baños, estaba sudado por el combate y ya había descubierto que los drows eran muy sensibles al olor corporal, al parecer los humanos tenían un olor mas fuerte que los elfos.

Los baños eran comunales, como en una casa de baños. A Entreri no le gustaban ese tipo de baños, eran poco seguros y carecían de una privacidad que apreciaba mucho. Solía esperar a las horas nocturnas (aunque bajo tierra era dificil estar seguro), para bañarse solo, pero ahora necesitaba un baño urgente antes de que los demás soldados empezaran a dedicarle epítetos en honor a la peste a sudor.

Al entrar en los baños tuvo que admitir que eran agradables, no tenían un decorado tan recargado como algunos de los baños de Calimsham.

Una decoración blanca de espirales suaves cubría el suelo y las pareder. La entrada tenía baldas para dejar la ropa y posesiones, aunque Entreri llevaba con él su ropa y una daga, y una enorme piscina alimentada por una fuente caliente. El vapor llenaba el aire, suavizando la ya de por si leve luz de los globos de luz de las paredes.

Estaba solo, o eso esperaba. Se desnudó y se lavó y frotó vigorosamente antes de entrar en el gran estanque. Escaleras de piedra rodeaban toda la piscina hasta el fondo de modo que Entreri se sentó comodamente en el borde, con el cuerpo sumergido, y con un inconsciente susupiro extendió los brazos sobre los bordes del agua. Era muy agradable, nunca lo admitiría pero se permitió un cierto relajamiento, disfrutando del silencio y la tranquilidad.

Notando que se adormilaba, se desperezó y salió del agua.

Mientras se frotaba la cabeza secándose el pelo oyó que había entrado alguien, unos soldados que charlaban, al menos ya había terminado. Se vestiría y se marcharía, no estaba de humor para ninguna broma.

Al percatarse de que los recién llegados se habían quedado parados dejó de frotarse el cabelló y miró a los soldados, que se habían quedado parados enla entrada.

¿Qué les pasaba?. ¿Es que no habían visto nunca a un humano o qué? No podían tener mas diferencia que el color de la piel y el vello corporal.

Y allí estaban, tres drows que se habían quedado callados y le miraban con una cara que le recordaba a los peces del puerto, ojos enormes y boqueando ridiculamente.

Entreri gruñó, empezaba a estar harto.

- Vosotros¿teneis algún problema o que?

Los tres salieron de su atontado estado y empezaron a balbucear disculpas al tiempo que salían de los baños de forma casi precipitada. Que raro, generalmente no les amedrentaba los mas mínimo.

Sin pensarlo más se vistió y salió de los baños.


Jarlaxle había visto muchas cosas extrañas a lo largo de su vida. Pero seis drows tratando de mirar a la vez por el ojo de una cerradura era nuevo.

- Aparta un poco, yo todavia no lo he visto.

- Bobadas, tu ya has echado un vistazo antes.

- Pero no lo he visto bien, este no dejaba de empujarme.

- Yo aun no he tenido mi turno.

- Porque eres idiota, dejadme, que no he podido fijarme.

- . ¿Cómo no te has fijado¿Es que estas ciego?

- Es el ojo de una cerradura, no se puede ver bien.

- Callaos idiotas, que nos va a oir.

- Dejame a mi... maldita sea, ya se ha vestido.

Jarlaxle se rascó la nuca confuso¿qué diantres hacían aquellos soldados? Aquella era la habitación de... ¡era la habitación de Entreri!

- .¿Se puede saber que estais haciendo?

Los seis soldados saltaron casi un metro del susto y echaron a correr en todas direcciones como gallinas sin cabeza antes de que Jarlaxle consiguiera agarrar a alguno.

Entreri salió de su habitación sorprendido por el repentino alboroto, pero solo pudo ver a Jarlaxle corriendo tras un soldado y agitando el sombrero como para espantar moscas.

Ultimamente veía muchas cosas raras en ese lugar.


Había algo raro, Entreri lo notó en cuanto se sumergió en el agua.

No veía nada fuera de lo normal, pero su instinto no solía equivocarse. No veía nada moviendose entre la niebla, tampoco en el agua...

¿O quizá sí que era algo en el agua? Entreri observó la plácida superficie. No, no parecía haber nada ni nadie.

Sin embargo se sentía intranquilo, como una presencia.

Apenas dedicó unos instantes al baño y se puso en pie.

Entonces oyó una apagada exclamación. Defininitavente allí había alguien.

Suficiente, aunque no era la visión mas adecuada cuando había luz, allí esta era lo sufucientemente leve como para permitirle usar brevemente la infravisión.

Cerró los ojos, se concentró y cuando volvió a abrirlos estuvo a punto de resbalar y caer de golpe al agua.

No solo no estaba solo... ¡estaba totalmente rodeado! Bajo el agua, a unos metros de él, había al menos veinte drows mirándole.

Al advertir el brillo rojizo en los ojos de Entreri, los drows se percataron de que habían sido descubiertos in fraganti y empezaron a salir del agua con leves carraspeos y simulando de forma bastante absurda que allí no había pasado nada.

Entreri estaba de piedra, los drows se dedicaban a charlar y silbar en el agua mientras le lanzaban miradas furtivas y falsas sonrisas de inocencia. Cualquiera diría que hacía un minuto no habían estado espiándole en manada.

Al abismo con su privacidad. ¿Qué diablos hacían espiándole de esa forma? Y tan torpemente teniendo en cuenta que los drows tenían que ser expertos en espionaje.

Cogió su ropa y se marchó hecho una furia.

Tras cerrar la puerta de golpe pudo oir un montón de exclamaciones decepcionadas y quejas.

- . ¡Es culpa tuya!

- . ¿Culpa mía¡Yo no abrí la boca!

- . ¡Alguien soltó una exclamación que lo alertó!

- . ¡Apuesto a que fuiste tú!

- . ¡Mentira¡Por tu culpa tendremos suerte si vuelve!

La discusión acabó derivando en una pelea colectiva que solo pudo detener un mago que soltó una descarga eléctrica en el agua que los sacó a todos de esta totalmente escaldados.

Jarlaxle suspiró cuando le informaron de la extraña pelea, ninguno de los soldados había soltado prenda del motivo por el que había empezado la riña.

Suficiente, Jarlaxle no era el lider de Bregan Da'erthe por dejar pasar cosas como esta. Fue a ver a sus lugartenientes, cuando entró encontró a Kimmuriel y Rai'gy observando un pozo de visión, al oirle entrar cubrieron este con una tela y le saludaron.

- Se trata de el suceso de esta tarde¿sabeis algo del tema?

Kimmuriel asintió.

- Al parecer los soldados estaban curioseando acerca del humano que has traido.

- . ¿Curioseando?

- Bueno, no puedes culparles, no todos los días hay un humano en los cuarteles de Bregan Da'erthe.- Replicó Kimmuriel.

- Entiendo pero... ¿por qué empezó esa discusión?

- Al parecer uno de ellos hizo que Entreri les descubriera cuando le espiaban.

- . ¿Le espiaban? Lleva aquí mas de dos semanas¿qué había que espiar?

Kimmuriel y Rai'gy se miraron de reojo fugazmente, pero Jarlaxle notó el sutil intercambio, y no le gustaba nada.

- Es que Entreri la tiene grande.

Jarlaxle miró a sus lugartenientes con sorpresa palable y ambos enrojecieron visiblemente.

- Es... es decir... DICEN que la tiene grande.

- Ajá...

- Los soldados fueron a comprobarlo a los baños.- Añadió Rai'gy.

- Ajá... ¿y es cierto?

- Oh, si, es cierto.

- O sea... DICEN que es cierto.- Se apresuró a constatar Kimmuriel.

- Eso es.- Coreó Rai'gy.

Jarlaxle les miró con escepticismo.

- Ajá... ¿tan exagerado es?

- Mmh, como palmo y medio diría yo...- Comentó Rai'gy con expresión pensativa, Kimmuriel le dio un disimulado codazo.- Estooo, DICEN que como palmo y medio.

Jarlaxle asintió sin cejar en su mirada acusadora y los dos lugartenientes se removieron incómodos.

- Ejem... si apartara esa cortina del pozo de escrutamiento no encontraría una visión de los baños comunales¿verdad?.

Kimmuriel y Rai'gy negaron imperiosamente y permanecieron ante el pozo como postes.

Jarlaxle suspiró, apartó a sus dos lugartenientes y apartó el manto.

- ...

- . ¿Qué?.- Preguntó Rai'gy.- No son los baños.

- Es cierto.- Terció Kimmuriel.- Solo has preguntado por los baños.

En la imagen del pozo escrutador se veía el dormitorio de Artemis Entreri. El cual por cierto acababa de entrar.

- . ¿Habeis estado espiando el dormitorio de Entreri?

- Solo nos asegurabamos de sus... intenciones.- Aseguró Rai'gy.

- Exacto, despues de todo no sabiamos nada sobre él.

Jarlaxle se dispuso a tener la peor explosión de mal humor en mucho mucho tiempo... cuando Entreri empezó a cambiarse de ropa.

- . ¿Jefe?

Kimmuriel movió una mano ante la cara de Jarlaxle sin resultados y después se fijó en lo que había capturado la atención de su jefe y les había salvado de una buena bronca.

Ajá... Entreri sacaba su ropa de dormir... se quitaba los pantalones... se quitaba la ropa interior...

Cuando el espectáculo terminó los tres drows se miraron mientras salían del trance voyeur.

- Estooo... pues es cierto lo que dicen si... – Comentó Jarlaxle.

- Eso parece...

- Ya...

Silencio.

- Y... ¿puedes hacerme una versión mas pequeña de este pozo? Para el despacho.

Nota de la autora: Se que en el momento de este fanfic Kimmuriel aun no está con Bregan Da'erthe pero he preferido cambiar ese detalle por pura diversión.