Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.

Capítulo 4. Esos molestos bichitos.

Estaban por todas partes.

No importaba a donde mirase. Arañas por todas partes.

Las odiaba. Lo cierto era que nunca antes había odiado a un insecto, las arañas no eran mas que un bichito mas que hacía una tela e incluso podía resultar util para acabar con otros insectos molestos, como moscas o mosquitos.

Pero desde que había llegado a la infraoscuridad las odiaba. Los malditos bichos estaban en todas partes, lo invadían todo.

Al principio no las había dado demasiada importancia, Jarlaxle le había contado que eran sagradas y que no se le ocurriera matarlas porque matar una araña estaba castigado con la muerte por tortura. No era que Jarlaxle fuese a decirle nada pero si un drow muy devoto le veía hacer eso podía meterse en problemas.

De modo que las había ignorado, hasta que empezó a moverse fuera de los cuarteles.

Lo dificil no era matar una araña, lo dificil era evitarlo por accidente. Tenía que estar constantemente mirando donde ponía los pies o las manos porque las arañas parecían tener muy poco sentido de la auto-conservación.

Cada vez que se cambiaba de ropa sentía que se le revolvían las tripas al ver la cantidad de arañas que salían de su armadura. Era algo repulsivo. Ya era horrible moverse entre ellas, pero que treparan por su cuerpo y se descolgaran sobre él... acabaría por sufrir aracnofobia como eso continuara.

Aun no había ido a lo que era la ciudad en sí, pero acompañaba a los soldados de Bregan D'aerthe al extremo oriental de la caverna, el sector tapizado de musgo con un bosquecillo de setas cerca del lago Donigarten, allí conducían esclavos goblin como si fueran ganado.

La verdad era que su idea al entrar en la banda no había sido convertirse en pastor pero Jarlaxle le había asegurado que sería solo temporal hasta que él terminara con los arreglos de un negocio. Después él mismo le llevaría a la gran ciudad de Menzoberranzan.

Pero lo que realmente le irritaba era que las arañas eran asquerosamente grandes y numerosas en esa zona. Y ni siquiera podía sacudirselas de encima porque eran animales "sagrados"... el que adorasen a un bicho no decía mucho a favor de los drows.

- . ¿Lu'oh xun dos inbau wun nindyn trousers?

Entreri miró al impertinente soldado y con un veloz movimiento le puso su daga en el cuello, silenciandolo inmediatamente.

- Me he metido en estos pantalones facilmente, ahora lárgate o no volverás a poder llevar sombrero.

Empezaba a cansarse también de los comentarios obscenos de los soldados.

¿Qué como se había metido en esos pantalones? Jamas nadie se le había insinuado de un modo tan soez. Bueno, lo cierto es que lo peor que le habían preguntado era como podía andar sin arrastrar los pies llevando tanto peso.

De acuerdo, podía admitir que estaba bien dotado. Pero no era como para que le persiguieran con preguntas estúpidas.

El soldado se marchó dando traspies y murmurando algo acerca del mal carácter y la estupidez. Entreri suspiró, solo quería volver al cuartel y no volver a aguantar a aquellas malditas arañas.

Un cosquilleo. Entreri se quedó quieto como un poste al notar movimiento sobre su espalda. Una araña. Una araña de las grandes. Y la muy hija de... de Lloth, había decidido pararse un rato en su espalda.

Miró por encima del hombro y vislumbró el abdomen... agh... era asquerosa... era enorme.

Echó una ojeada a su alrededor, si no había nadie mirando se daría el gustazo de apoyar la espalda en una estalagmita y hacer una tortilla de araña. Por desgracia otros drows acompañaban el pastoreo y muchos no le quitaban ojo de encima, Entreri sospechaba que habían descubierto el poco aprecio que sentía por las arañas y les hacía mucha gracia.

Un soldado se le acercó con una enorme sonrisa.

- . ¿Quieres que te sacuda esa araña? Luego puedo sacudirte otras cosas.

Vale, genial, los soldados de Bregan D'aerthe no podían ofrecerle nada sin insinuar algo obsceno. Maldita sea, el cuartel de la banda no era un cuartel de mercenarios¡era un almacen de machos en celo!

- No, gracias. Me ocuparé yo mismo.

El drow se encogió de hombros con aire decepcionado.

Entreri se cruzó de brazos y trató de ignorar al realquilado de su espalda.

No era que tuviera nada en contra de las relaciones entre hombres. De hecho había probado los dos bandos y dependiendo de su estado de ánimo prefería una cosa u otra. Pero desde luego jamas había vivido tanta atención como ese momento.

Desde el incidente de los baños tenía las orejas echando humo de oir la famosa frase en jerga Como te pille a solas te voy a poner a cuatro patas y pidiendo mas. Y no era lo único que le decían, era algo realmente incómodo.

Por primera vez entendía de que se quejaban las mujeres acerca de que los hombres las miraban a los pechos en vez de a los ojos. Desde el espionaje de los baños Entreri apenas podía mantener una conversación sin enojarse, sus interlocutores miraban continuamente su entrepierna. Era muy embarazoso desafiar a alguien a un duelo mientras este fijaba la vista en los botones de su bragueta.

- . ¿Sabes lo que daría por ser esa araña? Claro que yo descendería un poco mas.

Basta ya. Entreri agarró al atrevido drow por el cuello y se dispuso a romperle su perfecta nariz con un perfecto puñetazo. En ese momento notó un fuerte dolor en la zona lumbar y maldijo entre dientes, se había olvidado casi por completo de la araña y la maldita desagradecida le acababa de morder, probablemente alterada por el repentino movimiento.

- . ¿Entreri?

Entreri soltó al drow mientras el mundo empezaba a dar vueltas a su alrededor y el soldado comprendió al momento lo que sucedía.

- Maldita sea¡vosotros, venid aquí, al humano le ha picado una pintitas!

En un parpadeo Entreri se vió rodeado por seis drows. Irónico, si no tuviese aquellas horribles nauseas Entreri se hubiese reido, el primer día le llamaban basura, le insultaban y le ignoraban... ahora se desvivían porque le picaba una araña. Le levantaron entre todos por encima de sus cabezas y le llevaron en volandas hacia la cabaña de vigilancia.

- Eh... ¡Eh, ya vale!

Sus quejas cayeron en saco roto mientras su orgullo se empezaba a resentir. ¡Malditos fueran! Era Artemis Entreri, no necesitaba que nadie le llevara en brazos y mucho menos seis drows.

Finalmente le dejaron en un camastro, Entreri se sentía debil por el veneno y apenas si pudo incorporarse, aunque pronto tuvo a sus "salvadores" encima para evitarlo.

- Sacad un antídoto.

- Yo tengo uno.

No se fiaba lo mas mínimo de lo que pudiesen darle pero no tuvo mas remedio que beber del frasco que le pusieron en los labios. Se sintió levemente mejor, al menos dejó de tener arcadas. No obstante sus improvisados "médicos" hicieron oidos sordos a sus quejas.

- . ¿Dónde le ha picado?

- Habría que sacar el veneno restante.- Coincidieron varios.

- Cierto, busquemos la herida.

Aquello sonaba horriblemente mal.

- Me ha picado en la espalda.- Se apresuró a explicar.

Como si no hubiese dicho nada.

- Si, tenemos que buscar la picadura.

- Sino podría recaer.

- Vamos a empezar, sería malo que el veneno se extendiera más.

¡Que me ha picado en la espalda!.- Repitió Entreri.

- Oye Entreri, aquí abajo sabemos bastante de arañas, cállate y dejanos trabajar.

¿Qué? Entreri no daba crédito a sus oidos, en unos instantes los drows empezaron a quitarle la ropa y él solo pudo intentar detenerlos, dado el debilitado estado en que le había dejado la maldita picadura de araña.

Entreri siempre había sido muy celoso de su espacio personal, le molestaba que la gente se parase cerca de él y cualquiera que le tocara corría el riesgo de perder una o dos manos.

La sensación de tener seis pares de manos sobre su piel desnuda le puso los pelos de punta. Los silbidos de admiración posteriores no ayudaron a su estado nervioso.

-. ¿Creeis que le ha picado por aquí?

Entreri gruñó amenazadoramente sin ningún éxito mientras los drows se dedicaban claramente a saciar su curiosidad respecto a su cuerpo. Varios deslizaron los dedos sobre su torso acariciando el vello negro de este.

- Es suave.- Comentó uno.

- . ¿De veras? Siempre pensé que sería áspero.

- No, no tocalo, mira, aquí se riza un poco.

Genial, el pelo de su pecho era un éxito social. Unas manos comenzaron a deslizarse sospechosamente por la cara interna de sus muslos.

- Ejem... os aseguro que la araña no me ha picado ahí.- Gruñó con sarcasmo.

- Encima de que nos preocupamos por tu bienestar, humano desagradecido.

¿Preocuparse por su bienestar? En unos minutos aquella pandilla de degenerados se pondría a buscar la picadura en sus partes nobles, y ya le resultaba bastante incómodo que dichas partes estuviesen a la vista de todos. Uno de los drows se acercó peligrosamente a la zona cero

- . ¿Quizá le ha picado aqui?

‚ PAF!

Los drows recularon sensiblemente tras la patada en toda la cara que se llevó el atrevido.

- Ejem... creo que deberíamos mirarle la espalda.

Por fín. Entreri dejó que le volvieran, quería terminar con aquello cuanto antes.

La súbita humedad en la zona de la picadura casi le hizo dar un bote. Miró por encima del hombro y vió que uno de los drows estaba chupando de la herida para sacar la sangre envenenada.

Por fin estaban haciendo algo lógico. Aunque sospechaba que no era necesario apoyar las manos tan cerca de sus nalgas.

Y esperó... y esperó... ¿qué pretendían¿dejarle sin sangre o que?

Miró de nuevo y se percató de que los muy pervertidos estaban turnándose para chupar la herida¿es que a los drows les ponía la sangre?... probablemente.

¿Qué¿Es que os habeis vuelto vampiros?.- Espetó.

- Serás desagradecido, solo nos aseguramos de que no estas envenenado, Jarlaxle no estaría contento si volvieses al cuartel enfermo.

- Eso es.- Convino otro.

Seguro. Entreri notó como las manos se volvían mas audaces. Iba a poner fin a aquello ahora mismo, la fuerza había vuelto a su cuerpo y no le costó demasiado desembarazarse de aquel grupo de malintencionados. Se vistió mientras oía las quejas de los demás y se marchó con intención de pisar todas las arañas que pudiese de regreso al cuartel.


Entreri paró en sus pies al pasar por delante de la sala de entrenamiento. Habían regresado hacía un par de horas y Entreri había ido directamente a bañarse en una tina que había comprado para su uso personal.

La gran araña que entraba en la sala le resultaba sospechosamente conocida. No... no podía ser la misma que... imposible.

No obstante siguió al aracnido y se ocultó al ver que esta se dirigía hacia un grupo de drows, los mismos con los que había estado en la caverna, pastoreando goblins.

- Aquí está... esta araña es una inutil.- Masculló uno.

- Si, oye, dijiste que la tenías bien amaestrada.

¿Qué?.- El drow aludido recogió a la araña con cariño.- Úrsula hizo perfectamente su trabajo, se le subió y le picó¿no?

¡En la maldita espalda!.- Replicó uno.- Como mínimo podrías haber conseguido que le picara en el trasero.

- El plan era que le picara en el muslo, le habríamos tenido totalmente a tiro.

- Exacto, si le hubiesemos lamido la herida en el muslo no hubiese podido resistirse y no además hubiesemos tenido que montar tanto numerito con "buscar la herida" para desnudarle. ¡Y habria sido perfecto!

Entreri intentó en vano apagar sus ansias de matar...

- Tu Úrsula es una boba.- Terció otro.- Si le hubiese picado en el muslo le habríamos podido desnudar sin despertar sospechas y despues todo habría ido como la seda.

- El humano nos vió venir en cuanto salimos con la chorrada de buscar la herida.

- Ya vale de meterse con mi araña. Además todos pudimos echar un vistazo a ese cuerpazo¿no? Además he ganado la apuesta, su vello corporal es suave.

Entreri salió de las sombras cerrando la puerta tras de sí. Nadie iba a salir de allí hasta que él quedase satisfecho.

Jarlaxle iba tranquilamente paseando cuando vió a seis drows saliendo o mas bien arrastrandose de la sala de entrenamiento con las mas diversas heridas y contusiones. Sorprendido, entró en la sala temiendose lo peor.

No obstante se encontró con el curioso espectáculo de Entreri pisoteando con saña a una gran araña con pintitas.

- Estooo¿Entreri?

- . ¿Qué?.- Entreri siguió pisando el cadaver con el mismo entusiasmo inicial.

- Esa araña... creo que ya está muerta.

- Ya lo sé, solo me estoy desquitando.

- Oh, vale, perfecto.

Jarlaxle se encogió de hombros y se marchó, solo esperaba que Entreri no hiciera eso muy a menudo.

Nota de la autora: Gracias por el review, y gracias por la dirección de traducciones del ingles al drow, es genial, pero no lo usaré mucho para no crear confusiones.

Escribo muchísimo ultimamente, mi musa está disparada porque he terminado los exámenes con un gran éxito y claro, tengo un montón de tiempo libre. Bendita libertad para escribir.

Por cierto, si teneis ideas para situaciones graciosas de este fanfic, no dudeis en dármelas.