Capitulo 7: Trampas...

Ginny recién salía de su ultima clase. Salió del aula lo mas pronto posible debido a que llegaba tarde a su cita con Malfoy. Se sonrió a sí misma. Las semanas habían pasado y ellos cada vez se veían mas a menudo. Y cada vez sentía que ya no podía aguantarse el ir corriendo y abrazarlo frente a todos. Estaba feliz de tenerlo con ella. Pero no quería hacerse ilusiones. Una parte de ella, estaba resentida con los hombres en general... y si le agregamos el hecho de que este hombre era nada mas ni nada menos que un Malfoy... la cosa se complicaba... Pero cada vez que se encontraban, él le hacía olvidar todos sus sufrimientos y eso contrarrestaba todo su temor. Sabia que él la acompañaba... la apoyaba... y también tenía a Kate... Si embargo le faltaba alguien... alguien muy importante en su vida... su madre... No la tenía a ella y eso la destrozaba por dentro.

Ginny necesitaba ir y sentirla... quería que la abrazara con toda la fuerza con la que una madre puede abrazar a una hija. Pero no podía hacerlo. Porque eso significaba hacerse cargo de la verdad que tanto temía y eso era muy difícil de afrontar...

En ese momento, lo que la tenía preocupada era volver... ya se habían terminado las clases, y los alumnos tenían que volver a sus hogares... y su pequeña pancita comenzaba a notarse...

Por suerte, su amiga le había conseguido algunas túnicas que le quedaban algo grandes... así no se notaria, por lo menos hasta que saliera de la escuela. ¿Cómo haría para pasar desapercibida en su casa? ¿Podría mantener el secreto? ¿Debería hacer frente a sus temores y decir la verdad? No lo sabia... Pero ahora eso no le importaba. Lo único que importaba era encontrarse con él... con Draco...

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Una cabellera pelirroja se encontraba tumbada bajo la sombra de un árbol. Ya había oscurecido, pero ella no se resignaba a irse. Tenía que verlo. Quien sabe cuando volverían a verse... durante las vacaciones escolares seguramente no podrían hacerlo, por lo que esa noche seria probablemente la ultima... Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo. El no verlo mas era un pensamiento terrible... pero realista. Tenía frío... y se veían las luces del Gran Comedor. Seguramente Dumbledore anunciando a los ganadores de la Copa de las Casas. ¿Por qué tardaba tanto en llegar? Se preguntaba... pero no obtenía respuestas. Tampoco quería pensar mucho... Porque su inconsciente la traicionaba y le hacía perder la poca esperanza que le quedaba de ser feliz...

De pronto, escuchó un ruido extraño procedente de un árbol cercano a ella. Se paró rápidamente y buscó su varita oculta en uno de los bolsillos de su túnica. Lentamente comenzó a acercarse. Y volvió a escuchar el ruido, pero esta vez tras ella. Se dio la vuelta asustada. Nada. El corazón comenzó a acelerarse. Paradójicamente, no le gustaba nada que no viera nada... era... extraño...

De pronto, alguien se apareció de la nada. Esto es estúpido, nadie puede aparecerse o desaparecer en Hogwarts... Se dijo mientras contemplaba al hombre que estaba de espaldas a ella. Pensó en preguntarle de donde diablos había salido, pero se contuvo. Algo le decía que lo mejor era irse de allí. Y eso era lo que estaba a punto de hacer, cuando el hombre se dio vuelta. Ginny pegó un grito. No podía ser... no otra vez... ¿Es que no tenía nada mejor que hacer que ir a buscarla?

- Hola, preciosa... hace tiempo que no nos vemos... – Le dijo mientras Ginny caminaba hacia atrás. Sus piernas temblaban y parecían no responderle.

- ¡Aléjate de mí! – Fue lo único que se le ocurrió decir.

- Déjame pensarlo... ¿Crees que vendría hasta aquí solo para alejarme? Yo creo que no... – El hombre seguía avanzando hacia ella. Ginny no lo dudo. Se dio la vuelta y comenzó a correr. Giró la cabeza para ver si la seguía y ante su sorpresa, vió como él se quedaba en su lugar observándola con una sonrisa en la cara. Eso no le gustó nada y se dispuso a correr más rápido, pero algo la detuvo. Dos hombres, se habían aparecido "como por arte de magia" justo delante de ella, y no la dejaban avanzar. Ginny se alejó de ellos. Ahora si que no sabia que hacer... estaba desconcertada... y muy asustada. El solo hecho de que él la volviera a tocar le ponía los pelos de punta. Metió la mano en su túnica y sacó la varita.

- ¡Uh! ¡Que miedo, pequeña Ginny! ¿Qué piensas hacer? ¿Matarme? – Ginny no quería que él viera lo asustada que estaba.

- ¡Si te me acercas, no lo pensare dos veces! –

- ¿Crees que me asustas? –

- Deberías estarlo – Le dijo muy seria, lo que provocó la risa de los tres hombres que poco a poco la iban encerrando sin que ella pudiera hacer nada.

- Pues, haz lo que quieras... solo que a tu amiguito no le convendría que yo salga herido... – Ginny frunció el entrecejo. De repente un pensamiento se le vino a la mente. No puede ser... no... Intentaba tranquilizarse... Thomas chasqueó los dedos y ante ella, apareció un hombre con algo flotando en el aire... la chica volvió a gritar y se abalanzó hacia el "algo" que en realidad era Malfoy desmayado. Pero los dos hombres que ella tenía detrás, la tomaron de los brazos impidiendo que ella se acercara. Thomas se le fue acercando hasta tenerla enfrente.

- ¿¡Que le haz hecho!? – Le gritó casi escupiéndole la cara.

- Simplemente tengo un rehén... y si no cooperas, el que va a pagar será él... – Le dijo señalando al pobre Malfoy que no daba señales de vida. Ginny observó a Draco con lagrimas en los ojos. Estaba golpeado, con un ojo morado y varios rastros de sangre en la cara y la túnica. Y todo era su culpa... ella lo había metido en eso... y ahora ambos estaban atrapados.

- Eres un monstruo... – Susurró.

- Jajajaja... creí que eso te había quedado claro cuando te tuve en la cama... – Se había acercado tanto que casi podía sentir su aliento. Ginny sintió que las ganas de vomitar ascendían. Y levantó la cabeza. No iba a dejarse ganar tan fácilmente. Mirándolo fijamente, lo escupió en la cara, ganándose con eso una bofetada. Y observó con terror como uno de los hombres le propinaba un fuerte puntapié a Draco que seguía inerte. Cerró los ojos para no ver. Y cuando los volvió a abrir, se encontró con su violador sacando de su túnica un enorme caldero.

- Esto es un traslador. Nos vamos a ir bien lejos de este lugar... me trae malos recuerdos... – Y la puso al alcance de todos. Uno de los hombres que la sujetaba le ató las manos por detrás de la espalda cosa que le hizo daño, pero no soltó ni un lamento. Tenía que ser fuerte... y no se iba a mostrar débil como la vez anterior... Los hombres pusieron una mano en el caldero, mientras que Thomas tomaba a Ginny por la cintura y otro de sus hombres agarraba a Draco de un brazo. De pronto, todo comenzó a dar vueltas. Ginny estaba mareada y comenzó a sentir un punzante dolor en el estómago. Por fin llegaron a destino. Ella cayó sobre el suelo. Temió haber dañado al bebe con el golpe... ¡El bebe! Ahora si que estaba en problemas... ¿Cómo iba a ocultar que estaba embarazada? ¿Qué seria de ella y de su bebe si él descubría que era su hijo? El temor volvió a invadirla, y esta vez no pudo calmarse. En verdad estaba en problemas...

- Llévalos a la habitación, y asegúrate de que éste despierte. – Le dijo Thomas a uno de los tipos. El hombre, tomó fuertemente a Ginny de la espalda y la obligó a caminar. Otro de los hombres, conjuró un hechizo que hizo que Malfoy levitara y fuera flotando en el aire por delante de ellos. Caminaron a través de una sala hasta llegar a una puerta. Parecía una celda. El hombre que la sujetaba la empujó dentro y le quitó las esposas mágicas que había usado para atarla. Apuntándole con una varita para que no se moviera, salió de la habitación, no sin antes conjurarle un hechizo a Malfoy que hizo que el muchacho abriera los ojos. Luego, ellos se fueron.

- ¡Draco! – le dijo, abalanzándose hacia él.

- ¿Ginny? ¿Qué paso? ¿Dónde estamos? -

- Te golpearon... y te desmayaron... y yo te espere pero no llegaste... y luego el traslador... y no se donde estamos... – le decía tan apresuradamente que él ya estaba mareado. Entre lagrimas y besos, logró contarle todo lo que había pasado.

- ¡Ese bastardo! – Draco estaba furioso. Jamás nadie lo había utilizado y este era el colmo. ¡Secuestrarlo! Cuando encontrara al estúpido de Thomas, la pasaría muy mal... ya no era solo venganza por lo que le había hecho a ella... ahora era personal...

- No podemos hacer nada... nos tiene atrapados... – Le decía ella que estaba echada en sus brazos. Necesitaba que la contuvieran... El la besó con ternura y le dijo:

- Pero pelirroja... ¿Tan pronto te das por vencida? –

- El ya me venció. Encontró mi punto débil, que eres tu... –

- No se como tomar eso... como un halago o un insulto... –

- ¿Y tu que crees? Para que recuerdes, el que me insultaba a diario eras tu... no yo... – Ambos se sonrieron tristemente.

- Mira, él no te ha vencido... y jamás lo hará mientras yo viva. No te preocupes que YO mismo me voy a encargar de mandarlo para el otro lado... – El observó que la mano de la chica se posaba en su pequeña barriga... no podía creer que la quisiera tanto... puso su propia mano sobre la de ella y la miró a los ojos. Una lagrima luchaba por salir pero ella no quería llorar.

- Gin, vamos a salir de esta... y vamos a tener a tu bebe lejos de este idiota... muy lejos, porque va a estar muerto... – Ella no se resistió. Esto de embarazo la estaba sensibilizando mucho... lloraba cada dos por tres...

- Draco... la que esta embarazada soy yo ¿ok? ¿Entonces porque tu estas tan cursi? – El la miró sorprendido y tras sonreírle y besarla nuevamente le dijo:

- ¿Te molesta? –

- Para nada... – Y continuaron besándose abrazados. Uno junto al otro...

Hasta que alguien abrió la puerta y los interrumpió.