Capitulo 4: Rumores

La desesperación ya era común en las noches de Ginny Weasley. El temor de soñar con él, la hacía tardar años en dormir. Y cuando por fin lo lograba, sus sueños no existían... eran pesadillas. La muchacha corría en sueños... corría sin sentido, sin saber una dirección. Lo único que quería, era despertar...

Despertó.

Ginny, intentó levantarse pero un cálido cuerpo a su lado le impedía hacerlo. Ella lo observó un rato. Le parecía imposible que el tierno chico que estaba en la cama con ella fuese Draco Malfoy. Pero lo era. Le dirigió una mirada melancólica, y retiró el brazo de él que la rodeaba. No debo despertarlo... Se dijo a sí misma. Y levantándose suavemente, descorrió un poco las cortinas para saber si había alguien. Todas las camas a su alrededor tenían las cortinas cerradas... excepto una... la de Blaise Zabini... Ella intentó deducir si el chico dormía. Como un tronco, se sonrió a si misma. Y se apresuró a salir. Echándole una ultima mirada a su "héroe", se marchó de la habitación...

Pero ella no sabía que un par de ojos la observaban...


Draco pegó un salto. La cama estaba vacía... ¿Adonde se había metido la Weasley? Se enfadó. Encima de que la había dejado dormir con él, la había salvado un montón de veces, ella se iba sin despedirse...

Desconsiderada... Pensó él, mientras se vestía... ya estaba de mal humor...

Bajó hacia la sala común, y cuando se disponía a abandonarla para ir a desayunar, un grito lo paralizó.

- ¡Hey, Malfoy... eres un abusador, ¿eh? – La divertida voz de Blaise Zabini lo dejó parado en la puerta. Lentamente se dio la vuelta, pensando en que diablos le iba a contestar... seguramente se acordaba lo de la noche anterior...

- Que quieres Zabini... hoy no estoy de humor para ti... –

- No... por supuesto... y menos lo estarás, cuando le cuente a todo el colegio que te acostaste con la menor de los Weasley... –

- ¿Qué dices? –Le dijo él, intentando que nadie mas lo escuchara – No inventes, que la borrachera que te pegaste ayer seguramente te hace inventar idioteces... –

- Pero si hoy a la mañana, no he estado borracho... y bien que la vi salir de tu cama... – Zabini lo miraba con una expresión de superioridad muy propia de los Malfoy... y Draco odiaba que él la utilizara. Solo él podía poner esa cara...

- Mira, Zabini, tu no vas a decir nada, porque yo mismo me encargare de que compitas con Potter en un torneo de cicatrices... –

- Hay... Draquilin... no entiendes nada... – Le dijo, pasándole un brazo por los hombros. - ¿Acaso olvidas que perdiste una apuesta conmigo? Puedo hacer lo que quiera... esta en juego tu honor... – Malfoy se quedó helado... lo había olvidado... la apuesta... Se soltó rápidamente de él, y lanzándole una profunda mirada de odio, se fue del lugar dejando a su compañero con un sentimiento de victoria...


Ginny llegó a su habitación y se acostó en su cama intentado que ninguna de sus amigas notara que no había dormido allí. Pronto, se durmió...

- ¡Ginevra Weasley! – Le dijo su mejor amiga Kate, que se encontraba al pie de la su cama.

- ¿Qué pasa? – Le preguntó la pelirroja, todavía semidormida del cansancio que tenía.

- Bueno, vas a tener que contarme absolutamente TODO. Empecemos por el, porque no fuiste al baile que todavía no me has dado una respuesta convincente y luego por... ¿dónde has dormido anoche? O mejor dicho... con quien... – Le dijo la chica, guiñándole un ojo.

- Son demasiadas preguntas... –

- No des vueltas, vamos, necesito saber... –

- Bueno... pero primero ¿Qué tal si vamos a desayunar? –

- Okay... pero si luego no me cuentas, le contare a tu hermano que no dormiste aquí anoche... – Dicho esto, la pelirroja le tiró su almohada por la cabeza y la otra chica se puso a reír mientras se defendía con las manos.

Las dos amigas se cambiaron la ropa, y bajaron al Gran Salón. Ginny sintió que su corazón daba un vuelco al ver a Malfoy sentado en la mesa de Slytherin comiendo y con muy mala cara. El beso de la noche anterior aun estaba en sus labios y no quería olvidarlo por nada del mundo. Cuando entró en el comedor, se dio cuenta que muchas personas la observaban y cuchicheaban. Me estoy volviendo demasiado paranoica... Se dijo, y no se preocupo demasiado. Luego, se sentó en la mesa. Volvió a sentir como si varios pares de ojos estuvieran posados en ella, y esta vez se dio cuenta de que no era su mente que le jugaba una mala pasada. Hermione se le acercó y sentándose a su lado, le susurró suavemente.

- Gin, por favor dime que tu no te acostaste con Malfoy... – Ginny se quedó paralizada. Sin desearlo, un rubor fue ascendiendo por sus mejillas hasta concentrarse en toda su cara. ¿Cómo diablos lo sabia? Pero no podía admitirlo... jamás...

- ¿Qué dices? –

- No... yo no lo digo... lo dice todo el salón... – La pelirroja abrió sus ojos de par en par. Y notó como su amiga Kate la miraba con la boca abierta.

- ¡Entonces era por eso que ayer no viniste a dormir! – Le dijo, pero con tanta mala suerte que alguien que pasaba lo oyó: Ron.

- ¡QUE TU NO FUISTE AYER A DORMIR! – El muchacho no creía lo que decía.

- ¡Ron! No es lo que tu piensas... – Ginny maldecía a Kate, a Malfoy, a Hermione... a todo el mundo...

- ¡Y QUE DIABLOS SIGNIFICA QUE NO HAYAS DORMIDO EN TU CAMA! – Ahora todo el colegio estaba observando. Los gritos del muchacho eran tan altos, que nadie se había perdido detalle de la conversación.

- Ron, ya cállate... te lo explicare, ¡pero no delante de todo el colegio! – Y sin darle ningún tipo de explicación a nadie, se levanto y se encamino a la salida. Sentía nuevamente todas las miradas puestas en ella. Cuando hubo traspasado la puerta, empezó a correr sin sentido... Entró en un aula vacía y si darse cuenta, comenzó a patear las mesas y las sillas. No podía creer que todo le salía tan mal. Sentía mucha rabia y un dolor incomprensible que le daban ganas de matar a alguien. Creía que el mundo entero se había propuesto hacerle la vida imposible... ¿Por qué ella? ¿Qué había hecho para que todos se la agarraran de esa manera? No podía encontrar una respuesta, y eso solo incrementaba su furia. Siguió pateando las sillas hasta que le dolieron los pies... Se sentó en el piso contra una pared, y se tranquilizó un poco. Pero el dolor seguía allí... y lo peor era que ahora le dolían los pies...

- ¿Ya estas mas calmada? – Esa voz la conocía.

- ¿Kate? ¿Hace cuanto que estas aquí? –

- Desde que te fuiste del salón... te seguí... y despiste a tu hermano que venía para acá... lo mande a las mazmorras... – Ambas rieron. Ginny se levantó lentamente. Sabia que tenía que darle una explicación a su amiga... y ya no tenía escapatoria.

- Kate... yo... tenemos que hablar... debo contarte algo que me esta asfixiando... – Las dos amigas se sentaron en unas sillas, frente a frente. La pelirroja comenzó a contarle todo... desde el principio...


Draco salió del Salón antes de que comenzaran a preguntarle cosas. Me las vas a pagar, Zabini... Murmuró entre dientes. Estaba molesto... muy molesto... lo que le faltaba a él, era tener a toda la escuela pensando que se había acostado con la Weasley... ¿Cómo podían pensar que él haría tal cosa? Pero de pronto recordó todo lo que había sentido en ese beso... todo lo que había querido hacer al tenerla en su cama... Una sonrisa malévola se le asomo... De una forma u otra, digamos que si, me acosté con ella... Se dijo mientras se encaminaba a quien sabe donde... solo esperaba no encontrarse con nadie... de pronto pasó por un aula del que salían voces. Se detuvo a escuchar y se sobresalto al oír un llanto... y una voz conocida...

- ... es que no sabía que hacer... y ahora tengo mucho miedo... – Escuchó decirle a Ginny.

- Mira, Gin, ¡debes denunciarlo! Si esta preso, no podrá hacerte daño... ni a ti ni a tu familia... –

- ¡Pero no entiendes! Si yo lo denuncio, ¿Quién me creerá? Además, él puede sobornar a los jueces... ¿Te olvidas que es el hijo de Cornelius Fudge? ¿El hijo del ministro de la magia? – Draco no tuvo necesidad de seguir oyendo. La furia se agolpaba en él, y cerró los puños. Así que el inútil de Thomas Fudge tenía como deporte favorito acosar a las niñitas inocentes como la pequeña Weasley. Ya le iba a enseñar un par de modales... que esperara a que terminara el séptimo año y pudiera implementar maldiciones a su antojo...

Malfoy decidió dejarlas terminar su charla. El descubrimiento hecho, le había alegrado el día. Él sentía la necesidad de saber quien era la basura que había violado a Ginny... aunque aun no supiera el porque... Tal vez me estoy contagiando del heroísmo de Potter... Se dijo riéndose de su propio ironismo... Pero lo cierto era que le interesaba...

Y mucho...


Ginny le había contado a Kate todos sus problemas. Y esta, había reaccionado de una muy mala manera...

- ¡Cuando encuentre a ese maldito bastardo, voy a cortarle su miembro (N/A: NO PODÍA PONER OTRA COSA... PUEDE HABER MENORES... ) y a freírlo en una cacerola! – Ginny no podía sino reír. No es que estuviera contenta... se sentía aliviada de poder compartir sus sentimientos con ella.

Las dos muchachas pasaron mucho tiempo hablando. Kate se sorprendía de que Ginny pudiera soportar tanto peso en su espalda... se la veía tan frágil... Pero era toda una mujer. De pronto, Ginny dejó de hablar. Se había puesto pálida.

- Gin... ¿Te encuentras bien?... es que te ves muy... – No terminó la frase. La chica había salido corriendo del aula. Su amiga la siguió y la vió entrar en el baño de Myrtle la llorona. Entró despacio, como si temiera hacerlo. – Gin... ¿estas bien? – Volvió a preguntar.

- Si... es solo que... de repente me entraron ganas de vomitar... no te recomendaría pasar por ese cubículo... – Le dijo señalando hacia su derecha.

- Argh... – le dijo la chica... y cuando iba a preguntarle que tal besaba Draco, una idea se le cruzo por la mente... Pero no podía ser... Miró a Ginny de arriba abajo... y cuando la pelirroja le preguntó que le pasaba, esta le respondió.

Gin... espero que mis sospechas no sean ciertas... porque sino, tenemos un gran... gran problema... – Y dicho esto, tomo de la muñeca a su amiga y se la llevó rapidamente a la Sala Común...