Capitulo 5: Miedo

Las semanas pasaban y Ginny cada día sentía que la agobiaba. Las clases habían comenzado nuevamente y los profesores prácticamente los atacaban con la tarea. Ron la había encontrado luego de su charla con Kate, y le había sido muy difícil convencerlo de que entre ella y Draco no pasaba nada...

Sin embargo, el resto de la escuela seguía cuchicheando sobre ella apenas se volteaba... y algunos hasta en su propia cara... Pero Ginny tenía cosas mucho más importantes por las cuales preocuparse. Kate la había convencido de que debía hacerse el examen. El miedo al resultado la hacia temblar cada vez que pensaba en eso, y sentía que sus piernas le flaqueaban. Cada noche, se sentaba en su cama y se preguntaba a sí misma que era lo que había hecho ella para que la vida la tratara tan mal... Apenas tenía 16 años, y ya había sufrido tanto... Pero por mas que buscaba y buscaba, no hallaba una respuesta...


Draco salía de la clase de Snape. Se había divertido un buen rato viendo como Longbottom intentaba hacer la poción que estaba escrita en el pizarrón. ¿Cómo podía ser que no le saliera verter unos cuantos ingredientes en un caldero? No lo entendía... seguramente tenía el cerebro atrofiado... no era como él...

Naturalmente estaba contento porque su jefe de la casa le había otorgado sus 20 puntos diarios, debido a que había hecho perfectamente la poción. Mientras salía de las mazmorras algo extraño ocurrió. Draco creyó ver algo detrás de una columna... pero cuando se acercó y observó mejor... no había nada...

Se encogió de hombros y pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada...

Sin embargo, durante todo el día sintió como si alguien lo estuviera observando...


Ginny estaba sentada en la biblioteca haciendo sus tareas. De pronto, alguien la interrumpió.

- Gin, ¿Puedo hablar contigo un momento? – Le dijo Hermione, sentándose junto a ella.

- Si, claro... – Le contestó la chica, apartando suavemente los pergaminos que tenía frente a ella.

- Es que... Ron me pidió que hable contigo... te nota un poco... diferente... – Se veía como Hermione pensaba cada palabra que decía.

- Ah... ya veo. Mi hermano te mandó para que te cuente la verdad ¿no? Esta seguro de que tengo algo con Malfoy y como no confía en mi, se imagina que a ti te lo voy a decir... – Ya estaba molesta.

- ¡No! No... Ginny, no es nada de eso... aunque todavía no me aclaras donde fue que pasaste la noche ese día... – Ahora, la miraba con aire de reproche.

- Ya te dije... Kate no me vió llegar porque estaba borracha... pero en realidad si dormí en mi habitación... – Ginny era muy inteligente... pero ciertamente no sabía mentir...

- Si... claro... – Le dijo su amiga – Pero ese no es el punto... Gin, ¿Qué te pasa? Sabes que puedes decirme cualquier cosa... estas muy alejada de nosotros... ya no ríes, vives para hacer tareas... y el otro día no quisiste ir a Hogsmeade... – Ginny no sabía que contestar. Sabía que podía confiar en Hermione, que ella la entendería... pero seguramente le contaría a Ron... y eso sería una catástrofe...

- No me pasa nada, Herm... en serio... – Ginny intentó buscar una excusa para salir de esa conversación... y la encontró. - ¿Qué hora es? –

- Las cuatro menos diez – La pelirroja abrió los ojos como platos.

- ¡Tengo clase doble de Pociones a las 4! – Gritó y se puso de pie de un salto. Guardando sus cosas en la mochila, salió corriendo desesperada hacia las mazmorras. En eso estaba, cuando al doblar en una esquina se chocó con un grupo de Slytherins.

- Vaya, vaya... pero si es la noviecita de Malfoy... – Dijo una voz fría... muy fría...

- Zabini, déjame en paz que llego tarde... ¡Y no soy ninguna noviecita de nadie! Y menos de Malfoy... – Le espetó intentado abrirse paso entre ellos. Pero en lugar de correrse, dos chicos bastante anchos se cerraron aún mas para que ella no pudiera pasar.

- Mmm... no tienes razón... no eres la novia... eso es demasiado para ti... digamos que solo fuiste la amante de una noche... – Todos los Slytherins comenzaron a reír.

- ¡No me acosté con Malfoy! –

- ¿Ah no? ¿Y como le llamas a dormir en la misma cama? – Pero antes de que ella pudiera contestarle, el chico la había tomado de la cintura, y la apretaba contra su cuerpo.

- ¿Qué diablos crees que haces? –

- Lo mismo que Drakito... ¿Sabes? Nunca te había visto tan de cerca... y es que Malfoy no tiene mal gusto... – Zabini intentó besarla, pero cuando estaba a punto de hacerlo, alguien le partió la cara de un puñetazo. Un muchacho rubio, se encontraba parado allí, con el puño bien cerrado y en alto. Tomo a la chica de la cintura y la apartó del otro.

- ¿Eres idiota o que? – Le gritó Zabini, pasándose un dedo por el labio y sacándolo lleno de sangre.

- La próxima vez que la toques, te lanzare un crucio – Le dijo tranquilamente Draco, mientras Ginny lo miraba sorprendida.

- Tu no te atreverías... –

- No me tientes... porque estaría deseoso de verte revolcándote de dolor en el suelo – Y dicho esto, se abrió paso entre los muchachos que lo observaban aterrados, llevándose a Ginny con él.

- ¿Por qué hiciste eso? – Le preguntó ella, una vez que se hubieron alejado lo suficiente.

- ¿Por qué hice que?-

- Porque me defendiste... – Draco la observaba. En sus ojos no se podía notar ningún tipo de expresión. Ginny se sintió defraudada. No se había podido sacar aquel beso de la cabeza... sin darse cuenta, tenía a Draco metido en la cabeza todos los días desde aquello.

- Porque no soporto a Zabini. Y últimamente lo único que ha hecho es molestarme con eso de que nos acostamos... – Ella lo sintió molesto.

- Tu no eres el único que la ha pasado mal por eso –

- Si, seguramente tu hermano te compró un cinturón de castidad y un test de embarazo... – El chico comenzó a reír. Pero Ginny empalideció. ¿Es que Malfoy siempre atinaba en el blanco? No podía creer que hubiera dicho eso... pero no iba a dejar que se diera cuenta cuanto había impactado en ella esa frase.

- Mira, tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para lograr que él me creyera a mí y no a todo el colegio... y todo porque a ti se te ocurrió la maravillosa idea de que me quede a dormir en tu habitación... mas precisamente en tu cama... – Ahora el rubio tenía una expresión divertida.

- Así que fue "maravillosa"... entonces, te encantó mi idea... – Le dijo mientras se iba acercando a ella.

- No... no me entiendes... yo no dije eso... es que... ¿Puedes quedarte donde estas? – Casi le grito, al ver que estaban a muy poca distancia uno del otro.

- No, no puedo. Quiero probar de nuevo el sabor de tus labios... – Ahora, sus manos la rodeaban fuertemente y sus bocas casi se tocaban.

- Malfoy... no, podría venir alguien... ¿Te has aprendido esa frase especialmente? – La chica quería salir de allí. Por un lado, su mente le decía a gritos que tenia a Draco Malfoy queriendo besarla... pero por el otro, sentía miedo de lo que pudiera pasar después.

- Nadie nos vera... no te preocupes... – Y la besó. Y ella sintió como si sus manos tocaran el cielo. Creía tener alas en los pies que la hacían volar libremente. Ya no había nada mas, excepto ella y él... y Snape. Bruscamente, se separó y con una expresión de horror, gritó.

- ¡Estoy llegando media hora tarde a la clase doble de pociones! – Y se dispuso a salir corriendo.

- ¿Y no crees que seria mejor no ir a llegar ahora y perder mínimo 20 puntos? – Ginny lo observó. Odiaba decirlo, pero tenía razón. No podía llegar ahora... prefería quedarse con él... ¡Pero que piensas! Ginebra Weasley, no te puedes enamorar de Malfoy... sabes perfectamente que él jugara con tus sentimientos y luego te desechará como lo hace con todas... Ella se negaba a creerlo... pero sabía que eso era verdad. Lo observó por ultima vez antes de salir corriendo.


Draco se quedó allí parado, mirándola correr. No entendía porque hacia todo lo que hacia. Jamás una chica lo había hecho sentir otra persona solo con un beso. Pero ella... la Weasley era diferente... y él la quería... ¿La quieres? Jajaja, tú no quieres a nadie... Le decía esa vocecita interior que él tanto detestaba. Pero no era verdad. ¡Él no era un insensible! Y ella se lo estaba demostrando...


Ginny subió a su habitación. Se había besado por segunda vez con Malfoy, y eso la tenía preocupada. Si su hermano se llegaba a enterar, y se daba cuenta de que le había mentido, pensaría que lo que decían todos era verdad... y entonces si que estaría en problemas. De repente se acordó de Kate. Y del paquete que le había entregado.

FLASHBACK

- Gin, esto es simple. Lo único que tienes que hacer, es seguir las instrucciones. Es un método muggle. Mi madre dice que son más fáciles y más rápidos... el otro día mande una lechuza a una amiga de mi hermana que posee un negocio muggle que vende antídotos... o algo así... le dije que era para una amiga, que no piense mal de mí... Bien, el hecho es que lo conseguí. Con esto podremos saber si estas embarazada o no... y roguemos que no... – Le dijo con voz lúgubre.

- Gracias Kate... no sé que haría sin ti... –

- La verdad, creo que serias más feliz... pero no importa... – Las dos muchachas rieron, pese a lo tensas que se encontraban.

- Creo que con esto puedo perdonarte lo que provocaste el otro día... – Kate se ruborizó y la abrazó.

FIN FLASHBACK

Ginny no había tenido el valor de utilizar el pequeño artefacto. Cada vez que se metía en el baño dispuesta a hacerlo, se quedaba horas sentada, observándolo, como si este por arte de magia le dijera lo que quería saber. Que todo era falsa alarma...

Tengo que hacerlo. Se dijo a sí misma. Decidió aprovechar las horas perdidas de pociones y cerciorarse de que su amiga tenía una imaginación muy grande. Lo sacó de paquete y lo observó. Estuvo a punto de tirarlo al suelo de tanto que le temblaban las manos. Tomando valor, se metió en el baño.

Y esperó.


Draco estaba patrullando el corredor. Odiaba ser prefecto. Lo único que le gustaba, era quitarle puntos a los alumnos que se desvelaban. Pero debía quedarse por las noches vigilando y eso era agotador. En eso estaba, cuando divisó algo que se movía cerca de la biblioteca. Sacó su varita y se dispuso a darle a quien fuera un gran castigo por encontrarse levantado a las 11 y media de la noche. Conjuro un "Lumos" y lo mantuvo en alto. Cuando llegó al lugar, vió como una muchacha, buscaba algo entre las mesas... y por debajo de ellas. Sonrió pícaramente. Fuera quien fuera la chica, tenía unas curvas muy pronunciadas que se notaban perfectamente, ya que se encontraba en cuatro patas buscando quien sabe qué... Todavía sonriente, se decidió a darle un escarmiento. Pero justo cuando pensaba darle un susto de muerte, la chica se levantó y se le quedó mirando a los ojos aterrada.

- ¿Weasley? ¿Qué diablos haces aquí a estas horas? – Le dijo a la pelirroja, muy sorprendido.

- ¿Malfoy? –

- ¿A quien esperabas? ¿Al príncipe azul? –

- Es que... yo... olvide algo aquí hoy al salir apurada... y tenía que venir a buscarlo... pero aquí esta – Le mostró un pergamino algo sucio que llevaba en la mano – Así que puedo irme... adiós – Y trató de escabullirse. Pero él la agarró de las muñecas, y le quitó el papel.

- Primero, quiero saber que dice este papel, que es tan importante que no podía esperar a que vinieras mañana a buscarlo... – Y dicho esto, comenzó a leer lo que decía.

- ¡No! ¡Es confidencial! – Le rogaba ella, tratando en vano de alcanzar el papel. Ginny no pudo detenerlo. Malfoy lo leyó de principio a fin, y cuando terminó de hacerlo, no podía cerrar la boca.

- ¿Tu? No puede ser... – Le decía al mismo tiempo que se tomaba la cabeza con las manos. La chica tenía la cabeza gacha, y sentía que no podría seguir mirándolo a los ojos después de esa noche. Pero ella no tenía la culpa.

- ¿Acaso esa basura te... – No podía pronunciar la palabra -... embarazó? – Ella no respondió. Pero sus ojos lo hicieron por ella. Él le puso su mano en la barbilla y la obligó a mirarlo. No necesitaba una respuesta. La carta que ella le había escrito a su amiga, lo decía por él. El aparatito había dado positivo...

Estaba embarazada...