Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Las parejas de este fanfic van a ser Artemis Entreri y otros drows, y Jarlaxle, por supuesto.

Capítulo 10. Peligros de Sorcere

Entreri detestaba aquellas reuniones, eran aburridas y estúpidas. Como lugarteniente y depués lider de una cofradía había tenido que estar en muchas reuniones de este tipo, pero no por ello tenían que gustarle, eran un mal necesario.

Algunos de aquellos viajes para reunirse con posibles aliados o enemigos, eran interesantes y educativos. Otros solo le aburrían o enfurecían.

Este ,por ejemplo, habían ido a Sorcere, la academia de magia, para que Jarlaxle se reuniera con un par de magos que le proveían de ciertos objetos mágicos anualmente. Se trataba basicamente de un negocio de transacción comercial y para Entreri no tenía el menor interes, además los drows se habían puesto a hablar tan rápido que le resultaba muy dificil entender de qué hablaban. Había perdido el hilo despues de que Jarlaxle mencionara unos... ¿cascabeles? Y ahora se limitaba a apoyarse en una esquina y fundirse con el mobiliario.

Desde... bueno, desde La Noche, como llamaba a la sesión de sexo salvaje vivida con Jarlaxle, el lider mercenario estaba mas pegajoso que nunca. No se lo quitaba de encima ni con disolvente. Jarlaxle le llevaba a todas partes con él, y nunca, nunca perdía oportunidad de ofrecerle todo tipo de bebidas alcoholicas.

Las risitas de fondo de Rai'gy y Kimmuriel empezaban a ser un coro habitual cada vez que Jarlaxle se propasaba, el maldito drow era un sobón consumado.

Aprovechando lo entusiasmados que estaban con la negociación, Entreri se apartó y finalmente se marchó, sin duda en Sorcere tenía que haber algo mas interesante que aquella estúpida negociación. Y podría tener unos instantes de paz.

Salió a un pasillo y comenzó a andar sin un rumbo fijo, algo encontraría.

Había pedido muchas veces a Jarlaxle que le llevara a la academia de guerreros, pero el mercenario se había negado diciendo que era demasiado peligroso. Peligroso, probablemente lo peligroso era el exceso de testosterona de los guerreros y por tanto un centro de competencia varonil, Jarlaxle se había vuelto muy posesivo a ese respecto. En Sorcere solo había magos y estos eran mas altivos y menos dados a manifestar interes por un miembro de una raza no drow.

. "Lo que faltaba por ver, un colnbluth en Sorcere."

Perfecto. Entreri miró al mago con el ceño fruncido, le enervaba, o bien le despreciaban o bien le acosaban... sinceramente no sabía qué era peor, bueno, a veces prefería el desprecio.

El mago era sin lugar a dudas de alto rango, un traje sobrio pero muy elegante, báculo negro y varios objetos de joyería mágica, cargados de magia. Su rostro era joven, pero sus ojos y maneras hablaban de muchos mas años y de mas poder del que podía pensarse. Sus rasgos eran severos y elegantes, llevando el cabello blanco inmaculado muy largo pero bien sujeto hacia atrás. La perfecta imagen de la pulcritud y elegancia de un mago drow.

Entreri sabía juzgar mas allá de las apariencias, era su trabajo ser un asesino y conocer a su presa en instantes, aquel mago era poderoso, muy poderoso.

" Eres el humano que Jarlaxle lleva a todas partes¿sabes quien soy?"

Entreri ocultó una expresión exasperada por la sobervia de los drows, pensaban que cualquiera tenía que saber quienes eran a simple vista. Por favor, a primera vista cualquiera no familiarizado con los drows les consiraba a todos iguales, negro y en la oscuridad, cucaracha... estooo, drow.

"Soy Gromph Baenre."

Maldita fuera su suerte, Entreri sabía quien era ese drow, había estado bailando con la muerte sin enterarse, este era el archimago de Menzoberranzan, hijo de la casa Baenre y jefe de la escuela de magia, Sorcere. Bastante famoso por su mal carácter, podía calcinar a otro drow solo por toser en su dirección.

De todos los malditos magos que podían estar en ese lugar se topaba con el mas poderoso de todos. Y de la primera casa además.

Entreri se quedó prudentemente callado y se apartó un poco, esperando que el archimago tuviese algo importante que hacer y pasase de él cuanto antes, no le gustaba jugar a ser inferior ni jugarsela con el amor de los drows a matar sin motivos prácticos.

"Me sorprende que Jarlaxle te deje vagar por aquí."

Entreri alzó la vista con un fogonazo de ira.

"No necesito su permiso."

Gromph arqueó las cejas con escepticismo y no poco desprecio.

"Te lleva con él siempre, tiene la correa corta."

Aquella clara insinuación de que no era mas que la exótica mascota de Jarlaxle hizo apretar los puños a Entreri, no podía luchar y ganar a aquel drow, pero tener que callar ante aquello era algo realmente duro, su orgullo tuvo que contentarse con un destello de furia en la mirada.

El archimago frotó su bastón con el pulgar y miró a Entreri de arriba abajo. El humano se tensó bajo la mirada escrutadora, le disgustaba profundamente que hicieran eso, parecía que estuviesen midiendo un caballo¿qué iba a ser lo siguiente¿Mirarle los dientes?

"¿Qué quiere?".- Preguntó al fin.

Gromph frunció el ceño, probablemente molesto por el atrevimiento de hablar sin permiso, Entreri se mordió la lengua, no se podía jugar con ese drow en particular.

"¿Qué hacias solo por aquí?"

"Jarlaxle está reunido, no me interesaba."

El archimago sopesó la respuesta y súbitamente pareció indignado.

"¿Te aburrías? Ningún colnbluth entra en Sorcere y se larga aburrido. Ven."

Antes de que Entreri pudiese ofrecer protesta alguna, Gromph le dio un tirón y le hizo seguirle por los intrincados pasillos y estancias de Sorcere.

De pronto Artemis se encontró en una visita guiada por la academia de magia, explicada nada mas y nada menos que por el mismo Gromph Baenre. Al parecer el jefe de Sorcere consideraba insultante que alguien pudiese estar aburrido en un lugar que practicamente había diseñado en su mayor parte, por lo que se pavoneaba sin duda encantado de impresionar a un extranjero, aunque fuese un humano.

Entreri no era mago, pero sabía valorar lo que era Sorcere, no en vano tenía conocidos en el mundo de la magia y era lo suficientemente inteligente como para comprender el potencial de aquello que Gromph le mostraba.

"Esta es la sala de invocaciones..."

Gromph le dejó echar un vistazo y entonces...

Entreri se tensó como un poste... Gromph acababa de palparle el trasero.

Entreri se calmó un poco y meditó, quizá había sido por accidente, miró de reojo al archimago, este tenía una expresión severa y algo hosca, nada que ver con las sonrisas maliciosas que solían lanzarle los drows que le dedicaban sus atenciones.

Continuaron yendo de nivel en nivel... y ocurrió otras cinco veces.

¡El maldito archimago de Sorcere le estaba metiendo mano¡Gromph Baenre estaba dandole toques a su trasero cada vez que abría una maldita puerta!

Empezaba a estar familiarizado con esta situación, que si los soldados de Bregan D'aerthe, que si Kimmuriel, Dantrag, Jarlaxle, los drows de la ciudad, los de las reuniones... pero esta vez había una gran diferencia, a los demas drows podía partirles la cara.

¡No podía dar un puñetazo al puñetero archimago con malas pulgas! Este drow podía hacerle morir con un parpadeo, y zas, combustión espontanea y de Artemis Entreri nunca mas se supo.

Piensa, Artemis, piensa¿cómo se rechazan las atenciones del equivalente en drow de un balrog mosqueado?

"La reunión de Jarlaxle ya debe estar terminando..."- Dejó caer.

Gromph se limitó a chasquear la lengua, molesto.

"Queda más Sorecere por ver."

Entreri se resignó a seguir viendo el lugar dado el mal carácter del que hacía gala Gromph estaba claro que despertar su interes no le exhimía de ser vaporizado. Si insistía en volver con Jarlaxle, Gromph deduciría que su adorada academia no le interesaba y se cabrearía bastante.

¿Cómo podía alguien así meter mano con tanta naturalidad¿Es que era lo habitual?

"Para ascender a este nivel hay que levitar."- Indicó señalando el tunel superior perfectamente esculpido en un cilindro hueco.

La alarma silenciosa de Entreri entró en modo pánico.

"Interesante... me encantaría continuar pero Jarlaxle..."

"¿El da palmas y tu acudes?"

Entreri apretó la mandíbula, visiblemente ofendido, sabía que Gromph le estaba provocando a propósito, pero le resultaba tan irritante...

"No, pero Jarlaxle es mi contratante actual."

Gromph se limitó a esbozar una sonrisa insultante cargada de menosprecio y le indicó que se acercase para que pudiesen levitar por el agujero al nivel superior. Entreri se devanó los sesos buscando una escapatoria digna, al final suspiró quedamente y se aproximó al archimago.

Y desde luego Gromph no perdió una oportunidad perfecta para el manoseo, en vez de lanzarle un conjuro de levitación le abrazó para hacerle levitar con él. Y no le aferró por la espalda, noooo¿para qué, si las nalgas son un punto de agarre perfecto¿y para que coger una nalga si es mucho mas adecuado cogerse de la unión entre estas? Entreri agarró la ropa de Gromph con desesperado gesto mientras se elevaban y la indecente mano del archimago sujetaba su trasero, de no ser por los recios pantalones aquellos insidiosos dedos ya estarían dando un repaso a su intimidad.

¿Es que el archimago no tenía otras cosas que hacer¿Drows que acosar¿rivales que matar¿Alguna conspiración?. Cualquier cosa antes que tratar de violarle con los dedos. Y ojalá no pasase de eso. A Entreri se le puso la piel de gallina.

Al parecer Gromph había ganado confianza porque cuando subieron al piso superior aquella mano permaneció donde estaba.

O paraba aquello o iría mucho mas allá.

"Será mejor dejar aquí la visita."

"No lo creo, de hecho hemos llegado a lo mas interesante."

Entreri se apartó y se preparó para lo peor, no le gustaba el tono de voz de Gromph ni su insinuación. El archimago sonrió con crueldad patente y diabólica.

"Me serás muy util para un par de pruebas."

Y Gromph comenzó a salmodiar.


Jarlaxle daba vueltas por todo Sorcere, buscando a Entreri por todos los rincones. Maldito fuera, Artemis era un culo inquieto, no era capaz estarse quieto en una reunión. Perderse en Sorcere, a saber en manos de quien habría caido SU humano.

"¡Jarlaxle! No sabía que estabas por aquí."

Jarlaxle saludó al mago, el mismo que había encantado la pluma de su sombrero.

"Me temo que he perdido a un humano por aquí."

"Aaaah, ese atractivo espécimen, le ví hace un par de horas."

"¿De veras¿Dónde se ha metido?"

"Mucho me temo que Gromph se lo llevaba al séptimo nivel."

Jarlaxle se echó a temblar, el séptimo nivel, eso eran parte de las habitaciones privadas del archimago de Sorcere. Y ese nivel en particular era bastante famoso, era dodne Gromph realizaba sus experimentos de magia y probaba nuevos conjuros. Mas de una vez la academia entera se había sacudido por esas pruebas.

Y ahora estaba usando a Entreri como conejillo de indias. Lloth sabía lo que haría.

Jarlaxle echó a correr por los pasillos, si no llegaba a tiempo se iba a quedar sin su maravillosamente competente amante.

Finalmente llegó al sexto nivel, subir al séptimo requería una contraseña pero Jarlaxle no se desanimó, sacó su amplio arsenal de objetos mágicos y buscó uno que le permitiera la entrada.

"Deja de buscar, nada podría permitirte el paso."

Jarlaxle vió bajar a Gromph por el tunel y se dispuso a usar toda su labia para recuperar a Artemis, ni siquiera él, con todoas sus influencias y trucos, podía tratar a Gromph a la ligera.

"Estoy buscando a mi acompañante, un humano que..."

"A Artemis por supuesto, ya he terminado con él, te lo devolveré ahora mismo."

"Y... ¿en qué estado, si no es molestia?"

Gromph enarcó las cejas, aparentemente ofendido.

"Está perfectamente, soy un archimago, no uno de esos idiotas que solo saben usar la magia para hacer explotar cosas."

Jarlaxle suspiró aliviado, había temido recoger a Artemis con una bolsa y una escoba.

"Pasa, está bien, pero es probable que necesite ayuda."

Eso sonaba mal. Jarlaxle ascendió por el paso que Gromph había dejado abierto. Apenas si había entrado cuando Entreri saltó sobre él, apenas si pud permanecer en pie ante el efusivo abrazo.

"¿Artemis¿Qué demonios te pasa?"

Entreri jadeaba, frotándose con fuerza contra su cuerpo, aferrándole por las caderas, Jarlaxle notó al momento la causa de aquel extraño comportamiento, Entreri estaba excitado, muy excitado, dolorosamente erecto.

El humano le miró con expresión hambrienta y molesta a la vez, como quien no puede contenerse pese a que no le guste. Tenía las mejillas arrebolas y los ojos brillantes de deseo imperioso, respirando aceleradamente y con aspecto de haberse vestido a duras penas.

" Tu y yo, a la cama, AHORA."

"Vale... ¡Vale, ahora mismo!"

Jarlaxle no cabía en sí de gozo, cogió a Entreri del brazo y salieron en dirección a los cuartos de invitados a toda velocidad.


Gromph no se sorprendió de encontrarse a Jarlaxle en su puerta dos días después. El mercenario lucía una inmensa sonrisa de satisfacción y el archimago no tenía duda alguna de cual era la causa.

"Muy buenas, me preguntaba si podría decirme..."

Probaba conjuros de un nuevo libro.- Interrumpió Gromph al momento.- Un autor de Ched Nasad, L' wlalth voiry d' carnal ssrigg'tulen. Es interesante, pero los drows tenemos resistencia a la magia y no me servían para probarlos. ¿Cuánto duran los efectos, por cierto?

Jarlaxle sonrió aun mas ampliamente, practicamente podía tocarse las orejas de lado a lado.

"¿Por qué crees que no he venido antes?"

"Ya veo."

Jarlaxle echó una ojeada a su alrededor y después volvió a dirigirse al archimago.

" Y... ¿cuánto me va a costar una copia de ese libro?"

L' wlalth voiry d' carnal ssrigg'tulen: El libro de conjuros de los placeres carnales.

Nota de la autora: Buff, el trabajo de la universidad no me deja vivir. Gracias por los reviews, procuraré responder con mas dosis de diversión para tan atentos lectores. Espero disponer de tiempo para continuar aunque sea a ritmo mas lento.